Pagando apuestas - Privado

Había llegado el día que habían quedado de acuerdo para el pago de la apuesta, cuando él le había contado que al final arreglo todo ella había estado muy feliz de recuperar por fin su real nota, pero un poco nerviosa por lo que eso significaba para con el chico.  Para colmo de los colmos ese día no tenía nada que hacer, no tenía que ir al hospital, no tenía clases y no tenía que trabajar, eso le dejaba mucho tiempo libre para pensar y era lo que no quería hacer. Luego de darse una ducha la Castaña llevaba más o menos media hora envuelta en solo una toalla sin saber que ropa usar. Por un lado hace tiempo no tenía un encuentro de este estilo y quería verse guapa, pero por otro lado era solo una apuesta, que había perdido y con un Epsilon por lo que no quería esforzarse en buscar, entonces al final opto por lo usar lo más sencillo así que fue a buscar primero a los  cajones donde guardaba la lencería - Desde cuando mi ropa interior es tan sexy - Bufo y rodó los ojos , estaba sola así que nadie la escucharía, todo le parecía demasiado llamativo, así que dejo eso de lado y se puso a ver los bañadores, de esos tenía un par que se veían bastante comunes, así que como el asunto era en el yate de él, se puso un bañador y encima unos short gastados, una polera corta y una camisa amarrada encima, se miró al espejo y sonrió, exactamente como era cuando quería vestir casual.

Tanto se demoró en decidir que la hora se le vino encima, había dormido gran parte de la mañana. Así que metió ropa interior al morral, no se iba a devolver con lo mismo que llevaba puesto. Termino por meter un montón de cosas que podría necesitar, se delineo los ojos, se puso brillo labial, tomo el casco de la moto y se fue tan rápido que olvido sacar la casadora de cuero y mientras iba camino al yate se iba maldiciendo, el viento estaba helado. Para su suerte el viaje no fue tan largo y cuando se bajo, se saco el casco y se acomodo el cabello, ahora solo le quedaba buscar el famoso nombre, no habían muchos así que no tardo nada en encontrarlo, mientras avanzaba iba por todo el sol para sentir calor nuevamente.
Al llegar, paso el puente y entró - Hola... - Elevo un poco la voz, se suponía que él ya estaría allí, así que se adentro como si no fuese la primera vez que estaba en ese lugar.

Atuendos:

No había sido difícil hacer que el profesor rectificaran su obvio error, tuve que hablar con un contacto de la familia para hacer todo un caso legal contra dicho profesor, claro que jamás se llevaría a cabo pues con solo una llamada se sintió lo suficiente intimidado para darnos la nota que merecíamos a ambos, no solo eso también reciibimos una llamada de su parte con una disculpa por el “error” que había cometido con nuestras pruebas y que por esto decidió que no tendríamos que hacer el trabajo final que para muchos era un enorme dolor en el trasero. Por lo que finalmente como siempre había logrado mi cometido, lo que realmente me hacía pensar que el profesor simplemente era un pobre hombre sin vida que quería tratar de ejercer su poder en el único lugar donde tenía algo de autoridad. Cuando acabo el asunto no quedaba más que cobrar mi premio, claro que jamás me olvidaría de él, pues no era cualquier juego de niños en este caso era algo mucho mayor que poco a poco iba deseando más, así que arregle un encuentro con Dominique en mi yate, donde solía pasar mis fines de semana pues a pesar de ser un orgulloso toro no me agradaba mucho la idea de tener que compartir mi habitación, así que solía estar bastante cómodo, sin tener que soportar a nadie más que a las chicas que solían ser parte de mis encuentros casuales.

No estaba muy seguro de que la Sigma se fuera a aparecer, había conocido otras chicas de la fraternidad y en realidad me habían dejado bien decepcionado, algunas actuaban como locas, por lo que uno nunca sabía que esperarse. Me encontraba en el yate en una de las habitaciones de estar hablando por teléfono con mi madre que justo salía de viaje cuando Elvis, mi bulldog americano levanto la cabeza escuchando algo, los de servicio no solían venir al yate si no se los solicitaba por lo que en realidad no tenía que haber otra persona en la nave, de repente Elvis salto agresivo corriendo fuera de la habitación por lo que me levante para seguirlo hacia el pasillo, encontrándome con una silueta femenina frente a mí, siendo amenazada por el canino que le mostraba los colmillos en una posición de ataque – Calma boy –dije acariciando el lomo del animal para que se calmara aunque mantenía aquella postura a la defensiva – Oye, tengo que colgar, te hablo luego-dije a mi madre para terminar la llamada con una sonrisa en mis labios al notar el vestuario bastante sensual de la morena – Sinceramente me sorprendes, pensé que no vendrías –comente metiendo mi celular en el bolsillo del bañador.

La Castaña se iba adentrando al Yate de Dorian de un pasito a la vez, no sabía con que cosa podría encontrarse, se quedo parada en un punto mirando el nombre, se le hacía familiar pero no sabía de donde lo había oído antes, imposible que de alguna otra chica que el Toro hubiera llevado allí pues no frecuentaban el mismo tipo de gente. Salió bruscamente de su ensimismamiento sin llegar a ninguna conclusión cuando escucho el ladrido de un perro, siempre le habían gustado los animales, así que no se asusto ni un poco, más bien cuando lo vio quería acariciarlo y poca atención le presto de comienzo al dueño del lugar, pero sabía que tendría que ganarse la confianza del can o podía morderla, mantenía firme su posición de guardián así que le daría su tiempo a que se acostumbre a su presencia, seguro luego podía jugar con él, aun que sabiendo las condiciones en las que venía, lo dudaba un poco - Que bonito ¿Como se llama? - Seguía con una sonrisa dulce mirando a la mascota y ni había saludado al Epsilon - Te dije que soy una mujer de palabra... ]He perdido la apuesta y aquí estoy para cumplir - Le comento más seria al venir sus palabras anteriores a su mente, pero termino por sonreír ladina. Ella tampoco había notado que el chico hablaba por teléfono antes de dirigirse a ella.

Espero a que el la guiara más o menos, no se sentía muy cómoda la verdad, era una situación extraña para ella, hace tanto tiempo que no se lanzaba a una aventura, había estado tanto tiempo tan dolida por la muerte de Alain que simplemente se dedico a funcionar en piloto automático, universidad, hospital, bar, incluso había apartado a su familia y amigos durante un buen tiempo. Pero ahora era una chica renovada, quizá un poco más madura pero se sentía nerviosa y eso la incomodaba, no sabía si era la presencia de Dorian que la ponía así, la situación o las telarañas que tendría en cierta parte. El yate se veía limpio, eso la tranquilizaba un poco, quizá cuanta chica paso por allí con quizá que infección y no quería pegarse nada, pero seguro que Lawson tendría personal para mantener impecable el lugar. Domi no sabía que hacer ni que decir, estaba totalmente fuera de trainee por lo que se acerco a la proa del yate y se puso a mirar el mar, siempre le había gustado mirarlo y además la tranquilizaba mucho consiguiendo mantener una sonrisa en sus labios - Muy lindo tu lugar - Le comentó sin mirarlo, esperaría que él tome la iniciativa de las cosas.

Mire unos segundos a la chica, que hizo un comentario sobre el perro por lo que lo mire, mientras él nos daba la espalda algo desinteresado ahora que nos había visto platicar tranquilamente por lo que camino nuevamente hacia el salón donde estaba hacia unos minutos para seguir mordisqueando su juguete –Lo siento es un poco descortés –disculpe al animal algo divertido sin moverme –Es Elvis –El canino solía ser bastante juguetón, hiperactivo, destructivo tal vez, pero cuando estaba ocupado en algo como un juguete nuevo, su comida o un enorme hueso que roer, no le importaba mucho lo demás. –Puedo ver que si lo eres –Dije asintiendo dándole la razón mientras observaba su vestimenta algo descarado, sabía que le podía molestar pero no iba a esconder el hecho de que la chica se veía realmente sexy aunque su forma de vestir era despreocupada, suponiendo que a lo mejor esa era la intensión, mostrarme que no se lo tomaba tan enserio son solamente como un compromiso. No iba a negar que ya había usado una apuesta como manera de llevar a una chica a la cama, pero en realidad eran femeninas que en realidad si deseaban tener este tipo de encuentro conmigo por lo que se dejaban vencer con facilidad. En este caso Dominique jamás demostró ningún tipo de interés en mi por lo que la situación era realmente extraña. Amaba el sexo, las mujeres, el placer, pero no quería sentirme como que la obligaba a hacer algo que no quisiera, por mucho no era un violador o abusador.

No tuve tiempo de decir nada antes de que la chica echara a caminar hacia la proa del yate, le mire alejarse por el pasillo, así que la seguí dándole espacio con una expresión seria, ella miraba el mar aunque en el muelle no se podía apreciar la belleza de este,  creía que el océano era una delas maravillas del planeta, era por eso que solía siempre estar en la playa y bebía en una nave náutica, pero pocos sabían este dato de mí. –Muchas gracias –Dije dejando que se tomara el tiempo quedándome como un caballero a un lado. –Quiero mostrarte algo, sígueme –Le pedí esperando que accediera antes de caminar de regreso pero en lugar de  internarnos nuevamente tomamos una escaleras que nos llevaban al segundo piso del mismo, donde se encontraba el cuarto de control, al ser un yate tan grande, mucho más grande que una casa promedio de una buena zona de California, el cuarto de mando era una habitación sellada que dejaba a la vista el mar a través de un enrome ventanal, con controles tecnológicos en frente y el timón aunque no se necesitara en medio, pero me gustaba tomar el control desde allí como se solía hacer a la antigua – Alguna vez has conducido un bote? –Pregunte con el mismo semblante serio tocando varios interruptores que hicieron el motor encender, por lo que se sintió una pequeña vibración, tome uno de los controles de radio para informar de la salida del yate del muelle, dando un par de coordenadas de hacia dónde nos dirigíamos (mar abierto) medidas de seguridad que debíamos solicitar cada vez que se navegaba. -¿Quieres intentarlo?-pregunte mirándola mientras tomaba el timón para hacer girar el yate despacio poco a poco, sintiendo como el piso en ese momento tomaba las ordenes que le daba.

El can no estaba muy interesado en socializar con la Castaña ya que cuando bajo la guardia se retiro, ella sintió un leve bajón que quedo demostrado en su rostro al verlo marchar, adoraba a los animales y le gustaba jugar con ellos, siempre había tenido buena llegada y siempre se le acercaban a pedir cariño o jugar *No te sientas mal, es igual que su dueño* Pensó y eso le ayudo a volver a como estaba antes, a pesar de que solo fue un segundo que mostró ese bajón - Ya, me acabo de dar cuenta - Mostró desinterés fingido mirando a Dorian en e se momento y sonriendo a sus siguiente palabras. Dominique era una mujer de palabra, por lo mismo sabiendo que había un 50% de probabilidades de ganar o perder, no hubiese aceptado la apuesta si el Epsilon no le provocaba nada, pero por su puesto tampoco lo iba a admitir delante de él, los tenía que esperar que se le pasen un poco los nervios y ya actuaría con toda normalidad. Ella no quería involucrarse mucho en saber cosas de la vida del chico ni nada, sabía como eran los toros y luego de aquel día probablemente no se vuelvan a ver.

Mirar lo poco de mar que se veía desde esa ubicación a causa del muelle la relajo de inmediato casi, tanto así que una sonrisa floja se mostraba en sus labios contemplando el azul de las aguas moviéndose lentamente, sintió la presencia de Dorian a su lado lo miró y cuando hablo no dijo nada solo asintió y lo siguió lo siguió con curiosidad reflejada en cada rasgo de su rostro atravesando en enorme yate, luego subiendo las escaleras, el mayor defecto de la castaña era la curiosidad, no le gustaba quedar con la incertidumbre, aun que a veces lo hacía para no mostrar interés, pero esta vez si quería saber que quería enseñarle él. Al llegar al cuarto de mando miró todo, nunca había estado en un yate y se notaba en como miraba todas las cosas, no entendía las funcionalidades de tanto botón, así que se fue a mirar por el ventanal la belleza del mar y se puso a pensar que en realidad ni si quiera se había subido en la vida a un bote, no sabía que sensación era esa y cuando él se lo pregunto fue sincera - En realidad, jamás me había subido a ningún vehículo marino que no fuesen esas motos acuáticas que rentan en la playa - Se mordió el labio inferior luego de su confesión, podía perfectamente ser victima de malas bromas de parte de Toro a razón de eso, pero no le importo. Escucho la conversación de él por el  radio, su semblante llamo la atención de la Castaña y se dio cuenta sin que fuera necesario decirlo que este era o el lugar favorito o uno de los favoritos de él. Los motores se encendieron, era como un suave ronroneo - ¿Es muy difícil? - Dijo mirando el timón mientras poco a poco junto al movimiento del yate se iba acercando- Sabes que si lo golpeo contra algo no podre pagar el daño ¿Verdad? - Dijo una vez a su lado y espero que le indicara que hacer

Note como miraba los tableros de mando algo curiosa por lo que me mantuve esperando su respuesta que me hizo asombrarme un poco, para una persona que vivía en California era difícil de creer que nunca hubiera navegado en un bote de verdad, escuche sobre la moto acuática pensando que tenía una cubierta de una lona en la parte trasera del bote, hacía mucho no le daba uso pero no sentí que fuera necesario hacer algún tipo de comentario sobre ella en aquel momento – Bueno, tienes el privilegio de tomar el timón en tu primera vez, la experiencia completa –Le comente sin sacar mi semblante serio aunque siempre siendo agradable ante ella, tal vez no era la misma manera en que me comportaba en la universidad o frente a demás personas pero si sabía cómo tratar a una chica con respeto, era algo que me habían inculcado desde que tenía memoria y mi madre me lo recordaba que siempre debía ser un caballero en cada uno de nuestros encuentros – En realidad no lo es – Dije invitándola con un movimiento de cabeza mientras notaba como se mordía el labio inferior, acción que me pareció realmente atrayente pero me reserve los comentarios observando cómo se acercaba – No te preocupes, al menos el agua aquí es cálida, nuestra historia de titanic tendría un final feliz – Dije relejando mis expresiones faciales casi como si quiera sonreírle ahora que se encontraba a mi lado.

Tome una de sus manos con suavidad mientras la otra iba por detrás a su cintura para hacerla con delicadeza dar un par de pasos hacia delante, frente al timón, colocando su mano sobre el quedándome unos centímetros tras su cuerpo para poder observar lo que hacía por su hombros – Simplemente tómalo con firmeza como si no tuvieras miedo de el –Dije para asegurarle que no pasaría nada malo- Mira hacia el frente, intenta girar un poco a la derecha hacia aquella pequeña valla en el agua a lo lejos –Le señale acercándome más detrás de su cuerpo, de manera que casi se rosaran mientras una de mis mano iba al timón ayudándole poco a poco a hacer el navío girar notando sin problemas el dulce aroma de la chica y de su perfume. – Me has demostrado ser una chica de palabra al venir –Comente suave cerca de su oído – No debes estar nerviosa, jamás te obligaría a hacer algo que no desees – Le comente de la misma manera sin separarme aun.

La Castaña se había sorprendido de no darse cuenta antes que jamás se había subido a un barco, tampoco disfrutaba mucho de ir a la playa más que cuando se trataba de alguna fiesta, algunos años atrás no se perdía absolutamente ninguna, ahora estaba volviendo a retomar su lado juerguero, pero era más difícil pues perdió contacto con aquellos con los que solía divertirse, pero a su ve iba conociendo gente nueva justo como el Rubio a su lado, sabía de su existencia pero hasta este año jamás habían interactuado, cada uno vivía su vida que era al mismo tiempo parecida y totalmente opuesta. Sin embargo curioseo bien el tablero y aun que hubiese andado en un barco antes dudaba mucho que hubiese sido uno con la tecnología que presentaba ese imponente yate. Enarco una de sus cejas ante las palabras del chico - Una experiencia completa suena bien - Sonrió al notar que no estaba hablando o comportándose como solía hacerlo en la universidad, estaba serio pero amable, era agradable su compañía y se fue acercando poco a poco hasta quedar a un lado de él, decir que no era difícil le había dado algo de confianza y rió por lo último que dijo - Claro, a menos que haya algún tiburón blanco que nos vea como alimento - Se estremeció suavemente al imaginar un tiburón, era amante de los animales, pero no era tonta.

Se dejo guiar por Dorian, miro primero la mano que le había tomado, luego miró la otra de él en su cintura y camino un par de pasos para quedar frente al gran timón con ambas manos en este haciéndolo como él le dijo, la adrenalina de hacer algo nuevo iba comenzando a recorrerla. Miró directamente al frente siguiendo las instrucciones y giro lentamente el timón hacia la derecha, era un poco más lenta la respuesta que la que tenía en la moto o en un auto y era más pesado al manejo, ella pensaba que se debía a la presión del agua, pero le parecía fascinante como una maquina tan grande podía manejarse con eso. Entonces fue consciente de la respiración de él que le daba a entender que estaba bien cerca, seguramente al pendiente de que no le vayan a chocar o hundir el yate, pero Domi no se puso nerviosa, más bien estaba cómoda, su nerviosismo había desaparecido. La voz suave de Dorian sonaba casi como un susurró a su oído y le recorrió un cosquilleo sobre todo en la parte baja de su vientre, de no ser porque estaba intentando enfocarse en manejar bien quizá se hubiera puesto nerviosa otra vez - Para ser sincera, jamás hubiera aceptado una apuesta de no reconocer bien que tenía la mitad de probabilidad de ganar como perder, por más segura que estuve de que iba ganar - Giró la cabeza cuando termino de hablar y realmente no se había dado cuenta lo realmente cerca que estaban entonces sonrió coqueta mirando sus ojos un segundo antes de volver a centrarse en el frente como él le había indicado.

No solía tener un buen sentido del humor pero bueno también podía decir una broma de vez en cuando, así que al escuchar lo del tiburón sonreí de lado algo pensativo –Bueno en ese caso creo que estarás en peligro, ya que los tiburones blancos prefieren las chicas lindas –Comente una vez que ya se encontraba ella frente al timón haciendo un suave movimiento justo como le había mostrado que debía hacer, en realidad no necesitaba nada de ayuda para poder hacer el yate girar por completo pero aun así me mantuve con mi pecho rosando su cuerpo llevando mis manos con suavidad a su cintura dejando que el navío saliera a mar abierto, dejando a todos los otros botes que en su mayoría eran pequeñas lanchas atrás cerca del muelle- Ahora podemos aumentar la velocidad –Dije soltando una de mis manos para llevarla a una de las palancas empujándola hacia adelante sintiendo como los motores comenzaban a esforzarse más por lo que nos movíamos realmente más rápido hacia mar abierto dejando una estela de espuma tras nosotros a medida que nos alejábamos de todo y todos, era por eso que me encantaba tanto mi yate, el simple hecho de poder mandar todo al demonio para estar en mi propio mundo donde lo único que importaba era nada un poco y beber una cerveza.

Al escuchar su pregunta sonreí aunque ella no pudo ver aquella sonrisa al saber que en realidad ella sentía atracción por mí, no porque no lo sospechara antes, pues era obvio que había cierta tensión sexual cuando me miraba, sino porque escucharlo de ella me daba algo así como el pie para poder acercarme sin sentir que lo que hacía era un abuso de mi parte a causa de una apuesta – No es la primera vez que pongo mis ojos en ti –susurre en su oído sintiendo el momento más íntimo mientras mis manos dejaban su cintura para ir hacia su abdomen con suavidad rodeándola completo con mis brazos – Cuando viajamos a Haiti, a ayudar a aquella pobre comunidad, te mire atendiendo a los niños y pensaba, lo hermosa que te veías ayudándoles –Comente sincero, pues recordaba haber mirado a la morena un poco de mas pero por alguna razón creía que en ese momento se encontraba emparejada con alguno de los chicos en el viaje. Una de mis manos subió sin dudar para pomar tu mentón con dos de mis dedos haciendo que giraras el rostro encontrándome con tus ojos antes de que sin titubear mis labios capturaran los tuyos en un beso suave.

La broma de Dorian la saco de sus pensamientos y rió, realmente se comportaba tan diferente a los encuentros que habían tenido en la universidad, le agradaba conocerlo un poco más, quizá tenía un concepto un tanto equivocado de él y no todo el tiempo era un idiota - Será mejor que no estrellemos el yate, que no quiero morir tan joven - Siguió la broma sin dejar de enfocarse en su tarea de conducir, como él lo había dicho no era tan difícil, poco a poco la velocidad iba en un rápido aumento y veía la inmensidad del mar a su disposición lo que provoco una pequeña ola de adrenalina recorrer su cuerpo, era tan inmensamente gigante, sin caminos propiamente tales - Esto es maravilloso - Seguía mirando al frente como hipnotizada, el leve movimientos contra de las olas hacían parecer que tanto embarcación como agua quisieran fundirse, la Castaña podía entender porque al Epsilon le gustaba tanto este lugar, donde no parecía existir ninguna ley, era totalmente libre.

El Toro era atrayente tenía todas las características de alguien que atraparía las miradas de muchas mujeres y Domi no era la excepción, aun que siempre le resto importancia en UCLA sobraban los hombres apuestos, hasta que se dio cuenta de su inteligencia en el tira y afloja que tuvieron en la universidad. Pero aun y así no se esperaba lo que él dijo a continuación y la expresión de sorpresa que tenía ahora mismo la Castaña era monumental, lo bueno que él no la vio porque estaba tras de ella, pero seguro lo que si sintió fue el calosfrío que recorrió su espina dorsal cuando lo que le dijo fue susurrado a su oído y las manos y brazos de él se apoderaba de su cintura desnuda, ya que llevaba la blusa atada justo por las costillas. Se quedó atontada intentando imaginar a Dorian mirándola mientras ella atendía a aquellas personas desvalidas, pero antes de si quiera decir cualquier cosa, dos de los dedos de él estaban en su mentón y le hizo girar el rostro donde sus miradas se encontraron, luego ella miró sus labios justo antes de quedar ambos unidos en un besos suave. Dom cerro los ojos y se dejo llevar, soltó el timón para girarse y posar una de sus manos en el hombro y la otra por la nuca ajenos, sin dejar aquel beso, hasta que su mente hizo click y se dio cuenta que dejo el yate por su cuenta, entonces se separó despacio jalando el labio inferior de él con suavidad para terminar mordiendo su propio labio inferior, mirarlo a los ojos unos segundos antes de girarse dejando su cuerpo pegado al ajeno y  tomando el timón con ambas manos - No queremos tener un accidente aquí- Tenía una sonrisa traviesa que él no podía ver en ese momento.

A pesar de no poder observar su rostro ya que la mirada de la morena se encontraba perdida mirando la gran mancha azul frente a nosotros, pude sentir que mis palabras la sorprendían un poco por el hecho de la reacciones de sus movimientos, cuando mis dedos giraron su rostro no parecía incomoda, al contrario sus labios respondieron a los míos al instante logrando que el beso tomara al inicio un ritmo suave, notando como ella misma giraba su cuerpo lo que dejo que mis manos fueran directo a sus caderas atrayéndola aún más a mí, notando como su manos se aferraban a mi cuerpo, lo que me dio la confianza de que mis manos viajaran directamente a su trasero mientras sentía la mordida sobre mi labio lo que podía provocarme en un pestañeo, sonreí de lado como usualmente solía hacer cuando sentí como girabas nuevamente para tomar el mando del yate, por lo que suspire carraspeando mientras dejaba que nos internáramos unas millas más hacia mar abierto, lo suficiente para no tener que encontrarnos con otro navío muy pronto, entonces estire mi mano hacia una de las palancas frente a nosotros tirando de ella sintiendo como el motor comenzaba a apagarse poco a poco bajando la velocidad hasta que una luz en el tablero me informo que las turbinas se detuvieron.

Creo que llegamos a nuestro destino –Dije suave con algo de diversión en mi voz antes de tomar su mano sin problema, no solía tener ningún contacto íntimo con ninguna chica en público, fuera un beso, un abrazo o algo tan simple como un agarre de manos pues no me gustaba el hecho de hacer ninguna tipo de escena que pudiera crear un chisme que perjudicara a mi familia, además de que me evitaba muchos problemas de faldas, pero ahora que me encontraba en la intimidad de mi lugar, no tenía reparo en hacerlo, por lo que la guie de la mano bajando del cuarto de control para poder internarnos en el pasillo nuevamente caminando por el hacia la última puerta, que obviamente se trataba de la mía, abrí la puerta dejando que ella entrara primero para seguirla cerrando la puerta tras de nosotros – Aquí no tendremos problemas de accidentes o alguna otra excusa –Dije suave acercándome a su cuerpo estirando una de mis manos tomando el nudo de su camisa para deshacerlo sin esfuerzo para dejar a la vista sus pechos escondidos por el bikini.

La Castaña estaba embobada con aquella visual, aun que el Epsilon no lo supiera y quizá no lo sepa jamás, aquella vista era una de las mejores cosas que había tenido Dominique hace tiempo ya que siempre había querido estar en medio del mar, saber si se sentiría tan bien como lo imaginaba puesto que sus lugares favoritos siempre contemplaban ríos o lagos o el propio mar, siempre que sentía que el mundo iba a poder con ella huía a refugiarse a alguna playa o  borde costero solitario y estar horas sentada meditando allí sin que se de cuenta de como pasa el tiempo.
Luego las cosas cambiaron de Rumbo en la mente de aquella chica, los roces y palabras de Dorian estaban provocando su deseo de mujer, pero su labor la imposibilitaba de poder seguir aquel beso, el chico sabía lo que hacía y sabia jugar muy bien este juego, ella lo sabía perfectamente por que se le notaba. Y cuando pareció que llegaron a destino, Domi tenía un montón de dudas acerca del yate en medio del mar, pero prefirió no decir nada y solo dejarse llevar, mas que mal él era el experto en ese.

Se sorprendió levemente cuando le tomo la mano, lo miró y luego miró sus manos juntas, podría haber dicho alguna broma pero también decidió que el silencio iba bien, además se distrajo al segundo mirando todo a su al rededor fascinada con la visual tanto del navío como de azul que los rodeaba, era relajante, daba libertad, tranquilidad y muchas cosas más. Entonces él abrió la puerta del final del pasillo y ella paso mirando a todos lados, escucho la puerta cerrarse tras Dorian y se giró para mirarlo con una sonrisa ladina en los labios - No eran escusas, no necesito de esas - Su tonó de voz sonaba algo sensual y coqueto al igual que sus suaves movimientos y cuando le desabrocho el nudo de la blusa, ella movió los hombros suavemente para que esta se deslice y termine en el suelo para después llevar sus manos bajo la musculosa de él, tocar la piel de sus costados y abdomen con solo la yema de los dedos antes de comenzar a levantarla, esperando un poco que él colabore y poder sacarla por sobre su cabeza. Una vez que la prenda estuvo fuera, deslizó los dedos por su torso y abdomen, delineando su músculos, mirando detenidamente el camino que hacían sus dedos, manteniendo preso su propio labio inferior entre sus dientes - ¿Que deporte prácticas? - Se le escapo esa pregunta, a veces era un poco impulsiva, no era el momento de estar haciendo preguntas. Mientras seguía recorriendo el torso, abdomen y costados del pero esta vez mirando su rostro.

Se notaba que la chica no era tímida, eso me encanaba en realidad, no sabía muy bien lidiar con una dama que tuviera miedo en una circunstancia como aquella, en cuanto le escuche hablar logro que una sonrisa de lado se tatuara en las líneas de mis labios mientras poco a poco soltaba el nudo de su camisa la cual cedió con bastante facilidad, el movimiento de sus hombros ayudo a que la prenda cayera rápidamente en el piso comenzando adornar mi habitación, me di cuenta que ella no se quedaría a la expectativa por lo que sus manos fueron inmediatamente a mi torso comenzando a acariciarme bajo la remera por lo que por mis músculos se contrajeron un poco por voluntad propia dejando que sus dedos definieran cada línea hasta que sus manos tomaron mi remera comenzando a retirarla por lo que levante mis manos y de esta manera ayudarle en la tarea. Su pregunta no me molesto, baje mi mirada hacia sus manos para luego observarla a ella, la chica realmente era hermosa, cada línea de su cuerpo mostraba sensualidad, su color caramelo provocaba el desear acariciar cada parte de su cuerpo –Futbol –Dije suave tomando su cintura para comenzar a hacerla caminar de espaldas hacia mi enorme cama tamaño King – Te mostrare que es lo que hago –dije de repente haciendo mi agarre más agresivo para con fuerza empujarla hacia el colchón haciéndola revotar en la cama mientras yo permanecía de pie a la orilla admirándola.

Hacer que los demás vayan al suelo –Dije subiéndome en la cama con mis rodillas llevando mis manos directamente a su short sin perder mucho tiempo para soltar su botón comenzando a tirar de a prendar para retirarla por sus piernas aprovechando la acción para poder acariciarlas completamente a medida que sacaba la prenda por sus tobillos, era algo difícil para mí no lanzarme sobre ella algo agresivo, no era alguien que pudiera o supiera estar con una chica de manera suave o cuidadosa, no era conocer de los juegos previos por lo que siempre me gustaba ir directo al escenario principal, así que estire una de mis brazos hacia la mesa de noche para tomar de la misma un par de paquetes metálicos dejándolos justo a nuestro lado sobre la cama sin miedo de que ella viera de que se trataba. – Eres muy sexy –le dije regresando a admirar su cuerpo antes de que mis labios fueran con algo de hambre directamente a su escote mientras mi cuerpo se acomoda sobre el suyo comenzando a rosarnos con algo de intensidad.

Como la Castaña estaba entretenida delineando los músculos de Dorian, no tenía idea que era lo que el miraba hasta que encontró sus ojos cuando le hizo aquella pregunta, y sonrió ladina - Me imagine que jugabas fútbol - Ladeo levemente su cabeza hacia un costado y comenzó a caminar hacia atrás cuando el la guió, sentir sus manos tibias en su piel le provocaba un cosquilleo allí donde las tenía. Se mordió el labio inferior suavemente cuando dijo que le mostraría lo que sabia hacer y cuando cayó en la cama rió mientras rebotaba, luego sonrió ladina y lo miraba, se veía sexy sin remera pero algo salvaje intimidantemente salvaje como la mirada de un animal que estaba apunto de perder el control y lanzarse sobre su presa, pero ella lo seguía mirando, sus anchos hombros, su torso, su abdomen, imaginando lo que ocultaba el short del traje de baño que traía puesto.Lo admiró en todo momento, la sonrisa traviesa clavada en el rostro, lo vio poner sus rodillas en la cama he ir directo a desabotonar el short que la Castaña llevaba puesto para comenzar a jalarlo mientras de paso acariciaba sus piernas las que ella iba moviendo un poco para facilitar el trabajo de sacar esa prenda de ropa. Vio el camino de su mano cuando dejo su cuerpo y saco condones de la caja del velador para dejarlos a mano y luego volvió la vista a los ojos del Epsilon - Tú eres apetecible - Contesto sin querer, las palabras de nuevo escaparon por sus labios.

Un suspiro suave se dejo escuchar cuando el ataco su escote con su boca, pero algo no le gusto, estaba siendo brusco en sus movimientos, como el animal que le había parecido hace unos momentos atrás, de esa  forma jamás iba a logar lubricarse lo suficiente y el latex del preservativo la lastimaría. Puso sus manos en el rostro de él para hacer que la mire, probablemente lo que le diría no le iba a gustar mucho al Toro - ¿Puedes ser un poco más suave? - Susurro, no quería que la trate como si fuera de cristal, pero algún punto intermedio - Quizá si vas un poco más lento... - Sugirió en un susurro y suspiro dejando caer su cabeza nuevamente sobre el colchón, levanto un poco el torso y desato las tirantes de la parte superior del traje de baño sin quitárselo, solo lo dejo suelto mientras se le ocurría una forma que podría resultar con él, entonces volvió a levantar la cabeza sonriendo con travesura - Querido Dorian, te reto a que me pongas a tono - Susurró nuevamente esta vez con sensualidad y en su mirada un desafío.

Sus piernas me ayudaron con la tarea de sacar la prenda de su cuerpo, mientras admiraba aquel color caramelo que poseía la chica, cuando le escuche llamarme “apetecible” no pude evitar reír un poco mientras mi rostro iba directo a su escuche disfrutando de su sabor que a como lo esperaba era dulce y delicioso, pero en el momento que mi lengua empezaba a unirse al juego sentí sus manos ir a mi rostro lo que me hizo detenerme levantando la mirada en busca de la suya algo desconcentrado, levante una ceja al escucharla, no entendía bien a que se refería con suave, en todo caso no estaba siendo demasiado agresivo con ella, lo que me sorprendió bastante – A que te refieres?-Pregunte algo desconforme con sus palabras, no era de los que aceptaran de buena manera alguna petición como aquella, no me gustaba lo vainilla no lo disfrutaba, entonces me pregunte si en realidad ella tenía una idea errónea de lo que el encuentro seria- No juego así linda –Dije algo divertido pues la idea que tenia de ella era que se trataba de una chica salvaje bastante atrevida, lo que en este momento estaba cambiando totalmente.

Fruncí el ceño aun mirando como sus manos deshacían el nudo de su bikini como si intentara liberarlo pero aun dejando que la prenda cubriera sus pechos, en mi cabeza había un debate enorme, estaba la idea de levantarme de la cama disculpándome con la chica por no poder hacer lo que pedía y dejar la habitación sin problema para darle su espacio o seguir con el juego que finalmente sabia no me iba a satisfacer solo para cumplirle a la chica esa idea absurda de ser tratada con suavidad y delicadeza por lo que carraspee un poco alejándome unos centímetros de su cuerpo – Tenía la idea de que ambos nos estábamos poniendo en tono – Dije serio, no era egoísta en la cama con las chicas que las compartía, me gustaba tanto satisfacerme como también hacer que ellas lo disfrutaran pero por alguna razón el hecho de que ella hiciera la petición realmente me molestaba como si subestimara mi habilidad.

La mirada que vio la Castaña en Dorian le había espantado por que le había recordado una situación desagradable del pasado  y le estaba haciendo comportarse como una niña cosa que no era *¡Compórtate! ¿Desde cuando tan tonta? * Se regaño mentalmente *¿O a caso quieres que se de cuenta que hace tiempo no tienes sexo y que seas victima de su burlar?* Pensí mientras cerraba los ojos unos segundos nada más para volver a reproducir en sus mente los minutos anteriores cuando estaban arriba, el hecho de que la guiase a conducir aquel yate, el primer contacto de las manos de el Toro con la piel desnuda de su cintura y luego contacto del primer beso que dejo un cosquilleo en los propios labios deseosos de más, el tenía ese tipo de labios que le gustaban a Domi, eso que no se aburriría nunca de besar, morder, jalar sensualmente para provocar, por que si, ella era una provocadora que en este caso en particular no fluía con naturalidad porque se sentía una perdedora, la apuesta la había ganado él.

-No me hagas caso, son... tonterías - Susurró tratando de volver a ser sensual para después mostrar una sonrisa ladina e iba abriendo los ojos lentamente, apenas fueron unos segundos que los tuvo cerrados. Se incorporó un poco apoyándose en uno de sus ante brazos y delineo con su dedo pulgar el labio inferior de Dorian sin dejar de mirarlos, luego llevo su mano a la parte superior de su traje de baño y termino de quitarlo para lanzarlo por allí, ahora no le importaba mucho donde quedaban sus cosas,. Dejo que él contemplara su desnudes superior un par de segundos antes de acercarse a besar sus labios subiendo la intensidad del beso mientras se iba recostando en la cama nuevamente he iba llevando al chico sobre de ella y así esperar que se acomode entonces deje vuelva a tomar las riendas de la situación ya que la Castaña intuía que el Rubio no era de los chicos que se dejaran guiar. Y así sus manos se posaron en la espalda ajena, sus labios costaron el beso jalando el labio inferior de Dorian gruñendo bajito al final para después bajar al cuello dejando besos y suaves mordisco antes de tender nuevamente su cabeza en la cama  y con la yema de sus dedos acariciar los hombros, espalda, cuello, nuca y la piel que podía tocar de él.

Parecía que por un momento ambos estábamos realmente desentonados, por los que nuestras miradas se cruzaron algo confundidas a medidas que ambos nos debatíamos en el interior, ella podía notar mi desconformidad en el momento mientras que ella parecía estar analizando algo, carraspee un poco más para romper el silencio que ambos habíamos creados en el momento que sus palabras retomaron lo que llevábamos a cabo, me sorprendió un poco que me pidiera olvidar sus últimas palabras levantándose para acercarse, pensé que me besaría pero al contrario sus manos fueron a su bikini retirándolo por completo por lo que no pude evitar llevar mis ojos hacia aquellos bellos montes que ahora estaban expuestos ante mí, mis labios buscaron humedecerse justo antes de que sus labios se estrellaran contra los míos demandando un nuevo beso mientras me llevaba con ella hacia la cama y mi cuerpo iba colocándose de nuevo sobre el suyo intentando olvidarme de aquel conflicto dejándome llevar nuevamente. Cerré mis ojos disfrutando del beso dejando que mi lengua formara parte del mismo mientras mis manos regresaban a los lados de su cuerpo sobre la cama para sostener mi propio peso y de esta manera no aprisionarla con el mismo.

Me aleje de sus labios aun deseando un poco más de ella para observar ahora su rostro, buscaba algún tipo de duda de su parte – Estas segura? –Dije nuevamente, como si fuera el momento de firmar el contrato, ambos habíamos puesto las cartas sobre la mesa, en este caso yo más que ella- No hare nada que no quieras –dije refiriéndome a si su miedo era que le causara daño físico, últimamente las chicas tenían ideas muy sádicas o bueno los medios hacían una publicidad pésima con todo esto del masoquismo. Mientras esperaba su después mi rostro bajo con cautela por su cuerpo hacia su escote, besando la zona encaminándome a uno de sus pechos dejando una leve y suave mordida sobre aquella delicada zona antes de que mis labios de apoderaran completamente del mismo. No tenía problemas con alejarme pero sabía que no iba a ser nada bueno para mi humor puesto ella había seguido el juego previo sin problema como para negarse ahora.

La Castaña había disipado las dudas de su mente dejando por completo los pensamientos fuera de la escena para dar paso a sus sentidos, el pensar en este tipo de situaciones no ayudaba en nada a que todo fluyera y pudiera dejarse llevar para poder disfrutar del momento que estaban teniendo. Sus labios volviendo a probar los ajenos mientras que su lengua exploraba y jugueteaba contra la de él haciendo el beso más intenso a medida que pasaba el tiempo, sus ojos estaban cerrados y sus manos hacían caricias con la yema de los dedos principalmente en el cuello y hombros de Dorian. Sus bocas se separaron nuevamente dejando a Dominique con ganas de más ya que esta vez fue a causa de él, entonces ella abrió los ojos lentamente para encontrar su mirada un poco antes de escuchar la primera pregunta de él - Si, lo estoy - Susurro mostrando un semblante de leve seriedad, había decisión en su expresión, también quería que todo aquello siguiera su curso además no era del tipo de mujeres que cambiaban de parecer a cada momento, lo anterior solo había sido un momento de confusión creado por sus pensamientos los mismos que había dejado fuera de juego.

Tras las últimas palabras de Dorian, ella esbozo una sonrisa algo melosa que adornaba su rostro aparte del leve color escarlata en sus mejillas y sin dejar de mirarlo hablo- Solo quiero que ambos disfrutemos - Apenas dijo en un susurro antes de verlo ir directamente a su escote, ella mordió su labio inferior que no duro mucho pues el mordisco suave de parte de él le hizo soltar un suspiro mientras sus manos seguían acariciando ahora la nuca y el cuello del chico. Un pequeño y casi inaudible jadeo escapo de sus labios por las caricias de él en su pecho, por la forma en como movía sus labios y su lengua. Su cabeza estaba recostada sobre la cama y  tenía los ojos cerrados entregada completamente al placer que poco a poco iba consumiendo su cuerpo, desde esa posición no podía hacer mucho más que caricias de forma casi automática por los hombros, el cuello, la nuca y algo de la espalda de Dorian, cargando un poco más los dedos cada vez que él hacia algo que le gustará.

En el momento que sus palabras aceptaron lo que estaba a punto de pasar una sonrisa ladina se formó en mi rostro tomando sus caderas con mis manos mientras mis labios seguían su labor sobre la suave piel de sus pechos, entonces con fuerza le removí en la cama llevándola completamente al centro, usando mis rodillas para acercarme nuevamente lamento mis labios que aún tenían su sabor – Eso está entre mis planes –Solté ahora mirando su cuerpo solo cubierto por una pequeña prenda, la admire unos segundos sintiendo como cierta parte de mi anatomía respondía ante aquel hermosa visión, el jadeo que había salido de sus labios había provocado cierto impulso de lanzarme sobre ella, con el que luche para volver a acercar mi rostro a su cuerpo está bien besando su abdomen suavemente bajando para recorrer la circunferencia de su ombligo mientras mis manos subían por sus caderas disfrutando del suave tacto, para tomar finalmente el bikini del cual comencé a tirar sin siquiera esperar una mirada de aprobación de su parte pues ahora no le permitiría titubear de ninguna manera, así que la prenda resbalo con facilidad siguiendo el camino del short, dejando esta vez a la chica completamente expuesta para mí en la cama por lo que sonreí tirando de esta prenda lo más lejos que pudiera.

Ya no tienes escapatoria –Solté algo engreído mientras el deseo se iba acumulando en cada centímetro de mi cuerpo lo que hacía que la mirada fuera más oscura de lo normal, mi cuerpo subió sobre el suyo como un felino el cual contempla a su presa cuando la ve acorralada, podía sentir como mi masculinidad empezaba a luchar con las prendas que aún me cubrían intentando liberarse de aquella prisión mientras mis labios regresaban en busca de los de la morena esta vez devorando los suyos con necesidad, tomando completamente el control de la situación mientras mis manos empezaban a recorrer su cuerpo desde sus pechos basta sus muslos apoyando mi cuerpo con mis rodillas para que mi peso no hicieran ningún tipo de presión.

La Castaña ya se había entregado por completo a las sensaciones que provocaban las caricias de Dorian por su cuerpo y como no se esperaba que la movieran así soltó una risita nerviosa al quedar más al centro de la cama y luego sonrió de medio lado antes de morder su labio inferior al verlo acercarse poco a poco contemplando su cuerpo que estaba cubierto solo por la parte inferior del bikini. Ella aprovecho de pasear la vista sobre el cuerpo del chico, un cuerpo bien trabajado y totalmente apetecible, primero se fijo en sus hombros, luego el movimiento de su torso por la respiración, bajando por su abdomen y se detuvo unos segundos al notar más abajo un bulto en su traje de baño, su cuerpo comenzaba a reaccionar y eso solo motivaba más a la Castaña quien siguió repasando con la mirada el cuerpo del Epsilon sin pudor alguno antes de que el bajara a dejar besos por su abdomen donde sintió un pequeño cosquilleo en su piel donde éste posaba sus labios, ella levanto la cabeza para no perder de vista al chico y notar que quitaba aquella única prenda que aún la cubría.

- No pretendía escapar - Susurró con sensualidad mientras sonreír de medio lado, su respiración poco a poco se iba descontrolando por el deseo, lo vio acercarse y fue recostando la cabeza en la cama nuevamente hasta que sus labios se unieron en una intensa batalla, pequeños suspiros escapaban de sus labios por las caricias de él en su cuerpo, ellas mientras tanto tocaba la espalda y los costados de chico, haciendo caricias suaves y a veces se cargaba un poco. Tenía la intensión de quitar la prenda de ropa que aún cubría a Dorian, pero desde esa posición le era imposible y dudaba poder mover semejante cuerpo de encima de si, que a pesar de que no la tenía aplastada formaba una especie de prisión. Corto el beso lentamente para abrir los ojos y mirarlo - No te parece que deberíamos estar en igualdad de condiciones - Susurro contra los labios del chico al tiempo que jalaba un poco la parte superior del bañador justo por el costado, para que él se enteré de que es lo que quería Dominique.

Sus palabras me hicieron sonreír de lado antes de que nuestros labios se unieran ambos intensificándolo poco a poco, sus manos fueron a mi espalda comenzando a acariciarla con suavidad mientras la idea de tenerla debajo de mi totalmente desnuda rendida para mi lograba hacer que la excitación aumentara poco a poco de manera que pronto seria notorio debajo de la tela de mi bañador. Ella se alejó de mis labios por lo que abrí los ojos para observarla mientras levantaba una ceja con una sonrisa ególatra que nadie podría borrar de mi rostro en un buen rato pues después de todo ella se encontraba en mi cama esperando que la hiciera mía, sentí como hablaba contra mis labios lo que me hizo mirar hacia abajo, notando como sus manos tiraban de mi prenda lo que me hizo colocarme de rodillas dejando que toda mi anatomía estuviera ante su mirada comenzando a bajar mi bañador junto a mi bóxer hasta que termino en el suelo, permanecí de esta manera con mis piernas a los lados de sus muslos tomando uno de los pequeños paquetes que antes deje a nuestros lados rompiéndolo con cuidado con mis dientes para liberar el preservativo llevándolo a mi sexo para colocarlo todo bajo su observación.

Mejor así? –Dije finalmente tomando sus caderas suavemente pero de repente mi agarre se volvió agresivo para tirar de ella hacia más, logrando que sus muslos se abrieran lo suficiente para poder acomodarme entre ellos, mientras mi rostro volvía a recorrer sus montes besándolos con intensidad dando un poco de mordidas y chupetones mientras subía a su cuello, luego siguiendo por su barbilla disfrutando de su sabor hasta que atrape sus labios comenzando a mecer mi cuerpo contra el suyo de manera que nuestros sexos se rosaran con intensidad comenzando a estimularla mostrándole con mi dureza lo mucho que me excitaba tenerla así para mí.

Dominique se mordió el labio inferior sin perder detalle del pequeño espectáculo que estaba dando el Toro cuando se arrodillo en la cama para quitar la prenda que estorbaba y así podía contemplarlo tal y como llego a este mundo. Ella estaba fascinada mirándolo de arriba a abajo, centrándose más en esa parte de su anatomía que presentía la haría morir de placer. Lo vio ponerse el preservativo tranquilamente y eso más la impacientaba, estaba ansiosa la Castaña y cuando el termino ella asintió a sus palabras, mirando sus ojos los que tenían un bonito color en contraste con su tono de piel y su cabello y una bonita expresión debajo de ese aire de animal ganador que tenía ahora mismo, no sabía si era vulnerabilidad por la situación, pero estaba notando cosas que antes había pasado por alto o quizá el hecho de que nunca de había detenido a mirarlo bien, solo una simple mirada cuando coincidieron por la universidad.

El agarre que había sido suave luego se volvió más aprensivo, ella casi automáticamente abrió más sus piernas para permitir que el se acomode en medio, doblando un poco las rodillas hacia afuera para que sus cuerpos quedaran completamente juntos, haciendo que la Castaña suspire por las caricias de los labios del Epsilon en aquellas zonas sensibles de su cuerpo, disfrutando completamente de aquello, cerrando los ojos mientras sus manos volaban a tocar el cuerpo de el con más prisa subiendo y bajando estas por la espalda y costados de él, pasando por los hombros de vez en cuando, enterrando un poco los dedos cuando este mordía. Un pequeño jadeo se escapa de sus labios por aquella fricción entre sus sexos cuando él comenzó a moverse y ella comenzó a hacer mover sus caderas suavemente para aumentar aquella sensación placentera que recorría su cuerpo y aumentaba su temperatura corporal, estaba totalmente entregada a Dorian y lo que este le estaba haciendo sentir.

No me gustaban mucho los juegos, en realidad era de los chicos que iban directo al grano en lo que se trataba compartir la cama, aunque tenía que admitir que hacerse de esperar siempre resultaba algo sexy en el momento, por lo que me deje disfrutar de las caricias de sus dedos en mi cuerpo mientras mi erección ahora se frotaba directamente con su cuerpo puesto sus piernas se habían abierto hacia mi dando permiso total o acceso a su cuerpo por completo lo que solo alimentaba mi ego, lo que hacía que aquella sonrisa de medio lado solo se notara aún más, mis manos se aferraron a las sabanas para poder tener un vaivén rítmico mientras observaba su rostro que comenzaba a marcar ciertas muecas de placer que podían provocar que cualquier chico llegara en solo un par de segundos, no había nada más sexy que ver a una mujer disfrutando de su sexualidad de esta manera, más cuando eras tú el que se encontraba sobre ella disfrutando del rose de sus pechos contra el torso logrando desearla aún más como si fuera posible.

Cuando sus caderas se movieron rítmicamente buscando más fricción de nuestros cuerpos fue la señal que necesitaba para saber que deseaba más, no me aleje de sus labios mientras los devoraba, simplemente baje una de mis manos entre nuestros cuerpos para poder guiar mi sexo en busca de aquella entrada que me llevaría al placer máximo de sentirme dueño poderoso en ese momento de la chica. No espere, tampoco fui gentil, en el momento que logre la ubicación deseaba mi pelvis tomo impulso para embestirla con fuerza, dándome paso de manera agresiva, su intimidad era una sorpresa, estrecha y deliciosa por lo que me hizo gemir de inmediato a medida que me internaba en ella, mi respiración se aceleró disfrutando de la sensación de que su cuerpo me recibiera, mis manos se aferraron más a las sabanas y de mis labios se escapó otro gemido entre los besos, me quede quieto solo un par de segundos, eso fue lo que me tomo recuperarme de aquella ola de placer para poder salir de su interior y clavarme con la misma fuerza otra, abriendo mis ojos para poder observar sus reacciones hacia mis movimientos que cada vez eran más profundos.

En cuanto a su forma de ser en la cama, Dominique no era para nada predecible, ni ella misma podía dar una definición o pronosticar como iban a ocurrir las cosas en cuanto a su comportamiento en esos momentos, por que mucho también dependía del otro, de todos modos en algún rincón de su mente que ahora mismo no era consciente, se preguntaba porque la lujuria exploto tan deprisa, podría ser varias las razones como por ejemplo la cantidad de tiempo que estuvo en abstinencia por su propia decisión. La cosa es que desde los primeros roces con el chico que ahora tenía encima de si, había comenzado a sentir cosas como si sus hormonas estuviesen revolucionadas, el asunto era que en ese rincón de su mente que estaba analizando todo no encontraba una explicación coherente, lo único que tenía claro ahora mismo era el deseo que exhalaba por cada poro de su piel y todo su cuerpo dispuesto a cada sensación provocada por las caricias de Dorian. Aquella fricción entre sus sexos hacía escapar suspiros placenteros de los labios de de la Castaña y su expresión demostraba exactamente lo que sentía con sus muecas.

Aquello parecía una tortura hacía ella, quien estaba muy ansiosa de que por fin la penetrara Dorian por lo que sus piernas se abrieron un poco más para sentirlo más pegado a ella aún si eso era posible y que de una buena vez la hiciera suya. Cuando sintió que levo la mano a su sexo ella se relajo completamente allí tendida en la cama y mantuvo los ojos cerrados para justo después sentir la embestida del Toro lo que le hizo arrugar su expresión en un gesto a medio camino entre el placer y el dolor en el mismo momento que de su boca escapo un gemido que acallo mordiendo los labios del chico, su interior se iba amoldando a la dimensión del sexo de él y lo aprisionaba. Cuando volvió a penetrarla ya su interior se había acostumbrado y lo siguiente fue puro placer, de sus labios jadeos escapaban en medio de un beso desesperado y totalmente irregular, su respiración estaba descontrolándose y las manos de ella acariciaban la espalda del chico clavando sus uñas cada vez que entraba en ella, como aferrándose al cuerpo de Dorian. Abrió por fin los ojos y se encontró con una mezcla de deseo y alguna otra cosa parecida en los ajenos que seguramente eran el reflejo de los propios. Pronto acompaño las embestida de él moviendo las caderas de forma circular pero lenta, intentando que el encuentro fuera de mayor gozo para ambos.

Muchos decían que el juego previo al acto era lo mejor de un encuentro sexual, pero sin duda para mí era todo lo contrario, la sola idea de estar sobre una chica como ella hacia que mi cabeza se volviera un poco loca, ansiosa por poder sentirme dentro. En este caso las expectativas que tenía no se asemejaban a nada de lo que estaba sintiendo en aquel momento, al chica era realmente estrecha, lo que me hizo soltar un jadeo fuerte mientras mi cuerpo se movía contra el suyo con cierto salvajismo del cual no me sentía para nada culpable, por el simple hecho de que no pasaron más que un par de embestidas para comenzar a escuchar como la chica gemía suavemente a causa de mis movimientos en su interior que la llenaban igual que a mí de placer, no había melodía más deliciosa que una chica demostrando su placer, ni visión más intensa que una rostro femenino demostrando el momento que estaba cerca del clímax. Podía sentirme crecer cada vez más en su interior, como la fricción que creaba hiciera que mi erección comenzara a palpitar a medida que me movía cada vez más rápido logrando que mi respiración comenzara a entrecortarse notoriamente mientras mi cuerpo chocaba con el suyo rítmicamente.

Sus manos no abandonaron mi espalda, inclusive logre a notar la intensidad de sus uñas clavadas en mi piel, como si quisiera dejar algún tipo de prueba o marca de lo que estaba pasando, no me importo en realidad la sensación era estimulante, lograba que un ronroneo de esfuerzo saliera de mi garganta a medida que mi cuerpo deseaba más, más de ella, aun más de lo que estaba sintiendo, por lo que cuando su cuerpo se movió al sentido contrario de mis embestidas logrando que las penetraciones fueran más profundas tuve que cerrar mis ojos aprontando mi mandíbula con fuerza para impedir que un enorme gemido de placer se escapa entre mis labios inundando la habitación mientras mis manos apretaban las sabanas con fuerza sosteniendo aun mi cuerpo sobre el suyo para no inmovilizarla del todo, pues sus movimientos lograban que la sensación sin duda fuera mucho más intensa.

Un encuentro sexual como los que solía tener antes de haberse enamorado era lo que necesitaba para volver a ser la misma Dominique de siempre, aquella que no tenía ningún tipo de problemas con el salvajismo y  la casi ausencia de juego previo, la chica que disfrutaba de un encuentro y se preocupaba de satisfacerse más que preocuparse por le contrario. Para ella se trataba de una cosa muy simple,no involucrar sentimientos y Dorian se lo hacia fácil, ya que estaba haciendo de este encuentro algo muy casual, nada de especial si no todo lo que se esperaba de un chico con la fama que este solía tener, un hombre que sabía lo que hacia y así ella solo preocuparse de poder saciar su apetito sexual que no se había dado cuenta era tan intenso. Los gestos y gemidos ahogados de él solo la excitaban más y la instaban a seguir moviéndose como lo hacía, buscando más profundidad de en las embestidas y poder alcanzar ese climax que amenazaba con llegar pronto, ahora estaba totalmente enfocada a satisfacerse.

Sus gemidos eran audibles, no le interesaba acallarlos, no había nadie que los pudiera escuchar, nada más la mascota de Dorian que debería de estar acostumbrado a ese tipo de ruidos, por lo demás ella solo estaba entregada al placer, sus gestos solo delataban todo lo que sentía, una pequeña capa de sudor cubría parte de su cuerpo, sus uñas se clavaban en la piel del otro sin sin importarle realmente si le hacia daño o hacia marcas en él. Después de unos cuantos movimientos más, sintió todo su interior contraerse, y aprisionar el miembro de él, un cosquilleo en su vientre era el aviso de lo que sucedería un poco después, la Castaña elevo las caderas soltando un gemido liberados antes de sentir su cuerpo caer nuevamente a la cama totalmente rendido, sus ojos seguían cerrados, su respiración a mil y una sonrisa perezosa en los labios, sus mejillas  de un radiante rubor por lo que acababa de ocurrir.