Mañana de negocios [Priv - Tobías D. Hewson]

Las clases de la mañana fueron demasiado livianas y tranquilas, se explico el procedimiento del cursado de la materias y cuales serian los libros para estudiar a lo largo de todo el resto del cuatrimestre. De saber la simpleza de la clase hubiera optado por seguir dormido unas horas mas, ahora ya con toda la mañana restante libre tengo tiempo de visitar a un viejo conocido. Tobias. Otro de los pocos ingleses de UCLA. Le escribo un texto preguntando si estaba libre, afortunadamente así era. Tobias dijo que fuera a la casa de los Epsilon y yo sin perder mucho tiempo monte el coche para salir hacia la mansión que alguna vez llame segundo hogar. Era raro regresar luego de tanto tiempo, los miembros cambiaron y todos eran desconocidos para mi salvo por alguna extraña excepción.

Aparco el coche a un lado de la casa esperando no estorbar el paso de nadie. Camino sin mucha prisa hasta la puerta de madera. El botón del timbre se hizo escuchar por toda la enorme casa de los muchachos de Elite. Aguarde de pie justo en la entrada observando de manera distraída todo el alrededor de la casa. La poca frecuencia con la casa borro algunos recuerdos, hay detalles que encuentro diferentes y que no los recordaba de esa forma. Quizás la casa fue remodelada, lo que es bastante bueno para un nuevo aire. La puerta de entrada se abrió por completo provocando que mi distracción se centrada en la persona que estaba recibiendo mi visita. Era Tobias. — Espero no interrumpir nada. — Le dije a Tobias con una sonrisa en los labios. Nuestras manos se estrecharon como saludo entre dos sujetos de negocio, efectivamente eso eramos. Al entrar en la casa también note ciertos detalles que no recordaba o simplemente había olvidado y ahora todo parece bastante extraño. — ¿No hay nadie por aquí? Cuanto silencio. — Pregunte sin dejar de mirar la casa. — Hicieron cambios ¿No?. —

Tener el salón de estudios para él sólo no era algo que podía disfrutar muy de seguido, sus libros y apuntes ocupaban la totalidad de una mesa, le gustaba tener las cosas a su alcance y de la forma más accesible posible. Estaba totalmente sumido en su lectura, cuando la vibración de su celular le cortó la concentración (dudaba que su teléfono alguna vez hubiera sonado, odiaba que sonaran en cualquier momento, lo odiaba), pensó inicialmente que se trataba de Franklin y todo ese asunto que últimamente requería más atención suya de la que estaba dispuesto a dar, sin embargo al no tener alternativa miró el teléfono a sabiendas que sería peor ignorar a su hermano, pero al ver el remitente, sonrió, Zsadist hacía acto de presencia luego de casi un siglo y en el momento indicado. No lo dudo ni un instante, guardó todo, en lo que llegaba el inglés.

Malone estaba lejos de poder ser llamado su amigo, pero al haber crecido en prácticamente el mismo escenario, se convertía en algo más que un simple conocido, era de esas relaciones que uno conservaba más por lo que podían llegar a ser de utilidad que por lo que realmente eran y sin embargo, eso no quitaba que podrían llegar a una amistad, aunque por supuesto ninguno de los dos lo buscaba. Estrechó la mano con firmeza mientras una sonrisa amable aparecía en su rostro – Nada que detenga al mundo… Anda pasa – dijo dándole paso y se preguntó cómo había sido cuando el chico que estaba en su presencia pertenecía a la fraternidad, ya pocos quedaban de esa generación aunque esa idea tampoco le quitaba el sueño.  Cerró la puerta en lo que escuchaba la pregunta de Zeta – Esa cosa a la que insisten en llamar futbol, los niños tienen un partido importante hoy así que fueron a hacer acto de presencia – explicó más que por cortesía que por otra cosa. Frunció el ceño mirando la casa – No sé, seguro – se encogió de hombros mientras se dirigía hacia el salón  en el que usualmente recibían a las visitas - Vamos por algo de beber, es muy temprano para un trago pero seguro encontraremos una alternativa – sonrió de lado mientras comenzaba a caminar, dudaba que Zeta se perdiera - ¿Cómo has estado? No se te ve mucho ¿huyendo de tu padre? – preguntó, olvidando que el señor Malone ya no estaba en California.

Continué mirando la casa, recordando viejas épocas. Recuerdo mas de una reunión con los hermanos en aquella sala y también recuerdo con mucho afecto la vieja sala de sótano creada con los mejores equipos electrónicos para admirar un buen partido de cualquier deporte, sobre todo del gran Manchester United. Equipo tanto de Ethan como mio, era casi un rito ver todos los partidos de los diablos rojos. — Un café esta bien para mi, cuando conduzco prefiero no beber nada de alcohol. — Era mejor aclarar ese punto antes de rechazar alguna invitación de Tobias para alguna bebida alcohólica o mezclada con algo de alcohol, era exactamente lo mismo. — Iremos a la cocina supongo. — Me adelante a decir mientras mis pies caminaban rumbo a la cocina. Conozco el lugar a menos que hayan cambiando todo de lugar algo que realmente dudo mucho. — Escuche algo de esa escuela, buen gesto. Espero que tus hermanos no hayan solo por las cámaras de los paparazzis. — Sonrió de lado caminando hacia uno de los asientos de madera que rodean una mesa junto al gran ventanal con vistas hacia el gigantesco jardín.  

— ¿Ethan no regreso? Me imagine que podría dar una vuelta por los Epsilon. — Comente desviando la mirada del ventanal. Ethan y su hermano llevaron el liderazgo por mucho tiempo hasta la partida de ambos, aunque Aaron aun sigue por UCLA y obviamente por los Epsilon. El apellido White es de gran peso en UCLA. — Mi padre regreso Alaska gracias al cielo. No podía soportar mas sus estados de emo... ese hombre cambio demasiado en estos años, perdió el toque para los negocios y las mujeres. Estoy a la cabeza de la empresa ahora junto con un socio muy de confianza de la familia. — Mire a Tobias. — Eres hombre de negocios, sabes lo que implica ser líder de todo. Nada simple. —

Si Zeta pasaba por una etapa melancólica no lo demostró. Tobías no tenía idea de cómo debería sentirse el otro joven en esos momentos, ya que jamás se había visto obligado a separarse de cualquier cosa que pudiera compararse a sus hermanos de fraternidad, ni siquiera con sus hermanos biológicos ocurría eso ya que al ser el tercero y menor siempre había sobrado un poco. Sonrió al ver cómo sin esperar indicaciones o pedir permiso, se dirigía a la cocina, como si fuera el dueño del lugar – Un café suena razonable ahora que lo mencionas, pero ¿a dónde vas? – preguntó con curiosidad antes de soltar una carcajada ante sus palabras – Quiero  creer que ninguno de ellos llamo a esas sanguijuelas – bromeó, mientras se encaminaba a la cocina – Ahora vuelvo ¿alguna preferencia para el café? – preguntó, Dora los consentía mucho pero le gustaba que le pidieran las cosas claras así no perdía tiempo pidiendo instrucciones. Hizo el pedido y antes de marcharse le guiñó un ojo a la mujer que cuidaba de ellos – Gracias Dora la exploradora.

Volvió junto a Zeta lo encontró algo distraía y al pregunta sobre Ethan lo sorprendió un poco, se encogió de hombros – No escuché nada, al menos yo no lo vi por aquí – respondió con poco interés, sabía que Ethan eran algo similar a una leyenda y que muchos aún lo extrañaban, pero él en lo personal no llegó a conocerlo muy bien que digamos, igualmente respetaba al hombre. Se sentó en uno de los sillones  - creo que las alphas hicieron una fiesta o algo, Ally me invitó ¿la conoces? – preguntó por las dudas, probablemente lo hacía, después de todos, los Malone, los Mortmain y la familia de Tobías eran conocidas de Inglaterra – pero no pude ir – comentó, tampoco era como si hubiera muerto por ir. Lo miró con interés renovado cuando habló de su padre, sorpresa fue lo causaron sus palabras, el señor Malone que él conocía por nombre era un hombre firme, muy lejos de poder asociado ni por accidente a la palabra emo, pero si Zsadist se refería a él así pues por algo debía ser, no comentó nada el respecto, no quería ser indiscreto y prefirió otorgarle algo de privacidad a su compatriota. Se relamió los labios – Es cierto, es mucho peso pero fuimos criados para eso, es lo que somos – lo miró hablando con voz tranquila, en eso llegaba Dora con los cafés, la miró con una enorme sonrisa llena de picardía como siempre lo hacía para molestarla – Gracias D – esperó a que Zeta tomara su taza para luego tomar él la suya y cuando volvieron a estar solos, retomó la palabra – Lo cierto es que no sé muy bien a lo que te enfrentas, aunque puedo hacerme una buena idea de ello, ya sabes siendo el menor, tengo dos competidores más en la carrera por la punta – sonrió, no le gustaba pensar en el momento en que tuviera que enfrentarse a sus hermanos, pero lo haría y ganaría.

— A la cocina ¿No es por aquí? El café no se hará solo. — Le dije girando un poco la cabeza para ver a Tobias. ¿Acaso la cocina cambio de lugar? Eso lo voy a descubrir por mi cuenta. — Y... sin ofender pero conociendo a tus hermanos seguramente las cámaras no faltan ¿Quien se niega a un momento de fama? Me dijeron que Wayne y un tal Jax hicieron una entrevista el día de la inauguración de la renovación y todo eso. Supongo que ahora ser igual. — Alce los hombros restando importancia, cada quien a lo suyo aunque usar las cámaras me parece algo totalmente estúpido. Mi ceño se frunció al escuchar a Tobias. Gire por completo mi cuerpo para verlo frente a frente. — Con mucha azúcar. — Respondo. Luego Tobias se marcha a quien sabe donde. No tuve que esperarlo para seguir mi camino hasta la cocina donde espero esperar el café yo mismo, no necesito que nadie sea mi sirviente.

Tobias regreso y con esto la charla continuo. Asiento aceptando que conozco a la joven Ally, su familia en Inglaterra es de renombre. — Se quien es, no trato con ella. ¿Fiesta para que? ¿Otra beneficencia?. — Era extraño ver un gesto de ese tipo en los toros y las Alphas, por lo general las Sigmas estaban siempre haciendo algo en ayuda a la sociedad mientras que la elite pues... se dedica a otras cosas como negocios personales y los deportes de excelencia en UCLA.

Una mujer llego a la cocina con la merienda, los dos cafes que ambos pedimos. — Gracias... — Digo mirando a la señora antes que se marchara. — Siempre pensé que la criada de los Epsilon seria una sensual rubia y no una amable señora. — Agito el café suavemente fijando la mirada en la espuma. — Veamos... debo revisar cada detalle y mantener informas constantes con mi padre desde la distancia sin mencionar que se acerca la temporada alta de turismo y debemos pensar las campañas de publicidad, promociones, todo eso. Casi ni tiempo de ir a clases, debo rendir algunos finales ahora. — Levante la tasa llevándola hasta mi boca. — No se si quiero seguir con la cadena de hoteles, me gustaría tener mi empresa propia y diferente.— Agregue antes de beber de mi cafe.

Sonrió un poco por las palabras de Zeta, era una forma de frase que él usaba a menudo: “esto no se hará solo”, “lo otro no se hará solo”, etcétera, e incluso referida a un café tenía un cierto poder en ella. Sin embargo pronto olvidó ya que el comentario del inglés hacia sus hermanos captó toda su atención. Zeta había sido un épsilon y una vez que eras épsilon siempre lo serías, pero no estaba seguro si esa regla se aplicaba al hombre que estaba frente a él y por ello en lugar de rodar los ojos en respuesta a eso de las entrevistas, que le parecían a él quien mantenía un perfil bajo y lo más alejado de la farándula encontraba estúpida y por sobre todo una actitud corriente, ocultó a la perfección toda su opinión quedando con una máscara neutral por expresión – Seguro, Wayne con eso de ser un jugador importante destaca por su carrera y Jax es algo como el encargado de relaciones públicas de su familia – musitó con voz neutra y aburrida, eran eufemismos pero no le importaba usarlos.

De regreso en la habitación dónde lo aguardaba el invitado, se encogió de hombros – No sé bien de que fue, pero no creo que fuera beneficencia – aclaró pensativo, intentando recordar algún detalle de la invitación pero lo cierto era que siempre miraba primero la fecha y si no podía, como en ese caso, ya ni leía nada más al respecto, además tampoco había escuchado mucho al respecto entre los comentarios de sus hermanos, tenían cosas más interesantes de las cuales hablar. Bebió un sorbo de su café mientras con la mirada seguía a Dora, una sonrisa se dibujó en su rostro - ¿Una sensual rubia? Eso es un cliché – comentó sonriendo ampliamente – Dora es la mejor en esto y no queremos nada por debajo de la excelencia ¿no? – comentó pensativo, ya que se debatía si un buen físico entraba o no en la ecuación de ser la mejor en eso, decidió que no.  

Lo miró con expresión seria mientras lo escuchaba, básicamente lo que Zeta hacía era lo mismo que hacían cada uno de ellos, el trabajo sucio que sus padres no querían hacer y que tenían que hacer para ganarse el derecho a heredar los imperios que les pertenecían por sangre y legado pero que en este mundo competitivo les podía ser robado si no demostraban ser aptos para el puesto justo como cualquier otro – Encontrarás la forma de ordenar tus tiempos para hacerlo todo, de eso no me cabe duda – comentó sinceramente, Zsadist no parecía el tipo de hombre que fallaba y esa última frase le llamó poderosamente la atención - ¿Empresa propia? ¿En qué rubro? – preguntó con interés renovado.

— Supongo, el mundo del deporte es así... Lleno de cámaras y fans por todos lados, entrevistas... Que fastidio, no puedes respirar en paz. — Definitivamente me gusta tener la vida tranquila, simple y sin cámaras. No pude imaginar lo que es caminar rodeado de parásitos entrometidos cuyas preguntas solo intentan provocar un escándalo en la farándula. La fama es buena hasta que exponen algo muy vergonzoso de ti, a nadie le gusta ver su imagen o reputación por el suelo y es eso lo que buscan los programas de chimentos, noticias vergonzosas para poder hablar.  — ¿Que hay de ti? ¿Ninguna cámara esperando a tu salida? — Regreso la tasa hasta mis labios bebiendo del café.

Alzo mis hombros, de nuevo, mirando a Hewson. — ¿Tan así? Estoy seguro que la mayoría estará de acuerdo en tener una rubia como sirvienta. Tu no estabas pero hace tiempo los monos tenían una chica residente en su mansión, ya puedes imaginar lo que fue eso... Todos follaron con ella, al menos terminaron con su época de sequía. — Por poco dejo escapar una risa de recordar a esa chica ¿Como se llamaba? Ya ni recuerdo pero si dejo su marca de mujer de piernas abiertas por toda UCLA. — ¿Tu no sales con ninguna chica? Tranquilo, no hablare con ningún paparazzi. Tu secreto puede estar a salvo conmigo. — Bromeo dejando la tasa de café casi vacía sobre la mesa. — Hicieron bien. Es como la nana de todos. — Recordé que las Alphas buscaron una nana para su fraternidad sin tener suerte.

— Debo encontrar tiempo, no puedo dejar la empresa por ahora. Los tiempos están al tope, todo desbordado. — Fijo la mirada en la tasa de color blanco viendo como mi mano hace girar el objeto suavemente sobre la mesa. — Todavía no esta definido pero me gustaría explotar un mercado nuevo, reinventar algo o no se... Hacer algo ya existente pero mejor. Debo analizar bastantes cosas antes de lanzarme a la aventura de emprendedor que no quiero perder dinero por ser un apresurado. — Hable con Tobias de mis planes a futuro. — Resumiendo... Quiero algo diferente. —

Soltó una carcajada por la pregunta de Zeta - ¿Yo? – soltó un bufido – Soy de perfil bajo, menos drama y un punto de vista más objetivo del mundo, sin distracciones – bebió otro trago de su café. Tal vez el hombre tenía un punto en eso de que probablemente preferirían una rubia de sirviente, pero ¿de qué les serviría una sirvienta que se pasara todo el tiempo metida con alguno de sus hermanos y el trabajo quedaba sin hacer? Había que ser pragmático – De todos modos, ¿quién demonios mira a la servidumbre? – el tono no fue amable por el contrario estuvo lleno de desdén, lo cierto es que Tobías respetaba a la gente que trabajaba para él pero hasta ahí, considerar otras cosas no estaba dentro de la ecuación y mucho menos entablar cualquier tipo de relación distinta de jefe/empleado. Sin embargo, cuando escuchó lo de los deltas soltó una carcajada - ¿en serio? – no lo podía creer, tenía que admitir que había que darles medio punto por llevar algo a cabo, siendo deltas las cosas tendían a fracasar  (al menos ante los ojos del épsilon) - ¿Cuán patético es eso? – negó con la cabeza sin borrar la sonrisa de su rostro y levantó los hombros – Bah… pobres, no les da el cuero para otra cosa que no sea compartirlo todo, triste – soltó otro par de carcajadas.  La mención de una posible chica en su vida lo hizo volver seria su expresión, sabía que no se refería a algo pasajero, Zeta iba de camino a convertirse en un hombre de familia – No… ¿Tú sigues con esa sigma no? – preguntó con tono neutro, hasta donde sabía la chica de Zeta era de buena familia y fuera sigma o no, era la chica de alguien, había que respetarla.

Pensó en las palabras de su compatriota, como todo emprendimiento los riesgos eran bastantes y la incertidumbre muy amplia – Si, hay que ir con cuidado en esos terrenos nuevos – comentó, se relamió los labios. Él no tenía ningún plan definido aún, estudiaba porque no tenía nada mejor que hacer y aún era muy pronto para atarse del todo a la empresa, porque Tobías una vez que se metiera en el negocio familiar del todo, no haría las cosas a medias, y con eso, el tiempo para sí mismo desaparecería, no había que ser adivino para saber eso. Sonrió de lado, dejando la taza en la mesa – Pero ya sabes lo que dicen, quien no arriesga, no gana…. Creo que el primer paso es definir bien lo que quieres, ir a ciegas no es buena idea – comentó con tono de advertencia, sabía que el ex épsilon sabía lo que hacía pero un consejo jamás estaba de más, allá él si quería tomarlo o no, ese ya no era su problema.

Lo mire con el ceño levemente fruncido buscando algún gesto que delate sus palabras. Sin creerle al comienzo, simplemente sonreí de lado. — Mejor así. Las cámaras traen problemas a la larga ¿Te imaginas rodeados de fans gritando tu nombre con voces chillonas? — Jugué con Tobias inventando una situación que jamas pasaría. Tobias no dejaría que un grupo de niñas tontas lo atormente. Aunque seria divertido de ver la expresión del ingles, todo fastidiado y harto de las niñas molestas. — Eso depende de cada quien ¿No? — No deseo entrar en demasiado detalle sobre eso. No estoy de acuerdo con la contratación de personas para servir a uno ¿Acaso no puedes hacer las cosas por ti mismo? Mucho menos me agrada el trato e indiferencia entre las clases sociales. Relación hostil entre jefe y empleado son de las peores. — Y... En una escala del 1 al 10 digamos que un 12. Y una puntuación mas elevada para la chica que se dejo usar como trapo sucio. Los monos solo aprovecharon una oportunidad única ¿Hay que quitarle crédito por eso? Una zorra gratis las 24 horas del día. — Recosté la espalda por completo en el respaldo de la silla de madera, sintiendo como mis músculos se estiran muy lentamente.

Cuando pregunto por la Sigma no puse que responder. Tobias no tiene porque ser oídos de mis penas, y yo no voy a lloriquear como una niña. Ese tipo de show les pertenece a personas muy selectas de UCLA. — Es complicado. — Resumo la historia en esas simples dos palabras. ¿Que mas iba hacer? No imagino una situación de Tobias y yo hablando de cosas sentimentales. Observe el reloj en mi muñeca, ya era hora de regresar a clases y luego pasar por la empresa. La rutina regresa y el tiempo de ocio acabo mas rápido de lo esperado. — El dicho es un tanto diferente cuando se trata de invertir dinero ¿No lo crees? Ya veremos mas adelante, no tengo apuros por una nueva empresa y como dices... a ciegas nada sirve. Y por ahora creo que dejare de robarte tiempo. — Levanto mi cuerpo de la mesa quedando de pie junto a Tobias. — Gracias por el café, luego podremos encontrarnos de nuevo. — Extendí el brazo en su dirección para saludarlo y ya despedirnos.

Levantó un hombro, la verdad era que le daba igual si alguien tenía un complejo de súper estrella mientras no se metieran en su vida, que hicieran lo que quisieran y respecto a los paparazzis entraban junto a los mediocres periodistas de prensa amarilla en una bolsa en la que estaba la escoria más inútil del mundo, aquellos que no tenían capacidad para llevar algo a tal punto que necesitaban parasitar de los demás para poner el pan en la mesa, fin de la historia. Bebió el último trago del café pensando en sus palabras – Supongo que sí – musitó, era una especie de punto válido sin embargo no estaba de acuerdo con él pero como tenía caso discutir sobre algo tan irrelevante y algo le decía que Zsadist ya había elegido el tipo de persona que quería ser, además de que no estaba pidiendo nada, no tenía caso exponer pros  y contras, y tampoco se encontraba en ánimo de entablar un debate. Frunció el ceño ante las palabras sin comprender que era lo que puntuaba esa escala - ¿Cuál crédito mi amigo? Hay que ser tonto de raíz para dejar pasar oportunidades únicas, aunque siendo sincero creo que ellos ven como un triunfo aprovechar una oportunidad como si fuera algo merecedor de aplausos cuando en realidad el triunfo consiste en multiplicar una oportunidad, obtener de ella muchas más y eso es lo que nos hace, a hombres como nosotros, mejores – musitó totalmente convencido de ello – No hay que conformarse en esta vida, no hay límites – sonrió de lado.

Frunció el ceño, recordando brevemente ese algo que pudo ser y que no fue, se relamió los labios y no dijo nada al respecto, más que la verdad – Espero que se solucione entonces – era sincero, lo último que necesitaba alguien como Zeta era un mal de amores que lo distrajera de sus asuntos.  Chasqueó la lengua ladeando la cabeza hacia un lado – A veces se pierde, a veces se gana, el tema es como lo afrontas – musitó seriamente, su abuelo había estado una vez en bancarrota por haber hecho una mala inversión (no se cansaba de contarle esa historia a Tobías) y se recuperó de la misma forma que había caído, tomando riesgos, si te caes siete veces, te pones de pie ocho, simple, efectivo. También se puso de pie mientras estrechaba su mano – Cuando quieras Zeta – sonrió de lado, lo observó marcharse por unos segundos y luego volvió a su propia rutina.