Expectatives || Dandré

Los pequeños Mathías y Ella se habían quedado con mi futura suegra, aquella mujer era un amor de persona y me agradaba mucho la idea de que yo le cayera bien, porque por primera vez en mi vida quería llevarme bien con los padres de mi pareja y esa mujer era padre y madre para mi castaño, sin duda alguna es mejor persona que mis padres; y, a los pequeñines también le gustaba la compañía de su abuelita, Mathías ya la conocía un poco más que la morena por obvias razones y como una relación de abuelita a nieto, ella solía cocinarle una que otra comida y al rubito le encantaba la comida de ella.

Ahora con la visita inesperada de la mamá de mi chico y las vacaciones de él, opté por proponer una salida hacia una de la empresas que venden bienes inmuebles, el dinero lo tenía, una buena cantidad para cubrir una casa, este había sido el resultado de aquel proyecto sobre los modelos jóvenes que querían entrar a este mundo, una parte se había ido en el viaje y la otra se iba acumulando ya que ese proyecto fue creciendo poco a poco, que incluso hasta fechas actuales se iba dando y aquello me generaba ingresos. Agregando también, aquel horario flexible que tenía, el viernes era uno de mis días libres e hice que mi chico dejara de entrenar por al menos esta mañana, en la noche continuaríamos -Bien, hemos llegado- Había posibilidades de que mi prometido se enamorara de una casa que estuviera fuera del intervalo de nuestros ingresos, eso es lo que temía, la verdad porque decirle que no a mi chico... Sería algo que me destruiría por completo.

Lo que pareció una simple promesa de futuro se convirtió en algo real. El apartamento lo compré solo para mí y estaba perfecto porque tenía todo lo que necesitaba para mí. Ahora estábamos en el coche aparcando frente a una inmobiliaria. André había aprovechado sus negocios para obtener una cantidad de dinero extra que nos daba la posibilidad de costearnos durante unos meses una nueva casa o al menos para pagar la cuota de entrada. El resto podríamos pagarlo con nuestros sueldos. El rubio estaba obteniendo muchos beneficios y yo pronto internaría en la escuela de policía ,con suerte, y si era necesario lo compaginaría con mi trabajo en el bar. No podía estar  más agradecido a mi madre por cuidar a los dos pequeños siempre que nuestros turnos eran el mismo y no podíamos quedarnos con ellos. Estaba feliz con una madre que apoyaba mi familia y me ayudaba en todo lo que podía. Sin duda alguna era un ejemplo a seguir e intentaría ser igual que ella con mis pequeños.

-Recuerda que no podemos permitirnos algo demasiado costoso.-advertí mientras me bajaba del coche. Me imaginaba con una casa grande con su jardín donde poder jugar con los niños y una piscina en la que bañarme con ellos en las vacaciones de verano. Observé el móvil por si tenía alguna llamada y envié un SMS a mi madre, recibiendo la respuesta el instante. Quería saber cómo estaban los niños y ella me envió una foto de ambos viendo la televisión muy tranquilos. -Mira como están ahora los dos pequeñajos.-dije con una gran sonrisa enseñándole el teléfono móvil para que viese la foto. -Y ahora veamos que nos pueden enseñar.-comenté entrando en el local. Después de presentarnos a la chica nos sentamos en una mesa y esta nos entregó un catálogo en el que cada página contenía varias fotos de una vivienda al igual que los datos de la misma. Se suponía que las que nos gustasen podríamos ir a visitarlas.

Al menos aquellas palabras que soltó mi chico me tranquilizó un poco ya que parecía que él estaba consciente de nuestra situación económica, ya quería que de una vez por todas me llegara ese ascenso que estaba buscando desde que Ella apareció a nuestra familia, era cierto que siendo el Gerente de Recursos Humanos de la empresa tendría un mayor sueldo del que ahora poseía y además también tendría que viajar a diferentes partes del mundo para o bien cerrar tratos con empresas extranjeras o hablar de negocios con modelos reconocidos; y, claro que siendo Gerente sería una especie de propio jefe, lo que quiere decir, que no solo yo viajaría sino también mi familia... sería fantástico y todo un sueño pero esto sería poco a poco, los dueños de la empresa estaban contentos con mi desempeño en la empresa -Lo sé perfectamente- Quizás a mi yo del pasado, ese joven que todo lo tenía con solo decirlo y chasquear los dedos esto sería una completa pesadilla, es decir, vivir con una situación económica "ajustada" y no tan alta como mis padres lo eran...ese André se moriría sin duda alguna.

Observé la fotografía que la mamá de Darren le había sacado a los pequeñines y era para morir de ternura, Mathías y Ella tenían una muy buena relación, tanta así que era la envidia de muchos padres del vecindario, no los culpaba porque todos quisieran a dos niños que se amen y lo demuestren todo el tiempo. -Son nuestros hijos- Murmuré y le di un pequeño beso en los labios, algo discreto, pues estábamos en público. Aquella chica se presentó, nos saludó y nosotros respondimos como personas educadas que éramos. Y, enseguida nos mostró un catálogo de viviendas, unas dentro de la ciudad, otras en el centro y otras a las afueras, todo era genial, pero había un problema -¿Diseño de arquitecto profesional o clásicas?- Le pregunté a mi chico en un suave susurro, posé una mano sobre su pierna izquierda, le miró con una sonrisa tierna.

Comprarnos una casa era un gran paso que si lo sumábamos a nuestro compromiso y el registro oficial de los dos pequeños como mis hijos legales salía un resultado  demasiado grande que debería darme miedo. No tenía ni 23 años y estaba casi casado, con dos y una nueva casa entre manos. Sin embargo, lejos de todo eso, estaba completamente feliz de iniciar esta nueva vida con ellos. Lo mejor de todo es que  sabíamos perfectamente la situación en la que estábamos y que no podíamos gastar demasiado porque dos vidas dependían de nosotros  y se merecían lo mejor de lo mejor. -Busquemos algo que nos guste dentro de nuestras posibilidades. Y si no, pues ahorramos un poco más y esperamos. No hagamos locuras. Por ahora estamos cómodos juntos, me gusta que tengamos que estar los seis tan juntitos.-sonreí ampliamente y le di un beso en la mejilla para luego dejarle que siguiese conduciendo.

Aquella foto demostraba que nuestros bebés eran dos seres increíbles que se amaban muchísimo entre ellos y que no daban problemas. Seguramente estarían con mi abuelo viendo la televisión mientras mamá y la abuela les preparaban algún zumo o un poco de leche. -Mis pequeños favoritos.-murmuré mirando la foto. No sé qué había pasado conmigo, pero había cogido tantísimo cariño a esos dos que sentía como si fuesen míos de verdad. Vamos ¡eran míos de verdad! Una vez hechas las presentaciones empezamos a observar un primer catálogo de viviendas que luego nos podrían enseñar en persona si deseábamos, pero primero teníamos que hacer una pequeña selección. Ante la pregunta de André supe la respuesta rápidamente. -Siempre me imaginé viviendo en una casa de siempre,  grande, pero no una mansión lujosa , con jardín para poder jugar y pasarlo bien, una piscina que obviamente puede ser desmontable porque son mas baratas.-reí un poco antes de continuar. -Techos altos con sus tejas clásicas de siempre. No sé, una casa en la que sienta que estoy protegido y que soy feliz.-me encogí de hombros. No hablé muy claro, pero seguro que André me entendía, o eso esperaba.

Sonreí de medio labio ante las palabras de Darren, ese beso en la mejilla me hizo desearlo mucho más, lo miré de lado y aquella sonrisa aumentó por la única razón de que ¿Cómo no estar feliz con ese chico a mi lado? ... Quiero decir, a pesar de tener aquella edad, era maduro y consciente de sus acciones, porque la mayoría de jóvenes con esa edad jamás pensarían en compromiso, les tendría una fobia enorme a esa palabrita y a muchas cosas más que mi chico las estaba aceptando y amando, como en el caso de tener hijos de una persona que antes de hace unos cuantos meses ni conocías, pero que ahora amas. -Será nuestra casa- Le dije con un tono dulce, sentí un poco de emoción y orgullo en este momento porque vamos, adquirir una casa con la persona que amas, este era un acontecimiento de suma importancia.

En la foto, tanto Mathías y Ella parecían estar contentos pero centrados en algo, quizás y estoy segurísimo de que se encontraban viendo la televisión, pero aún así no dejaban de ser adorables, mucho más el pequeño cuando cuidaba de la morenita. -Nuestros hijos- Le di una pequeña palmada sobre la pierna. El catálogo fue abierto por mi muchacho, sabía que mi chico ya tenía la respuesta a la pregunta que le di, imagino que aquello, su respuesta, la tendría desde el primer momento en el que me planteó la idea de comprar una casa para nuestra pequeña familia que iba creciendo, desde ese momento tendría la respuesta a mi pregunta. Y, tal y como lo dije, él empezó a hablar, yo solo le escuché con una sonrisa en el rostro. -En resumen, una clásica ¿No?- Le pregunté y señalé con mi dedo índice de la diestra una casita que parecía para dos personas, generalmente estas la compraban personas que recién se habían casados, pero en nuestro caso teníamos dos hijos y dos perritos -¿Algo así, cierto?- Le interrogué, mostrándole la fotografía de aquella casa, lo miré fijamente a sus ojos con el gesto un poco pensativo, esperaba no me acomodaba, pero estaba un poco seguro que él prefiría ese tipo de casas, me lo decía su personalidad: humilde y sencillo ♥

El apartamento estaba perfecto cuando vivía yo solo, incluso ahora también estaba bien porque los pequeños aún dormían en sus cunas al lado de nuestras camas. Sin embargo, en poco tiempo Mathias necesitaría su cama y luego Ella, por lo que entonces si nos quedaríamos sin espacio. Vivir cuatro personas en un apartamento en el que solo viven una o como mucho dos era algo más complicado. Aquellos dos necesitaban su espacio, una sala de juegos para ellos y un dormitorio en el que pudiesen vivir esas noches despiertos y hablando en silencio para que no les pilláramos; algo que yo hacía muchas veces también. Mi madre nos acostaba y ,minutos después, nos poníamos a jugar o hablar de nuevo. Alguna vez nos pillaba , pero otras ni se daba cuenta hasta que al día siguiente éramos incapaces de despertarnos. Eso era algo que todos los hermanos habían hecho alguna vez.

Desde que tenía uso de razón me imaginaba viviendo en una casa de las de siempre, con sus tejas rojas que resaltasen desde la carretera. Un gran jardín en el que poder jugar con mis animales y organizar barbacoas en verano con los amigos. Lo de la piscina podía ser con el tiempo, pero acabaría haciendo una también para disfrutarla. Era una buena inversión en el terreno de la casa. -Sí, una casa normal que marque nuestra memoria.-sonreí ampliamente imaginándome ya todo aun a sabiendas de que no podía emocionarme demasiado debido a que no era algo seguro. Señaló una casa que parecía estar bien para los dos, era cuestión de ver el resto de esa casa. -Claro, algo así pero con el espacio que necesitamos. Ya sabes, los dos pequeños pronto necesitarán su dormitorio que podría ser común y compartirlo.-expliqué.-Aunque si no te gusta ese estilo podemos buscar otra sin problemas. -dije rápidamente para que no creyese que me sentía superior ni nada.