Que una mañana aburrida no implique un día aburrido. (Fred Hudson)

Even if the sky is falling down. -Arrojé una piedra al lago con la esperanza que sucediera lo que pasaba en todas las películas, que salte tres o más veces y luego caiga al agua por completo. Pero nada pasaba. Tal vez había una técnica que yo no conocía o algo parecido, ¿La forma de la roca?, ¿La velocidad con la cual tenía que tirarla?, o tal vez se trate de ¿La inclinación? No estaba segura en lo más mínimo, no era de esas personas que vían lo matemático al 100% de las cosas aunque la consideraba mi clase favorita. También amaba los vestidos pero no los usaba siempre, salvo la noche anterior, sí, en la fiesta, pero hoy solo usaba un short corto y una simple musculosa arriba, estaba en un lago tampoco era Miss Universo para usar grandes cosas, ni se trataba de mi estilo. Me senté en cunclillas para tomar otra puñalada de piedras para volver a hacer la misma actividad.

Todo bien con mis compañeros de cabaña, estaba Henry que era la única persona que conocía y que justamente se ocupaba en sacarme los caramelos que tenía, desde chica me habían enseñado a compartir pero... ¡Son mis caramelos! La cuestión es que en todo el viaje suponía que me debía unos... 20 dulces fácil en menos de 1 semana, sin exagerar. Dormía en un cuarto sola, por el momento, aún no nos acomodábamos del todo pero como eran cinco habitaciones y 7 personas me las arreglaba para obtener el cuarto para mi solita, esperemos que el tiempo me siga dando privilegios.

Otra cosa buena que me dió el viaje fue tener a mis amigos cerca, ya saben, Sebastián, Ian, Shayla y muchas personas que estaba conociendo y que me llevaba realmente genial por lo que si no quería estar sola pues ¡Nunca lo estaría!, ya no había escuza. Se sentía extremadamente bien estar rodeada de personas que me protegían y querían, hace mucho tiempo esto no me pasaba..


En fin. Volví a practicar una y otra vez, la práctica hace al alumno, ¿Algo así? La verdad la mañana estaba lo bastante aburrida como para hacer algo diferente.

Al parecer el castaño había llegado en mal momento de su traslado de la universidad de Toscana a Ucla. Eran temporada de vacaciones y literalmente no conocía a nadie, pensó que sería buena idea quedarse en la facultad ver el departamento que lo acogería por el resto de tiempo que viviría en la ciudad. Sin embargo su madre le había pedido que fuera a relajarse, que no pensara solo en estudiar y que viviera un poco más... no era algo que al joven le apetecía pero no deseaba entristecer a su madre en los más mínimo, ya era suficiente para ella estar lejos de su primogénito.

El vuelo hacia su destino había sido rápido, a lo mucho un par de horas para nada cansadas o incomodas.Para el finalizar de la mañana ya se encontraba instalado así que decidió que sería buena aprovechar del buen clima. Cogió un libro y salio de su cabaña con rumbo a ningún sitio. Observo entonces con atención el lugar que lo rodeaba, el lago era cristalino y limpio, el viento era puro y no se escuchaba el ajetreado andar de la gente como en la ciudad - creo que hice bien en obedecer a mamá - dijo para si mismo mientras seguía caminando, respirando el aire puro. Sintió entonces un ruido peculiar, algo chocaba con el agua del lado produciendo golpes ahogados en el mismo. Camino con cautela, le causaba curiosidad saber quien era el autor de aquel ruido que no podía reconocer y se encontró con una joven castaña lanzando pequeñas piedras al agua... de ahí aquel sonido tan peculiar. Fred observo el rostro de la mujer que aun no se percataba de su presencia, se veía contrariada...algo fastidiada quizá, parecía que todo su atención se encontraba fija en hacer rebotar aquellas piedras que lanzaba y estas se burlaban de ella al caer secamente a lo profundo del lago. Fred sonrió enternecido por la escena.

- Debes lanzarlas de costado - dijo en audible tono mientras daba unos pasos más acortando el espacio entre los dos - buenas tardes - saludo educadamente - disculpe por interrumpirla, mi nombre es Fred...Fred Hudson - dijo al fín sin quitarle la vista de encima a su acompañante

Piedra 1534. Nada. Era como si toda la naturaleza se burlaba de mi y de mi poca capacidad para arrojar piedras al río. Solté un suspiro pesado y rasqué mi cabeza suavemente dibujando una sonrisa de lado en mi rostro no podía creer que esto me complicara la vida y justamente, como no había algo más para hacer, no me iría hasta lograrlo. Lo prometo. En verdad la técnica tampoco la tenía clara, es como si tuviera lo teórico pero no lo practico, algo así raro. Me rendí y tiré la última piedra con algo de bronca.- ¿Disculpa? -Pronuncié como un reflejo al escuchar una voz de la nada, me dí la vuelta y pude encontrar al "espía" sonreí de lado y volví a mirar el lago para contestarle.- ¿De costado? Soy algo inútil, ni siquiera sé como posicionarme para tirarlo de esa forma. -Solté una leve risa y bajé mi cabeza negando.


Esbocé una amplia sonrisa en forma de saludo acompañado de un : - Buenas tardes. -Ladeé mi cabeza con curiosidad.. Fred, solo cursé un año en UCLA, ni aunque me forzara en recordar lo haría, tampoco estaba consciente sobre si era nuevo o solamente el simple hecho de ser lo bastante anti-social por no saberlo. Me debatí por unos instantes si saludarle con la mano o hacer lo que muchas personas hacían actualmente, un beso amable en la mejilla, no estaba acostumbrada a lo segundo así que me decidí en una amplia sonrisa. Yo era una persona complicada.- Un gusto, yo soy Julietta Stryder, no se preocupe, solo lanzaba de una forma errónea las rocas con la ilusión de que reboten tres veces y caigan luego... pero por ahora solo queda en ilusión. -Solté una suave carcajada y bajé mi mirada al suelo volviendo a buscar rocas adecuadas.¿Quieres intentar? En alguna de las tantas veces que probaremos tal vez algo sale. -Comenté, la verdad no tenía ni idea, tal vez al joven le salía y yo pensaba que no y por eso la sugerencia "de costado". Me agaché y tomé un puñado de lo cual le alcancé unos cuantos sobre mi mano para que él los tome, si decía que no ¡Pues más para mi! Pero yo soy una persona lo bastante competitiva como para aceptar un no como respuesta.

El joven se limitoa escuchar a su acompañante y ser testigo de las miles de reacciones que reflejaba en su rostro a causa de su presencia. Sorpresa, amabilidad, duda, alegro....en fin jamas había podido observar a  una joven tan vivas.

El moreno debía admitir que le sorprendió la manera de saludar de la srta Stryder puesto que a diferencia de otras feminas con las que Fred tuvo el placer de platicar, esta no le dio el acostumbrado beso de mejilla, si no que le regalo una cálida sonrisa a forma de saludo. Este gesto le hizo acordar inmediatamente a su madre y a su pequeña hermana Fiorella que tenían la misma costumbre que ella. - Es un placer srta Stryder - sonrio y por inercia y con sorpresa se vio extendiendo su mano hacia ella para recibir las pequeñas rocas.

- como le comente el truco esta en lanzar las de lado - Fred coloco un pie mas adelante que el otro e inclinó su cuerpo ligeramente a la derecha mientras lanzaba la roca. Un, dos, tres saltos y la pequeña piedra se hundio en el río luego de hacer su cometido - lo ve - dijo ahora posando sus ojos en la joven morena - en realidad es sencillo, intentelo - la invito. Fred estaba dispuesto a ayudarla si ella no necesitara, con la postura, ponerse de lado o lo que sea pero igual era buena dejarla a ella intentarlo así que no se ofreció mas y solo se limito a verla esperando su actuar.

Off: Disculparme por la demora, es que se me complica responder por el móvil

No la estaba pasando del todo bien, en verdad. Chelan era demasiado tranquilo o yo era demasiado antisocial como para hacer algo diferente, solía salir y tocar la guitarra o el violín, en parte lo tomaba como una desconección de todo lo que era la cuidad, los estudios y la familia. Más que nada la familia, era como para que me pierdan el rastro y se mareen, ya no sabrían donde estaba, ya no me buscarían por un tiempo y eso estaba genial siendo que por lo único que me querían es por la herencia que me había dejado mi padre a mi, como si no confiara en mi madre desde nunca, y en parte, en la mayor parte tuvo razón, gracias a eso yo no estoy en la calle ahora y al menos tengo para comer todos los días. Empezaría a trabajar a penas volvía, ya no me quedaba de otra, no había forma de esquivarlo. Mi vida es un desastre pero prefería escapar a enfrentarme, no quería volver a la oscuridad y eso que ya era mayor, pero mi carácter es demasiado sumiso/tranquilo que cualquiera me dominaría y no quería llorar todos los dias como antes. En fin, las piedras eran un método para llevar el rato y tal vez aprender un poco, nunca pensé que alguien vendría a socializar pero de eso se trataba, de hacer amigos.

Fred parecía un chico amable, tranquilo, inspiraba un ambiente lindo, tal vez por su forma de hablar o yo que sé, pero se sentía a gusto.- No me llames por usted, me suena irrespetuoso que yo no te devuelva con el mismo termino... lo que pasa es que solo utilizo el usted para personas mayores que yo, y en verdad no puedo hablarte así. -Solté una suave carcajada y miré las rocas que me quedaban.

Asentí con mi cabeza al escuchar sus indicaciones y luego levanté mi cabeza para mirar su tiro y esbocé una amplia sonrisa al ver que él sí lo lograba. Comencé a aplaudir y solté una carcajada.- ¡Oh! Pero tu tienes práctica. Te diría para hacer una competencia pero la verdad no me conviene. -Pronuncié con diversión mientras tomaba una piedra, sin dar demasiado tiempo a pensar me coloqué en posición -traté de igualarlo aunque sabía perfectamente que no me saldría para nada.- y tiré. Solo botó una vez y cayó, pero eso es demasiado para mi. Extendí mis brazos al aire y volteé hacia él con una expresión de alegría, solté otra gran carcajada y atiné a abrazarlo en forma de festejo.- ¡Yeeeeeeey! Es un avance, ahora te toca a ti.