Cunita Rosa || O'Archi || Exprés

Domingo 17 de Mayo de 2015.

Entre mi novio y yo quedamos habíamos quedado de acuerdo en comprar una cuna para la pequeña, aquello implicaría que el dormitorio se haga un poco extreño para ambos pero primero debíamos pensar en el bienestar y comodidad de los pequeños por lo que para que ambos duerman bien y donde les correspondía debíamos comprar aquel objeto sí o sí. Nos habíamos tardado un poco por la cuestión de que creíamos que Ella podría dormir en la cunita de Mathías y el rubito con nostros, pero ciertamente vi una pequeña inconformidad en él, solo se necesitó de eso para ejecutar la compra de aquel bien mueble.

Darren se había quedado en la casa con Mathías y Ella, cuidándolos mientras que yo optaría por la compra de la cunita, los adornos de ésta y el colchón, llegué a conseguir un lugar super económico, además de que todo lo que necesitaba estaba prácticamente incluido en una especie de "combo" u oferta, me aseguré antes de comprar de comprar la calidad de todo. Por lo que dado el visto bueno, opté por realizar aquella transacción. Llegué a conseguir un flete para movilizar todas las partes de la cuna, pues estaba desarmada.
Muy gentilmente el conductor del vehículo me ayudó con las cosas hasta la puerta de mi hogar, agradecí en un tono silencioso pues debía tener un poco de cuidado porque no sabría si la pequeña estaba dormida cerca de la entrada o el pequeño rubito.
Saqué mi celular y envíe un mensaje de texo a mi chico para que me abriera la puerta, no opté ni por tocar la puerta y ni mucho menos por llamar como, únicamente yo, lo solía hacer.

Creer que podíamos dormir en la misma cama con Mathías mientras que Ella lo hacía en la cuna de este fue un gran error. Mi cama estaba bien para dos personas, pero el rubito estaba acostumbrado a tener su espacio y moverse libremente, por lo que ahora se le notaba incómodo. Era verdad que algunas noches dormía con nosotros, pero era porque tenía miedo o cualquier otro motivo especial; no como norma general. Debido a eso tuvimos que tomar la decisión de comprar una cuna más. Cuando compré la casa lo hice buscando un lugar para mí y ,de repente, vivía con tres personas más. No me quejaba ni mucho menos porque era feliz teniéndolos conmigo, más tenía que ser sincero y admitir que el espacio se vio ligeramente reducido. Bueno, ya nos acostumbraríamos ¿no?

André fue al centro comercial a por una cuna y mientras me quedé jugando con Mathías a montar castillos con unas piezas de colores similares a las de lego pero mucho más grandes para que no se las pudiese tragar ningún niño. Ella estaba en el sofá entre despierta  y dormida, sin llorar, que era lo importante. Recibí un SMS y fui rápidamente a ver de quien se trataba. Al leerlo me dirigí a la puerta y allí estaba André. -Hola.-saludé con una sonrisa, besando luego su mejilla. -Vayamos al salón y la montamos en el suelo.Están despiertos los dos.-expliqué ayudándolo con la caja y las bolsas. -¿Te ha costado mucho dinero?-pregunté. Éramos una familia y era importante tener cuenta de los gastos para saber cuánto teníamos.

El escuchar la voz de mi chico a través del celular provocó que una sonrisa se dibujara en mi rostro. Al finalizar la llamada guardé mi celular en uno de mis bolsillos y en un instante mi chico abrió la puerta. -Hola- Saludé luego de su beso en la mejilla, por mi parte yo le di un beso corto en los labios. Darren comentó de que los niños estaban despiertos por lo que reí ya que al menos uno debía estar dormido, el castaño se esforzaba mucho en atender a quienes ahora son sus hijos, la universidad era un peso extra para él, en mi caso, para el trabajo no tenía problema alguno porque había conseguido al día siguiente del nacimiento de Ella, un lapso de vacaciones.

-Tranquilo, amor. Recuerda que tu pareja es graduado en economía, sé como administrar mi dinero, todo está fríamente calculado hasta el viaje- Aseguré, no era por presumir pero en la universidad había aprendido ciertos conceptos básicos y "trucos" para una buena administración de todos los recursos que poseía tanto en el ámbito empresarial como en el ámbito personal. Luego de eso empecé a mover los cartones y partes de la cuna con un cierto grado de facilidad, gracias a las condiciones físicas mías terminamos pronto de movilizar. -Bueno, creo que aquí no sería tan útil, no soy arquitecto jajajajaja- Comenté en un tono burlón soltando una carcajada y lo primero que hice fue empezar a sacar todo de los cartones, esto me resultaría un poco complicado, la verdad, pero mi novio estaba a mi lado.

Me agradaba tener a los dos niños tranquilos porque últimamente era extraño que ninguno estuviese llorando o necesitando nuestra atención. No podía culparlos, pues solo eran dos niños pequeños que necesitaban a sus padres para todo y siempre que uno dormía era el otro quien lloraba o necesitaba atención. Ahora no, Mathías jugaba tranquilo y Ella estaba medio dormida en el sofá. Reí un poco ante el comentario de André. Es cierto, muchas veces olvidaba lo que había estudiado, aunque eso no significaba nada. Nos tocaba adaptarnos a todos los gastos. -Igualmente creo que se acabaron esas cenas en restaurantes caros. Ahora tendremos que hacernos esas cenas aquí.-dije entre risas ayudándolo con la caja, aunque realmente dudaba de que le hiciese falta porque había que admitir que el estado físico de André era mucho más elevado que el mío.

-Tranquilo, entre todos podremos formarlo…supongo.-volví a reir caminando hasta la alfombra donde estaba Mathías. -Mira, Mathi, vamos a hacer lo mismo que tú pero con piezas más grandes.-bromeé sacando todas las partes y colocándolas en el suelo. -A ver como va esto.-extendí el plano de montaje y comencé a darle vueltas intentando ponerlo derecho.

Me sorprendió de que mi chico halla terminado por decir ello, puesto que si se hacía lo que era una buena gestión financiera mía se podía hacer un pequeño plan estratégico para llegar a hacer aquellas salidas, por lo menos cada dos meses -De eso depende, pero para estos dos meses, me temo que no- Dije un poco decepcionado, solté un pequeño suspiro algo pesado puesto que no me gustaba eso de no celebrar con mi castaño los meses de que cumplíamos, eso me sentaba mal, aunque claro, empezaría por buscar nuevas actividades para pasarla en familia y super contentos en aquellos días.

Terminé sacando todo de los cartones en los que había venido, cuando el pequeño fue mencionado, desvié la mirada hacia él quien me la devolvió con una sonrisa amplia. Negué ligeramente con la cabeza y me acerqué hacia él para revolver sus cabellos y dejarle un besito sobre su frente -Hola Mathías- Le saludé recién en un tono divertido y regresé -Thías- Alcancé a escuchar lo que dijo el rubito y empecé a trabajar con lo que era la construcción de aquella cuna, al lado de mi novio, viendo el manual que reposaba sobre el suelo para la visualización de ambos.

Si íbamos a intentar criar a estos niños con todo lo que necesitasen teníamos que ser claros y sacrificarnos nosotros mismos por su bienestar. Se acabaron esos caprichos que antes nos dábamos porque ahora lo primero era cubrir todos los caprichos y necesidades de esas dos cositas que no tenían culpa de nada. Yo estaba dispuesto a ajustarme para proporcionarles de todo a los niños y seguro que André también. -No pasa nada, un par de pizzas y una película en la cama todos. No necesito nada más.-confesé. Nunca fui materialista puesto que mi familia no era precisamente millonaria, por lo que estaba acostumbrado a tener lo necesario, sin excesos.

Extendí el plano una vez que encontré la forma correcta y comencé a buscar una pieza similar a la del dibujo. -¿Dónde estás?-pregunté buscando entre todas las piezas. -¡Aquí!-la agarré y leí el manuel. -Bien, una esa parte a esta otra , ejerciendo fuerza para formar una de las patas. Vale, busquemos la otra pieza.-dije aunque hablaba realmente conmigo. No esperaba hacerlo todo solo porque era nefasto para estos montajes. Bueno, una vez monté un zapatero yo solito y no me salió tan mal. Al menos eso dijo mi madre.

La sencillez de mi chico no tenía comparación alguna, me alegraba mucho que halla tenido aquella suerte de haber conocido a aquel chico y más aún el que desde hace poco más de cuatro meses seamos pareja, no me lo esperaba para nada. Asentí suavemente con la cabeza -Vale, si tu lo deseas así, así será- Respondí en un tono divertido y super dulce, me acerqué a él para dejar un beso sobre sus labios. Y, en gran parte tenía mucha razón ya que con el nacimiento de Ella, nuestras necesidades pasarían a un segundo plano, pasando a la cima o primer plano las necesidades de Mathías y Ella.

Empezamos a armar la cuna, pero me quedé un poco extrañado y sin mover mis manos cuando mi chico empezó a hablar consigo mismo en busca de una pieza. Ladeé la cabeza y sonreí divertido, reaccionando que también debía cooperar por lo que escuché aquellos susurros que provenían de él y le pasé aquella pieza que le faltaba -Toma- Sonreí y me acerqué a él para fijar aquella pieza. Me aparté un poquito para observar como estaba quedando la cuna, era perfecta. Vi al pequeño rubito que se acercaba con un papelito que había venido con el producto -¿Eh? ¿Y esto?- Pregunté y tomé el papel y noté que era la garantía del producto, solté una pequeña risa, negué suave y la guardé en mi billetera.

Mi madre me acostumbró a no tener más de lo necesario porque nunca se sabía lo que podía ocurrir en un futuro. Cada fin de semana descargábamos una película y nos sentábamos a verla en el sofá, alejando todas las preocupaciones. No necesitábamos irnos a cenar a restaurantes caros ya que solo bastaba con hacer un par de pizzas y ya estábamos todos contentos. Ahora tendría que volver a eso y no me importaba mientras estuviésemos todos juntos. -Sí, pero las harás tú eh.-bromeé recibiendo luego aquel beso.

La dichosa pieza quería no ser encontrada y no podía hacerlo entre tantas mas diferentes. Lo peor de montar cosas asi era empezar porque nunca sabía cómo hacerlo y me desmoralizaba. Agradecí que André se acercase con la pieza. -Gracias, iba a pegarme yo mismo ya.-dije riendo un poco. Una a una fui añadiendo todas las piezas hasta que tenía formadas las cuatro patas. -Perfecto, ahora vayamos a por los barrotes.-seguí hablando conmigo mismo y tarareando una canción. A continuación cogí el plano y me puse a buscar lo que ahora necesitaba para formar los barrotes de ambos lados y la superficie en la que se encontraban las patas unidas.

Me quedé en shock por lo que dijo mi chico acerca de hacer las pizzas, eso, eso estaba super que mal porque yo no podía cocinar, no tan bien, es más, no sabía cocinar y cuando estaba en ello era muy torpe, podría llegar a incendiar nuestro hogar y si es que eso sucedía nos quedaríamos sin ningún bien -No, no. Más efectivo sería que tú las hagas con mi ayuda por supuesto o sino pedirla a una pizzería- Comenté y no necesariamente sería una pizzería reconocida, había un par que el costo era el adecuado para personas de estrato socio económico bajo pero que sin embargo, gente de los otros estratos socio económicos asistía a dicho local para adquirir una ¿Por qué? ... Porque en ese lugar es demasiado rico.

Observé como Mathías que luego de haberme entregado aquel papelito de sello de la garantía, se fue donde se encontraban sus juguetes para retomar su acción anterior, aproveché que mi castaño se alejara del producto semi ensamblado para asegurarme de que todo estuviera bien. Después caminé y me acerqué a él por detrás. -¿Son estas?- Le pregunté señalando una parte que estaba cerca de nosotros, lo que hice fue unirlas con otras piezas para armar la última parte que quedaba.

Era consciente de que André y la cocina no se llevaban nada bien y por eso me encargaba siempre yo de la comida más pesada y elaborada , mientras que hacía cosas más sencillas o se encargaba de la limpieza. La distribución de tareas en casa estaba bien elaborada para que ninguno se cansase mientras que el otro no hacía nada. Ahora con los pequeños tendríamos que volver a dividirnos las tareas para adaptarnos a esta nueva situación. -Recuerda, tenemos que ahorrar. Las hacemos nosotros.-asentí varias veces. No estaba dispuesto a vivir agobiados por el dinero, así que lo más práctico era adaptarse.

No encontraba las piezas que necesitaba, lo que me comenzaba a enfadarme porque no quería perder más tiempo. No, no tenía mucha paciencia para estas cosas. Agradecí enormemente que viniese André a ayudar. -Tú cómo no…siempre solucionándome la vida.-sonreí ampliamente y le di un beso corto en los labios. -Sigamos montando esta cuna antes de que sea de noche.-volví al trabajo. Esta noche pretendía que cada bebé durmiese en su cuna para que pudiésemos descansar todos.

Asentí con la cabeza un par de veces, estaría de acuerdo con todo lo que decidiese Darren, este mes, el de Mayo tendríamos que ahorrar como más podamos, puesto que en Junio, a mediados teníamos planeado aquel viaje con los chicos y por supuesto que iba asistir la pequeñita, quizás sea una locura o quizás no pero sería el primer viaje internacional de los pequeñines, de seguro disfrutarán mucho de ello. -Vale, comeremos Pizza hecha de O'Archi- Comenté en un tono divertido e incluso la realización de la pizza puede convertirse en un bello momento, quien sabe que no podamos vestir a Mathías de cocinerito; y, quién nos aseguraba de que el pequeñito no sea travieso y terminara con las mejillas llenas de harina, sería gracioso eso.

Armé con cierta dificultad lo que era la parte de los barrotes, dejé que mi chico me besara los labios, sonreí por ello -Sí, espera- Comenté en un tono medio áspero pues estaba ejerciendo mucha presión para llevar acabo esta actividad, después de unos minutos conseguí armar los barrotes y uní aquella pieza con la base de la cuna en otro par de minutos, al finalizar terminé sentado sobre el suelo, un poco exhausto.

Tenía muchísimas ganas de acabar de armar la cuna y así poder preparar la cena porque no tenía nada pensado para esta noche. Por suerte Ella comía solamente su biberón de leche y a Mathías podía calentarle uno de esos purés elaborados por mí con muchas verduras y carne ya que no comía demasiadas cosas duras aún. Para André y para mí cualquier cosa bastaría y más ahora que se acercaba el verano y habíamos decidido comer más sano. Al rubio no le hacía falta porque tenía un cuerpo increíble, pero yo quería volver a estar como antes y para eso había que sacrificarse un poco. -¿O’Archi? Suena elegante.-dije riendo por aquel apodo que utilizó. -Yo creía más bien que se nos podia llamar…¿Dandré?-fruncí el ceño y negué echándome a reir.

Durante unos segundos me quedé mirando los brazos de mi chico , quien ejercía fuerza para encajar las piezas y demostraba los bíceps que tenía. -Cuidado, Hulk.-bromeé. Yo y mis referencias a los cómics de superhéroes. Ya estaba prácticamente montada, así que el siguiente paso era reforzar la cuna con tornillos. Podría haber usado el destornillador eléctrico, pero haría mucho ruido para Ella, por lo que nos  tocaba girar los tornillos como siempre. -Toma. -le lance un destornillador y con el otro me puse a enroscarlos.

Asentí ligeramente con la cabeza por la pregunta. Sí O'Archi sonaba a elegancia pero aquel apodo que había dicho abarcaba no solo a mi persona y Darren sino más bien a los seis, incluyendo a los dos cachorritos que quizás en este momento han de estar acostados, durmiendo una pequeña siesta. -¿Dandré?- Pregunté en un tono curioso, parpadeé un par de veces y terminé por soltar una ligera carcajada, negando suavemente con la cabeza -No nos hemos fusionado por los pasos o los arcillos para formar a Dandré- Comenté en un tono burlón y divertido, en referencia a Dragon Ball Z, cada vez que se hacía la fusión el nuevo individuo tenía un mezcla de los nombres de quienes hicieron la fusión jajaja. Fue gracioso. Yo dije O'Archi para abarcar a los seis: Los perritos, Mathías, Ella, tú y yo- Dije en un tono dulce, aclarando lo que había pensado y el por qué de aquella palabra que de aquí para adelante es especial para mí.

Solté una pequeña risa suave y serena en el momento que fui llamado como el super héroe verde e histérico, no comenté nada y continué con el forcejeo con aquella pieza. Tomé el destornillador de una manera adecuada, atrapándolo antes de que cayera el suelo y dando uso para culminar con la unión de las barras y la base.
Después de unos cuantos minutos, me llegué a sentar -Terminado- Dije en un tono bajo pues estaba un poco exhausto, miré la nueva cuna de la pequeña de arriba y abajo, me encantó el trabajo que habíamos hecho en equipo.

Nunca pensé en un nombre para nosotros como las parejas de las series, pero Dandré me pareció simple  y bonito, por no hablar de sexy. Yo era un amante de los comics y superhéroes desde que tenía razón y Dragon Ball no era una excepción. Oir aquella referencia a dicha serie de dibujos animados me hizo estallar en carcajadas; parecía difícil que alguien como él ,de prototipo chico-popular, hiciese esas referencias. -¡Me pido ser Vegeta!-exclamé alzando las manos hacia arriba. Cuando oí su explicación no pude contenerme y me acerqué para tirar de su mejilla con mi mano. -Si es que eres lo más bonito que puede existir.-dije imitando a las abuelas orgullosas y luego deposité un beso sonoro ahí.

Poco a poco fuimos acabando la cuna, colocando todo en su lugar y apretando los tornillos para dejarlo fijo. Tras eso me puse a colocar algunas pegatinas que formaban el nombre de “Ella” en uno de los lados de la cuna. Coloqué el pequeño colchón e hice la cama, dejándola terminada. Aplaudí un par de veces y miré a André. -Choca esos cinco, somos un buen equipo.-sonreí acercándole mi mano. No había que ser muy listo para ver que estaba de muy buen humor porque todas estas actividades en familia me encantaban. Era consciente de que ahora iba a tener que reestructurar todo el dormitorio para que pudiésemos tener el espacio necesario.

Levanté la ceja derecha curioso por lo que escuché salir del castaño, mi novio y solté una pequeña risa. Vegeta era uno de los personajes que me encantaba de aquella serie, no era el primero porque ese lugar lo ocupaba Gohan pero ¿Por qué lo era? ... No hay necesidad de explicar mucho puesto que solo con ver las dos sagas de Cell y la de Majin Boo, observas la evolución de aquel personaje -Vale, eres Vegeta- Le cedí la razón. Luego de mi explicación, en un acto inesperado terminé con la mejilla estirada, me sorprendí un poco por ello no lo esperaba, parpadeé un par de veces y negué -Ese es Mathías- Respondí con cierto orgullo, puesto que era verdad, aquel pequeñín era lo mejor.

Poco a poco me fui levantando del suelo, mi mirada estaba fija en las acciones que mi chico hacía, ladeé un poco la cabeza una vez que se apartó y vi que había armado el nombre de "Ella" con aquellos stickers, pasé a ayudarlo un poco a colocar el colchón dentro de la cuna y di un paso hacia atrás abrazando de lado y por la cintura a Darren, chocando los cinco al final. -Simplemente hermoso- Comenté con una sonrisa amplia en mi rostro, mirando aquel bien mueble que habíamos terminado en armar, entre los dos, como un equipo.