Movie's Time || O'Archi || Exprés

Recuerdo del primer mensaje :

Miércoles 20 de Mayo - Noche
Poco a poco la fecha marcada se acercaba, el viaje con los chicos, nuestros amigos, estaba tan cerca a tan solo semanas, menos de un mes, menos de cuatro semanas. Sentía la emoción correr por mis venas, era cierto que estaba super emocionado con la idea de viajar hacia tierras latinas, al menos conmigo no tenía problema alguna con el asunto del idioma, puesto que aún lo recordaba y Español era uno de mis fuertes en la universidad y en el colegio, más aún en la universidad, aunque claro no era un experto al cien por ciento pero de igual manera teníamos a nuestra guía, Amelie, la rubia que provocó que aquella loca idea se me viniera a la mente.
Darren, Ella, Mathías, los cachorros y yo ya habíamos cenado, por un lado Pegaso y Stitch ya estaban durmiendo, pero Ella y Mathías no, más bien estaban muy despiertos, especialmente el pequeño rubito que había comido yogurt de fresa, algo que le encantaba a él. Los platos habían sido recogidos, lavados y guardados, la mesa estaba limpia, estábamos todo listo y apenas eran cerca de las ocho y media, al parecer, nos habíamos excedido un poquito con este tipo de cuestiones. -¿Y bien?- Pregunté, mirando al castaño mientras yo cargaba a la pequeña, Mathías estaba caminando por ahí, no sabía exactamente, desvié la mirada en la niña y me puse a jugar con ella, recibiendo sus sonrisas tiernas y una que otra risa.

Entre nosotros era lo más normal del mundo andar gastándonos bromas tontas que los que las escuchaban pensaban que éramos infantiles. Sin embargo, no me importaba nada lo que pensaran de nuestra relación porque ambos éramos felices así, o eso creía. Su sonrisa me demostraba que estaba a gusto conmigo  y eso era lo único que me importaba. -No sabía yo que Piolín era mas grande que Silvestre.-bromeé un poco y rápidamente puse la mano en su boca para que se callase y esa carcajada no despertase a nuestros bebés. Mathías ya ejerció como modelo en una revista junto al mayor y parecía que lo había hecho mil veces, por lo que no me extrañaba que dentro de unos años fuese un modelo profesional también y ahí estaría yo diciendo a todos “hey, ese es mi hijo”. -Mejor que te gane, así nadie te mira y ,entonces, no tendré competencia.-bromeé sobre sus labios cuando me besó.

Él tenía razón. Ahora mi vida era impulsada por aquella pequeña familia que había montado en mi pequeña casa, al igual que mi otra parte de la familia. Sin embargo, esta fue formada por mí y sentía que ahora debía comportarme como hacía mi madre; velando por la felicidad de mis pequeños. -Cierto, nuestras vidas están completamente unidas para siempre.-confesé. Acto seguido le di un pellizco flojo en el torso.-Déjate de tonterías. Para ver mi cuerpo hay que merecerlo.-le guiñé un ojo entre risas débiles para no despertarlos. No era alguien vergonzoso, pero tampoco iba enseñando carne si hacía frío y yo no era alguien muy caluroso.  Me levanté ayudado de la mano de mi chico y le di un beso sonoro en la mejilla. Acto seguido , le di una nalgada.-Guapo.-sonreí y caminé hacia Mathías. Lo cogí con cuidado y lo llevé a su cuna, donde lo puse con cuidado y luego lo tapé un poco. Vi como André hacía lo mismo y me acerqué a abrazarlo como él hizo antes conmigo. -Son tan bonitos los dos. Haces buenos hijos.-bromeé un poco.

-A este piolín le dieron muchas protéinas para crecer- Comenté en un tono burlón y solté una ligera risa pero suave para no despertar a los pequeñines aunque la verdad, es que parecía que habían caído rendidos, completamente, aunque se mostraban super felices lo cual lo demostraba, al menos Mathías con aquella sonrisita que tenía formado en sus labios y eso es algo que me hacía sentir muy bien porque estaba haciendo bien mi rol, los pequeños no habían contraído enfermedad alguna... ¿Es momento para llorar? ... Sí por la emoción y lo feliz que me sienta estar viviendo con ellos, con Darren, los dos cachorros, Mathías y Ella, pero no me permitía soltar lágrima alguna porque Darren me había dicho antes de que ya no me quería ver llorando ni por más feliz que esté. -¿Competencia? ... ya te dije que nunca te dejaré, seré tuyo para siempre- Le abrecé un par de segundos, aprovechando la cercanía para dejarle un beso sobre su frente, aquellas palabras las dije con sinceridad, dejé ver una pequeña sonrisa.

-Nuestras vidas están bendecidas por dos pequeños ángeles- Comenté en un tono dulce, mirando una vez más a Mathías y Ella quienes seguían durmiendo, solté una ligera risa tierna al notar que le manita de Ella estaba cerca de los labios del rubito, son tan adorables. -Vale, entonces insistiré más tarde- Dije en un tono divertido. Estuvimos de pie, le ayudé a levantarse y me acerqué directamente a la más pequeña del hogar, pero sentí la nalgada que el menor me dio, solté una ligera risa por ello y negué suavemente con la cabeza -Tu más- Le guiñé un ojo y tomé con cuidado entre mis brazos para después caminar por la sala hacia la habitación, llegué un poco después que mi castaño, cuestión de segundos y la dejé sobre su respectiva cunita rosada, dejé un beso sobre la frente de la pequeña e hice lo mismo con Mathías.
Ese comentario que Darren me dijo me provocó un poco de risa ... algo amarga, negué con la cabeza -Los dos son demasiado hermosos, más que nosotros- Asentí con la cabeza.
[...]
Terminé sobre la cama, abrazando a Darren una vez que me halla cepillado los dientes y acompañar a mi chico a que tomara su yogurt, fue algo gracioso ya que hice un poco de las mías en ese momento al manchar la punta de la nariz de mi chico. -Duerme bien- Le susurré en el oído a mi chico y me moví un poquito, agarrándolo por la cintura y cerré los ojos para dejarme llevar por el sueño.

--FIN DE LA ESCENA--