The Fear You Won't Fall [Privado]

Amaba las vacaciones, era momento de olvidarme de los libros de una vez por todas para simplemente relajarme a mi estilo como tanto amaba, entre sol, chicas y alcohol como todas mis vacaciones pasadas, junto con algunos de mis amigos nos inscribimos al viaje al lago Chelan pues tenía buenas recomendaciones del lugar, parecía ser bastante visitado por grupos jóvenes en estas épocas y era justo lo que necesitaba conocer personas y mantener mi mente ocupada de todo aquello que hacía de mi vida un martirio, por ejemplo los continuos cotilleos de la gente sobre mi padre o familia, los chismes que creaban sobre mi o mis hermanos. Además de cierta chica que solía empezar a aparecer en mis pensamientos más de lo debido, tenía una regla acercar las chicas, había un límite de tres citas para luego simplemente pasar la página, no podía estar en contacto con ellas un día entero o mucho menos llegar a hablar sobre sentimientos, todo aquello estaba completamente censurado de mi vida.

Luego de haberme instalado en una habitación individual en la cabaña decidí que lo mejor era ir a recorrer el lugar por lo que deje a mi hermano junto al resto de compañeros para salir directo hacia el agua transparente de Chelan, el lago era enorme casi y costaba llegar a ver al otro lado del mismo. – Genial – Comente para mí mismo pues amaba demasiado el agua como para poder contenerme a darme un baño de inmediato. Como siempre en esto casos traía mi bañador pues simplemente tome mi remera para sacármela mientras caminaba a una especie de pequeño muelle de manera, la pasar por un grupo de chicas les sonreí- Que guapas –Les comente al pasar logrando que soltaran un par de risas bobas hasta que finalmente mis pies estuvieron sobre la madera comenzando a caminar al final con mi remera aun en mi mano.

Cuando llegue al final del viejo muelle deje la prenda caer sobre la madera para estirar mis manos al cielo sintiendo la brisa fría golpearme pues a comparación a California si habían vientos frescos. Luego de estirarme por unos segundos me saque mis zapatillas deportivas para sentarme al borde metiendo mis pies en el agua moviéndolos de manera circular pero al contrario uno del otro sintiendo el agua también fría. Sin duda el lugar era un paraíso e iban a ser unas buenas vacaciones.

Al fin había llegado al lago Chelan, después de un cansador viaje. Había arreglado ir con algunas chicas de la fraternidad, además de mi hermano y otros chicos quienes nos quedaríamos todos juntos en una cabaña. Luego de dejar mis maletas allí decidí que saldría a tomar aire fresco, me encantaban este tipo de lugares donde podía sentir la tranquilidad en el ambiente que me relajaba por completo, por lo que aprovecharía de este lugar al máximo, empezando por ahora. Antes de salir de la cabaña busqué mi Ipod y me puse los auriculares para caminar sin interrupciones, hoy seríamos la naturaleza, la música, y yo. Decidí que comenzaría por el lago, tenía ganas de sentir esa brisa que se formaba con el agua del lago, brisa que me encantaba, y que me traía a la memoria uno de los episodios más interesantes de este año, con la persona más interesante con quien me había topado este año, Dorian.

Tarareaba las canciones que sonaban en mi Ipod mientras caminaba en dirección al lago, jugando con mi cabello que llevaba suelto y sobre uno de mis hombros. Llevaba puestas mis converse negras, mis jeans favoritos, y mi blusa color perla que me encantaba. Apenas llegué al lago iba a sentarme a la orilla de éste para cerrar mis ojos,  disfrutar de la naturaleza y de la brisa fresca que había allí mientras seguía escuchando música, cuando divisé a un chico conocido para mí quien se encontraba sin camiseta sentado a la orilla del pequeño muelle del lugar. No lo pensé dos veces y mis labios se curvaron en una amplia sonrisa mientras comenzaba a caminar hacia el muelle en dirección al chico. Cuando llegué a su lado carraspeé mi garganta quitando los auriculares de mis orejas, sentándome a su lado y cruzando mis piernas para no mojarme los pies ya que tenía mis converse puestas.- Hola grandulón. –Le saludé con un tono divertido en mi voz, girando mi rostro para mirarle mientras dejaba caer todo mi cabello sobre uno de mis hombros, peinándolo con mis dedos.- ¿Cómo estás? ¿Y por qué tan solo? –Pregunté esbozando una amplia sonrisa para luego morder mi labio inferior.

En cuanto tuve unos segundos para disfrutar de la maravillosa naturaleza que tenía frente a mí me pregunte que más podía pedir en ese momento, mi mente comenzó a deambular entre mi pasado aquellas épocas en que fui realmente feliz, tal vez en mi adolescencia cuando todo en la preparatoria morían por siquiera tener una pequeña conversación conmigo, cuando las chicas deseaban un mensaje mío en su móvil, cuando el apellido Lawson era escuchado con respeto y no con recelo. Eso me llevo a recordar lo muy herido que me encontraba con mi padre por arruinar mi vida, por sacarme de esa posición que tantos años me había costado llegar por sus asuntos ilegales. Pero a pesar de desear volver a tener todas esas cosas había algo que deseaba aún más, una persona, no una en específico una que pudiera entender todo el embrollo que tenía en mi cabeza, para compartir aquellas vacaciones, estaban mis hermanos claro, pero no era el mismo sentimiento, ellos debían estar a mi lado porque eran mi familia, pero era yo capaz de encontrar a alguien que estuviera siempre apoyándome sin tener la responsabilidad de hacerlo por tener lazos sanguíneos?

No sabía ni siquiera porque mi cabeza estaba perdida en aquellos pensamientos cuando escuche una voz familiar, que me hizo voltear rápidamente encontrándome con una imagen perfecta de una chica sonriéndome al lado – Flo… - Solté algo sorprendido aun pues no la había sentido aproximarse- No tenía idea de que te hubieras anotado al viaje – Le solté con sinceridad pues la verdad no había prestado mucha atención en eso, simplemente tome la decisión con Sebastián e hicimos el equipaje. – Si lo hubiera sabido, me hubiera anotado en tu cabaña – Ahora una sonrisa coqueta instantánea se apresuró a marcarse en mi rostro mientras ella tomaba asiento a mi lado, era extraña la sensación de tenerla allí, pues la chica que siempre recorría a mis pensamientos cuando me encontraba aislado era ella, debía sacarla de mi cabeza antes de que algún sentimiento saliera a flote pero entonces como si la vida se burlara de mi me la ponían al lado, incrementando la dificultad de mi propósito. – Estoy bien, aun sorprendido de verte… Estaba meditando supongo – Mis brazos fueron hacia atrás de mi cuerpo para poder apoyarme en el piso con una pose relajada mientras la observaba y seguía moviendo mis pies. – Una Pitt solitaria en un lago, donde has dejado tus admiradores niña Inglesa?

No entendía por qué Dorian estaba solo en el muelle, él podía tener la compañía que quisiese, había pasado por el lado de un grupo de chicas antes de llegar a su lado quienes murmuraban sobre él y no le quitaban los ojos de encima, lo que me pareció de lo más absurdo de su parte y casi no pude evitar rodar mis ojos. Alcé ambas cejas cuando le noté algo sorprendido por mi presencia, por lo que pensé que le estaba incomodando, o estorbando el que estuviese aquí.- Bueno… la mayoría de las personas venía y pensé que sería divertido… -Me encogí de hombros y desvié la mirada hacia el lago mordiendo con ligereza mi labio inferior, replanteándome la idea de volver a la cabaña, pero escuché sus palabras y mis labios se curvaron en una pequeña sonrisa sin volver mi mirada hacia él.- No te gustaría estar en mi cabaña, está mi hermano que a veces podría ser una real molestia. –Musité haciendo una ligera mueca con mis carnosos labios.

Llevé mi mirada a su rostro, frunciendo ligeramente mis cejas cuando él hablaba.- No entiendo por qué te sorprende tanto el verme aquí, después de todo… la mayoría de los estudiantes vendrían, ¿No? –Fruncí mis labios y poco a poco me fui acercando cada vez más a él para finalmente apoyar mi mejilla en su hombro cuando estuve lo suficientemente cerca. Si bien ya me sentía bastante cómoda con él, esperaba que ese gesto mío no le molestara o incomodara.- No tengo admiradores, tal vez alguna invitación a salir… ¿pero admiradores? No lo creo. –Solté una pequeña risita y cerré mis ojos disfrutando del ambiente. Con Dorian seguía sintiéndome protegida, algo que normalmente no me pasaba con ningún chico más que con mis hermanos.- ¿Y en qué meditaba, caballero? –Pregunté girando mi rostro para mirar sus ojos fijamente, esbozando una ligera sonrisa un tanto curiosa por su respuesta, como solía serlo la mayoría de las veces.

Reí en cuento ella hablo de su hermano, era divertido que ella pensara que le temía al Delta, ningún hermano me había detenido antes, mucho menos lo iba a ser el castaño tratándose de Florence,  pero aun así no comente nada pues una palabra mal colocada podía ponerme en evidencia o peor aún ofender al Mono, que  al parecer era bastante unido a ella por lo que simplemente hice una leve mueca negando con la cabeza como si no tuviera mucha importancia al final de cuentas lo que fuera o no hacer el chico. – Pero estarías tú, con eso se compensa – Encogí los hombres  mirándola justo para notar que fruncía el ceño por lo que levante mi ceja por su pregunta- Bueno tal vez pensé que me invitarías a venir contigo, pero como veo no lo es – Me defendí de sus palabras antes de sonreír para restarle importancia pues todo era un juego después de todo yo tampoco le había comentado nada, aunque había pensado varias veces en aquello aunque luego terminaba deduciendo que no era muy efectivo si lo que buscaba era intentar sacármela de la cabeza alocándome con otras chicas o algo por el estilo.

En cuanto apoyo su rostro en mi hombro mi rostro expreso cierta ternura aunque ella no pudo verlo, me acerque rosando mi nariz levemente a su sien antes de darle un pequeño beso en la zona retirándome rápidamente  cuando escuche que alguien le había invitado a salir. En el momento sentí como un golpe en mi abdomen pero me mantuve en silencio intentando lucir casual – Ah sí? Quien te invito a salir? – Mi voz sonó un poco más seca de lo que deseaba pero no podía evitarlo una vez que me bajaba un poco de mal humor no podía simplemente dejarlo pasar, mire al frente con el ceño fruncido, ahora sin saber que responder a su última pregunta pues solo podía imaginarme el montón de idiotas que la pretendían.

Entonces me sentí como en una caricatura donde un pequeño diablillo  me decía que debía enojarme y matar al montón de cabrones, pero por el otro lado estaba el angelito que me decía que ella era libre y podía salir con cualquier, que yo era el culpable por siempre alejar a una chica cuando lo que sentía iba más de la atracción. Todo aquello me hacia mi cabeza un lio- Sobre cosas supongo -  baje la cabeza esperando no sonar hostil mientras carraspeaba un poco.

Solté una risita negando con mi cabeza, él no sabía lo que decía, definitivamente. Yo no compensaba nada, mi hermano podía ser un odioso si se lo proponía, y era totalmente seguro que si veía a algún chico cerca de mí, fuese sólo mi amigo o no, él se comportaría como todo un idiota. Fruncí aún más mis cejas al escucharle y solté un bufido.- Y yo pensé que tú me invitarías a mí, pero no podía esperar toda la vida. ¿No? –Solté desviando la mirada hacia el lago para rodar mis ojos. Era cierto que él tal vez lo decía en broma, y también era cierto que yo no le había invitado, pero más de una vez se me había pasado por la cabeza el venir con él, aunque esperaba una invitación de su parte y pensé que invitarle sería inapropiado así que había decidido no hacerlo.

Todos los pensamientos que se pasaron por mi cabeza sobre el que pudiese incomodarle el que yo posara mi mejilla en su hombro se esfumaron cuando sentí su nariz rozar mi cien, donde luego depositó un suave y tierno beso que me hizo sonreír. Con mis ojos cerrados fruncí mis cejas cuando escuché su pregunta con un tono de voz un tanto dura. No me esperaba ese tono de voz, luego de ese tierno gesto que había tenido hace solo escasos segundos, pero no le di mayor importancia, tal vez sólo era mi imaginación que me estaba jugando una mala pasada ya que sin quererlo a veces terminaba imaginándome cosas que quería que pasaran, con cierta persona que en estos momentos tenía a mi lado. Solté un suspiro y sonreí con ligereza.- Pues, Aaron White. ¿Por qué? –No sabía muy bien el porqué de mi pregunta, pero tenía curiosidad de saber si le importaba o no el que me invitaran a salir. Mi sonrisa que hace algunos segundos había reinado en mi rostro comenzó a desvanecerse poco a poco al ver la expresión de su rostro, y peor aún al escuchar su respuesta. ¿Por qué no me miraba?- ¿Qué tipo de cosas? –Enarqué una de mis cejas, y sin esperar su respuesta volví a hablar.- ¿Te sucede algo? –Mi entrecejo cada vez se fruncía más sin entender qué pasaba. ¿Había dicho algo malo? Tal vez sí le había molestado tanta confianza de mi parte.

Solté una leve risa cuando ella respondió justo lo que sabía que diría inmediatamente luego de escuchar mis palabras, me encogí de hombros mientras le observaba – Me hago el difícil – Dije en tono de broma para luego disfrutar de la comodidad de su cercanía con su cabeza apoyada en mi cuerpo, entonces como si tuviera vida propia mi mano se movió despacio en busca de la suya hasta que logre tomarla como si fuera algo normal. Aunque para mí era lo opuesto, jamás había tomado la mano de una chica en público que no fuera una de mis hermanas o una amiga de mucho tiempo, fue por eso que además de sentir una especie de ola de nerviosismo en mi cuerpo también me sentí algo desubicado como si en cualquier momento alguien me fuera a ver o a burlarse de mi por demostrar algún tipo de cariño público hacia una chica, pero no me importo no retire la mano, no hasta que le escuche hablar sobre el chico que le había invitado, lo conocía bastante bien, se trataba del hermano menor de nuestro líder de fraternidad, no mantenía una relación muy cercana con Aarón pero sabía que los White no se iban con juegos, en cuento ponían el ojo en una chica no había quien los detuviera, pues nuestras familias se relacionaban desde que éramos niños por lo que conocía la mayoría de sus historias.

Una mueca de desagrado se formó en mi rostro unos segundos, pensando en Aarón ahora como un rival aunque no tenía ninguna razón, carraspee un poco mi garganta sin sacar la mirada del lago – Te gusta? Digo estas saliendo con él? – Pregunte ahora con un tono cortante y arrogante cambiando totalmente mi estado de ánimo en solo un par de segundos, mis pies se movían más rápidos en el agua intentando mantenerme sereno pues si había algo malo de mi era mi carácter explosivo- Cosas sin importancia – Volví a encogerme de hombros intentando no verla a toda costa pues no quería que con mi mirada ella pudiera descifrar que era exactamente lo que estaba pasando. Pues aunque fuera poco creíble estaba sintiendo celos del White, una sensación totalmente nueva para mi pues jamás me importo realmente con quien salían las chicas con que tenía encuentros. Entonces sin poder aguantar más solté la pregunta – Viniste con él? Están compartiendo cabaña? –Finalmente me gire a ver su rostro con una expresión severa en el mío sin poder siquiera disimular mi molestia.

Estallé en risas al escucharle. ¿Se hacía el difícil? Su frase me había causado gracia. Rodé los ojos y asentí aún riendo por lo bajo.- Entonces yo también me haré la difícil. –Contesté a su frase volviendo a reír mientras sentía cómo su mano tomaba la mía. Sentí miles de emociones cruzarse por mi cuerpo, y era lo que sentía cada vez que con o sin quererlo, nuestros cuerpos se tocaban. Era como electricidad la que me recorría cuando rozaba su cuerpo, y sentía como si necesitara un simple roce con él para sonreír. No me molestaba el que tomara mi mano, al contrario, me gustaba el que lo hiciera, pero dejé de pensar en eso y le resté importancia porque tal vez él estaba acostumbrado a tomar la mano de sus amigas, o con quienes había tomado confianza. Tampoco me consideraba una persona importante como para que él sintiera otro tipo de cosas hacia mí.

Así como tomó mi mano, la soltó de una, haciéndome suspirar. ¿Pero qué le pasaba? Me tenía completamente confundida y curiosa, quería al Dorian bromista y tierno que había conocido en la playa, éste me estaba asustando un poco. ¿Y a qué iba esa pregunta que acababa de hacer? Fruncí mis labios y me encogí de hombros.- Bueno… -Comencé a jugar con mis manos con un poco de nervios, desviando mi mirada a éstas, intentando pensar bien lo que diría.- Me atrae.... Y no estoy saliendo con él, sólo me invitó a salir nada más… -Mordí mi labio inferior separándome de su lado para poder girarme un poco más hacia él y mirarle cada vez con el ceño más fruncido al escuchar su respuesta tan seca.- Si no me quieres contar podrías ser honesto, en vez de buscar excusas. –Mascullé casi entre dientes, me molestaba que aún no me mirara, y su actitud ya me estaba cansando. ¿Acaso en serio le molestaba mi presencia? Hice el ademán de levantarme de su lado para irme pero me detuve al escuchar su pregunta. Me quedé quieta a su lado girando nuevamente mi rostro para mirarle. ¿Ahora sí se dignaba a mirarme? Alcé ambas cejas notando la expresión de su rostro… ¿Había hecho algo malo? Sin darme cuenta comenzaba a sentirme culpable por algo que ni siquiera había hecho, o ni enterada estaba que lo había hecho. Abrí mis labios para contestarle pero luego los cerré volviendo a pensar en la respuesta. ¿Por qué se enojaba tanto por lo de Aaron? No me gustaba que me trataran como una niña pequeña, y me estaba sintiendo así en estos momentos, por lo que no me quedé atrás.- Sí, compartimos cabaña. ¿Te incumbe eso acaso? –Escupí las palabras tal y como él había hecho conmigo, cruzándome de brazos y enarcando una de mis cejas.

En cuanto me dijo que se haría la difícil también sonreí un poco por sus palabras pues en realidad la consideraba difícil, no era el tipo de chica que se iba a primeras con el primer chico que la pretendiera o al menos esa era la imagen que me daba, tal vez por eso era que empezaba a interesarme aún más en ella día a día, entonces me di cuenta que la idea de olvidarme o sacarla de mi mente era empezaba a verse cada vez más ridícula. – Creí que ya eras difícil… -le dije sonriendo justo antes de que mi mano se separara de la suya por la sorpresa de la noticia de verla mezclada con otro chico y que este fuera un rival bastante fuerte pues se trataba de un Épsilon, además de un White, sabía que ella mantenía estrecha relación con ellos por lo que era bastante probable que de allí saliera algún tipo de relación. Eso me hizo molestar aún más, por lo que intentaba mantener mi vista lo más apartado de ella que podía.

Sentí como mis orejas comenzaban a calentarse cuando hablo de sentirse atraída por él, estaba sintiendo cosas que jamás en la vida había sentido antes lo que me tenía sorprendido pues no tenía idea como manejar aquellas situaciones, así que simplemente me deje llevar por el enojo o los celos que jamás admitiría tener – Hacen linda pareja…. – Escupí mirando al frente mientras mis pies se detenían en el agua, queriendo que aquella conversación nunca hubiera existido, no quería saber de ella y Aarón, no por ahora. - No tengo que inventar excusas no es mi estilo – Ahora era claro que ninguno de los dos estaba cómodos, en que momento aquel hermoso encuentro se había vuelto en una plática tan desagradable – Ya veo…. Al  parecer no me incumbe – Le dije los más antipático posible finalmente mirándola con furia de solo pensarla durmiendo con el chico mientras ella hacia el ademan de irse del lugar – Ten una bonita luna de miel Florence – Solté por ultimo girándome de nuevo hacia el agua dejando que se fuera si era lo que deseaba hacer, intentando manejarme pues siquiera pensaba lo que decía simplemente lo dejaba salir.

No conoces lo difícil que puedo llegar a ser. –Dije de lo más natural puesto que en este tipo de cosas podía ser realmente difícil, por lo mismo nunca había tenido muchos novios. Con mis manos juntas intentaba mantenerlas ocupadas en algo para aguantarme las ganas que tenía de darle un zape a Dorian por ser tan jodidamente desagradable. A medida que le escuchaba hablar el enojo en mi incrementaba, por lo que ya no era agradable estar sentada a su lado, sólo quería salir de allí, y hasta sentía mis ojos humedecerse debido al enojo y la impotencia. ¿Pero qué se creía? Solté un bufido y rodé los ojos.- ¿Verdad que sí? Hacemos hermosa pareja. –Esbocé una sonrisa algo burlona y cargada de antipatía. La verdad era que no me veía con Aaron, no quería una relación amorosa con nadie, pero sólo lo decía para molestarlo porque su actitud me enfadaba bastante. Seguí escuchándole hablar, las ganas no me faltaban para levantarme e irme del lugar, pero no le daría en el gusto tan fácilmente, se la haría pagar por las idioteces que estaba diciendo, y por su actitud tan repulsiva.

No esperaba pasar un momento tan desagradable, puesto que había tenido momentos tan lindos y sinceros con él, que lo que menos esperaba era pasarme un hermoso día en su compañía.- ¿Entonces por qué no me dices de una vez por todas que no me quieres acá? –Le pregunté con la voz cargada de enojo, enarcando una de mis cejas, increpándole. Era claro que no quería mi compañía, por algo estaba siendo tan idiota y si era tan sincero como se hacía ver entonces que lo dijera de una vez. Bufé una vez más cuando volvió a hablar, negando con mi cabeza.- No, no te incumbe para nada. –Escupí antes de quedarme congelada ante sus últimas palabras. ¿Luna de miel? Por favor, estaba haciendo una ridícula escena de celos. ¿Qué le pasaba? Sentí una punzada de dolor en mi corazón y mordí mi labio inferior para contenerme. No solía llorar pero ahora sentía que las lágrimas querían salir disparadas de mis ojos, aunque no le demostraría que su estúpida actitud me afectaba, no lloraría frente a él nunca en la vida. Me levanté de su lado y desvié la mirada para no mirarlo a él.- Eres un estúpido. Deja los celos y compórtate, Lawson. –Musité antes de dar la media vuelta y caminar para volver a la orilla del lago. No necesitaba escuchar más basura salir de sus labios.

De eso no tengo duda eres chica después de todo, además Alpha Phi – Seguí hablando con algo de humor antes de que toda aquella conversación se tornara un enorme desastre, no pude siquiera responder nada a sus palabras cuando simplemente acepto hacer una pareja hermosa con Aarón, mi cuerpo estaba totalmente caliente por el enojo que sentía en ese momento, deseaba poder lanzar algo a piso destruir algún objeto pero no tenía nada cerca que pudiera utilizar para aquel propósito, solté un par de respiraciones fuertes para poder contralarme pues una vez que perdía la razón por enojo no sabía de lo que en verdad era capaz, baje mi mirada al agua nuevamente deseando poder simplemente hacer desaparecer aquella estúpida sensación de enojo sin explicación que hacía que cada vez que nombrara al White quisiera poder golpearme contra una pared. Que mierda me pasaba, que era lo que estaba provocando aquella chica en mí para hacerme odiar tanto la idea de verla con uno de mis hermanos de fraternidad con el que tenía una relación de amistad desde hacía años atrás.

Gire mis ojos en cuento ella me reclamo por no decirle que no la quería allí, era estúpido que pensara aquello, pero no intente aclararlo simplemente hice un gesto de molestia por sus palabras junto a una mueca mientras ella me decía que no le incumbía. No quería hablar más, no quería decir algo que pudiera cagar nuestra relación para siempre y que luego no pudiéramos ni vernos como solía hacer siempre con todas las chicas que intentaban tener algo conmigo. No me aguante más y me levante para quedar a su nivel observando como la chica parecía estar luchando con sus emociones por los cambios en las facciones de su cara, entonces me soltó un insulto, felicidades Dorian habías logrado que la chica te detestara totalmente – Celos… pff – Solté riendo un poco como si fuera un chiste de verdad, pues era obvio que Dorian Lawson no tenía aquella clase de sentimientos, pues no estaba interesado en nadie, o al menos eso era lo que siempre trate de demostrar al mundo. Entonces ella se marchó, camino por el muelle alejándose de mí.

Cerré los ojos un segundo luchando conmigo mismo pues una parte de mi deseaba que ella se fuera pero la otra no quería permanecer separado de la chica, suspire frustrado sin saber hasta que decidí simplemente dejarme guiar por los impulsos, comencé a caminar rápidamente tras ella con paso decidido tomando su brazo sin siquiera importarme si le hacía daño la detuve en seco para que no siguiera caminando- No se ha acabado la conversación, nadie me dice cuando debo comportarme – Le solté aun con cierto enojo, esperando que me mirada, cuando finalmente lo hizo no espere que respondiera, solo la atraje con fuerza hacia mi cuerpo sin dejarla separar, mientras mis labios se estamparon contra los suyos besándola con ansias, todas las ansias acumuladas que tenía desde el día que la conocida mientras aun la sostenía con fuerzas para que no pudiera alejarse, mis labios buscaban la manera de obligar a los suyos responderme aunque lo más seguro era que recibiera una enorme bofetada de su parte, aunque tenía que decir que el intento valía totalmente la pena.

Me molestaba en enormidad que ni siquiera se dignara a mirarme y ahora resulta que tampoco me dirigía la palabra. ¿Se había quedado mudo o qué? Notaba su enojo sin siquiera tener sus ojos sobre los míos, porque le salía por los poros, pero no era mi culpa, yo no había hecho nada. El problema era él, que no sabía qué bichito le había picado y comenzaba a comportarse como el idiota que no conocía en él. Además… ¿Qué tenía el que Aaron me invitara a salir? ¡Dios, era sólo una salida! ¿Y qué le incumbía? No era mi papá, ni mi hermano, mucho menos mi novio… Aunque a veces me imaginaba en algún tipo de relación con él, ¡Pero no! No era de estropear amistades por tener un tipo de relación amorosa con mis amigos. En realidad no era de tener un tipo de relación amorosa con nadie, sabía lo complicada que podía llegar a ser, no quería dañar a nadie ni que me dañaran. Y menos tendría algún tipo de relación amorosa con Dorian en estos momentos, estaba comportándose como un idiota. ¿Y por qué de repente volvía a pensar en tener alguna relación con él? Quizás él ni siquiera se veía de esa forma conmigo.

Se burló de mí, de lo que le había dicho. ¿Y es que no eran celos? Porque se estaba comportando como un celoso empedernido, o por lo menos eso pensaba yo. ¿Qué acaso era tan descabellada la idea? Me hirvió la sangre el escuchar su risa burlona. Me encantaba escucharlo reír, me encantaba reír con él, pero en esta situación sentía un odio increíble. Tenía una mezcla de emociones, quería golpearlo y a la vez abrazarlo y decirle que no quería estar enojada con él, pero no dejaría atrás mi orgullo cuando su actitud ni siquiera lo merecía un poquito. Ya caminando por el muelle hacia la orilla del lago sentí que una lágrima rodaba por mi rostro, pero no le dejé desembocar en mi mentón ya que rápidamente pasé mi mano por mi mejilla, borrando la lágrima de mi rostro. No lloraría por él, no. Me sobresalté al sentir que Dorian tomaba con fuerza mi brazo, haciéndome fruncir mis cejas. ¿Y ahora qué?- Dorian, suéltame. Me duele… -Murmuré ya sin muchos ánimos, mirando mi brazo, y bufé al escucharle, rodando mis ojos. Además de estúpido, orgulloso y caprichoso. Sentí que mi mandíbula se tensaba, quería golpearlo en estos mismos instantes.- Pues deberían decírtelo, porque te comportas como un id… -No alcancé a terminar la frase ya que cuando alcé la mirada sentí sus labios estamparse contra los míos. Alcé mis cejas sorprendida, ¿Era una broma? Hace nada estaba peleándome, y ahora me besaba. Al principio no supe si responderle o no, estaba aún atónita y algo enojada, pero poco a poco fui calmándome. Cerré mis ojos y mis labios le respondieron de la misma forma a como él me besaba, con esa furia y ansias. Sus labios me atrapaban, su sabor me envolvía, él me encantaba.

¿Pero qué hacía? ¡Me estaba besando con Dorian! Mi mente reaccionó y me separé con brusquedad de él, mirándolo fijamente a los ojos y debatiéndome si propinarle una bofetada o no, aunque no sabía bien si se merecía la bofetada con tremendo beso que me había dado. Sentía mis mejillas arder, y todo en mi quería volver a sus labios y besarlo hasta que se me acabara el aliento, pero mi mente me traía a la tierra.- ¿Qué te pasa? ¿Qué es todo esto? –Pregunté con mi ceño fruncido, esperando alguna explicación de su parte con esto que acababa de pasar. Su comportamiento el día de hoy me tenía muy confundida.

Su queja de dolor no me importo en ese momento, ignore totalmente sus palabras para dejarme llevar por el impulso de querer sentir sus labios, desde el primero momento en que la había visto en aquella playa no podía pensar en nada más que la necesidad que tenia de besarla, había estado tan cerca en aquel encuentro que no podía hacerme a la idea de perder la oportunidad de besarla ahora, al menos tenía que hacerlo una vez y esta era la oportunidad. Mis labios no fueron delicados contra los suyos mi beso mostraba la necesidad que sentía, por unos segundos ella no se movió, pensé que me alejaría con fuerza para luego darme una bofetada pero ese momento nunca llego, al contrario, sus labios respondieron a mi demanda lo que me hizo un hueco de alegría en mi estómago, ladee mi rostro para que nuestros labios encajaran a la perfección mientras mis manos tomaban sus caderas tirando de su cuerpo para que chocara contra el mío disfrutando de aquel momento pues no sabía si sería al último, no tenía idea de que pasaría ahora que sabía que ella era pretendida por otro chico.

Me atrevía a decir que aquel beso no solo hizo que miles de sensación saltaran en mi estómago, también fue como si por unos segundos todo se detuviera a mi alrededor, como si mis sentidos se agudizaran, todo el enojo de momento se desvaneció, solo pensaba en lo delicioso que era su sabor, o como su respiración chocaba contra la mía hasta que sentí como ella se separa de golpe deshaciendo el beso, mi respiración estaba algo agitada pero aun así pude mantener el aliento – No lo sé – Dije al escuchar su pregunte, era sincero, no tenía idea de que era lo que me estaba pasando, pero ahora que había probado unos segundo el cielo de sus labios no quería alejarme de ellos- Pero me gusta – Dije aún más confundido mientras soltaba su cintura para llevar mis manos a sus mejillas, estaba vez con delicadeza para atraerla a mi intentando besarla nuevamente esta vez con más paciencia empezando con un siempre rose cerrando mis ojos para poder concentrarme en la sensación del beso además de aquella que invadía mi cuerpo como si me dejara caer en un abismo.

Sus labios eran exquisitos, y se movían a sincronía con los míos los cuales le deseaban por completo. Todo en mí quería que éste momento no terminara, y me sentí totalmente feliz cuando sus manos tomaron con firmeza mis caderas, como reclamándome de su posesión. Sin siquiera reconocerlo antes, yo quería ese beso desde esa vez en la playa y había esperado este momento, pero no lo admitiría, no a él. Las palmas de mis manos subieron a su pecho cuando él me atrajo hacia su cuerpo, sintiendo la necesidad de sentirlo aún más cerca de mí, si es que eso era posible. Pero mi mente entró en juego y no podía besarlo, no podía sentir algo por él porque eso implicaría el perder su amistad, y yo no quería eso para nada. Luego de separarme de sus labios le miré fijamente, su respiración era irregular así como la mía, y su respuesta me descolocó por lo que alcé ambas cejas. Me esperaba una respuesta más elaborada, pero ni él sabía qué le ocurría. Me quedé pensando en sus palabras, desviando la mirada hacia el suelo, y cuando escuché lo que añadía levanté nuevamente la mirada para encontrarme con sus hermosos ojos mirándome, acercándose nuevamente a mí.

Apoyó sus manos en mis mejillas y mi mirada no se apartó de la suya. No supe qué decir ni qué hacer, estaba congelada frente a él, mi mente se debatía en alejarme o dejarme llevar por él, pero no quise seguir pensando. Tenía su rostro a centímetros del mío, y de cierta forma volvía el Dorian que había conocido, puesto que ahora irradiaba ternura. Cerré mis ojos cuando rozó sus labios con los míos, entreabriéndolos sin poder evitarlo. Mi respiración chocaba con la suya, y esa sensación que sentía en mi interior me encantaba. Mis manos se deslizaron con suavidad hasta su cuello, el cual rodeé luego con mis brazos contestando a su beso de forma delicada y suave, disfrutando del beso lo que más podía porque sabía que pronto volvería a matar el momento mi estúpida mente, diciéndome que esto era incorrecto. Por ahora no quería pensar, sólo quería dejarme llevar por mis impulsos y por lo que estaba sintiendo en estos momentos, una necesidad única por tener sus labios contra los míos y su cuerpo pegado al mío.- A mi también… -Solté de repente sobre sus labios, pero no dejé de besarle y mis dedos comenzaron a jugar con su cabello, enredándolos en éste.

Era como si de repente me perdiera totalmente, no estaba siendo yo mismo pues en otro momento alguien que me viera en esa situación no me reconocería, pero era ella la que causaba aquel descontrol aquellas sensaciones apenas descubiertas en mí, en cuento respondí a su pregunta pude notar que estaba tan confundida como yo, pero aun así no podía dejar de pensar que ella había correspondido mi beso, de la misma manera intensa en la que yo se lo había dado, como si fuera un beso que estuviera reteniendo por mucho tiempo, tal vez así era, pues desde el día que la conocí había deseado probar sus labios justo antes de que la ola lograra separarnos. Mientras mis manos iban a sus mejillas sus manos estaban en mi pecho acariciándome con suavidad mientras nuestros labios se volvían a unir pero estaba vez con un poco más de suavidad, ella respondió a diferencia de la otra vez al instante creando un beso delicado mientras mis manos comenzaba a acariciar sus mejillas con las yemas de mis dedos bajando suave hasta su cuello, aquel beso era delicioso aún mejor que el primero, era como si de repente todas las dudas eran respondidas para solamente centrarme en la sensación de nuestros labios moviéndose de manera sincronizada.

De repente la necesidad de respirar me hizo maldecir internamente pues significaba que debía separarme tarde o temprano, entonces lo hice pero no fui muy lejos, me quede a centímetros de sus ojos observando su reacción, sonreí un poco en cuento me observo- Ahora si me incumbe- le dije suave soltando un enorme suspiro pensando en el significado de aquellas palabras pues hasta para mí era algo confuso, si me incumbía significaba que entonces me importaba con quien ella estuviera o no, entonces era obvio que tenía más que un simple interés en nuestra amistad, lo que me hizo sentir miedo, si miedo por lo que podía venir luego si admitía que me gustaba. Pues no podía estar interesado en ninguna chica, era un Dorian Lawson, no solía perder el tiempo en cosas como sentimientos o dramas de chicas, simplemente disfrutaba, la pasaba bien, siempre con alguien diferentes. – Yo…. – Solté mirándola pero luego nada, entre en pánico- Yo… tengo que irme – Le dije alejándome un paso, para luego mirar alrededor, pues era probable que muchas personas hubieran observado nuestro show. Ni siquiera regrese por mi remera o zapatillas en el mueble, solamente tome su rostro depositando un corto beso rápido en sus labios antes de huir literalmente de aquella conversación con dirección a mi cabaña donde pensaba resguardarme como un cobarde, intentando pensar o al revés no pensar en lo que acababa de pasar.

¿Cómo podía negarme a sus besos? Si me transportaban a otro mundo, me sacaban de mis pensamientos y me llevaban lejos, donde no pensaba en nada más que en él besándome, acariciándome. Sólo pensaba en él. Luego tendría tiempo de maldecirme por ser tan débil frente a él, pero por ahora sólo pensaba en él, y disfrutaba del hermoso momento. Él se separó de mis labios, por lo que me quejé en mi fuero interno, y abrí mis ojos lentamente para encontrarme con su mirada fija en la mía. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa y mordí mi labio inferior para aguantarme las ganas que tenía de volver a sus labios, me estaba volviendo adicta a ellos. Sonreí ligeramente cuando habló, ¿De qué se trataba entonces? Habíamos pasado de una conversación amena y con cariños, a discutir sobre una estupidez según mi parecer, a besarnos con desquite, a volver a besarnos pero con ternura… Y ahora sí le incumbía el que compartiera cabaña con Aaron. Luego de pensar un momento pude notar que él estaba tan confundido como yo, e intenté tranquilizarlo acariciando su cuello con mis pulgares. Alcé ambas cejas cuando volvió a hablar, pero sin terminar la frase, por lo que mi mirada se clavó aún más en la suya prestándole toda mi atención, cuando acabó por decir que se tenía que ir.

¿Se tenía que ir justo ahora? Abrí mis labios intentando decir algo, pero nada salió de mi boca. Él se alejó de mí y mis brazos cayeron a mis costados mientras le veía mirar a nuestro alrededor como si buscara a alguien. Tal vez él esperaba a otra persona y había arruinado algo llegando a su lado. O tal vez esperaba a otra chica y no a mí, por eso se sorprendió tanto al verme cuando le saludé. Sentí una punzada de dolor en mi pecho al pensar en todo eso que se me pasaba por la cabeza y simplemente me quedé estática en mi lugar, viendo cómo él luego de dejar un corto beso en mis labios como despedida se iba del muelle y me dejaba ahí, sin comprender nada. Me giré cuando él ya estaba bastante lejos de mí y caminé adentrándome al muelle, donde estuvimos sentados hace algunos minutos atrás, noté que sus zapatillas y su camiseta estaban tiradas allí, y caminé hacia la orilla del muelle tomando sus cosas, estaba tan apurado en zafarse de mí que había olvidado sus prendas. Hice una ligera mueca con mi rostro y decidí que lo mejor era volver a la cabaña, luego le entregaría sus pertenencias a Dorian, y pretendía no hablar nunca del tema de nuestro beso con él porque me asustaba la situación. Yo no era buena para las relaciones y no quería dañar nuestra amistad, y si él me hacía comportar como me había comportado hace un momento, estaba peligrando por completo mi razonamiento, no quería salir herida por nada del mundo.- Deja los sentimientos de lado, Florence. –Me exigí en un susurro y di media vuelta para volver a mi cabaña, con las zapatillas y la camiseta de Dorian en mis manos, y un lío en mi cabeza.