Videollamada || 25 de Febrero || Dandré

Parecía una tontería cumplir solamente dos meses, pero estos dos meses fueron como una vida larga entre nosotros. Desde que comenzamos esta bonita relación no habíamos parado de vivir al límite porque ambos sabíamos perfectamente que nada duraba para siempre y que la vida te esperaba para darte un golpe, así que mejor vivir cada día como si fuese el último. Vivir bajo el mismo techo hacía que fuese imposible estar separados y la verdad es que no me podía quejar porque amaba estar en compañía de aquellas dos personitas que se habían convertido en algo tan importante para mí. Era consciente de que era algo complicado que un chico con mi edad formase ya una familia incluso con un bebé, pero era lo que yo quería y yo siempre actuaba por impulsos sin pensar en si me equivocaría o no. Solamente buscaba ser feliz y ahora lo estaba consiguiendo a pasos agigantados, sobretodo desde que vivía con ambos.

Llevábamos casi dos semanas sin vernos y era un sufrimiento, no iba a mentir, sobretodo porque con la diferencia horaria costaba mucho que pudiésemos hablar, aunque no me importaba quedarme hasta altas horas despierto esperando para poder ver su cara por la pequeña cámara de su pc. Todo lo que fuese verlo era bueno para mí, aunque esperase horas a que llegase del trabajo y pudiese sentarse a hablar conmigo. Mientras me entretenía viendo películas o haciendo un poco de deporte. Me sentía mal por no poder mantener a Mathías despierto, pero aquí ya era muy tarde y él siempre acababa durmiéndose temprano como el bebé que era.  De hecho ya se encontraba acostado en su cunita después de haberle dado un baño caliente, su comida y dejarlo un rato tumbado en el sofá viendo la televisión con su mantita y los tres perros protegiéndolo, como siempre. Esos cuatro nunca se separaban.

Coloqué el pc en la cama y a mí frente a él con un paquete de patatas fritas. Skype ya estaba conectado y esperando a oir el sonido de la llamada de André y mientras me puse un episodio de The Walking Dead. Desde que estaba cuidando a Mathías tenía que cuidar lo que veía en la televisión, así que aprovechaba estos ratos para ver los capítulos atrasados. No iba a admitirlo, pero estaba muy nervioso. Ayer no había podido quedarme hasta tarde para ver a André y hoy lo deseaba con todas mis fuerzas a pesar de sí haber hablado con él porque nos llamábamos al móvil mil veces al día y ya por la noche aprovechábamos que allí era la hora de la siesta para poder vernos un rato. Solo quería verlo ya conectado y poder mirarle su sonrisa a través de la pantalla; al menos teníamos esa suerte y no la que de nuestros padres que tenían que enviarse cartas que tardaban días.

El destino solía ponernos ciertos dilemas o también conocidas como pruebas para así probar nuestra fortaleza y lo cuán bien o mal tomamos las decisiones mientras atravesamos ese tipo de momentos, en ciertas ocasiones, suele ser muy cruel. El destino había sido muy cruel conmigo hace un año, cuando mi única razón de vivir, mi hijo, Mathías, me fue arrebatado de mis manos, pero esa pesadilla ya había terminado cuando Darren apareció en mi vida, aún no comprendía cómo aquel chico logró que mis padres le cedieran a Mathías, aún no le había preguntado las palabras que le había dicho a ellos pero es porque me olvidaba y simplemente eso no debía tener tanta relevancia, lo importante, es que el pequeño de cabellos rubios estaba conmigo y además Darren terminó como mi novio, ya, el día de hoy, 25 de Febrero estábamos cumpliendo dos meses como pareja ... dos meses, estaba sorprendido por ello ya que no esperaba que terminara de pareja con un chico pero ¿qué puedo decir? ... la vida es así y si estoy con Darren es porque de verdad estoy enamorado de todo su ser, su físico era atrayente, eso nadie podía negarlo pero su personalidad, su actitud, esas risas y optimismo de él, fue lo que me enamoró, lo que flechó a mi corazón.

A pesar de que estábamos separados por muchas millas marinas, aún Darren y yo nos veíamos, agradeciendo a la tecnología, logramos realizar videollamadas a través de Skype, había sido genial y fabuloso que uno de los compañeros de trabajo, sí, compañeros de trabajo, al menos llamaba así a los socios de la empresa en que había llegado, eran super simpáticos ellos y no percibía maldad alguna en sus palabras o acciones, no era de ese tipo de personas que leía las intenciones/auras o cosas así pero me parecían super amigables ellos, su trato era bueno, ahora entiendo la razón de que mi jefe quiera cerrar un trato con aquel tipo de personas.
Este 25 de Febrero cumplíamos un mes, había llegado un poco temprano a la habitación del hotel, en seguida me metí a la ducha, aunque primero encendí aquella computadora portatil. Salí después de una media hora, un poco menos, del baño y salí con la toalla atada a la cintura, me iba a ir a la cama pero el "toc toc" de la puerta me impidió, no sabía quién era pero cuando me llamaron por "Sr. O'Sean", de inmediato deduje que se trataba de uno de los trabajadores del hotel. Abrí la puerta. -Uh, mil disculpas por verme así. Me estaba bañando- Estaba un poco nervioso, por ello, me daba un poco de pena que me viera así. El tipo pareció no reaccionar por ello, por lo que tomé todo lo que me había traído -Muchas Gracias- Le cerré la puerta en la cara después y solté una risa baja después, se me había olvidado darle propina pero él inició. Jajajajaja.

Dejé aquellos charoles sobre la cama, con cuidado para no regar la bebida en el vaso, aquello era mi comida y eran dos porciones. Tenía mucha hambre, muchísima, parecía Darren comiendo a full. -Uh, Darren- Murmuré e hice una leve mueca de un poco espanto porque casi se me olvida llamar y estábamos cumpliendo dos meses ... me sentí por unos segundos un muy mal novio. Solté un suspiro pesado y puse clic en videollamada, esperé a que la aceptara y cuando lo hizo. Saludé con la mano. -Hola- Sonreí amplio, me encontraba sentado en la cama (se había olvidado que estaba solo con la toalla atada a la cintura) y a su lado derecho estaba su comida. Reí un poco -Feliz segundo mes, amor- Dije en un tono diferente al infantil, fue serio, bajo y suave a la vez. Lo miré fijamente a los ojos, lo extrañaba muchísimo.

La decisión de mudarme a vivir solo fue un completo alivio debido a que semanas más tarde abandoné la fraternidad Epsilon. Al principio parecía un juego divertido, pero comprendí que yo estaba aquí para estudiar y no para preocuparme de peleas y bromas, aparte de que era incapaz de odiar a otra persona simplemente por ser de otra fraternidad. Vamos, eso era para niños pequeños. El tener mi propia casa me dio la intimidad que tanto me gustaba para tenerlo todo como yo quisiera y ,por último, una de las grandes cosas que obtuve fue el poder ofrecer a André el vivir conmigo porque ahora estaba más feliz que nunca estando con aquellas dos personas a mi lado. ¡Y solo habían pasado dos meses! No podía esperar a seguir contando un mes tras otro hasta que se convirtiesen en años. Toda una vida…

Decían que las relaciones se ponían a prueba cuando la distancia llegaba y ahora estábamos pasando por eso. Era sincero al decir que sufría un poco teniendo lejos a André porque después de acostumbrarme a algo tan bonito era fácil extrañarlo. En nuestras conversaciones nunca le decía que estaba sufriendo al no tenerlo aquí porque juré que no le haría sentir mal. Estaba orgulloso de que estuviese alzando de nuevo su carrera como modelo y de que todo el mundo lo conociese. Pero eso sí, era mío y solo mío. Que nadie lo tocase o acabaría matando. Vale, estar viendo The Walking Dead me afectaba un poco porque confiaba ciegamente en él y sabía que nunca me traicionaría.

Seguía tumbado sobre la cama esperando ver esa hermosa sonrisa y ,tras un buen rato, me encontré con él frente a frente. Bueno, a través de la pantalla. -Gael.-susurré con una sonrisa. Algunas veces lo llamaba así porque me parecía diferente y sexy; tonterías mías. Fue inevitable observar lo poco que se veía de su cuerpo con esa toalla y el ángulo de la cámara. -¿Mi regalo es verte sin camiseta?-bromeé riendo un poco y rápidamente negué sin dejar de sonreir. -Es broma. Feliz mes , amor.-dije  ahora más serio. Con él siempre bromeaba porque no se avergonzaba de esas tonterías que me salían solas. -¿Cómo estás? ¿Qué tal todo? ¡Cuéntame cada detalle!-exclamé nervioso por saber lo bien que le estaba yendo.

Ver el rostro de mi novio en la pantalla con aquella sonrisa en su rostro, me conmovió demasiado, le echaba muchísimo de menos, nunca creí que una persona extrañaría a otra hasta que el destino me puso aquellas pruebas y bueno, sinceramente extrañaba mucho despertar en las mañanas abrazado a mi novio de la cintura y para sentarle un beso en su mejilla o labios ... Once días que habían pasado después de haber partido de Los Ángeles, once días que han parecido una eternidad por la ausencia de él pero que gracias el trabajo me entretenía un poco, al menos tenía algo qué hacer y lo disfrutaba haciendo. Y, ni hablar de Mathías, mi pequeño hijo ... a ambos los extrañaba un montón, ellos ni siquiera se imaginan lo cuanto los extraño, lo cuanto me hacen falta ... aunque creo yo que entre los tres quien más extraña ha de ser el pequeñito rubio, pero debía ser fuerte, como su padre en casi todas las veces y valeroso como su otro padre lo era, siempre.
Tan gracioso como siempre, solté una pequeña risa cuando me llamó por mi segundo nombre, con aquel toque sensual, negué suavemente con la cabeza -Gael, soy yo- Dije en un tono provocativo, mordiendo mi labio inferior, siguiendo aquella broma e inclusive había alzado ambas cejas. Esa pregunta acerca de su regalo me pareció graciosa, aunque la verdad, no tenía regalo alguno... Ay, ¿qué decir? ¿qué hacer?. Asentí suavemente con la cabeza. - Claro y si me esperas a que termine de cenar te daré un show de stripdance- Le comenté en un tono burlón aunque en cierta parte hablaba en serio, si mi novio quería le haría aquel show. Eso me recordó que el lugar en que nos vimos por primera vez fue en una discoteca, ese día nunca lo olvidaré, siempre permanecerá en mi mente.

Las bromas cesaron, pasando a una seriedad, quizás parcial porque sinceramentee, nuestra relación no se basaba en diálogos o momentos de seriedad o amargura siempre eran risas y sonrisas, quizás esa era la razón por la que nunca habíamos tenido una discusión, eso me sorprendía mucho, puesto que hasta con Ileana llegué a tener muchos desacuerdos... ¿Y eso se debía a él? ... ¿Era él con su manera de ser tan, Darren, que me impedía sacar discusión alguna.? ... Estoy muy serguro de que sí.
Pasé a sentarme en la cama con las piernas cruzadas y tomé un plato de comida pasando a comer de una manera tranquila, cuando me empezó a preguntar qué tal me iba. -La verdad me ha ido bien, este viaje hubiese sido excelente si las dos personitas que más amo en este mundo me hubiesen acompañado- Le respondí en un tono sincero, con el corazón en la mano. -¿Y tú? ¿Qué tal te ha ido con el pequeño?- Le pregunté, mirándolo fijamente, pasando a meterme una cucharada de la comida en la boca, mientras masticaba admiraba su físico ... Que hombre afortunado era al tener un novio como él.

Era bastante jodido tener que estar lejos de la persona a la que quería a mi lado pero en tiempos así no se podía desaprovechar una gran oportunidad como la que él recibió. Necesitaba volver al camino de la moda y recuperar el tiempo perdido por todos sus problemas. Ya era un chico completamente nuevo que podía alzarse sobre los demás. No conocía a muchos modelos, pero ser más guapo que André y tener mejor cuerpo no era algo sencillo; de hecho aún me costaba asimilar que semejante persona fuese mi novio. Yo, un chico normal estudiante de periodismo con un hombre tan perfecto. Parecía una de esas historias de esperanza que se convertía en un best-seller y luego en una película. Pero no, era la realidad y estaba feliz de estar viviendo algo tan bonito como esto.

Tenerlo a tanta distancia era algo que no me agradaba pero confiaba en que aprovecharía el tiempo y dentro de poco lo vería en las portadas de las revistas y desfilando en las mejores pasarelas. De hecho, yo le animé a que aceptase ese viaje porque teniéndolo aquí nunca iba a ser feliz ya que él necesitaba todo eso para estar seguro de sí mismo. -Mi Gael.-repetí sin borrar aquella sonrisa que se amplió al ver la suya tan coqueta como siempre. Era tan guapo. Aquella broma me hizo reir porque él siempre andaba diciendo cosas así. No necesitaba regalos pues no era ese tipo de personas, aunque ese show sería algo que no rechazaría, la verdad. -¿Un show privado? Eso no me lo perdería por nada del mundo.-le guiñé un ojo, riendo luego. Este tipo de juegos eran habituales en nosotros porque a ambos nos gustaba jugar y provocar al otro. Eso era bueno, pues demostraba confianza en el otro y esas ganas de hacerle disfrutar.

Oírle decir que me amaba era algo mágico y seguía haciéndome sentir una corriente eléctrica a pesar de las miles de veces que lo había oído ya. -Sabes que con nosotros allí no te hubieses centrado en tu trabajo y es lo que necesitas ahora. Ya tendrás tiempo de disfrutar con nosotros.-para Mathías y para mí era duro el estar separados, pero mucho más para André porque le faltaban dos personas. Por eso intentaba darle ánimos para que se centrase. -Estamos perfectamente. El otro día fuimos a Disneyland a cantar con el club y pasamos todo el día montándonos en las atracciones. Ahora está dormido, espera.-agarré el pc y me acerqué hasta donde se encontraba la cuna del rubito, donde este descansaba. Coloqué la cámara cerca para que André pudiese ver al bebé dormir. Segundos más tarde volví a la cama. -Es un niño buenísimo y guapísimo. Como su papá.-sonreí. -¿Sabes que va a todos lados con una foto tuya en su mano?-dije riendo. Era cierto que Mathías iba siempre a todos lados con la foto de su padre al lado. -Pero no llora porque sabe que estás haciéndote famoso para comprarle juguetes.-bromeé. Es cierto que a veces si tenia pena porque era un bebé sin su padre, pero eso no iba a decírselo porque seguro que sufriría mucho y no quería ver a mi pareja mal.

-Solo tuyo- Seguí con aquel juego provocativo, haciendo uso de un toque sensual en mi tono de voz ante aquellas palabras, eso me resultaba un poco fácil, pues al trabajar como modelo tenías que mostrarte lo más sexy y sensual que podías para atraer contigo y tus fotos, buenas críticas. Nosotros, en cierta forma, desgraciadamente, dependíamos de comentarios ajenos y podría decir que por ahora tenía mucha suerte, llevaba una buena racha de comentarios buenos de parte de terceras personas, que la mayoria, la mucha mayoría desconocía. -¿Por nada del mundo?- Le pregunté con una ceja levantada y una media sonrisa ladina en mi rostro, soltando una pequeña risa -Pues... ¿quieres verlo en vivo y en directo o solo a través de una pantalla?- Le pregunté en un mismo tono, incentivando al chico, mordí, una vez más, mi labio inferior y solté otra corta, suave y lasciva risa.

Negué suavemente con la cabeza ante su comentario, porque sinceramente no era cierto. En un momento creí que todo esto del cierre de acuerdos para nuevos proyectos entre ambas empresas, pensé que sería algo complicado y que los empleados y jefes de la otra empresa eran personas toscas y groseras pero estaba muy equivocado con aquel pensamiento en mente. -¿Sabes? ... En un inicio creí que todo esto sería difícil de llevar a cabo, pero me equivoqué. Creo que perfectamente ustedes debían haber venido ...- Comenté lo último en un tono bajo, en mi mente me había dicho "para así no estar tan solitario". Desde ese momento consideré que un viaje entre nosotros y nuestros amigos sería algo muy oportuno y bueno ya que así fomentaría la relación entre nosotros y los amigos más allegados que teníamos.
Realicé mi pregunta y a medida que me dispuse a esperar por su respuesta, me seguía metiendo una porción de la comida que tenía sobre mis piernas, tranquilo, pero conforme mi novio iba hablando, sentía una cierta amargura y felicidad en mi interior, ambas a la vez. Amargura al saber que el pequeño rubio cargaba una foto consigo, significaba que me extrañaba mucho y quien sabe que esté sufriendo en su interior, quería regresar lo más pronto posible pero aún quedaba más de quince días. Y, felicidad al ver como ese pequeño mientras dormía se dibujaba en su rostro una sonrisa, dejándome ver lo mucho que era feliz en compañía de Darren ... Al parecer tanto como Mathías y yo, habíamos corrido con la mera suerte de que a nuestra vida llegó alguien como él.
Cuando terminó, él de hablar, tenía toda la boca llena de comida, mis mejillas las sentí como si de una ardilla fuera con muchas nueces, solté una pequeña risa ante ese pensamiento y me apuré en masticar y tragar -Mathías debe estar muy agradecido por tener a alguien como tú, como su padre- Murmuré, tenía muchas ganas de besarlo, de sentir sus labios suaves -Y yo, aunque no me canse de decirlo ... de tener un novio como tú- Se lo dije en un tono suave y con una sonrisa amplia, metiendo a mi boca, una última cucharada, ya había terminado la comida.

Durante todo el día pensaba en cuanto extrañaba al rubio aquí por la casa pero cuando lo tenía frente a mí, por una pantalla , me daba cuenta de la realidad y entonces sufría más. No sé, era una sensación bastante extraña que no sabía como explicar mejor. Supongo que sería porque ahora lo veía y era más consciente de lo lejos que estaba, mientras que durante el resto del día estaba haciendo otras cosas. O yo que sé, soy así de raro. Estos jueguecitos de él utilizando diferentes tonos de voz lo conocía a la perfección y ahora no era precisamente una buena idea porque estábamos separados. -Espero que sigas siendo mío mucho tiempo. ¿Me hiciste caso y te tapas los ojos para no ver a otros modelos más guapos que yo?-reí un poco. Aquello se lo dije de broma antes de irse. Confiaba en él y sabía que aunque viese a modelos perfectos él no me sería infiel con ninguno de ellos puesto que el amor era más importante. Comencé a reirme al ver como seguía provocándome. -Como preferir, prefiero en persona…pero eso ahora es algo complicado, la verdad.-me encogí de hombros haciendo un puchero. A veces me reía pensando lo tontos que éramos que siempre estábamos con juegos; seguro que ese era el motivo por el que nos iba tan bien.

-No, no , no. Debiste de ir solo. Tienes que estar centrado al 100% en levantar tu carrera y ,joder, estás teniendo mucha suerte y no puedes desaprovecharla. Estamos como debemos estar. Tú tranquilo por eso.-había visto un poco de tristeza en sus palabras y rostro, algo que no podía permitir. Yo era el primero que le animaba a luchar por sus metas. No le guardaba rencor por haberse ido ya que yo creía que era lo necesario. El trabajo estaba mal y no podía dejar pasar un tren como este que solo pasaba una vez. Nosotros mientras le esperaríamos orgullosos. -Aunque ya sabes que esperamos un regalo eh. ¡Los perros también!-le señalé amenazante pero con una sonrisa. Todo para arrancar esa tristeza de su cara y poder verle de nuevo sonreir.

Mathías durmiendo irradiaba tranquilidad a su alrededor y ahí es cuando se veía que era un niño feliz agarrado a su peluche favorito y con la boquita abierta. Tras dejar que lo viese durante un ratito volví a la cama donde me tumbé de nuevo para volver a ver al rubio más guapo de todos. Sus palabras me sorprendieron demasiado y acabé sonrojándome,algo que no pudo ver por la calidad de la cámara.-Es un orgullo poder ser el papá de ese niño tan bueno y tenerte a ti como mi pareja. He estado enamorado un par de veces más o ,mejor dicho, lo he creído. Porque nunca me he sentido con nadie como me siento contigo. Es muy raro, no sé como describirlo.-me encogí de hombros. -No sé, solo puedo decir que estoy super orgulloso de verte ahí triunfando y que espero que llegues ya con una sesión de fotos impresionante. De hecho quitaré algunos de mis cómics de la estantería para poner tus fotos.-sonreí ampliamente.

Levanté la ceja derecha extrañado por aquello lo que dijo, es cierto que eso me lo había dicho antes de haber partido hacia este lugar, pero la verdad era innecesario puesto que mis ojos y amor estaban solo para una persona y era él, solo él... -Tranquilo, si me he tapado los ojos para no ver a modelos que ni siquiera se pueden comparar con tu persona- Dejé pasar unos segundos para retomar el habla - ... Tú eres perfecto para mí, no hay nadie que supere tu belleza física y psíquica- Suavicé mi tono de voz, convirtiéndolo en un tono dulce al igual que aquella sonrisa que mantuve. -Darren, tú eres el dueño de mi corazón- Mi sonrisa se ensanchó, mi tono fue sincero. Me alejé un poquito de la pantalla y moví un poco la cámara para que termine enfocándome con mi cuerpo y luego, con ayuda de mis manos hice una forma de corazón, asentando ambas manos sobre mi pectoral derecho, solté una corta por ello, ese gesto que realicé me pareció un poco divertida hacerla pero estaba por demás que decir, que todo era cierto, mis palabras y sentimientos por él eran verdaderos. -Será en persona, pero no te pongas triste, quita ese pucherito de tu rostro- Susurré en un tono casi de suplica y solté un suspiro pesado pues sin querer, al parecer le había afligido a mi novio.

Hice un pequeño puchero porque ellos bien me pudieron acompañar pero Darren insistió de que no, pero vale, vale, si él creía que era conveniente que yo venga solo debe ser por algo, una razón super fuerte debe tener, quizás para que, como él decía, me centre al cien por ciento, quién sabe que si cerrara el trato de una manera eficiente me promuevan y suban de cargo -Vale, tienes mucha razón, cariño- Quería tenerlo cerca para abrazarlo con fuerza, besar sus labios, lo necesitaba, tenía aquella enorme necesidad de hacerlo porque él simplemente se merecía por ser como era, por esas palabras... por su manera de ser, se ganó mi corazón y amor. Solté otra leve risa por lo que mencionó, acerca de los regalos y asentí con la cabeza -Claro, les llevaré regalos a los cinco- Comenté divertido, manteniendo aquella sonrisa.

Es cierto que entre nosotros, la mayor parte del tiempo eran bromas y risas pero si habían momentos en que la seriedad predominaba y, este fue uno de esos momentos. Me quedé completamente sorprendido tras escuchar esas palabras que Darren soltó con su mano en el corazón, mi boca quedó semi abierta sino fuera por que la cuchara se me resbaló de las manos, no hubiese podido reaccionar, sacudí un poco la cabeza y solté una pequeña risa -Con esas palabras, además de aumentar mi amor por ti, me hicieron dar ganas de comerte a millones de besos- Comenté en un tono divertido, quizás halla terminado con ese ambiente de palabras sinceras con tono serio, pero no era necesario que siguiera, pues yo sabía perfectamente lo que él sentía por mí. -I love you- Solté aquellas palabras con el acento que los ingleses tenían, solté una pequeña risa, de nuevo.
-Espera, por favor- Murmuré y me fui levantando de la cama para dejar los platos y todo lo que había sobre ella para dejarlos en el suelo pues me estorbaban un poco, quizás debía haber llamado a algún empleado del hotel para que se los llevara pero no quería hacer esperar mucho a mi castaño -Listo- Hice un ademán de "okay" con los dedos pulgar e índice de mi mano derecha.

Aquel comentario se lo hice en broma, pues confiaba plenamente en que André no miraría a todos los modelos como algo sexual, sino como simples compañeros. Tal vez podía sonar de loco obsesionado pero es que mis dos únicas relaciones serias se vieron estropeadas por infidelidades que me convirtieron en alguien miedoso en aquel aspecto. -Para, para, o me harás sonrojar.-me llevé las manos a la cara como si quisiera taparme. Ya estaba acostumbrado pero es cierto que algunas veces esas frases que me decía lograban sonrojarme un poco. Alguien diciendo palabras tan bonitas de amor sonrojaban a cualquiera ¿no? Aquel corazón que hizo con sus manos me hizo sonreir como un tonto. -Me tienes completamente enamorado…-confesé de repente pero es que me apetecía decirlo al ver algo tan romántico como eso.

Era un asco estar tan lejos ahora mismo porque necesitaba abrazarlo  y dormir pegado a su cuerpo. -Vale, sonreiré solo por ti y para que veas que te espero con ganas de ese show en persona.-sonreí para tranquilizarlo. Demasiado duro sería para él estar allí como para dañarlo más, así que seguía intentando hacerle ver que estábamos bien. No estábamos mal porque Mathías y yo nos hacíamos compañía, pero si es cierto que lo extrañábamos mucho. Para que esta pareja funcionase teníamos que apoyarnos en nuestras metas y sueños; André quería volver al mundo del modelaje y yo no era nadie para prohibírselo o causarle quebraderos de cabeza. Yo tenía que estar apoyándolo y ayudándolo a ascender lo más rápido posible. -Tú dedícate a posar bien que ya nosotros seremos felices al verte en las portadas.-le guiñé un ojo y asentí varias veces emocionado. -Eso, regalos para todos y así ninguno se pone celoso.-reí no muy fuerte para no despertar al bebé que dormía a unos metros de mí.

La única forma que tenía de darle ánimos era diciéndole cuanto lo amaba y apoyaba en esta carrera. Él sabía que siempre me tendría a su lado, aunque no era malo repetirlo un par de veces. -Reserva esos millones de besos para cuando vuelvas, pues estaré encantado de recibirlos todos, amor.-le lancé un beso con mis labios directo a la cámara. Aquella imitación del acento me hizo soltar una carcajada que no pude controlar y ,rápidamente, llevé una mano a mi boca para taparla. -Yo más.-sonreí. El tiempo que se alejó de la cámara lo aproveché para asegurarme de que el bebé seguía durmiendo. -Solo unos segundos te has ido y ya te extrañaba. Soy andréadicto.-negué entre leves risas.-¿Estás comiendo bien?-pregunté curioso. Su alimentación era algo que me importaba y siempre me andaba preocupando por ella.

-¿Y no quiéres que te vea sonrojado?- Le pregunté a mi castaño, con un tono ciertamente juguetón, dejé escapar una pequeña risa después y negué levemente con la cabeza, no podía parar con mis palabras porque todo lo que había dicho sobre él era nada más y menos que la verdad -Pararé si me prometes que harás mi platillo favorito el día en que llegue a casa- Utilicé un tono tranquilo para hablar, aunque se trataba de una mera broma pues todo lo que Darren cocinaba me encantaba, por alguna extraña razón con sus comidad no tenía una preferida porque todas, toditas me encantaban; además no me tomé la modestia de aclarar que de una broma se trataba pues terminé guiñándole el ojo derecho con una sonrisa cómplice. Me sorprendí un poco por lo que me dijo de repente, sonaba sincero, él siempre lo era conmigo, lo podía ver en su rostro, aquella sonrisa y esa mirada, sonreí de medio labio conmovido por lo que estaba viendo y asentí suavemente con la cabeza -Y tú a mí, amor- Respondí en un tono bajito pero escuchable.

-El show lo tendrás y compraría aquí ropa de streaper- Aseguré, no era nada de bromas, aquellos shows y movimientos que un streaper hacía los venía haciendo desde la secundaria, pues me encantaba joder a algunas compañeras de curso cuando estábamos dentro de una discotecas, además claro de presumir ... esa época "negra" que viví antes de conocer a la ángel que cambió mi vida. -No, no- Comenté y negué con suavidad -No quiero que en nuestro hogar se pongan celosos, no- Nuevamente moví la cabeza hacia la izquierda y derecha, negando -Que los demás, la mayoría del resto del mundo me cele a mí, por tener a mi lado a un castaño hermoso, un pequeño caballerito rubio y dos perritos juguetones- Los nombré a cada uno, a cada quien vivía en el hogar y la verdad es que de sentimientos de tristeza se llenó mi ser, tristeza porque no los tendría físicamente cerca pero aquella tristeza no la dejé lucir en mi exterior pues aún mantenía aquella sonrisa ... no me quería poner triste, no delante de él puesto que le contagiaré aquel sentimiento y quien me aseguraba de que no se pondría a llorar si eso sucediera.

-Los reservaré e irán aumentando cada día por diez- Susurré y después le hice una mueca de silencio, poniendo mi dedo índice sobre mis labios para que no riera tan fuerte, aunque está por demás decir que el pequeño rubito tenía el sueño pesado, parecía piedra cuando se dormía, no había poder humano que lo lograse despertar, jajaja ok no, con esto último no pues solíamos, bueno Darren lo levanta susurrando ciertas melodías ¿Por qué lo hacía? ... Pues era para darle de comer. -¿Andreático? ¿Qué es eso?- Pregunté con una fingida inocencia, rolee los ojos un poco y fingí demencia para poder escuchar de sus labios una respuesta.
-Sí, me estoy alimentando bien- Aseguré con mi cabeza y al estar solo en toalla podía ver mi cuerpo por lo que me moví de la cama un poco para que lo haga e incluso bajé un poquito la toalla para que dejara ver mi pelvis -¿Lo ves?- Le cuestioné con la ceja alzada, con un toque de picardía, aunque esperaba una pequeña reprendida por incitarlo de esa manera pues lo tenía lejos, físicamente.

Tenerlo lejos era bastante jodido y tener que aparentar que no jodía aún más. Si comenzaba a decir todo lo que le extrañaba acabaría viéndole triste y no, debía de concentrarse en llamar la atención de todos y conseguir varios contratos más. -Si me sonrojo parecerá que estoy loco por ti y eso no es cierto.-negué con una sonrisa coqueta. Vamos, solo había que mirarme a los ojos para ver que estaba completamente enamorado de él. -¿Plato favorito? Pensé que te gustaban todos los míos.-le guiñé un ojo de forma bromista. La verdad es que tenía entendido que toda mi cocina le gustaba al rubio. No me consideraba un cocinero de verdad, pero me gustaba experimentar en la cocina para conseguir nuevos sabores. Tan mal no se me daría cuando André siempre resaltaba que todo estaba delicioso.

Toda la seriedad se iba en el preciso momento en que mencionaba aquel show. No era la primera vez que hacíamos juegos así porque nos gustaba provocar al otro hasta el límite. Yo no solía ser así de juguetón, pero André me sacaba esa parte escondida de mí. -¿Comprarás ropa especial? Esto cada vez me está gustando más.-froté mis manos con rapidez. Amaba estas provocaciones. Oírle nombrar a cada miembro de nuestra pequeña familia me encantaba porque eran mis personas ,y animales, favoritos. -Pues aquí estamos los cuatro esperándote para llenarte de mimos y hacerte el más feliz del mundo.-le lancé un beso. Esos momentos en los que veíamos algunas películas los cinco juntos eran aquellos que más se grababan en mi memoria.

No me cansaba de besarlo y nunca lo haría puesto que un beso era una forma maravillosa de demostrar el amor que se sentía por otra persona. -Entonces tendrás que darme muchos besos. ¿No te cansarás?-pregunté rodando un poco mis ojos y volviendo a mirarlo con una gran sonrisa. Tenía que controlarme para no hacer ruido y despertar al pequeño.-Andreáitoc es un término inventado por el señor Darren Archibald y que significa estar obsesionado con los André. ¿Conoces a alguno?-fruncí el ceño. Tiempo de volver a jugar un poco. En cuanto vi su cuerpo y aquella provocación suspiré negando con la cabeza. -Basta…no es bueno que me enseñes la comida cuando no puedo probarla.-agaché la cabeza y miré de reojo aquel cuerpo que tanto me gustaba. Lo extrañaba tanto…

Solté una pequeña risa por ese comentario que soltó y ver aquella sonrisa coqueta que me encantaba en él -Yo estoy muy loco por ti- Comenté en un tono divertido, siendo sincero con mis palabras, estaba completamente loco por él, locamente enamorado. No sabría qué responder a aquella pregunta, quizás había metido la pata con mi comentario anterior por lo que moví la cabeza un par de veces hacia arriba y abajo, cediendo la razón al castaño -Es cierto no me pude expresar bien- Respondí mostrando una pequeña sonrisa -Me encantan todas tus comidas eres un gran cocinero y excelente persona- Murmuré lo último en un tono dulce, tenía muchas ganas de tenerlo cerca para poder comérmelo a besos, literalmente, pero debía esperar por la distancia en que estábamos.

-Sí, los streapers tienen ropa "especial" que es fácil de desprender del cuerpo- Expliqué con una cierta tranquilidad, habían muchas tiendas de ropa a mi alrededor, quiero decir, alrededor del hotel en el que estaba despejado y quizás allí encuentre aquellas prendas que le estaba mencionando a mi chico, por lo que sería un fácil trabajo el poder adquirirlas. Hice un ademán en el cual atrapaba aquel beso que me lanzó -Déjame decirte que estoy muy ansioso por regresar- Demasiado ansioso estaba de recibir los abrazos del pequeño, escuchar los ladridos de los cachorros junto con sus lengüetazos y a él, con su amor indescriptible e infinito.

Negué con la cabeza ligeramente -Por supuesto que no, nunca me cansaría, eres tú, la persona más especial de mi vida- Respondí con una sonrisa amplia, no me cansaría de besarlo aunque tal y como había dicho serían muchos besos por tan solo una hora, lo cual en vez de verlo como un "esfuerzo" o "tortura" que era falso, porque más bien era un juego y bendición, una bendición de tener al castaño como pareja. Escuché aquella explicación de ese término que repentina y genuinamente había dicho, al final me mostré pensativo, como que fingiendo demencia de ello y negué -Ammm... yo solo conozco a uno- Dije en un tono medio dudoso, me llevé un dedo al mentón y me rasqué suavemente -Mathías se llama André- Respondí al final en un tono algo infantil y solté una ligera carcajada, aunque es real de que el segundo nombre del rubito es André.

Me asombré por la reacción de mi chico y al ver que bajó de esa forma la cabeza, solté un pequeño suspiro, puesto que además de llevarme un regaño afligí un poco a mi chico. Levanté un poco la toalla y suspiré de nuevo. -Lo siento, Darr- Dije en un tono bajito, de igual forma que él terminé con la mirada baja, había sido un tonto por haber ocasionado eso.

El que me conocía sabía que estaba loco por André. Me pasaba el día contando anécdotas con él, enseñando fotos de él con los bebés y diciendo lo bueno que era. La gente cuando me veía tenía que temer que me acercase a hablar porque podía llevarme horas diciendo todo lo que le amaba. Así que más loco por él no podía estar. -Los dos somos unos locos, que pena de Mathías creciendo con nosotros alrededor.-bromeé. Me gustaba cocinar, no podía evitarlo, y por eso me alegraba que todos mis platos le gustasen.  -Te prepararé un buen banquete de varios platos para cuando vuelvas.-prometí y eso haría si no surgía nada que me quitase tiempo. -Y tampoco soy excelente, soy normal.-me encogí de hombros. No me consideraba mala persona, pero tampoco excelente; tenía mis fallos como todos.

André no podía sorprenderme hablando de cosas que había para los strippers porque yo fui uno durante un tiempo en el que necesité el dinero para pagarme la carrera y no tener que abusar del de mi madre.  -Pero dime…será poca ropa ¿no? Me gusta más verte sin ella. Aunque si me dejas ser yo quien te la quite no me quejaré.-si él provocaba pues estaba claro que yo seguiría el juego. -Nosotros también estamos ansiosos y esperamos que llegues con trabajo bien hecho porque sufrimos teniéndote lejos, pero si es para que cumplas tu deseo somos felices.-sabía que le gustaba estar posando de nuevo y no íbamos a impedirlo.

Normalmente la gente decía ese tipo de cosas para quedar bien, pero es que yo sabía que André no se cansaba de abrazarme y besarme. De hecho algunas veces tenía que decirle que parase pero era imposible y acababa haciéndome reir. Era un osito amoroso. -Entonces tendré que dejarme besar todo el tiempo…con lo poco que me gusta besarte.-volví a bromear haciendo una mueca de asco. Él sabía que me encantaban esos labios carnosos y como utilizaba su lengua. Mejor dejaba de pensar en eso porque comenzaba a tener calor. -¿Solo a Mathías? Me enamoraré de él cuando sea mayor, por ahora tendré que buscarme otro André.-seguí con la broma sin borrar aquella sonrisa de mi rostro. No esperaba que se sintiese mal por haberme enseñado su cuerpo, pues solo fue una broma. Me levanté la camiseta un poco y me golpeé el abdomen. -Pues hoy hice abdominales aquí. Se nota ¿verdad?-le guiñé un ojo. Después de las navidades había cogido unos kilos de más que estaba perdiendo y volvía a recuperar mis abdominales.

Solté una ligera risa por lo que comentó Darren, aunque sabía que de una broma se trataba sabía que no era cierto ya que desde que Mathías llegó al ahora, nuestro hogar, había crecido muy feliz, no se mostraba un niño resabiado o algo negativo en él, pues se veía adorable y con las mejillas agarrables. Negué con la cabeza por lo que dijo -Amor, eres el mejor cocinero del mundo para mí y ni hablar de contradicciones, ya dije- Lo último lo dije en un tono serio porque sino lo hacía iba a seguir diciendo pretextos como que no es cierto, que su comida no era buena, etc. Cuando la verdad que a mí me encantaba y muchísimo -El mejor- Terminé susurrando con dulzura.

Asentí suavemente con la cabeza con una pequeña sonrisa lujuriosa -Entonces, tú me la quitarás, cariño- Dije en un tono lleno de picardía, tan solo esperaba a no olvidarme de aquel pequeño detalle, no es que sea una persona olvidadiza sino más bien puede que el trabajo se ponga duro y provoque que se me escapara aquel detalle. Le sonreí de cierto medio labio mirándolo fijamente aún a través de la pantalla, extrañaba tanto tenerlo cerca de mí, para poder abrazarlo y darle mimos. -Tranquilo, tranquilo ... ya verás que estos días que faltan pasan en un abrir y cerrar de ojos- Y era cierto, los días podían llegar a pasar muy rápidos siempre y cuando dejabas de pensar en lo que te hacía falta o en este caso en que llegara el día para volvernos a ver.

-Yo te besaré mucho en tus mejillas, mentón, nariz y labios- Respondí en un tono medio divertido, una sonrisa mantuve en el rostro, la cual terminó en una risa porque fue gracioso lo que dijo el castaño, fingí una pequeña sorpresa --Ahora que recuerdo yo me llamo André y soy tu novio- Respondí en un tono entre fingida inocencia, descubrimiento y al final divertido, solté de nuevo otra risa. Entre ambos, predominaba la risa y eso era lo que me encantaba.
-Sí, se nota mucho, cariño- Respondí, mirando su abdomen, aunque no sabía el por qué hacía eso ya que si bien es cierto, adoraba su cuerpo y mucho. Terminé dando un pequeño bostezo por lo que asumí que es hora de dormir, negué ligeramente por ello, puesto que quería seguir charlando con mi chico pero el sueño me lo impedía -Amor, nos vemos mañana, debo ir a dormir. Feliz segundo mes de nuestro noviazgo... TE AMO- Mencioné aquellas palabras con una dulzura que era común cuando trataba con él o Mathías, lancé un beso al aire, desconectándome después de su respuesta y apagando la portátil para salir de la cama darme un duchazo y cepillarme los dientes.
Una vez hecho eso, me preparé para dormir, poniéndome un bóxer... Estos días que faltaban sería duro para ambos, pero sí, resistiríamos, eso sí de seguro.

-- FIN DE LA ESCENA --