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Trumpets [Privado]
Trumpets [Privado]
Aquella tarde había disfrutado de una cena con mi madre, no podía decirse que tuviéramos la mejor relación pero sin duda si alguna vez me sentí amado era bajo la mirada de aquella elegante dama de sociedad, que a pesar de tener encuentros bastante escasos cuando lográbamos programar un encuentro simplemente el momento era bastante agradable, charlábamos de muchas cosas, como si fuéramos simplemente amigos pidiéndose al día el uno con el otro, tratando de no tocar temas algo difíciles, como por ejemplo los problemas de mi padre con la justicia, la lucha de mi madre por no dejar que mi padre la sometiera, mi obvio desinterés por los negocios de la familia además de no tener señales de sentar cabeza en un buen tiempo. Pero parecía que mi madre siempre lograba enterarse de los pensamientos que pasaban por mi cabeza por lo que entre la conversación soltó una frase que parecía estar dirigía a mi “Es mejor arrepentirse de algo que hiciste a algo que no tuviste las agalles de hacer” Todo aquello iba hacia Emilia, no por el hecho de no haber llegado a concluir íntimamente aquel día, sino porque era obvio que había algo en mí que estaba espantado con lo que me estaba ocurriendo con esta chica, jamás me sentí vulnerable frente a alguien, no quería que nadie influenciara mi vida y mi estado de animo pero al parecer eso no lo decidías tú, simplemente pasaba.
Horas después ya bastante entrada la noche me encontraba en la parte trasera de mi yate, totalmente solo pues los empleados que se encargaban del mantenimiento de la embarcación solía venir un par de veces a la semana durante el día, Elvis dormía sobre unos de los sofás mientras yo bebía un trago sintiendo la brisa nocturna golpearme mientras con mi mano libre sostenía mi celular intentando digitar un mensaje pero cada palabra era borrada luego de haberla escrito un par de veces, hasta que finalmente bufe riñéndome a mí mismo terminando por escribir un “Necesito hablar contigo, es importante WAIMEA” Envié el mensaje sin dudarlo más para luego terminar mi trago, la verdad no sabía si la chica se presentaría, solo esperaba que lo hiciera, por lo que luego de unos 15 minutos me conduje hacia la parte interna del yate dejando solamente la luz del pasillo principal encendida que dirigía a la habitación principal, que en efecto era la mía, donde camine hacia el pequeño estéreo dejando sonar música baja mientras soltaba totalmente mi corbata dejándola sobre la cama hasta que escuche sus tacones acercarse fue donde deje el vaso en la mesa de noche para luego colocarme dirección a la puerta esperando que cruzara el umbral.
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Dorian C. Lawson
Fecha de inscripción :
15/03/2014
Re: Trumpets [Privado]
Pasar el día con James era una de las cosas qué más estaba disfrutando últimamente, ya que cada vez que tenía la oportunidad de verlo eran muy escazas. El tiempo libre que había tenido hace unos meses se había esfumado totalmente. Se acercaban las vacaciones y con ello un nuevo desfile de Victoria’s Secrest. No era partidaria de los zapatos con tacón, menos usarlo todo el día. Al llegar a casa y tirarme en la cama, siempre sentía que aún los traía puestos en mis pies. Estos días sólo llegaba a dormir, ya que la mayor parte estaba en clases, que cada vez se iban haciendo más intensas al terminar el año, y el resto me la pasaba caminado en una plataforma demasiado larga; no solo bastaba el desfilar con tacones, aunque ya se habían terminado apiadando de mí y permitiéndome usar zapatillas o andar descalza cuándo ya no podía más, si no que teníamos que cargar el atuendo que hacía más extravagante la ropa interior que la mayor parte del tiempo terminaba algo cubierta. Le había entregado las entradas al show a mis amigas, pero aún tenía una al nombre de él, no sabía cómo avanzarían las cosas, pero desde que trabaja ahí, siempre tenía un lugar reservado. Dejar a James en la casa White me deprimía, su pequeña sonrisa sin dientes era el único remedio para que se me fuera el agotamiento, amaba salir todo el día con él y arrasar con todo lo que se nos cruzara en frente. Las ansias de que comenzara a caminar me comían, no tenía problemas en ir corriendo cada vez que tuviese oportunidad detrás de él. Gracias a Nana y su extensa experiencia en cuidar a los White había aprendido lo esencial para no necesitar la ayuda de nadie para estar con él. Desgraciadamente no era mi hijo y no podía tenerlo siempre conmigo. Extrañarlo todos los días que no lograba verle, se había vuelto un hábito, o una mala costumbre de los hombres que rodeaban mi vida.
Esta noche no quería ir a casa, ya resultaba más agotadora la rutina que estaba tomando los últimos días al ir a clases, trabajo y luego a la cama. Quería salir a divertirme, pero a mi mente llegaban todos los artículos y fotografías que debía estudiar para seguir con una calificación ejemplar. Sí, disfrutaba de la diversión, pero aun así sabía cuáles eran mis obligaciones. Ya no era una niña, ahora dependía de mi misma y siempre quería ser la mejor. Recibir un mensaje de él me tomó por sorpresa mientras estaba sentada en el jeep que mi padre había puesto a mi nombre por haberle ayudado con uno de sus socios; i ceño se frunció mientras lo leía, aquellas palabras seguramente asustaban a todo el mundo que estuviese en una relación, y nosotros no la teníamos. Las cosas entre los dos no habían estado del todo bien, gracias a lo ocurrido en el viaje que al qué habíamos asistido. Quizás estaba resultando demasiado exagerada al prácticamente dejar de dirigirle la palabra, pero últimamente se estaba haciendo cada vez más difícil. Nunca dejaría de extrañar a mi mejor amigo, aun así las cosas se pusieran cada vez peor. No era la única persona que se metía con uno de sus amigos más preciados, pero no podía confiar en alguien más que no fuese él, así le confiara mi corazón; después de meditar mucho sobre el tema, había aceptado que mis sentimientos se hacían más fuertes cuando más tiempo pasaba con él. Al llegar a su yate supe que no necesitaba invitación y que él se encontraba en el interior cuando e vi mientras mi celular se balanceaba entre mis manos. ―Hola.
Esta noche no quería ir a casa, ya resultaba más agotadora la rutina que estaba tomando los últimos días al ir a clases, trabajo y luego a la cama. Quería salir a divertirme, pero a mi mente llegaban todos los artículos y fotografías que debía estudiar para seguir con una calificación ejemplar. Sí, disfrutaba de la diversión, pero aun así sabía cuáles eran mis obligaciones. Ya no era una niña, ahora dependía de mi misma y siempre quería ser la mejor. Recibir un mensaje de él me tomó por sorpresa mientras estaba sentada en el jeep que mi padre había puesto a mi nombre por haberle ayudado con uno de sus socios; i ceño se frunció mientras lo leía, aquellas palabras seguramente asustaban a todo el mundo que estuviese en una relación, y nosotros no la teníamos. Las cosas entre los dos no habían estado del todo bien, gracias a lo ocurrido en el viaje que al qué habíamos asistido. Quizás estaba resultando demasiado exagerada al prácticamente dejar de dirigirle la palabra, pero últimamente se estaba haciendo cada vez más difícil. Nunca dejaría de extrañar a mi mejor amigo, aun así las cosas se pusieran cada vez peor. No era la única persona que se metía con uno de sus amigos más preciados, pero no podía confiar en alguien más que no fuese él, así le confiara mi corazón; después de meditar mucho sobre el tema, había aceptado que mis sentimientos se hacían más fuertes cuando más tiempo pasaba con él. Al llegar a su yate supe que no necesitaba invitación y que él se encontraba en el interior cuando e vi mientras mi celular se balanceaba entre mis manos. ―Hola.
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Invitado
Re: Trumpets [Privado]
Mi expresión no cambio durante unos segundos que me mantuve admirándola justo frente a la puerta abierta de la habitación, mi mirada no pudo evitar recorrer sus piernas descubiertas para luego subir despacio hasta volver nuevamente a su mirada caminando despacio hacia ella – Hola- Le respondí antes acercarme unos pasos más, era nuevo para mí sentirme tan atraído hacia alguien con tal facilidad, pero ella lograba crear un aura a su alrededor que llamaba mi atención en cada pequeño detalle, como si fuera una completa obra de arte exclusiva de la cual disfrutaba tener acceso. Sabía que ella estaba buscando alguna razón por la cual la había citado en el lugar, una respuesta, una disculpa, una conversación adulta, pero nada de eso me representaba realmente, menos en ese momento, por lo que cuando estuve lo suficiente cerca para sentir el aroma de su perfume simplemente sonreí de lado estirando mi brazo hacia ella pero no llegue a tener contacto directo con su cuerpo, al contrario paso de largo tomando la puerta para poder tirar de ella hasta cerrarla, colocando doble paso a la misma impidiendo que alguien pudiera interrumpir nuestra pequeña reunión.
Sabía que vendrías –Le comente finalmente ahora mirando sus labios con intensidad para luego poner mi atención en su cuello, desde hacía mucho tiempo deseaba poder apoderarme de ella, nuestro pequeño incidente en el viaje logro que aquella necesidad por ella creciera aun mas, no podía pensar siquiera en otra chica, toda conexión o pensamiento sexual en mi cabeza siempre terminaba con la imagen de ella agitada tratando de soltar mi pantalón, siquiera era capaz de darme placer a mí mismo sin que sus ojos aparecieran en mis fantasías, si estaba realmente jodido y no había manera de sanar esta locura que cumpliendo mi propósito como debí haberlo hecho, pues ahora ella estaba más que molesta por mi rechazo – Tenemos un asunto pendiente –Le comente esta vez con mi voz un poco más aterciopelada acercándome más a ella para llevar mis manos de manera agresiva a sus caderas para tirar de ella pegándola a mi cuerpo admirando con intensidad cada una de sus facciones – Nunca me disculpo, con nadie –Ella lo sabía mejor que nadie- Pero si lo quieres, aquí lo tienes –Dije tratando saliva buscando las palabras, era verdad que nunca mostraba arrepentimiento o dejaba saber que me había equivocado ante nadie, pero con ella empezaba a sentirme algo diferente como si cambiara un poco cuando estaba en la misma habitación – Lo lamento, no hacerte mía fue lo más difícil que alguna vez hice –Le comente aun sin soltarla- Quiero ser yo el que provoque tu placer, no una píldora
Sabía que vendrías –Le comente finalmente ahora mirando sus labios con intensidad para luego poner mi atención en su cuello, desde hacía mucho tiempo deseaba poder apoderarme de ella, nuestro pequeño incidente en el viaje logro que aquella necesidad por ella creciera aun mas, no podía pensar siquiera en otra chica, toda conexión o pensamiento sexual en mi cabeza siempre terminaba con la imagen de ella agitada tratando de soltar mi pantalón, siquiera era capaz de darme placer a mí mismo sin que sus ojos aparecieran en mis fantasías, si estaba realmente jodido y no había manera de sanar esta locura que cumpliendo mi propósito como debí haberlo hecho, pues ahora ella estaba más que molesta por mi rechazo – Tenemos un asunto pendiente –Le comente esta vez con mi voz un poco más aterciopelada acercándome más a ella para llevar mis manos de manera agresiva a sus caderas para tirar de ella pegándola a mi cuerpo admirando con intensidad cada una de sus facciones – Nunca me disculpo, con nadie –Ella lo sabía mejor que nadie- Pero si lo quieres, aquí lo tienes –Dije tratando saliva buscando las palabras, era verdad que nunca mostraba arrepentimiento o dejaba saber que me había equivocado ante nadie, pero con ella empezaba a sentirme algo diferente como si cambiara un poco cuando estaba en la misma habitación – Lo lamento, no hacerte mía fue lo más difícil que alguna vez hice –Le comente aun sin soltarla- Quiero ser yo el que provoque tu placer, no una píldora
Dorian C. Lawson
Fecha de inscripción :
15/03/2014
Re: Trumpets [Privado]
Alcé mis cejas mientras lo miraba observarme de una manera extraña, según yo. No era partidaria de que las personas me miraran demasiado tiempo, a los segundos comenzaba a sentirme incomoda y mis mejillas comenzaban a teñirse de un tono más rosado, dejando a la vista que me afectaba ser observada; claro, esto sólo ocurría cuando se encontraban demasiado cerca, normalmente en el trabajo usaba la indiferencia para que de esa manera no me afectara, pero ahí todo era diversión. Entrecerré los parpados para ver si de esa manera dejaba de mirarme tanto, manera que fue suplantada por una ceja alzada al ver que su vista se detenía en mis piernas. Crucé mis brazos mientras terminaba de escribir en el celular. Cuándo le vio acercarse dejó de fruncirle el ceño, se estaba comportando de una manera rara o era que simplemente ella seguía sin acostumbrarse a su nueva manera de ser. Si fuese posible que sus cejas se alzaran más de lo que ya estaban, esa sería la ocasión especial. Giré la cabeza para mirar detrás de mí y ver cómo la puerta era cerrada, y con seguro, impidiendo tanto que alguien entrara o saliera. El nerviosismo se hizo paso a través de mí al no saber que estaba tramando él, no habían hablado demasiado después de lo ocurrido. Esto realmente estaba fuera de contexto. ―¿Dorian? ―Seguramente el nerviosismo se notaría en mis palabras, pero no me podía sentir de otra manera a su alrededor sintiendo que algo en el lodge se había perdido entre los dos.
Encogí uno de mis hombros; si le hubiese hablado más temprano no habría asistido a lo que sea que se tratara lo que él tenía planeado. Lo ocurrido en el viaje qué habían hecho le seguía molestando de alguna manera; sí, reconocía que no había estado en todos sus sentidos, o esos se encontraban demasiados alterados para siquiera pensar en algo más que tener sexo, pero aun así se sentía cómo una muñeca a la que bajaban del pedestal solamente cuándo él tuviese ganas de tener algo con ella. El otro lado más razonable casi agradecía que no hubiese ocurrido nada, porque luego se habría terminado arrepintiendo por haber estado tan exaltada, pero lo malo siempre salía ganando con lo bueno y no podía dejar pasar lo ocurrido. Resoplé haciendo rodar los ojos. ―¿Y qué tenemos pendiente tú y yo? ― Apoyé las manos contra su pecho cuando me atrajo por las caderas para tenerme pegada a su cuerpo, sintiendo cada parte de él. Mi respiración comenzó a ponerse irregular por su cercanía; por más que fuera molesto y pasáramos más tiempo peleando que siendo racionales, me seguía afectando desde el momento en que lo había dejado de ver cómo mi mejor amigo. Iba a soltar una risa irónica cuando dijo que no pedía disculpas, estaba segura que no había persona en el mundo que no supiera más que yo cómo era él y lo orgullo que podía resultar casi todo el tiempo. Volví a cruzar mis brazos mientras le prestaba toda la atención del mundo a él, si se iba a disculpar por lo que sea qué sucedía, era un momento que se podía hasta plasmar en alguna pared. Mi respiración nuevamente se negó a cooperar cuándo terminé de escucharle, estaba bastante conmocionada. No había tenido ni un ápice de esperanza en que él se disculpara por eso. ―Si hubiese sido sólo la píldora, habría terminado follando con cualquiera. ―Enarqué una de mis cejas, bajando un poco la guardia y dejando la actitud de perra a un lado. ―Pero está bien. Fue cosa del momento después de todo, el ambiente y la situación, seguramente se presta para muchas cosas más. Queda todo olvidado.
Encogí uno de mis hombros; si le hubiese hablado más temprano no habría asistido a lo que sea que se tratara lo que él tenía planeado. Lo ocurrido en el viaje qué habían hecho le seguía molestando de alguna manera; sí, reconocía que no había estado en todos sus sentidos, o esos se encontraban demasiados alterados para siquiera pensar en algo más que tener sexo, pero aun así se sentía cómo una muñeca a la que bajaban del pedestal solamente cuándo él tuviese ganas de tener algo con ella. El otro lado más razonable casi agradecía que no hubiese ocurrido nada, porque luego se habría terminado arrepintiendo por haber estado tan exaltada, pero lo malo siempre salía ganando con lo bueno y no podía dejar pasar lo ocurrido. Resoplé haciendo rodar los ojos. ―¿Y qué tenemos pendiente tú y yo? ― Apoyé las manos contra su pecho cuando me atrajo por las caderas para tenerme pegada a su cuerpo, sintiendo cada parte de él. Mi respiración comenzó a ponerse irregular por su cercanía; por más que fuera molesto y pasáramos más tiempo peleando que siendo racionales, me seguía afectando desde el momento en que lo había dejado de ver cómo mi mejor amigo. Iba a soltar una risa irónica cuando dijo que no pedía disculpas, estaba segura que no había persona en el mundo que no supiera más que yo cómo era él y lo orgullo que podía resultar casi todo el tiempo. Volví a cruzar mis brazos mientras le prestaba toda la atención del mundo a él, si se iba a disculpar por lo que sea qué sucedía, era un momento que se podía hasta plasmar en alguna pared. Mi respiración nuevamente se negó a cooperar cuándo terminé de escucharle, estaba bastante conmocionada. No había tenido ni un ápice de esperanza en que él se disculpara por eso. ―Si hubiese sido sólo la píldora, habría terminado follando con cualquiera. ―Enarqué una de mis cejas, bajando un poco la guardia y dejando la actitud de perra a un lado. ―Pero está bien. Fue cosa del momento después de todo, el ambiente y la situación, seguramente se presta para muchas cosas más. Queda todo olvidado.
Invitado
Re: Trumpets [Privado]
Sin duda entre las cosas que más llamaban mi atención de Emilia era su actitud, podía ver en sus ojos, en sus movimientos, hasta en la forma que estaba de pie frente a mí que se encontraba enojada, a la defensiva, como había estado desde el viaje y nuestra discusión en aquella carpa, pero su actitud no me desmotivaba en lo más mínimo, al contrario me fomentaba este deseo de jugar un poco con ella y su enojo, pero no era el momento para hacerla enfurecer, al contrario lo único que quería era que entendiera el porqué de mis acciones aunque jamás tuve el don de la palabra, siempre dejaba que las cosas pasaran y con el tiempo se arreglaban por si solas, pero ahora parecía que no tenía la fuerza de estar alejado de ella por mucho más. Así que ignore sus primeras palabras bajando mi rostro para así poder observar sus ojos pero ella parecía dispuesta a no tener contacto visual conmigo, además de que cruzaba sus brazos demostrándome que no deseaba tener esta cercanía, pero no me importo aun así no solté su cuerpo, ella podía ser la chica más terca que conocía, pero yo tampoco dejaba que las cosas no saliera como deseaba.
Lleve mi mano a su barbilla para que ella levantara la vista acercando mi rostro solo un poco al suyo luego de escuchar sus palabras negando con la cabeza – No entiendes –Le solté buscando las palabras adecuadas para hablar en ese momento, lo que me costó un par de segundos porque realmente jamás en la vida había tenido una conversación de este tipo- No se trataba del lugar o la situación…. – Solté una sonrisa nerviosa tragando saliva quedándome unos segundos con las palabras en la boca intentando sonar lo más objetivo posible ante ella- Se trataba de ti… -Solté su cintura para llevar mis manos a mi cabello despeinándolo un poco – Yo deseaba que pasara... Pero no quería que te levantaras a la noche siguiente arrepentida de haberte acostado con el estúpido patán de Dorian Lawson – Explique negando un poco con la cabeza antes de pasar mi mano por mi mejilla rascando un poco el lugar donde nacía mi barba, por un momento quería decirle que deseaba que fuera especial, pero de solo pensarlo sentía un leve ataque de pánico –Solo… -Solté un suspiro frustrado- No quiero ser un idiota para ti, intento no ser un idiota contigo, pero… Siempre sale mal.
Lleve mi mano a su barbilla para que ella levantara la vista acercando mi rostro solo un poco al suyo luego de escuchar sus palabras negando con la cabeza – No entiendes –Le solté buscando las palabras adecuadas para hablar en ese momento, lo que me costó un par de segundos porque realmente jamás en la vida había tenido una conversación de este tipo- No se trataba del lugar o la situación…. – Solté una sonrisa nerviosa tragando saliva quedándome unos segundos con las palabras en la boca intentando sonar lo más objetivo posible ante ella- Se trataba de ti… -Solté su cintura para llevar mis manos a mi cabello despeinándolo un poco – Yo deseaba que pasara... Pero no quería que te levantaras a la noche siguiente arrepentida de haberte acostado con el estúpido patán de Dorian Lawson – Explique negando un poco con la cabeza antes de pasar mi mano por mi mejilla rascando un poco el lugar donde nacía mi barba, por un momento quería decirle que deseaba que fuera especial, pero de solo pensarlo sentía un leve ataque de pánico –Solo… -Solté un suspiro frustrado- No quiero ser un idiota para ti, intento no ser un idiota contigo, pero… Siempre sale mal.
Dorian C. Lawson
Fecha de inscripción :
15/03/2014
Re: Trumpets [Privado]
Siempre había pensado que por motivos racionales las personas podíamos cometer errores y pedir oportunidades nuevas para enmendar lo ocurrido. No podía reprocharle nada, ya que la culpa y quién había actuado mal en esos momentos, no era nadie más que yo. Estaba decidida a olvidar lo que había pasado en el lodge, quizás hasta borrándolo por completo gracias al bochorno que había tenido gracias a lo ingerido. Sí, era bastante conocida por vivir una vida bastante liberal y algo desenfrenada, pero así era y no podía cambiar por una noche. Me gustaba ser libre y que nadie me pusiera obstáculos para hacer o conseguir lo que quisiera, por eso algunas veces reaccionaba mal ante el hecho de que alguien se pusiera a darme ordenes cómo si no tuviera padres que se encargaran de hacer aquello, y a Ryan le encantaba desarrollar solamente ese lado paterno, por lo cual deducía que era mi personalidad, todo lo contrario a lo que querían que fuera. Alcé una de mis cejas en modo de pregunta por su comportamiento, cada vez se ponía más rara la situación al no saber que estaba planeando o pasaba por su cabeza lo cual no dejaba de tenerme en alerta a cada cosa qué él hacía.
Le miré rodando los ojos; simplemente era imposible que le entendiera cuando no dejaba de moverse sin decir nada, sólo me colocaba cada vez más nerviosa. Sabía a la perfección que no era alguien a quién se le dieran bien las palabras y no le podía culpar por eso, pero no tenía un don que rebelara lo qué pensaban las personas. ―No soy Edward Cullen, es imposible que entienda si no hablas. ― Mis brazos seguían en la misma posición, rehusándome a demostrar algún indicio de nerviosismo. Al parecer no era la única que estaba afectada por la situación; di un paso atrás tomando distancia entre ambos. Abrí un poco más los ojos mientras mordía mi labio inferior evitando algún comentario absurdo y pensando mejor antes de decir algo. ―Entiendo. Aprecio que no te hayas aprovechado de la situación, probablemente no te habría vuelto a hablar luego de sea lo que fuera que hubiese pasado. ―Encogí mis hombros, no estaba en mis planes mentir para quedar bien y con el orgullo limpio. Solté un suspiro cuando escuché sus últimas palabras, ya que era una costumbre de él denigrarse por cualquier cosa y repetir una y otra vez lo mal que podría hacerme. Al parecer ninguna de las personas que me rodeaban, aceptaban que ya no era una niña pequeña a la que podían pintarle cuentos de hadas con el príncipe azul montando un caballo blanco. ―Si piensas de esa forma, no entiendo por qué intentas estar conmigo.
Le miré rodando los ojos; simplemente era imposible que le entendiera cuando no dejaba de moverse sin decir nada, sólo me colocaba cada vez más nerviosa. Sabía a la perfección que no era alguien a quién se le dieran bien las palabras y no le podía culpar por eso, pero no tenía un don que rebelara lo qué pensaban las personas. ―No soy Edward Cullen, es imposible que entienda si no hablas. ― Mis brazos seguían en la misma posición, rehusándome a demostrar algún indicio de nerviosismo. Al parecer no era la única que estaba afectada por la situación; di un paso atrás tomando distancia entre ambos. Abrí un poco más los ojos mientras mordía mi labio inferior evitando algún comentario absurdo y pensando mejor antes de decir algo. ―Entiendo. Aprecio que no te hayas aprovechado de la situación, probablemente no te habría vuelto a hablar luego de sea lo que fuera que hubiese pasado. ―Encogí mis hombros, no estaba en mis planes mentir para quedar bien y con el orgullo limpio. Solté un suspiro cuando escuché sus últimas palabras, ya que era una costumbre de él denigrarse por cualquier cosa y repetir una y otra vez lo mal que podría hacerme. Al parecer ninguna de las personas que me rodeaban, aceptaban que ya no era una niña pequeña a la que podían pintarle cuentos de hadas con el príncipe azul montando un caballo blanco. ―Si piensas de esa forma, no entiendo por qué intentas estar conmigo.
Invitado
Re: Trumpets [Privado]
Ella se alejó de mi lo que me hizo suspirar un poco, en mi cabeza todo aquella situación iba a ser diferente, al menos no esperaba tener que hablar tanto, pues siempre era pésimo con las palabras, terminaba arruinándolo todo porque aunque en mi cabeza sabía que podía expresar cientos de cosas en un momento como ese simplemente mi boca no podía pronunciar las palabras, era como si tuviera algún tipo de barrera que me hacía mantener un límite firme en cuento a charlas de sentimientos se trataba lo que me provocaba algo de frustración, por lo que suspire mirándola- Trato de hacerme entender- Le dije antes de escuchar cómo me disculpaba por el final falta de nuestro viaje que debía ser una especie de viaje romántico que arreglaría las cosas entre nosotros pero termino por estropearlo, cuando me pregunto porque deseaba intentar estar con ella me quede sin palabras, mi boca se abrió un poco para luego cerrarse, mire alrededor en busca de mi vaso de whisky, camine hacia el rápidamente dándole la espalda para tomar lo que quedaba del líquido de un trago volviendo a dejar el vaso ahora vacío en mi mesa de noche, aquella pregunta también me la hacía mentalmente, que había de Emilia White que terminaba por atraerme como un imán, que era lo que provocaba que de repente las demás chicas hubiera desaparecido para que solo quedara ella en mis pensamientos, suspire nuevamente pues conoci9a la respuesta pero por nada del mundo aceptaría que de alguna manera me estaba enamorando de la rubia frente a mí.
Porque estás loca –Recordé sus palabras en la tienda cuando discutíamos, la chica sin duda no era como las demás, especial, única. Comencé a caminar nuevamente hacia ella ahora sin dudas tomando su cintura para atraerla hacia mi uniendo mi frente a la suya acercándome a sus labios para robarle un beso rápido degustando de su sabor – Porque eres la única que me conoce verdaderamente y aun así no trata de huir –Le explique antes de que reaccionara para robarle otro rápido beso- Eres la única que me prohíbe tocarla… y…. – De repente una sonrisa se formó en mis labios, era extraño simplemente sonriera de la nada sin una razón obvia, o sin que hubiera travesura de mi parte en el gesto – Eres la única que me hace sonreír-no espere su respuesta simplemente la atraje mas a mi eliminando cualquier espacio entre nuestros cuerpos abrazándola contra mi pecho, jamás lo había hecho siquiera cuando éramos amigos, ni recordaba haberlo hecho con alguna chica en el pasado que no fueran mis hermanas o mi madre, deje mi rostro contra su cuello quedándome quieto para disfrutar del abrazo y su cercanía, no sabía lo que hacía pero se sentía bien.
Porque estás loca –Recordé sus palabras en la tienda cuando discutíamos, la chica sin duda no era como las demás, especial, única. Comencé a caminar nuevamente hacia ella ahora sin dudas tomando su cintura para atraerla hacia mi uniendo mi frente a la suya acercándome a sus labios para robarle un beso rápido degustando de su sabor – Porque eres la única que me conoce verdaderamente y aun así no trata de huir –Le explique antes de que reaccionara para robarle otro rápido beso- Eres la única que me prohíbe tocarla… y…. – De repente una sonrisa se formó en mis labios, era extraño simplemente sonriera de la nada sin una razón obvia, o sin que hubiera travesura de mi parte en el gesto – Eres la única que me hace sonreír-no espere su respuesta simplemente la atraje mas a mi eliminando cualquier espacio entre nuestros cuerpos abrazándola contra mi pecho, jamás lo había hecho siquiera cuando éramos amigos, ni recordaba haberlo hecho con alguna chica en el pasado que no fueran mis hermanas o mi madre, deje mi rostro contra su cuello quedándome quieto para disfrutar del abrazo y su cercanía, no sabía lo que hacía pero se sentía bien.
Dorian C. Lawson
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15/03/2014
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