Forever blue || Privado

Dejó caer la bolsa en el medio de la habitación, ninguno de sus compañeros estaba allí y según los cálculos del inglés no volverían sino hasta en un par de horas, lo cierto es que sólo le interesaba que Aaron estuviera fuera el tiempo suficiente para poder arreglarlo todo como tenía planeado. Abrió la bolsa de tela y comenzó a sacar una a una las banderas que tenía dentro, lo hacía con una parsimonia poco usual en él y que delataba por completo la pasión que sentía por el Chelsea FC. Para Tobías el único fútbol del mundo digno de consideración era el fútbol que los americanos llamaban futbol soccer y no esa aberración similar al rugby que tan corriente le parecía, cosa curiosa ya que su equipo de futbol favorito tenía fama de ser uno de los más violentos de la Premier League.

Luego de unos treinta minutos la parte de la habitación de Aaron estaba completamente cubierta de banderas del Chelsea, un hermoso azul que lograba que el pecho de Tobías sintiera algo cubría toda esa zona. No estaba muy seguro de cuál era el equipo favorito de White, pero sabía que Ethan era fanático del Manchester, y como ambos equipos se enfrentaban ese día, decidió descargar algo de la emoción ocasionada por el encuentro haciendo esa pequeña broma a su hermano. Lo observó una vez más y luego bajó a adueñarse de la televisión, nadie lo movería de allí ni para su estúpido fútbol americano, ni para baloncesto, ni para Roland Garros, ni para nada, ese día el futbol inglés se adueñaba de la televisión principal de épsilon, le hubiera gustado en la habitación para ver la reacción de Aaron, pero eso era muy inmaduro, incluso para Tobías. Se acomodó en el asiento y abrió la primera cerveza, llevaba puesta obviamente la azul de sus amores.

Había decidido salir de mi cuarto para distraerme mientras que empezaba el partido del equipo de mis amores, cosa que iba a demorar porque faltaban como dos horas o eso pensaba yo. Al contrario de mi hermano Ethan, yo no era de aquellas personas que se morían si mi equipo perdía o cosas así por el estilo pero si me gustaba ver el partido, tomar un par de cervezas y disfrutar.
Calculaba que había estado hora y media fuera de la fraternidad haciendo muchas idioteces pero ninguna de ellas importante, bebí un café, me compré un par de cervezas, llamé a mi chica especial y fui a la playa un rato, jamas hubiese pensado haber sido capaz de hacer tanto en una hora pero bueno, la suerte estaba de mi lado y esperaba que el partido también.

Al llegar a mi cuarto y abrí la puerta me encontré con la sorpresa más desagradable del mundo, mi cuarto estaba completamente azul, banderas , camisas y otras cosas del Chelsea. What the fuck? -Fue lo único que salio de mi boca, fue con un acento de sorpresa pero no de enojo, era mi cuarto y a la vez era del responsable de esto, ¿Quien rayos era el responsable? salí del cuarto y fui al gran salon epsilon, mire la silla que estaba frente al televisor y estaba Tobias, bien acomodado para uno de los partidos mas importantes de la premier, me acerque y le di un manotazo en su cabeza. Si serás, era necesaria toda esta absurda decoración sabiendo que tu equipo de quinta perderá? -Dije con un aire de superioridad pero claramente era de joda, jamás me enojaria con uno de mis hermanos por no apoyar el mismo equipo que yo. Espero que cuando el partido se acabe bajes toda esa cosa que pusiste, sabes que te ira mal si no lo haces. -Dije mientras me acomodaba en la otra silla para ver el partido

Ladeó la cabeza mirando a Aaron con expresión seria - ¿Eso a que viene? – preguntó haciendo de cuenta de forma descarada que no sabía nada del asunto del decorado - ¿me ves con cara de ser un decorador de ambientes? – preguntó dejando que media sonrisa asomara a su rostro antes de beber un trago de su cerveza. La pequeña broma había causado el efecto querido, no es que fuera amante de hacer ese tipo de bromas pero lo cierto era que al estar lejos de Londres en un país donde el fútbol no recibía el lugar que se merecía, extrañaba las previas, a sus amigos hooligans. Meterlos en esa categoría era un crimen para los que realmente eran hooligans ya que Tobías jamás se había metido en su vida en una de esas peleas callejeras pero aun así su fanatismo era lo suficiente para tener todo un ritual previo a los encuentros deportivos y era esa energía la que tenía que gastar de alguna manera.

Empujó la hielera hasta que quedó a medio camino entre ambos, ofreciéndole de ese modo las cervezas a su hermano, en la televisión los comentaristas daban sus opiniones en relación al encuentro. Soltó una risa ante el último comentario de Aaron - ¡Qué llorón estás White! – bromeó - ¿Serán los nervios por el inminente resultado? – preguntó mirándolo con autosuficiencia – y mi equipo no es de cuarta, más respeto al padre de tu equipucho – añadió con tono cauteloso, no le gustaba que hablaran mal del Chelsea. Notó que se estaba poniendo un poco tenso, bebió otro trago y se reacomodó en el sillón - ¿Qué tal todo en la vida del pequeño White? – preguntó, esta vez el tono fue más amable.

Viene a que no me veas la cara de pendejo que se perfectamente que fuiste tu. -Dije con una sonrisa sarcástica, obviamente no me iba a enojar por eso pero si le iba a dejar claro que no era una broma que esperaba todos los días. Y tanto como cara de decorador no, pero si de pitufo, digo, sigues a un azul. -Dije sin evitar reír, no se me había podido ocurrir mayor estupidez que esa pero la verdad es que me había causado mucha risa y eso se pudo notar porque me reí por unos buenos segundos. Me acomode mejor en la silla y puse mis pies en la mesa que se encontraba allí, era tiempo de relajarme y de ver un buen partido de futbol, tenia que aceptar, para mi desgracia, que el Chelsea era un buen equipo que nos había dado grandes partidos y cosas asi, pero no había punto de comparación con mi equipo del alma, con el rojo rojo que me encantaba, aunque debia de aceptar que ultimamente no estaba muy contento por el cambio de jugadores que estaban haciendo, soy de los que piensa que se les debe dar oportunidad a los nuevos que llegan pero no soy el tecnico del equipo para dirigirlo...-

Al ver como Tobias empujaba la hielera no pude evitar sonreír, me agacho y cojo una cerveza para empezar a beberla poco a poco mientras escuchaba las opiniones de los comentaristas, siempre exagerando todo y llevando al extremo las cosa que sucedían, la verdad es que los aborrecía. No son nervios, la verdad es que me basta y me sobra viéndolos perder, no necesito ver tanto azul en mi cuarto para estar contento por un partido que se que vamos a ganar. -Dije con una sonrisa en mis labios para dar otro sorbo a mi cerveza . Tu equipo es bueno, no te lo niego, pero debería de aprovechar más el regalo que tienen a la derecha que es Cuadrado, en la banca él no va a producir y necesitan a alguien que cree jugadas. -Dije honestamente mientras seguía mirando al televisor, no me molestaba en aceptar que el otro equipo era bueno. Y no exageres que el Chelsea definitivamente no es nuestro padre, aunque si, puede ser, esta muy viejo y ya no saben jugar. -Dije para reír, todo lo decía en broma. Quitale lo del pequeño a la frase y luego te respondo Tobito. -Dije en un tono normal, no quería que pensara que me habia molestado.

Soltó una risa por sus palabras, era tan irascible y ni se daba cuenta, aunque Tobías sabía perfectamente que Aaron estaba lejos de estar molesto, chasqueó la lengua – Jamás hermano, jamás – comentó sinceramente, bajo ningún sentido el inglés consideraría siquiera tratar de engañar a sus hermanos, era completamente leal a ellos como consecuencia del compromiso que aceptó al unirse a la fraternidad, pero eso no quitaba que ese tipo de bromas e interacciones existieran, era una forma espontánea de divertirse. Me llevé una mano a la frente mientras negaba con la cabeza sonriendo, ¿qué era esa tontería sin sentido que decía el épsilon? - ¡Dios! Aaron las mujeres te traen mal – soltó una carcajada, antes de volver a centrar toda su atención en las estadísticas, las opiniones que exponían los comentaristas. Era una buena forma de conseguirse un tiempo fuera de todo lo que implicaba la rutina a la que se veían sometidos, porque en el mundo de los toros, la vida de todos era similar, se les exigía lo mejor, sus responsabilidades estaban trazadas desde que nacieron y básicamente lo único que cambiaba era el nombre de la compañía y sus apellidos, todos tenían el mismo destino diseñado, pero pocos lograban adueñarse de las riendas de sus vidas, porque para ello había que estar cuerdo y para estar cuerdo, había que tomarse tiempos libres, o sino simplemente todo se volvía demasiado. Pretendían ser máquinas pero no lo eran.

Apretó la mandíbula negando con la cabeza como reacción a los comentarios, ¡que par de ignorantes!, moría por estar en la cancha y escuchar las opiniones que más valían, las de aquellos a los que no le pagaban para expresar opiniones – Deberían buscar gente más competente para esto – musitó antes de beber otro trago de cerveza. Miró a Aaron mientras sus labios se ladeaban en una especie de mueca similar a una sonrisa – Ya supéralo hermano.. Si quieres le diré a Dora que lo saqué ahora mismo, me sorprende que no puedas tolerar una bromita, ¿te estás ablandando White? – preguntó con el tono de broma expuesto en cada una de sus palabras. Por suerte Aaron comenzó a verlo de la manera en que le gustaba cuando coincidía con alguien que no era de su equipo, dejando de lado el fanatismo siendo neutrales, hizo lo mismo, apretó los labios – Tienes toda la razón, veremos que pasa… Algo me dice que no estás muy contento con la alineación de tu equipo – musitó para hacer un poco de conversación recordando algo que le había oído decir hace unos días al respecto. Rodó los ojos evitando mencionar algo más en replica a su comentario, sin embargo lo miró de lado bebiendo otro sorbo al oír la modificación en su nombre, que supuso justa ya que evidentemente el tratamiento que él había usado no le gustó al castaño, suspiró – No lo dije con mala intención, ¿eres el más pequeño no? Es una constatación de los hechos, pero la replantearé – dijo con tono solemne -¿qué tal todo en tu vida?

Las palabras de Aaron pusieron en acción una serie de pensamientos y durante unos segundos Tobías estuvo tan retraído en sí mismo que ya ni escuchaba lo que decían en la televisión. Con el ceño fruncido giró la cabeza hacia su hermano, se relamió los labios – El problema es que hay demasiados idiotas ignorantes siguiendo al futbol – miró a la pantalla sintiéndose algo harto de pronto – Y para ellos, hay que crear prensa amarillista sencilla para que la entiendan – levantó los hombros, no había nada que se pudiera hacer al respecto – No hay más cultura en este mundo – y con eso obligó a su lado filosófico a ocultarse que pensar mucho no llevaba a nada sencillo y tampoco en este contexto producía nada, así que era un gasto de energías innecesario.

Soltó unas risas en respuesta a la explicación de Aaron, lo cierto era que en un principio el asunto se le había antojado demasiado infantil y hasta pensó en no hacerlo, sin embargo Tobías a veces sentía que la vida se le iba de las manos pero  ser un poco idiota de vez en cuando era buena idea, servía para relajarse y liberar un poco de tensión. Acabó la cerveza, la colocó en la mesita ratona antes de tomar otra, bebió lentamente disfrutando el sabor de la bebida, mientras escuchaba la opinión de su hermano, se encogió de hombros y no comentó nada más al respecto, ya que coincidía con él: no eran los directores técnicos de sus equipos, no conocían en absoluto los pormenores del equipo ni los líos internos que se ocultaban del mundo, por lo que poco y nada podían opinar.

La respuesta de su hermano en relación a su vida lo sorprendió un poco, no por que dejaban entrever que no todo iba bien sino porque parecía no estar en control de ella y eso era algo poco habitual en hombres como él, se recostó en el sillón, adoptando una posición más relajada mientras giraba la botella sosteniéndola desde la boca, lo miró de lado – Eso suena complicado – miró el movimiento de la botella, habló dejando la vista fija en ella – Espero que se solucione lo que se tenga que solucionar – eso sería todo lo que diría al respecto, Tobías no era buen oído de nadie pero aún así esperaba que Aaron supiera que podía contar con el inglés si lo necesitaba, para eso eran hermanos. Sabía que la interrogante sobre su propia vida vendría, era lógico, suspiró y lo miró sonriendo – Perfecta – chocó la botella contra la de su hermano brindando, ya que no podía quejarse – California resultó ser ideal para el cambio que necesitaba – se encogió de hombros – me gusta aquí – confesó.