¡Sus primeros pasos, sin ayuda! || Dandré || +18

Las gotas de agua de la ducha caían por mi cuerpo desnudo, con mis manos tenía contacto con la piel de mi novio, un poco cálida por el agua, ambos estábamos metidos en el baño, todo había empezado como una simple ducha, casual y, terminó en algo más ... algo más, que no solo él quería, ni solo yo tampoco, los dos queríamos, necesitábamos, esta era una de las maneras en que nos decíamos lo cuanto que nos amábamos.

Lo tenía bajo mis brazos y de espalda, mis dedos y manos traviesos se pasaban desde sus pezones hasta sus labios, acariciando con suavidad su figura, los míos se centraban de vez en cuando a besar su cuello, con suavidad mordía su piel y tiraba de él. Y, mis movimientos de la pelvis aumentaban a medida que pasaban los minutos, a parte de las gotas de agua que caían al suelo, se escuchaban los gemidos de ambos producto del placer que cada vez nos iba consumiendo. -Darren- Susurré cerca de su oído, estaba a punto de terminar corriéndome dentro de su interior, solté un gemido un poco más sonoro y dejé un beso sobre sus labios procediendo a terminar lo que había iniciado. Besándolo, con la intención de ahogar aquellos sonidos, además de que tenía la necesidad de probarlos, una vez más.

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Al salir de la ducha, tomé una toalla que estaba por el lugar y empecé a secarme todo el cuerpo, para después ponerme un bóxer y una camisetilla ya, era hora de ir a dormir. Mathías ya estaba dormido desde hace un par de horas. -Te noto cansado, debes descansar- Dije en un cierto tono de preocupación, mirando a mi amor, al menos yo, lo veía así. Sonreí un poco y me acerqué para dejar un beso sobre sus labios. -No digas nada, solo descansa- Lo interrumpí, antes de que diga alguna sola palabra y lo fui llevando al mueble mencionado. Haciendo que se acostara y arropándolo bien, como si de un padre tratara a su niño pequeño ... Segundos más tarde, se escuchó el llanto del bebé, me volteé y noté como se quería parar de la cuna pero fallaba, quizás por las sábanas que lo hacían tropezar, pero después dejó de llorar. -Creo que tiene hambre, tu descansa que yo me encargo de él- Agregué en un tono dulce.
Caminé en dirección a Mathías y lo cargué, bajando a la cocina, en seguida y tratando de no hacer tanto ruido. -¿Qué pasó? ... Bebito, tiene hambre?-  Pregunté y recibí una respuesta negativa por parte del pequeño, levanté la ceja curioso por ello ¿Entonces, por qué se despertó? ¿Un mal sueño? ...
Sonreí y negué con la cabeza. -Venga Mathías, que ahora estoy pensando seriamente que tienes celos de Darren jajaja.- Bromeé con el pequeño y lo abracé fuertemente, caminando a la sala para ir a ver televisión. Dejé un momento al pequeño sobre el sofá y fui a por una que otra sábanas y almohadas con cuidado y rápido, pero obviamente dejé a Mathías con el tele prendido. EL bebé tal y como lo dejé permaneció ya que al regresar estaba así, aún, mirando la tele. Sonreí por ello. -Eres un buen niño- Le dije y el rió un poco.
Empecé a poner las sábanas y las almohadas sobre el suelo para acostarme junto con Mathías mientras veíamos televisión, esos canales infantiles, aunque yo quería ver Dragon Ball Z, pero aún no era el momento, aún no.
Pasaron los minutos y cuando vi que el pequeño rubio se quedó dormido junto a mi lado, con su rostro sobre mi pecho, sonreí, apagué el tele y cerré los ojos poco a poco, quedando dormido, abrazando al bebé.

Lo que iba a ser una simple ducha antes de dormir se convirtió en una de las tantas veces que acabábamos desnudos y haciéndonos el amor con total confianza. El sexo era algo increíble, más si se sumaba amor al acto se convertía en lo mejor del mundo. André me deseaba y eso hacía mi autoestima subiese porque era estimulante que alguien como él sintiese eso por mí. Mi brazo se encontraba apoyado contra la pared y sobre este descansaba mi cabeza. Mi otra mano , la derecha , se movía de arriba abajo en mi miembro con una velocidad desmedida. Detrás de mí estaba la persona que más sonrisas me sacaba últimamente, haciéndome eso que tanto nos gustaba. De nuestras bocas salían gemidos que se unían para formar una preciosa melodía. Llegar al climax los dos juntos era lo más y ,una vez más, logramos corrernos al mismo tiempo. Me giré para poder besarlo y acariciar su cuerpo entero una vez más para dejar que al agua caliente circulase por él. No tenía palabras ahora mismo.

Permanecí unos segundos más bajo el agua, viendo como mi chico se vestía y luego salí yo para ponerme unos pantalones y una camiseta de mangas largas. Cuando se comportaba de aquella forma sobreprotectora me enamoraba aún más, a pesar de creer que fuese imposible quererlo más. Arropado en la cama reí un poco al oir al bebé llorar. Antes de que André se fuera agarré su brazo para acercarlo a mí. -Te amo.-murmuré y cerré mis ojos. Es cierto que estaba cansado; el volver a las clases me estaba quitando mucha energía.


Tomé consciencia una vez más de mi cuerpo y ,por pura inercia, extendí mi brazo para tocar a André. Su parte de la cama esta vacía y fría, por lo que no había dormido ahí. Abrí mis ojos mirando a todos lados y me levanté tranquilamente pero con cierta confusión. Cuando llegué al salón vi la mejor imagen para comenzar un día. Las grandes alfombras que tenía nos permitían tirarnos muchas veces sobre ellas para ver alguna película o jugar. Ahí estaba André dormido, sobre él estaba Mathías, también dormido. Pero no acababa ahí. Alrededor de ellos se encontraban los tres cachorritos. Uno estaba tumbado sobre una de las piernas de mi chico, mientras que los otros dos se acurrucaron entre ellos cerca del bebé. Cogí el móvil para sacar un foto y me acerqué sonriendo ampliamente. Con cuidado me arrodillé a su lado y besé a André en la frente, dándole luego otro beso al bebé en su cabecita. -Buenos días,pequeños.-susurré. Rápidamente los perros abrieron sus ojos y les acaricié con mis manos.

Mis párpados se abrieron poquito a poquito luego de sentir unos labios sobre mi frente, despertándome aún más por el movimiento de los cachorros, tenía un poquito de sueño, miré a mi alrededor y observé a Darren quien se encontraba jugando con los cachorros y desvié la mirada cuando Mathías me estaba observando y soltó un pequeño bostezo, aquel bostezo, que fue super contagioso y terminé yo bostezando. -Buenos días- Saludé en un tono un poco tranquilo y me fui reincorporando del suelo, dejando a Mathías sentado sobre aquella alfombra.

-¿Ya te encuentras mejor?- Le pregunté a Darren, uno de los cachorros se acercó al pequeño rubito y le empezó a lamer la mejilla, un poco, como lo solía hacer lo que provocaba que el niño se desplace hacia adelante tratando de abrazar al perrito, lo conseguía en ocasiones y, esta fue una más de ellas. Sonreí tierno por ello, mientras mi mano no dejaba de moverse, acariciando con suavidad el lomo de uno de los tres cachorros que eran propiedad de Darren, así como mi corazón... mi corazón le pertenecía en su totalidad a él.

Pasé a levantarme de la alfombra y me estiré para quitarme la poca pereza que aún tenía en el interior de mi cuerpo. -Ahora sí. ¡Buenos Días!- Hice un tono de énfasis en mi saludo y me acerqué a Darren para dejar un beso sobre sus labios, aquellos que ya había empezado a extrañar su sabor. -Ahora sí...- Me volteé, sobre mi propio eje para ver a Mathías y éste se había terminado parando sobre el suelo, sosteniéndose un poco torpe por la prematura edad, en la espalda del cachorro. Levanté la ceja derecha. -¿Eh?- Me quedé sin saber como reaccionar ante ello, el pequeño me miraba con una de sus sonrisas coquetas mientras se mantenía en esa posición ... ¿Ya había pasado tanto tiempo desde su nacimiento? ... El corazón parecía que se me iba a hacer trisas y de nostalgia invadir mi paz interior ... Wow, ya había pasado tanto tiempo, en un abrir y cerrar de ojos, desde aquel 10 de Agosto de 2013 ... vaya. Reí un poco, eres un pequeño gigante Mathías, eres un pequeño gigante.
Desvié la mirada a Darren, después de unos segundos de haber estado sumido a los pensamientos y noté que tenía su celular en la diestra -Vamos, tómale una foto- Le di un leve toque en su brazo más cercano para que lo haga, como una pequeña sugerencia ... ¿Es hoy el día en que Mathías daría sus primeros pasos sin ayuda? -Es hermoso- Dije entre murmullos, mis pensamientos salieron de mi mente pronunciándose en palabras bajas y tenues.

Me encantaba dormir con André, abrazado a él y sintiendo sus brazos rodeándome, pero cuando veía una escena como esta entre él y su hijo me encantaba aún más. André había sufrido bastante cuando no estuvo cerca de Mathías y yo vi parte de ese sufrimiento, por lo que me alegraba tantísimo de verlo a los dos juntos. Los tres cachorros no tardaron en unirse a aquel momento de padre e hijo y así es como me los encontré a los cinco.

Sonreí ampliamente cuando vi los ojos de mi pareja abrirse, encontrándome con ese color tan precioso como todo su rostro. Con una de mis manos acariciaba a uno de los pequeños que me chupaba la mano mientras que los demás intentaban acceder al bebé. Desde la llegada de Mathías a casa, los perritos siempre estaban detrás de él porque lo veían débil y buscaban protegerlo y cuidarlo de cualquier cosa. De hecho , se pasaban horas jugando con él y era una escena verdaderamente bonita. -Dormilón.-bromeé viendo el bostezo de André y como este se incorporaba para darme un beso que correspondí con mucho gusto. -Como me gusta verte tan alegre nada más despertar.-confesé porque lo vi sufrir y ahora lo veía más contento y recuperando su vida como la que tenía antes. Me sorprendí al encontrarme a Mathías sobre sus dos piernecitas sujetándose a  uno de los perros.

Tanto André como yo nos quedamos estupefactos con lo que acabábamos de ver y asentí cuando me dijo que hiciese una fotografía. Rápidamente lo apunté con el móvil y realicé un par de fotografías de nuestro pequeño de pie con esa sonrisa. Acaricié la parte baja de la espalda de mi rubio favorito y le di un empujoncito. -Vamos, ponte delante y ayúdalo a caminar.-sugerí con la idea de grabar un vídeo porque estos podrían ser los primeros pasos de nuestro hijo. ¿Acababa de decir “nuestro hijo”? Ojalá fuese mi hijo de verdad, aunque mi corazón me hacía quererlo como si biológicamente fuese mío y así lo seguiría amando hasta el último día de mi vida.

"Los días viviendo con Darren parecían volar. "
El hecho de ver a Mathías así, de pie, y con las piernas un poco más firmes sobre el suelo, fue algo que me emocionó y dejó sorprendido por mucho ya que, ¡Vamos! cuando Darren lo había traído de Chicago, hace un par de meses, apenas y podía caminar con ayuda de su andador, no tenía tanta firmeza para mantenerse de pie y ahora, ahora, ver esa imagen, con su rostro mostrando inocencia y cierta confusión, de seguro por la reacción que habíamos reflejado ambos ... Vaya, cuanto tiempo ha pasado, en un abrir y cerrar de ojos y todo por causa de mi amor, Darren... tú haces que los días, mis días junto a ti, duren menos de veinte y cuatro horas, tienes una magia que haces que el tiempo vuele cuando estoy contigo, junto a tu lado, rodeándote con mis brazos y mirándote fijo, aquel rostro con esa sonrisa que me enamoran cada día más.

Darren le tomó fotografías, tal y como se lo pedí. Reaccioné un poco más cuando el menor me dijo que me pusiera al lado al frente del pequeño para que él caminara hacia mí. -Está bien- Dije algo inseguro, no creía tanto que Mathías tendría la fuerza suficiente para que caminara hacia mí, no sé, tenía miedo ... Pero, miedo ¿a qué? ¿A ver crecer, en vivo y en directo y a todo color, crecer a tu hijo? ¿Eso es? ... Me puse delante de Mathías, con una sonrisa única que solo salía cuando Mathías y Darren estaban a mi lado, la verdadera felicidad máxima, por así decirlo.
-Mathías, vamos, ven tu papi quiere darte un abrazo- Empecé a hablar con un cierto tonito infantil, digamos que característico en mí, pero era un poquito más dulce, mucho más dulce, porque con quien estaba tratando era mi hijo... al que lloré por mucho tiempo cuando me lo arrebataron de mis manos, aquel Junio del 2014. -Vamos Mathías- Le llamé de nuevo ya que parecía que a mi primer llamado no le llamó la atención, puesto que más se había quedado viendo hacia la cámara, a la cual sonreía contento, el pequeño parecía en ese instante un modelo completo, con todo y pose. Jajajaja
Ese segundo llamado, lo había escuchado y extendí mis brazos, fue en ese momento en que de a poco en poco se iba separando del cachorro de Darren y se empezó a dirigir hacia a mí, para tener mucha más comodidad al momento de recibirlo, cambié de posición y pasé a sentarme sobre el suelo, aún con los brazos extendidos. Cuando Mathías estaba muy cerca, parecía que ni él contuvo la emoción porque aceleró el paso y pareció correr, terminó cayendo pero lo había tomado antes de que impacte con mis piernas o mucho peor, con el suelo. -Lo hiciste excelente, Mathías - le susurré, abracé y achuché con mucha dulzura, tenía ganas de llorar pero debía evitarlo, Darren me había dicho antes de que no le gustaba verme así, pero era algo que no podía contener... ¡Mi hijo... ¡Nuestro hijo ya había caminado por su propia cuenta!

Amaba a André y amaba a Mathías. Esas dos personas habían llegado a mi vida casi sin esperarlo y ahora eran de las más importantes para mí. Había tenido ya algunas relaciones más o menos serias, pero sentía que esta era diferente. André era un hombre, con sus pensamientos sobre el futuro y ningunas ganas de perder el tiempo con juegos de adolescentes. Tal vez ya fuese el momento de que sentase cabeza y buscase yo también esa estabilidad que tan feliz me estaba haciendo ahora. No sé, la rutina de ir a clases y luego cuidar de esta pequeña familia me estaba gustando mas de lo que creía.

El momento en el que un bebé daba sus primeros pasos siempre era muy importante porque suponía que todo iba bien y que iba evolucionando como todo ser humano. Debía grabar esto y captar la imagen de felicidad que ahora mismo se reflejaba en el rostro de mi pareja. Mathías , mientras tanto, estaba aferrado al cachorrito con esa sonrisa que encandilaba a todo aquel que lo miraba. No se podía negar que era un bebé adorable al igual que precioso y con un don para posar frente a la cámara.  Tras animar a André para que le ayudase a dar unos pasitos , me arrodillé para poder grabar todo lo que aquí ocurría a la perfección. -Vamos, Mathías, ve con papi.-dije con tono de voz tranquilo para que aquel pequeño rubito se acercase a su maravilloso padre.

De repente comenzó a caminar lentamente y encendí la cámara del móvil. Me asusté un poco cuando estuvo a punto de caer pero mi pareja hizo alarde de sus buenos reflejos y lo agarró justo antes de que el bebé pudiese lastimarse. Pese a eso, había dado varios pasos él solito y eso era algo para celebrar. Apagué el móvil  y lo dejé sobre el sofá. -¡Que grande eres!-exclamé gateando hasta ellos y apoyé mi cabeza sobre uno de los muslos de André para ver desde abajo a esas dos personitas a las que quería tanto. -Que orgulloso estamos de ti, Mathías.-sonreí acariciándole una piernecita y mirando luego a su padre, mi novio.

Darren ayudó incentivando a Mathías para que comenzara a caminar y lo hizo, dio unos cinco pasos o inclusive más, solo, sin apoyo de nadie pero al final terminó cayendo un poco, el muy loquito se había emocionado por eso lo que provocó que perdiera el equilibrio. Sin embargo, lo había atrapado junto antes que halla impactado contra el suelo, aún mantenía los reflejos que había desarrollado en mis tiempos de universitario, cuando jugaba futbol soccer.
-Papá- Dijo el pequeño bebé mientras era achuchado y a la vez acariciado por mis manos en su cabecita de cabellos rubios suaves. Solté una pequeña risa por lo que dijo, más fue porque estaba llevado por la emoción, en ese momento, tenía a Darren recostado en mi pierna lo que provocó que mi sonrisa aumentara mucho más. Una de mis manos se acercaron a los cabellos de mi novio y lo acaricie con suavidad, mientras el habló con la misma emoción que yo.
Solté una pequeña risa por ello y asentí con la cabeza. -Mathías ¿Escuchaste eso? ... Estamos muy orgullosos de tí, mi amado bebé- Dije en un tono infantil y burlón a la ves. Dejando de acariciar a Darren para tomar a Mathías y alzarlo un poco en el aire para luego acercar mi rostro hacia su vientre y hacerle cosquillas allí, en respuesta a ello escuché su risa contagiosa, por lo que yo terminé riéndo y pareció que Darren también.