Between the raindrops || Dorian Lawson

Había pasado mucho tiempo desde que se habían visto por última vez, para Dominique había sido perfecto aquella vez en el bosque lejos de todos y de todo donde solo eran ellos dos. Pero ahora estaba preocupada ya que a pesar de que habían estado conversando todo el tiempo por whatsapp y por donde se había enterado de que la madre de Dorian se había marchado, no habían podido coordinar para juntarse ya que cuando ella se hacía el tiempo para ir a  verle, él siempre decía que no podía, que estaba ocupado o de turno en el hospital que por cierto luego de mirar a escondidas el libro de asistencias, se dio cuenta de que el Rubio había faltado varias veces o llegado tarde cosa que no era normal, así que esta vez decidió no avisarle si no que llegar y aparecer en un lugar donde sabía que lo iba a encontrar ya que era prácticamente su refugio y esperaba, cruzaba los dedos para que estuviese aparcado en el muelle y no al a deriva en mar abierto porque si no iba a tener que esperar hasta que regresara, pero si o si lo iba a ver ese día ya que se preocupo de dejarlo completamente libre.

La idea de verle de nuevo le hacía un nudo en el estómago de nervios y era normal, ya había admitido que le gustaba, se lo había dicho y para su grata sorpresa era mutuo pero aún así no podía dejar de sentir que sus emociones se centraban en su estomago, incluso a la hora de vestirse se preocupaba porque la hacía ver más guapa y a la vez relajada, quería darle una buena impresión al chico y distraerlo un poco. Al final se colocó unos jeans unas botas altas una camiseta ajustada y la casaca de cuero encima, el invierno se hacía presente poco a poco en California y los días se ponían más helado por lo que para poder usar su moto a gusto tenía que protegerse y al parecer podrían caer algunas gotas de lluvia. Se puso el casco luego de acodar su cabello y se subió a la moto para ir rumbo al muelle, el trayecto ya era conocido para Domi así que no tardo tanto. Estaciono y para su suerte el yate seguía allí por lo que camino mirando a todos lados, el lugar parecía desierto así que siguió de frente y entró recibiendo el saludo de Elvis a quien acarició en la cabeza - Hola muchachote - Susurro con una sonrisa a la mascota de Dorian y lo que indicaba que él se encontraba en el yate, así que siguió caminando y buscándolo hasta que por fin lo encontró en una tumbona - Hola extraño - Bromeo un poco mientras se acercaba y se sentaba en la tumbona de al lado mirando al chico para hacerse una idea de su estado de ánimo.

Pocos llegaban a conocer a Dorian Lawson en sus malos días, esto porque realmente nunca hablaba con nadie cuando las cosas no iban bien, lograba lidiar con mis problemas superándolos por mi cuenta sin la ayuda de nadie. O bueno cuando todo se salía de mis manos acudía a la única persona que confiaba totalmente, aunque esa persona ya no se encontraba, mi madre se había marchado sin decir una palabra, escapando no solo de mi padre, sino también de su familia, no le reprochaba el hecho de que se fuera de casa, no me importaba un comino su relación con mi padre, pero no podía perdonarle el hecho de simplemente dejar a sus hijos sin siquiera decir una palabra, de repente la que era la mejor persona en el mundo simplemente se derrumbó haciéndome creer que finalmente todas las mujeres llegaban a dejarte como en mi vida se había presentado con anterioridad. Había faltado a la mayoría de mis clases, también a algunas horas de práctica, la verdad en aquel momento nada parecía lo suficientemente importante como para hacerme prestarle atención. Mi celular estaba en el olvido, siquiera sabía dónde se encontraba, si tenía carga o si simplemente lo había arrojado al mar en alguna de mis ahora habituales borracheras en soledad.

Si no fuera por Manu, la antigua empleada de mi madre que ahora trabajaba para mí con su propia habitación en el yate, de seguro el mismo estaría en ruinas, ella un par de veces me había hecho comer para poder reaccionar luego de una enorme resaca y levantaba mis destrozos al otro día, sin preguntar demasiado lo que me encantaba de ella desde que era un niño. Esa tarde solo había comido un brownie adulterado que había comprado la noche anterior por lo que en realidad me encontraba más que relajada escuchando algo de música con los audífonos sobre mis orejas en una de las sillas de playa aprovechando que el clima era frio por lo que el sol no me estaría molestando. Mi vestimenta era relajada, un pantalón largo cómodo con una remera negra sin ningún tipo de calzado pues no pensaba salir a ningún lugar. Cuando sentí una presencia abrí mis ojos encontrándome con la morena a mi lado, me sorprendió realmente que estuviera allí por lo que retire mis audífonos sentándome un poco mejor con mis ojos un poco rasgados por el consumo de la sustancia – Hola –Salude sin decir mucho más pues no sabía realmente la razón de su visita, por lo que me senté para poder quedar frente a ella esperando que dijera algo – No sabía que vendrías –Realmente no sabía si quería compañía, en aquel momento solo pensaba en lo relajado que me sentía.

Dorian era imponente cuando se ponía cerca de alguna chica, pero por extraño que pareciera eso nunca había acobardado  o intimidado a la morena quien sonreía tranquilamente mirando los ojos achinados por los efectos de la droga que tenía él. No le extrañaba en lo más mínimo verlo de aquella forma, de hecho en algún momento pensó que estaría peor porque sabía lo unido que era a su madre y realmente consejos buenos sobre madres ella no sabía dar y seguramente no era la persona adecuada para estar junto a él en un momento así ya que a ella la habían abandonado cuando apenas era un bebé por lo que nunca conoció a esa figura y de hecho solo generó resentimiento en su interior cuando supo la verdadera historia de porque se había ido aquella mujer con todo el dinero de su padre dejándolos en la ruina. Realmente no era la persona indicada pero no le importaba, tenía la necesidad de saber que no estaba tan mal es un chico fuerte pero hasta el más duro de los hombres sufría cuando pasaban situaciones así - Te veo relajado - Dijo ignorando el "no pensé que vendrías" porque era algo que ella tenía asumido desde el momento que se dio cuenta que estaba evitando justarse con ella.

Puso con suavidad sus manos en los muslos de él para acercarse lentamente y dejar un beso en su mejilla, más bien en la comisura de los labios y de paso lo veía bien, se notaba que estaba bastante dejado a al vida y quizá no se había cambiado de ropa quizá de cuando - ¿Quieres hablar?  - Pregunto con suavidad sin dejar de sonreír, realmente nunca sabía que hacer en eses tipo de casos pero estaba haciendo el intento - ¿O hacer algo? - Lo seguía mirando fijamente incluso con dulzura - ¿Comiste hoy? - Cada pregunta la hacia con cuidado porque no quería incomodarlo y hacerlo sentir mal, menos quería que explotara porque conocía algo el carácter del chico pero lo que no sabía es como iba a reaccionar frente a esta situación, así que se iba con todo el cuidado posible.