ID: Tobias D. Hewson

Tradición, honor, excelencia… Eran las primeras palabras de la primera entrega de una saga de libros que probablemente estaba basada en su mayoría en historias como la suya. Nació en una familia llena de privilegios, con un estilo de vida tan lujoso que con seguridad sólo pocos podían llegar comprender y muchos creían imaginar cuando en realidad no podían concebir la magnitud real. Desde pequeño le inculcaron a respetar los valores de su familia, descendía de un linaje que era uno de los mejores y eso nadie podía ponerlo en tela de juicio, pero no significaba bajo ningún sentido que bastaba para seguir siendo lo mejor de lo mejor. Para destacar sobre los demás tenía que recorrer un largo camino y su familia le ofrecería todos  los medios para lograrlo.
Educado en un ambiente muy exclusivo y cerrado, en un entorno elitista que ni siquiera se veía a sí mismo como de élite, eso era lo que eran, ese era toda su realidad, el resto del planeta no eran más que rellenos en los espacios vacíos, necesarios para mantener un equilibrio y por ello debían ser respetados, más no apreciados. Aprendió a temprana edad que todo tiene un precio y que nada en esta vida es gratis ni eterno. Detenerse en los pormenores de su educación es una pérdida de tiempo dado que a esta altura de su vida, tiene bien delimitada su personalidad.
Es la perfección en carne y hueso. No ha cometido en su vida un error jamás, sus palabras siempre son las correctas, sus gestos siempre son impecables, su apariencia es cuidada y acorde a cada ocasión. Los pasos en falsos no son una realidad para él, ni tampoco la vacilación, es sumamente seguro y esa perfección que muchos practican para lograrla, le sale de manera natural pues es la única forma de vivir que conoce. Es sumamente educado y diestro con los modales, jamás le niega el saludo a nadie ni tampoco le dirige una actitud hostil, lo cual para él es sinónimo de salvajismo. Siempre tiene una serie de frases cordiales listas para sacarlo de cualquier aprieto que pueda presentársele.
Tiene un gusto muy definido en todos los aspectos y no teme expresarlo; sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cuando lo quiere, así también es paciente pues sabe que sus exigencias no son sencillas y que lo bueno lleva tiempo. No hay cosa que detesté más que una persona haciendo escándalo o una escena por no conseguir lo que desea con sólo chasquear los dedos, aunque por supuesto, él lo consigue todo de esa manera, ya que tiene muchos medios a su disposición para poner en funcionamiento al mundo entero si es necesario con solo pedirlo. Es discreto sumamente discreto, cuida sus comentarios y sus palabras. Considera que la discreción es un arma sumamente útil y que por el contrario, la excesiva ostentación puede jugarle en contra a uno.  Es justamente esa discreción su as bajo la manga pues debajo de toda esa fachada de impecable educación e incuestionable moral, está el verdadero Tobías.
Es joven que sabe lo que se espera de él y en general, es casi exactamente igual a lo que él espera lograr, la gloria es su meta, cualquier cosa por debajo de eso es inaceptable. Sin embargo, en algún punto comenzó a ver la vida de una forma que nadie más de su familia hacía y esto lo convirtió en una especie de oveja negra. Consciente de que la vida es una sola, una experiencia efímera, descubrió un inmenso placer en vivir de forma intensa, sin arrepentimientos, sin pensar en otra cosa más que en la búsqueda del placer.  A medida que los años pasaban se volvía más hedonista, rebosante de confianza y seguridad, avalado por sus apellidos, es un amante de los excesos: fiestas, mujeres, apuestas, tomar lo que quiere cuando lo quiere sin pestañear y sin reparos en las consecuencias, es la forma en que vive.
Respecto a su relacionamiento con las demás personas, no es frío ni distante, por el contrario es amable y atento. Es un joven que sonríe fácilmente, lleno de alegría y energía, que disfruta de la buena compañía y de las buenas aventuras. Aunque ganarse su verdadero aprecio no es algo sencillo pero es aún menos lo necesario para que te descarte como una opción dentro de su círculo social. Para él, la gente de su entorno, se divide en dos grupos, no existen puntos medios, los que tienen el valor de vivir como deberían vivir y los que se refugian en sus fachadas de perfección.
Muchos lo puede considerar falso e hipócrita, él por su parte no se ve a sí mismo de esa manera, pues es  de los que creen que hay cosas que simplemente no hay que decírlas y hay personas a las que hay que dejarles creer que su opinión es correcta en favor a la armonía, porque hay cosas que simplemente no tienen solución. Con sus amigos por otro lado es directo y sincero, expresa su opinión de forma contundente y sin amortiguarlas, pues sabe que ellos son capaces de manejarlo.
El perdón para Tobías no existe, una vez que lo has ofendido es mejor que olvides que alguna vez lo conociste, él no perderá ni un segundo pensando en ti, es como si jamás hubieras existido. La venganza es algo sobre lo cual no sabe aún muy bien que opinar, lo considera un acto muy primitivo y sin embargo, al mismo tiempo cree que es necesario hacer pagar por los errores para evitar que recaigan en lo mismo, no hay mejor lección aprendida que aquella que se aprenda luego de que te hayan golpeado el orgullo.
No cree en el amor de los cuentos de hadas, ni de las películas ni en los finales felices. Jamás se ha enamorado, ni siquiera le ha gustado una persona lo suficiente para siquiera llamarlo enamoramiento. Sabe que el amor no llegara jamás pero eso es algo que le trae sin cuidado, hay demasiados peces en el mar como para limitarse a uno solo. Sin embargo es consciente de que tarde o temprano tendrá que sucumbir a su inevitable destino: jugar a tener una familia feliz, pero también es consciente de que inevitablemente las cosas se acomodarán, porque para ellos, los perfectos, la vida es perfecta.

Nació la noche del veinte de marzo de mil novecientos noventa en Londres, Inglaterra; cinco años después de su hermano Patrick y dos años después de Franklin, llegó para ser la benjamín de la familia. Creció rodeado de lujos, en un ambiente hermético de elitismo, fue educado en las mejores escuelas, asistió desde pequeño a varias actividades extras hasta que finalmente se decidió por polo, pintura y piano. Llegada su adolescencia fue enviado a un internado. Durante las vacaciones de su infancia consistieron en inviernos en los alpes suizos y veranos en Italia y Grecia.
La familia de su madre es dueña de la escudería Williams Martini Racing, y su padre se desempeña como gerente corporativo de la misma, mientras que por lado de su padre están relacionados con el negocio banquero de Inglaterra. Desde que tiene uso de la razón ha asistido a absolutamente todos los campeonatos de F1, deporte que se volvió una pasión para el joven, quién en un momento de su infancia incluso consideró ser en el futuro parte activa del negocio familiar. Sin embargo, la vida tenía otros planes trazados para el joven.
Como todo heredero europeo la ilusión de pertenecer a una familia perfecta comenzó a desvanecerse dando paso a la realidad: las apariencias lo eran todo, ante los ojos externos la familia Hewson era un hogar unificado por los valores tradicionalistas. Pero la realidad no podía ser distinta, allí dónde la privacidad protegía sus impecables reputaciones no eran necesarias las actuaciones. Los negocios y la vida social de sus padres lo eran todo, las relaciones entre los miembros de las familias eran frías y distantes, casi eran desconocidos, sólo se veía lo que se esperaba de los hijos y el resto era omitido con una conveniente ceguera selectiva.
La adolescencia llegó con las distracciones y las rebeldías, Tobías comenzó a pasar tiempo con sus amigos, ocultando convenientemente todo aquello que pudiera afectar la reputación de su familia, resolviendo las consecuencias de sus actos debajo de la mesa por medio de excelentes abogados y exorbitantes sumas de dinero. A medida que crecía comprendió que el éxito y un desempeño brillante en lo que a actividades académicas se referían, era todo lo que sus padres necesitaban para poder seguir hablando de él como quien habla de un premio. Comprendiendo así, que lo que hacía en su vida personal era absolutamente irrelevante.
Sin embargo luego de terminar la secundaria, nuevas cartas fueron agregadas a su destino. Aceptado en una de las universidades más prestigiosas del mundo, Tobías llegaba a Oxford con altas expectativas que dejaron las sombras de sus dos hermanos mayores, nada menos que perfección y la gloria se esperaban de él, su padre fue el encargado de hacerle saber que los tiempos de caprichos y rebeldías habían culminado. Así lo hizo pero como desde pequeño había aprendido, su brillante intelecto y su excelente desempeño en clase fueron suficientes para complacer las apariencias. Mientras que gracias a la exclusividad de su universidad no tardó en encontrar a sus pares, con quienes siguió su estilo de vida que no podía describirse de otra forma que hedonista.
Años después con un título de grado en mano le entregó a sus padres lo último que él consideraba que les debía y decidió por una vez en su vida hacer algo que no era lo correcto, que no era lo que se esperaba de él, sólo porque quería y podía hacerlo,  fue así que después de un año sabático  sus pasos lo llevaron al otro lado del mundo, a UCLA para cursar una maestría y probar otro estilo de vida.

¿Dónde más podría pertenecer? Reúne todas las cualidades de un toro: es de una familia de linaje impecable, tiene el poder adquisitivo necesario para mantenerse a la par de sus hermanos,  pero más importante que todo lo anterior: no conoce otra realidad que no sea la realidad a la que están acostumbrados los epsilons. Ese es su mundo, es el tipo de personas con las que convive. Es un hombre exitoso, ambicioso y con todas las herramientas necesarias para pertenecer a lo mejor de lo mejor, sin mencionar que puede llegar a ser muy divertido.

Mascota: .
Pertenencia más preciada: Lo material es efímero.
Mayor miedo Perderse en lo que se espera de él y olvidar quien es realmente.
Pareja: No veo la relevancia de esto.
Canción que te describe: TPR - Heaven Knows
Otras cosas:
Jamás usó transportes públicos o un taxi.
Desde pequeño asistió a todas las carreras de F1, no se pierde ninguna y es una de las pocas cosas que considera una pasión.
Habla 4  idiomas: inglés, francés, alemán e italiano. Entiende: griego, español y algo de portugués.
No hay cosa que la aburra más que hablar de las desigualdades sociales y el deber de ético moral de las personas, pero habla de ello cuando tiene que hacerlo.
Su poeta favorito es Charles Bukowski.