You can kill me, but I have two lives more [Troy]

Era un día libre que no suponía que tendría libre. Todo se dio de la manera más armónica posible, primero mi clase de la tarde había suspendida por enfermedad de la profesora, así que de inmediato pensé en irme a hacer horas extras al taller. De verdad quería estar entre motores, últimamente no me había podido escapar de los papeles a los carros como quisiera. Pero una llamada a papá me hizo desistir, el trabajo del día estaba repartido y de ir solo seguiría cabeceando entre contratos y ordenes de compra. No, mejor pasar la tarde con alguien que quería. Y una dirección se me vino a la mente enseguida, así que luego de comprar un sixpack de cervezas me dirigí a la casa verde. No tenía muy claro con quien quería pasar el tiempo, pero esa fraternidad tenía la particularidad de tener gente que adoraba. Mi novio no estaría, sabía que estaba en su estudio y no lo molestaría, ambos conocíamos demasiado bien al otro para respetar nuestros trabajos. Pero entré en aquel desordenado lugar mirando por Troy o Augustus. Con risa pensé como mis mejores amigos no solo ambos eran monos, sino que también los chicos mas mujeriegos del lugar, aunque me vieran mas como una hermana pequeña o alguno de sus amigos chicos como para que no fuera una amistad sincera. Miré alrededor buscando por ellos hasta que llegue a la sala, donde estaba Troy sentado en el sofá medio dormido, lo que ilumino con travesura mi rostro. Saqué mi móvil y me acerqué a él, buscando un sonido agudo para ponerlo a todo volumen y despertarlo. El chico saltó y yo reí estrepitosamente.- No me mates, traigo cerveza- dije aun riendo mientras pasaba mi mano por su cabello desordenando a modo de saludo y sentándome con total comodidad en el sofá.

Hoy había sido una mañana ajetreada para el mono, no solo tuvo que asistir a clases, si no que había tenido que abandonar una para ir corriendo a su trabajo, pues había tenido un problema con algo que se instalo bajo su orden y tenía que ir a arreglarlo, ahora que tenía mas rango el trabajo era tan cansado, la noche anterior la había pasado con Ania y prácticamente no habían dormido así que su mente no daba para mucho, entre una y otra cosa logro solucionar el problema, y antes de ponerse a lo suyo su jefe termino por darle un sermón, que al ver su cara de sueño que mas bien parecía de enfermedad termino por decirle que fuera a casa a descansar y ya se verían mañana.

Llego a la fraternidad y fue directo a su habitación pero la puerta estaba con una de sus claves indicando que había alguien que necesitaba privacidad así que solo se rindió y fue a la cocina buscando algo que comer o tomar, lo cierto es que no encontró nada preparado y no le apeteció preparar nada, encendió la consola de xbox y busco devil may cry y aunque comenzó a jugar llego el punto en el que solo sintió como sus parpados comenzaban a pesarle, hasta que logro perder el sentido.

De repente la tranquilidad en la que se encontraba se vio aturdida por ese sonido que no reconoció pero que ciertamente lo perturbo un poco, aventando sus brazos y solo sintió como su trasero se despegaba un poco de su asiento. Cuando pudo ver quien había sido el causante. -Mierda rubia pudiste hacerme cosquillas o que se yo. - dijo tallándose un poco la cara para despejarse. Estiro sus brazos a manera de relajar sus músculos y cuando estuvo en el sitio justo abrazo a la rubia comenzando a despeinar su cabello, sabia que no seria un gran problema pues no es que fuera realmente vanidosa, en realidad el mismo castaño la veía mas como un chico algunas veces. -Dame una entonces enana. - su amiga no era realmente bajita pero con su 1.85 podía tomarse la libertad de llamar pequeño casi a cualquiera.

Para empezar, otra vez que Troy me dijera que era rubia, y es que iba a castrarlo lenta y dolorosamente. No era rubia, era castaño claro. Y ese pequeño dilema siempre lo teníamos, y podría creer incluso que lo hacía tan a propósito simplemente para reírse de mi, como una manera de molestarme y decirme “Hey, rubia hueca”, o “tú, blonda tonta”. Sabía que no creía que lo fuera, pero Troy y yo teníamos como base fundadora de nuestra amistad el molestarnos constantemente, aunque fuéramos completamente sobreprotectores. Por eso había venido, me había dado cuenta esa mañana que entre cosas sigmas, la universidad, mis mascotas  y Jacko poco había hablado bien con uno de mis grandes grandes amigos, y no lo decía solo por el su altura. Y quería saber que pasaba por su vida, o tan solo pasar una tarde juntos, ya que si bien pasaba viéndolo a la pasada, no era lo mismo.-  Me llamas rubia otra vez y te lanzó el televisor encima para que despiertes- le dije frunciendo la frente y acomodándome en el sofá, para luego soltar una sonrisa burlona, no era cierto el enojo, jamás podría serlo.

Me fundí en los brazos de mi  amigo y  cerré los ojos con fuerza para aguantar que me desordenara el pelo, de todas formas me costaba ordenar el pelo por tanto no me daba demasiado problema, solía peinarlo solo un poco y a veces recogerlo en un moño alto.  Puse el sixpack sobre mis piernas y procedió a romper el cartón y que pudiera sacar alguna con facilidad, eran las cervezas favoritas de ambos y era una buena forma de consentirse. Quizás este era uno de los datos que daba luces de porque Gus y Troy a veces me trataban como si fuera una mas del grupo de chicos, porque no me enojaba fácilmente, bromeaba bastante y tomaba cerveza como cualquier chica bien portada toma champagne o Cosmopolitan, que se yo. – Toma, se dice gracias – le dije riéndome para observarlo bien.-  Y…- me decidí a preguntar.- ¿Cómo va esa vida a dos metro del suelo?

-No te pongas agresiva Lilo, pero si no quieres que te llame rubia pues cambia tu color de cabello por uno que no sea rubio... - si el castaño amaba la idea de molestarla, y no tenía que quebrarse demasiado la cabeza pues sabía perfectamente las cosas que le molestaban y algunas veces por la costumbre ya hasta las decía incluso cuando no quería. -Además no podrías el televisor tu sola, eres tan pequeña. - dijo de nueva cuenta esperando solo joder un poco más a su querida amiga.

-Gracias. - dijo obedeciendo a su amiga, no podía evitarlo siempre intentaba ser un caballero educado, pero a veces se le pasaba, y no porque Lili fuera su amiga y le mostrara cuan hombre podía ser, el dejaba de lado eso, podía molestar y joder e incluso buscar hacerla enojar pero ella seguía siendo una chica, aunque solo a veces no lo pareciera.

Así que abrió su cerveza y le dio un trago, y escucho su pregunta. -Otra vez la envidia hablando, no mucho ya sabes lo de siempre, mujeres echándose encima de mi, tanto que no me dejan caminar por donde voy. Lo de siempre. - comento aumentándose un poco mas el ego, a lo ya subido que lo tenia. Y luego de pensárselo unos segundos solo estaba hablando. -Lili creo que me gusta alguien. - comento con un poco de frustración y un poco de vergüenza algo jamas visto en el.

- ¿Ponte lentes, mejor… soy castaña…- dije soltando un bufido, el sabía precisamente como molestarme, y lo hacía a la perfección, porque le encantaba verme enojada, al parecer.- ¿ Además, no sé donde has visto una latina rubia- dije con tono orgulloso levantando el mentón y sonriendo con propiedad. La verdad es que tenía bien claro que mi apariencia tenía mucho más los genes europeos de mi madre, que los fuertes rasgos latinos de papá. Un milagro de la genética moderna, un momento en donde los genes recesivos triunfaron. Pero eso no evitaba que me sintiera completamente como si hubiera nacido en algún país con mucha más sangre que el que realmente nací. Y no temía decirlo, aunque se burlaran de mí. Fruncí el labio cuando el maldito me dijo débil, ya que yo sabía que me podía la televisión, quizás debería subirme a una escalera para poder golpearla contra su cabeza, pero de que me podía la tv, sabía que sí. – ¿Sabrás que puedo el día que tengas que saber- me hice la interesante mientras llevaba una mano a mi cabello y lo despeinaba un poco más, simplemente porque era un tic que tenía.

Mis manos se fueron enfriando poco a poco más con la cerveza entre ellas, mientras miraba alrededor, la sala desordenada como siempre, era casi un rasgo demasiado típico de los monos y a pesar de yo ser ordenada, no me disgustaba en lo más mínimo. Puse una de mis manos obre el respaldo del sofá, cómodamente mientras daba un largo sorbo a la cerveza que poco a poco fue bajando por mi garganta. Miré a mis pies que estaban cruzados, al igual que las piernas en forma india, mientras el me dijo de la nada algo que a primera oída, me sonó más a una broma que a otra cosa.- ¿¿Una hoy y otra mañana?- dije riendo, siempre Troy comentaba, aunque a veces no quisiera saber detalles, como no podía quedarse con solo una chica, como le atraían pero no le gustaba ninguna, no lo suficiente para sentar cabeza al menos. Sonreí divertida levantando la cabeza para encontrarme con su rostro. Era extraño, estaba… como inhibido. Oh Dios, ¿estaba hablando en serio? Para cualquier persona era algo común, decirle a tu mejor amiga qe te gustaba alguien, pero entendía cuan importante era para Troy. Mi gesto divertido se suavizo por uno comprensivo y puse una de mis manos sobre su rodilla.- ¿Quién es? ¿Cuándo paso esto?- dije de algún modo contenta, no es que pensara que el romance dominaba el mundo, pero yo estaba feliz en pareja, como nunca lo había estado ¿Por qué no querer esa felicidad para una de las ersonas que más quería en el mundo?

Jalo un mechón del cabello de su amiga hacia el de él y los comparo un poco. -¿Lo ves? - comento haciendo un poco de énfasis en sus palabras. -Este castaño... este rubio. - comento solo tratando de joder un poco más a su querida amiga. -Hay miles teñidas... tienes suerte de que te quede bien... hay algunas que dios. Amo a las mujeres pero hay algunas que deberían verse al espejo antes de salir a la calle. - comenta con tono un tanto exigente, aunque lo pensaba, a la hora de ver quién llevaba a su cama solo se olvidaba un poco de eso.

-Tanta palabrería y no has dicho nada. No tengas miedo, a pesar de tu apariencia de niño, se que en el fondo eres una señorita aunque no lo parezcas. - dijo para molestarla un poco, siempre era lo mismo con ellos joder y joder.

-Como debe ser. - dijo con un poco de pesar, pues aunque ese solía ser su mayor orgullo, pensar en Ania solo le hacía plantearse todo lo que hacía y lo que quería. -No lo se, solo pasó. Una chica que conocí en el parque de skate hace algún tiempo. - solo estaba tan confundido, que no tenía la menor idea de que era lo que pudiera solo pasar con ella. Definitivamente era diferente a las demás.

- Los hombres no saben diferenciar colores…- dije bufando cuando juntó los dos mechones de cabello, aunque  yo sabía más de colores por mi carrera y por haber estudiado pintura desde pequeña que por el hecho de ser chica, debía ser honesta.  Pero le solté finalmente una sonrisa cariñosa y real para reírme, ya que sabía que podíamos estar discutiendo el tema eternamente, y a la próxima conversación nos íbamos a molestar de la misma manera, era eso parte de la confianza que le tenía a Troy,  como a pocas personas.- No sabía encontrabas fea a alguna chica eh- dije muerta de la risa, ya que siempre decía “cualquier autobús te sirve, Troy” porque mientras fuera relativamente bien dimensionada, según yo  no le veía mucho la cara a las chicas. No lo juzgaba, yo hasta ahora no era de relaciones demasiado serias, no porque no fuera seria, sino porque siempre me fijaba en el equivocado, relaciones que no alcanzaban a durar siquiera.

Pero parece que la estrella de la suerte era suficiente para dos, y aunque miraba su cara completamente confundido, una parte de mi se alegraba genuinamente que encontrara alguien para él. Sabía que quizás  no es que estuviera de novio y todo con la seriedad que otros siempre buscan, que quizás todo no fuera según el lo quisiera, pero para mí, lo importante era saber como algo había cambiado. Como cuando ya me deje de fijar en idiotas, ahora estábamos frente al chico que no recordaba el nombre de las mujeres con las que se acostaba ahora fiándose en una chica , que debía ser muy especial para llamar la atención del demasiado especial que era mi amigo.- ¿Pero qué pasa que tienes esa cara? No creo que haya chica que pudiera resistirse a ti- dije  desordenándole el cabello tratando de hacerle sonreir.

-No fea, ¿ridicula? - y en realidad era así, aunque realmente tampoco es que fuera viendo el rostro de cada chica con la que me acuesto, yo solo suelo fijarme un poco más en otra clase de atributos. Supongo que solo termino por no ser tan exigente, lo único que realmente no me agrada en una chica, es que se ponga demasiado ebria y comience a atosigarme sin antes yo haberme acercado.

No me sentía bien, en realidad ni siquiera lograba comprender que hacer con eso. Ania me gustaba pero simplemente no podía ser. -Porque no debería gustarme nadie, tu sabes como soy, no me agrada tener que pensar en alguien, pensar en que esta haciendo, con quien puede estar. Solo es una pérdida de tiempo. - comento un poco confundido. -Y para tu información, ella no se me resistió. Ninguna lo hace. - hable como si realmente estuviera orgulloso de ello, aunque claro justamente ahora presumir de mis conquistas era un tema irrelevante, sobretodo al hablarlo con Lili, pero no era eso lo que me tenía así, era solo sentirme tan confundido, que incluso la persona que mas me molesta en el mundo, solo parezca preocupada por mi. -Oye Lilo no te pongas gay. En serio no pasa nada. - claro he hablado y me he quejado preocupando a mi amiga, y ahora solo quiero y necesito que lo deje pasar. Bebo la cerveza que tengo en la mano. Es un poco más fácil así olvidar las cosas.

- No es eso, no es quesea una perdida de tiempo sentirte así… es que no es bonito tener todo eso en la cabeza, toda esa preocupación….- Alcé una ceja, sabía a lo que se refería, lo había vivido apenas conocí a Jacko, el pensar que ni siquiera era su tipo, de que muchas chicas lo rondaban y yo a lo sumo sería su amiga. Para Troy era una sensación nueva y de seguro debía ser increíble a la vez que lo más terrorífico del mundo. Acaricie el cabello del chico con cariño ara luego alejarme unos centímetros y tomar un poco de mi cerveza. Quizás no era la mejor para dar estos consejos, era mejor alguna chica que tuviera mas experiencia que la mínima que tenía, con solo una relación seria a cuestas y que también e alejaba de lo convencional, con Jacko eramos simplemente nosotros mismos, desde el principio, y sabía que las relaciones mas normales se guiaban por reglas como celebrar todos los meses, cenas muy romantica sy menos cosas como carreras de autos, clases de patineta y noches caminando por la playa. Pero era feliz, y eso si podía aconsejarle a mi mejor amigo.

- Es horrible, apesta…¿pero sabes qué? Quizás les gustas… y nunca lo sabras hasta que te plantes frente a ella y le digas algo en palabras que salgan de…- le señale el corazón poniendo cara de duda.- lo que sea que tienes entre los pulmones…- dije riendo para levantarle un poco el animo.- Y quizás te diga que no pero dudo que sea peor ese sentimiento de incertidumbre….- dije segura de lo que estaba diciendo.- Además si es tan tonta para no resistirse a ti, quizás si le gustas- bromee, si me ponía muy seria el de seguro saldría corriendo. Además a mi tampoco me gustaba eso de ponerme tan cursi.

Me agradaba habérselo contado a Lily, ella era tan despreocupada y siempre terminábamos riendo, le quita un poco el terror a todo, y por suerte no era una de esas chicas cariñosas o amorosas que solo me daría consejos para ser un idiota romántico, no ella estaba diciendo cosas realmente útiles. -¿Entre los pulmones? ¿El humo? - pregunto riendo se a lo que se refiere. -No lo se rubia, ¿y que si ella me rechaza? ¿Qué tal si ella quiere a otro? Se que le gusto, pero lo que me passa es un poco mas fuerte que eso. Y no es tonta. Habla sobre libros y cosas que no entiendo del todo. - digo un poco en broma, me gusta solo aparentar ser un idiota, pero simplemente es falta de interés por algunas cosas.

Aunque pensándolo bien ¿de que me serviría? decirle solo la ahuyentaría, ella no tiene relaciones serias, solo tiene su lista de amigos con los cuales pasar el rato, me lo advirtió y ahora yo solo soy un idiota que no para de pensarla, no creo que eso sea lo mas normal del mundo, aunque no puedo evitar sentir un poco de envidia por las personas que no temen decir eso que les pasa, eso que sienten, supongo que después de todo solo soy un cobarde que prefiere evitar ser rechazado. -A veces desearía que fueras una chica para que pudieras ayudarme Lilo. - digo solo guiñándole un ojo para luego dar un largo trago a mi cerveza terminandola de una buena vez.

- Tu ya eres la mujer en esta amistad, no necesitamos dos- le respondí con tranquilidad. Siempre era lo mismo, y era la manera de decirnos que nos preocupábamos por el otro y que no importa que nos dijéramos, que hiciéramos, siempre estaríamos ahí para el otro.- Y si quieres le preguntas a Jacko de si soy o no niña- le guiñé un ojo, sabía que no le agradaría que le dijera eso y era precisamente la razón por la cual se lo decía. Era gracioso porque ninguno de los dos era un experto en estas lides , si no todo lo contrario, pues entre mis desastres amorosos y sus amores de una noche, poco podíamos decir, y aunque estuviéramos en veredas parecieran totalmente opuestas ahora, yo entendía todo ese miedo, tal como yo estaba hace meses atrás. No sabía mucho más sobre el tema y me daba miedo decir que pasaría algo que después solo rompiera su corazón, pero de verdad había aprendido que la mejor política era la honestidad, y no quedarse atorado con los sentimientos.

- ¿Te gusta un ratón de biblioteca? – no pude evitar soltar al menos una sonrisa sobre ello, aguantando la risa porque ya sabía que pese a nuestros insultos mutuos, habían cosas sobre las que uno no debía decir.- Créeme que al menos se lo dirás, y tendrás una respuesta… en el peor de los casos no te quiere, solo quería pasar la noche contigo… pero en este minuto, ella puede pensar que simplemente la quieres por la noche, y si no se lo dices nadie se lo dirá por ti- le aconsejo. No podía decirle mucho más, no le iba a mentir, ni siquiera conocía a la chica aunque tenia demasiadas ganas de ir y decirle que con mi amigo nadie se mete, nadie le rompe el corazón, aunque yo no fuera de las que se meten en las vidas de los demás, pero me importaba demasiado Troy.- Y si te va mal… al menos no fuiste un cobarde… y te presto a Jacko para ir a beber- le dije con voz suave.- Y si te va bien vamos a citas dobles… aunque suene cursi y feo- reí brevemente, dándole animo recostando mi cabeza en su hombro. Quizás la estaba arruinando, pero de verdad no me gustaba verlo así, aunque se quisiera hacer el fuerte.

Y como siempre ambos veíamos quien jodía más al otro, no es que realmente no hubiera cariño, era simplemente que esa era nuestra forma de demostrar el cariño. Era más fácil y menos ridículo que solo ir diciendo cuanto nos apreciábamos. Ademas se volvía divertido. Hasta que ella menciono aquello, la tratara como fuera ella era mi mejor amiga y buscaba respeto para ella, aunque yo mismo no lo tuviera con muchas mujeres, era solo que ella era importante y no quería que terminara con algún idiota como yo, pero Jacko bueno él era distinto. Así que guarde mi pequeño enojo para su comentario y solo respondí de la manera más ingeniosa que se me ocurrió. -Jacko es gay, así que no me extraña porque le gustas. - digo realmente seguro de lo que acaba de salir de mi boca.

Yo mismo no podía creer siquiera que me gustará nadie, menos que fuera un ratón de biblioteca, aunque claro ella no lo parecía. -Es la mujer más sexy que haya visto en mi vida. Aunque sea un ratón de biblioteca, creo que incluso podría gustarme la lectura. - digo solo exagerando un poco, pues debo admitir que no soy un inculto total, aunque claro leer un libro nunca ha sido una de mis prioridades. -Odio cuando creo que tienes razón. - digo luego de escuchar su consejo, ¿que podría salir peor de lo que ya está? Todo es un maldito lío así que supongo que no puede salir peor. -Y si no me lo prestas te lo robo. Y de paso quizás vayamos a algún club para que me reanimen - comente cuando menciono que me prestaría a Jacko aunque claro no quería verme como un marica solo llorando por una mujer, cuando hay millones en el mundo, ademas quería molestarla un poco. Pero jamas le haría eso, aunque se que probablemente Jackson Rotchman ni siquiera seguiría mi juego. -Estás loca, jamás dejaría que una de mis conquistas se acerque a ti. Conociéndote harás que me dejen antes del postre. - digo solo riendo, pues se que nuestra pesada manera de llevarnos solo se da cuando estamos entre nosotros, jamas para dejarnos mal frente a terceros.

Solo negué con una sonrisa divertida en la cara, justo cuando Troy dice que la única razón por la que le gustaba a mi novio era porque era gay y yo era un niñito. Cada día era más ofensivo con sus bromas, pero yo jamás me las tomaba en serio, sabía que en el fondo no lo sentía, así como yo no sentía realmente todas las pesadeces que le decía para simplemente llamar su atención.- ya te gustaría que fuera gay para poder conquistarlo, pero es mío - le guiñé el ojo demostrando la autoridad de mis palabras y como no me afectaban en lo más mínimo.

Pero aquel millar de bromas y ofensas quedo a un lado para hablar seriamente de lo que pasaba por el corazón de mi mejor amigo. A su manera, estaba diciendo cosas muy lindas de la chica que claramente no solo le gustaba, sentía algo más por ella y aun cuando a veces definir lo que sientes o decirte a ti mismo, aceptar en tu interior que es exactamente amor, cariño, lo que sea, es sumamente difícil aun cuando estés en el mejor de los casos, porque es debilidad, es desprotección, y yo había ido lento aun cuando tuviera a mi lado al mejor chico posible como era Jacko.- Te volverás inteligente, me agrada ella - le bromee con algo de dulzura en el tono de voz . Cuando Troy por fin me dio la razón solté un gritito de celebración, solo esperaba que le fuera bien y no tuviera desengaños, pero necesitaba que saliera de ese miedo, de ese sentimiento que ahora mismo le estaba haciendo peor. Tanto quería eso que incluso deje pasar eso de que llevaría a Jacko a un club, y pensé la cara de mañosa que ponía cada vez que pasábamos frente a Hooters y Jacko desviaba la vista de la manera menos sutil del Universo, no era celosa pues confiaba en que Jacko me respetaba, pero mi cara de maña, pues bueno venía con el precio de tenerme de novia.- Pierde el más que tu… - rodé los ojos y solté una risa.- Pero confiemos en que tarde o temprano te ira bien y dejaras de tirarte a todo lo que tenga falda, y tendrás mas amigas, no solo Emma y yo - le comenté, ya que sabia que Troy por lo general coqueteaba con las chicas, no se hacia su amiga.

- haces bien en temerme -concluí luego de su arrebato, de cómo reafirmaba que jamás me la presentaría, que yo de seguro haría algo para dejarlo mal. Y eso… quizás era cierto. Tome una cerveza y se la pase – Toma cuanto quieras, así tienes la excusa para cuando te gane… - indique la consola frente a nosotros. Sería humillación delta, lo sabía, y as además aprovechaba de distraerlo.

-No necesito hacer nada para conquistarlo, ese mono es mío. Lo fue primero. - contesto mostrandole mi lengua como si se tratará de dos niños pequeños peleando por su mamá. En realidad el caso es muy distinto pero me agrada hacerla enojar, Jacko es mi mejor amigo y se que eso nunca va a cambiar, es algo así como mi hermano, pero se que las relaciones son distintas más difíciles menos probables, yo solo deseo realmente que lo que tienen ella y él duré para siempre, se que ahora están bastante enamorados y eso me alegra porque ambos están felices, pero también se que las relaciones no se nutren solo de amor hay muchas más cosas que deben tener. Así que solo les deseo que eso que tienen ahora duré para siempre.

-Soy inteligente. Eso no lo dudes jamas. Seguro terminaras viviendo en algo que yo construya así que por favor menos ofensas para esté futuro exitoso arquitecto. - se que soy bueno, y mi carrera realmente me gusta, mi jefe dice que si sigo como voy tendré un brillante futuro y que él se encargara de ayudarme si sigo a su lado, así que no lo dudo, pero se que la inteligencia se comprende de muchas más cosas, y aunque estoy seguro de que podría ser mejor en muchas más cosas, no voy a negar que disfruto que todo el mundo piense que soy idiota y ellos solo terminen demostrándome que a pesar de que me traten como a un idiota ellos lo sean un poco más.

-No en definitiva nunca en la vida tendré más amigas, ustedes dos bastan. Más mujeres queriendo opinar y intentando dejarme en mal, así estoy bien. ¿O es que ya no me quieres Lilo? - dije poniendo cara de tristeza.

Termine de beber la cerveza que tenía ya abierta y en cuanto la deja sobre la mesa ella solo me paso otra. -Necesitas que este ebrio para que mi coordinación se vaya a la mierda y ganarme no lo niegues rubia. - comente intentando molestar nuevamente con el tono de su cabello.

No podía evitar mirarlo mal, aunque estuviera hablando en broma. No sabía desde cuando me había puesto tan posesiva, pues aunque no fuéramos pegotes ni absorbentes, Jacko lo sentía mío.- Tu quieres terminar con un ojo morado, eso es lo que pasa- le dije sin perder una cara de seriedad, pero que no podía mantener demasiado pues estábamos hablando de mi mejor amigo, y por más que bromeara con quitarme a mi novio, no podía dejar de verlo con ternura y diversión, precisamente porque el no quería que lo viera con ternura. No podía evitar siempre llevarle la contra aunque a veces casi fuera algo que estaba  fuera de mi control.

Asentì dándole la razón, como estábamos en la misma facultad varias veces nos habíamos encontrado en los talleres, yo con mis prototipos y el con sus maquetas, y debía confesar que mi mejor amigo era muy talentoso en lo que estaba haciendo y que sería muy exitoso.- Puede ser… seremos la primera casa que  diseñes- dije con una sonrisa. Por más que con Jacko no lo dijéramos el uno al otro abiertamente y con todas sus palabras, no teníamos ningún plan de separarnos.- Y tendrá una casita de perro para que puedas quedarte allì- agarré sus mejilla,s porque no podía ser totalmente seria y darle un honesto cumplido sin una broma que no borraba el cumplido pero nos daba una sonrisa de más, sobre todo ahora que de verdad pensaba que él las necesitaba.

Cuando preguntó si ya no lo quería sonreí acariciando el cabello del delta.- Por supuesto que te quiero, pero las mujeres damos mejores consejos ¿o Jacko te da mejores consejos?- le pregunté alzando una ceja. No era celosa en lo más mínimo con mis amigos, así que la idea que pudiera tener amigas mujeres sin tener que acostarse con ellas me parecía a todas luces una buena idea. Alcé de nuevo una ceja tomando los controles y lanzando uno sobre Troy.- Le podría ganar a cualquier mono con los ojos cerrados- lo reté, ya que me salía el lado competitivo que mis cercanos conocían demasiado bien.