Confession || Athan

La vida de Circe había cambiado, solo un poco, desde que había tenido ese encuentro extraño con su hermano en aquel salón de clases. Ella creía que todo había cambiado para bien, aunque la confianza entre los dos seguía siendo casi nula. Un ejemplo de esa situación era el que su mejor amiga, Imogen, fuera la única que le contara lo que había entre los dos. Por supuesto, y como debía de ser, Circe se había puesto sumamente feliz con aquella noticia, aunque por dentro se sentía un poco desilusionada al pensar que Athan no le había contado algo tan importante. Sin embargo, también estaba el hecho de que Circe no le había contado a su hermano todos los problemas que había tenido desde que conoció al omega en esa biblioteca. Él no estaba enterado de nada, y estaba segura de que si le contaba, todo acabaría mal. Una, el hecho de que una de las personas implicadas en ese problema o confusión (como quieran llamarle) era uno de sus mejores amigos Delta hacía todo más difícil. Recordaba muy bien lo que Athan había dicho en ese salón de clases, el que aún tenía esperanzas de que ella saliera lesbiana y así no se fijara en algún Delta. Sabía que Athan no estaría muy contento al saber lo que casi pasaba en la fiesta de June, y tenía miedo de que fuera a hacer algo en contra del Delta. Ella quería confiarle todo a su hermano, pero sabía que aquello podía ser malo. Era un arma de dos filos.

Circe soltó un suspiro preocupado y miró hacia la casa Delta, en donde se había quedado de ver con su hermano para pasar “tiempo de calidad juntos”. Desde afuera se podía escuchar todo el alboroto que hacían los monos, algo que la hizo sonreír de manera nerviosa, recordando el que uno de sus amigos monos la había amenazado con hacerle algo cuando fuera a la casa verde. Negando con la cabeza y olvidándose de aquello, Circe entró a la casa y saludó a algunos chicos que la reconocieron rápidamente. — Hola, ¿Han visto a mi hermano? — les preguntó amablemente la castaña, a lo que los monos asintieron y señalaron hacia las habitaciones. Circe les dio las gracias y se dirigió hasta la habitación de Athan.

Frente a la habitación de su hermano, Circe cambió su expresión a una de completa felicidad y tocó la puerta con fuerza. — ¡ATHAAAAAAAAAAAAN! — gritó con alegría y siguió tocando por si su hermano se había olvidado de su reunión y se había quedado dormido — ¡ABRE! — volvió a gritar y le sonrió a algunos monos que habían salido de sus habitaciones para ver quien hacía tanto ruido.

Si bien Circe no era de las chicas que se la pasaban gritando como dementes en las fraternidades ajenas, ella hacía una excepción en la casa verde. Sabía perfectamente que su hermano era capaz de quedarse dormido, de haberse olvidado de su día juntos o de haberse largado a otro lugar. Si había hecho lo último, únicamente se lo perdonaría si la había dejado por Imogen. Fue por eso que la castaña gritó a todo pulmón, ignorando las miradas de odio de los monos, quienes parecían tener resaca o simplemente sueño. Circe miró su reloj y frunció el ceño. ¡Era demasiado tarde como para que estén de vagos!

Una sonrisa de esas que son más de burla que de otra cosa (si, esas que le da la hermana menor a su hermano cuando hacen algo malo y no se arrepienten de nada), se extendió en los labios de la castaña cuando Athan abrió la puerta a medio vestir. No pudo evitar soltar una risa divertida al escuchar su queja. — Hola a ti también — lo saludó de forma demasiada animada. Tomó el rostro de su hermano y le dio un beso en cada mejilla, ignorando las burlas de los demás monos. Si, ellos ya sabían que era su hermana por lo que no se molestaron en seguir diciendo cosas inapropiadas. Soltó una risa cuando escuchó lo que Athan le decía a sus compañeros y ni tiempo tuvo de despedirse con la mano, todos huyeron rápidamente. — Dices: "Hacer algo" y todos huyen — comentó entre risas y negó con la cabeza, bastante divertida. — Son unos completos vagos — hizo una mueca sin sorprenderse demasiado y entró a la habitación de Athan.

Sus ojos estudiaron el lugar y lo primero que vio fue la cama algo desordenada. Y no lo decía porque tuviera muchas cosas, sino porque parecía que alguien se acababa de levantar de aquel lugar. La castaña hizo un gesto aprobatorio y vio a su hermano. — Esto se ve mas decente de lo que pensaba —  comentó como si estuviera evaluando el lugar. — ¿Cuánto tiempo te costó arreglarlo? —  le cuestionó y no dejó tiempo para que respondiera — ¿10 minutos? — miró a su hermano de manera divertida y rió al ver que apenas se ponía la camiseta. — Creo que llegué de sorpresa. — le comentó mientras caminaba por toda la habitación de su hermano. — Sabes, cada día estás más gordo — ladeó la cabeza y le volvió a sonreír con la primera sonrisa que le regaló. Volvió a soltar una suave risa y negó con la cabeza. — Dirás vestido... porque eso de listo, no te lo creo —  soltó otra risa y se encogió de hombros. — Ok, te estoy molestando demasiado — se calmó y volvió a mirar toda la habitación, pensando que era la primera vez que había entrado ahí.

Sonrió cuando su hermano le indicó que podía sentarse y corrió hasta la cama, en donde se acostó. Volvió a sonreír, esta vez de una manera sincera.— ¿Cómo estás, Athan? — le preguntó de manera casual y desvío su mirada al techo. — Esta es la primera vez que visito tu habitación... tú ya visitaste la mía ¿Cierto? — le comentó de manera tranquila. Athan podía contarle las cosas si quisiera, aunque ella no lo forzaría. Si él solo decía: "Si, la conozco" Circe no se molestaría. Después de aquella pregunta, una duda se formó en su cabeza. Duda que hizo que se levantara rápidamente. — Espera, ¿Con quién compartes habitación? —  le cuestionó intentando no parecer asustada. Lo último que quería es que John entrara por esa puerta e hiciera todo incomodo.

Y aunque la castaña sabía que se estaba metiendo en problemas al decirle tantas cosas a su hermano, no pudo evitar soltar esos comentarios divertidos. Soltó una risa graciosa cuando vio que su hermano se veía el abdomen e hizo un gesto burlón, como diciendo: "Deberías hacer más ejercicio, gordo". Y soltó una carcajada cuando vio la expresión molesta de su hermano cuando, de una manera sutil, le dijo que no era listo. Se encogió de hombros y ladeó una sonrisa divertida. — Vamos, Athan... — dijo en un tono que decía: "Deja de ser tan nena". — ya sabes las reglas de los hermanos — comentó con cierta seriedad, aunque en realidad se encontraba realmente divertida. — La hermana menor molesta al mayor, el hermano mayor se enoja ella, la hermana menor empieza a llorar y el hermano mayor queda como el malo de la película y tiene que consolarla... — dijo con tranquilidad para luego regalarle, de nuevo, aquella sonrisa burlona que solo él conocía. Con media sonrisa, Circe vio a su hermano intentado peinarse y soltó una pequeña risa al ver que no lograba nada presentable. — ¿Quieres que yo te peine? — le cuestionó mientras ladeaba la cabeza con curiosidad. Y aunque muchos lo tomarían como burla, esta vez Circe lo dijo con buenas intenciones. Le gustaba el cabello largo en su hermano, debía aceptar que se le veía bien.

Ya acostada en la cama de su hermano mayor, Circe miró a su hermano y se encogió de hombros cuando le regresó la pregunta. — Todo bien... creo — mentira, realmente todo iba mal. Tanto así que se iba a ir a Grecia un mes, viaje que por cierto no le había comentado a su hermano sabiendo que el chico le iba a preguntar sus razones. Una sonrisa se formó en sus labios cuando Athan aceptó haber estado en su habitación y Circe asintió a su pregunta. — Ajaaaaa... — dijo bastante alegre. Soltó una risa cuando su hermano le dijo que quería volver a la habitación y que no quería verla ahí. No, no le molestaba en lo más mínimo — Bueno, me avisas que días iras y juro que no me paro por la casa Sigma en toda la noche. — le sonrió divertida.

Sin poder evitarlo, la castaña se puso de pie pensando que aquel Delta podría entrar en cualquier momento. Miró a su hermano cuando le dijo el nombre de sus compañeros y soltó un suspiro tranquilo. Miró que su hermano la miraba confuso y le preguntaba que tenía aquello de malo. Por primera vez en su vida, Circe no supo que decir. Tan fácil hubiera sido sacar cualquier mentira, pero no... — Bueno... es que... uhmmm... — empezó a decir tonterías. — quizás no les gusten las visitas inesperadas... y bueno... no me conocen... — dijo bastante nerviosa. -Tonta, ¿Por qué no le sacaste una mentira?- pensó mientras bajaba la mirada. Con un suspiro alegre, escuchó como cambiaba la plática y rió tontamente por su cometario. — ¡Que asco, Athan! ¿Solo piensas en eso? — dijo entre risas, esperando que olvidara el otro tema.

La chica no pudo evitar entrecerrar los ojos con molestia cuando su hermano habló sobre las reglas de los hermanos a distancia; sin embargo, dejó el tema ahí y bufó con molestia, desviando la mirada ante su mirada burlona. Si, se la estaba regresando y eso no le gustaba. Y si, de la forma más infantil, Circe le sacó la lengua a su hermano cuando éste toco su frente con la punta de sus dedos, para luego sobarse en esa zona con un ligero puchero. — Ya soy una niña grande — dijo con voz cantarina y empezó a reír. Sin embargo, su risa duró muy poco cuando vio el semblante molesto de su hermano, cosa que le hizo poner los ojos en blanco, pensando que se estaba molestando por una cosa tonta. — Lo decía en serio, tonto — soltó un suspiro y lo vio con seriedad. — Me gusta tu cabello, pero podría arreglarlo para que se viera mejor… no haría una cosa idiota como hacerle coletas — frunció levemente en ceño y al final, acabó por encogerse de hombros. — Como quieras… — terminó el tema ahí, esperando que su hermano no empezara con una pelea absurda.

La seriedad de Athan hizo que Circe bajara la mirada y se mordiera el labio con nerviosismo. Movió las piernas y empezó a jugar con los dedos de su mano derecha, como si fuera algo sumamente importante. Si, después de aquel percance en el salón de clases, estaba segura de que no podría mentirle al mayor. Soltó un suspiro y miró a su hermano — Me voy a ir con papá un mes… — le dijo rápidamente y volvió a sonreír, esta vez con menos sinceridad. No quería decirle la razón por la que se iba. Soltando otro suspiro, esta vez de alivio, escuchó que el tema cambiaba a uno mucho mejor. Un tema que la hacía sonreír, sobre todo al ver el semblante de su hermano quien parecía feliz. Soltó una risa cuando su hermano habló sobre el tema y negó con la cabeza. — Athan, no me voy a meter en ese asunto… — lo miró con una pequeña sonrisa. — Lo que hagas con ella no es de mi incumbencia, no necesito detalles —  se sinceró y sonrió ampliamente —  Me basta con saber que los dos están juntos y que están… ¿felices? — dudó un poco y volvió a reír. No podía evitar sentirse feliz con todo  lo que estaba sucediendo entre su hermano y su mejor amiga.

Para desgracia de la castaña, su hermano le dirigió una mirada que la hizo encogerse cuando cambiaron de tema. Soltó un suspiro ante las palabras del mayor y negó con la cabeza, sabiendo que su hermano merecía la verdad y más cuando él no había negado nada. — No es nada importante — susurró y caminó hasta donde estaba su hermano, parándose junto a él y así no tener que verlo a la cara. — ¿Recuerdas la fiesta de June? — le preguntó, empezando a sonrojarse — ¿Recuerdas con quien bailaba? — miró disimuladamente hacia la puerta, esperando que nadie entrara. — Athan… a mí siempre me ha gustado John y bueno… ese día… casi nos besamos. — susurró, esperando no tener que repetirlo. — Siempre pensé que me veía como su amiga y ahora… lo dudo — hizo una mueca pues no estaba segura de lo que sentía John por ella. — Y bueno, él no es el único… quiero decir… hay alguien más… — mientras hablaba, veía hacia el suelo. No podía contarle lo del Omega… pero aquella historia cobraba sentido con esa historia. Estaba segura de que Athan se enojaría con el Omega por todo lo que había hecho y seguía haciendo.

La castaña se preocupó al ver el semblante serio de su hermano cuando le contó sus planes de irse con su padre un mes. ¿Qué podría decirle? ¿Qué todo era culpa de aquellos dos chicos? Aunque en parte, aquello era cierto, también estaba el asunto de su salud, cosa que ni siquiera a Imogen le había dicho. Tenía que aceptar que las cosas se le olvidaban, que cada vez se sentía más cansada como si hubiera trabajado todo el día y cuando ella decía que había dormido bien, sus energías decaían rápidamente. Levantó la mirada un poco asustada, y notó que aparte de seriedad, el semblante de su hermano denotaba preocupación. Soltó un suspiro cuando escuchó el ataque de preguntas — Papá está bien y siempre peleo con mamá, eso lo sabes — dijo con voz tranquila. Sonrió levemente cuando su hermano intentó hacer un chiste sobre su orientación sexual. Intentando parecer tranquila, Circe soltó una carcajada y tomó una almohada, la cual le lanzó a Athan en la cabeza. — Pues si, soy homosexual — bromeó y le sacó la lengua de forma infantil. — ¿Sabías que Imogen solo está contigo para tapar las apariencias? — soltó con una risa y miró a su hermano con diversión, sabiendo que el rubio sacaría un contraataque. — Yo soy su verdadera pareja... — soltó otra risa y negó con la cabeza. Esperaba que todo eso desviara, por un rato, aquel tema tan complicado. Sabía que en cualquier momento se enteraría, y sabía que la dejaría ir sin ningún problema. El verdadero problema era todo lo que lo iba a preocupar.

Con diversión, miró a su hermano mientras éste le preguntaba si le contaría lo que su amiga diría de él, a lo que la castaña negó con la cabeza. — ¿Qué tipo de amiga sería si hiciera algo así? — le cuestionó ofendida. Soltó otra risa y se encogió de hombros. — Depende, quiero decir... — movió las manos para explicar aquello que para la chica era muy complejo. Nunca había pasado por algo así, y aún no podía creer que estuviese pasando. — Habrá cosas que son solo suyas y yo no me meteré de chismosa... pero si ella dice algo lindo sobre ti o algo que estés haciendo mal, te diré. Me gusta que estén bien y no quiero que te vuelva a golpear — soltó una risita ante aquellas palabras, recordando cuando Imogen le había dado aquella bofetada que claramente se había merecido.

Como lo había esperado, cuando Circe preguntó: "¿Recuerdas con quien estaba bailando?", pudo ver de reojo como su hermano levantaba la mirada y el ambiente se volvía un poco más pesado. Circe cerró levemente los ojos, recordando que John era el mejor amigo de Athan y bueno... a ella le gustaba. Sabía que los hombres eran más especiales en ese tema. A ella le encantaba la idea de que su mejor amiga saliera con su hermano, pero a él... ¿Le agradaría la idea de que su hermana saliera con su mejor amigo? Pero vamos, aquello aún solo era una idea. Y también, como esperaba, la idea que existiera otro chico hacía todo peor. — Bueno... — se empezó a mover de forma nerviosa. — Ahora se que solo me gusta John... solo que, el otro chico ya me besó y se me declaró — intentó ver a cualquier parte menos a su hermano, sabiendo que aquello no era algo muy agradable de escuchar. Para su sorpresa, escuchó como Athan defendía a John, diciéndole que nadie cuidaría a sus gatos y él si lo hacía. — Lo sé... en los últimos días he confirmado que él es chico que en verdad quiero... — soltó un suspiro y siguió escuchando a su hermano. No pudo evitar sentirse incomoda cuando Athan le preguntó sobre el otro chico y negó con la cabeza cuando le dijo que seguramente solo quería sexo. — Si solo quería eso, no se hubiera alejado de mi hasta conseguirlo. — rió sin alegría y bajó la mirada. — Llegó un momento en el que creía que él me gustaba más que John, solo que... desapareció una vez. Cuando pensé que ya no lo vería, regresó y me dijo que le gustaba... una mentira, pues se fue de nuevo. Él me hizo mucho daño, Athan. Pero bueno, ahora todo está bien... se que no caeré si regresa. — habló casi en susurro aunque estaba segura de que él la escuchaba perfectamente. — Ahora sé que lo que siento por John es más fuerte que lo que sentí por el otro chico. — ladeó una ligera sonrisa, sabiendo que ya no sentía nada por el Omega... tan fácil pudo olvidarse de él y eso quería decir que nunca fue algo importante.

Soltó un suspiro cuando escuchó la última pregunta de su hermano. — En parte es por eso, necesito un poco de paz... lo que te conté no tiene mucho tiempo que pasó — al decir eso se preocupó de lo que Athan pudiera hacer contra aquel chico, por lo que se alivio al recordar que no le había dicho nombre. — También — y aquí iba lo difícil. — voy por mi salud... últimamente no he andado muy bien — se mordió el labio, esperando la respuesta de su hermano

La castaña no pudo evitar soltar una carcajada ante la mueca de asco de su hermano, adivinando de inmediato que el rubio había pensado algo sobre ella y su amiga. Volvió a reír cuando el chico hizo un ademán de vomito exagerado y negó con la cabeza cuando el chico habló sobre un trío. — ¡Qué asco, Athan! — dijo entre risas, dando a notar que en realidad no le daba asco y que realmente se estaba divirtiendo con esa pequeña broma. — ¿Cómo pudiste pensar en eso? — le preguntó de una forma divertida y volvió a lanzarle otra almohada. Soltó otra carcajada ante la expresión de sorpresa de su hermano y siguió riendo cuando su hermano hizo ese comentario poco amable. — Te diré… — intentó poner una expresión seria. — Me dijo que mi lengua es mejor que la tuya, pero que tú no eres nada malo — miró a su hermano con diversión e intentó con todas sus fuerzas el no soltarse a reír. — Dijo que los hermanos Xenidis somos todos unos genios y no hablaré sobre sus fantasías… — volvió a reír y no paró en un buen rato. Se limpió las lágrimas que había derramado y sacó aire para intentar calmarse. — Ok, dejaré de meterme lo mismo que tú te metes — comentó entre pequeñas risas. Sabía que su hermano se sorprendería que de que supiera sus actividades, pero no era difícil descubrirlas con el paso de los días. Aún así, a ella no le importaba, era la vida de su hermano y ella no se metería en eso. Tomó otra almohada y se cubrió el rostro, ahogando sus palabras — No podré ver a Imo a la cara en todo el día — comentó, soltando otras pequeñas risas.

A diferencia del tema Athan-Imogen, el cual era bastante amable y lindo para Circe, la historia de la castaña era bastante diferente. Se sintió mal al ver que su hermano dejaba por la paz aquel tema y se concentraba en ella, por lo que tuvo que decirle toda la verdad. Su semblante y su postura le daban temor, sabiendo que el rubio no estaba muy feliz de saber aquella verdad. No pudo evitar encogerse cuando su hermano resumió toda su historia en una sola pregunta. — Si… — susurró con nerviosismo. — Se que sueno como una idiota… — volvió a susurrar. Sabía que lo había sido y desde ese día había maldecido a su profesor de matemáticas por haberla hecho su tutora. Cuando escuchó la pregunta de su hermano, Circe levantó la mirada y se quedó pensando en el que pudo haber pasado. Negó con la cabeza y suspiró — No tengo idea… ¿Qué te puedo decir? — se encogió de hombros y bajó la mirada, nuevamente apenada. De nuevo, negó con la cabeza cuando le preguntó sobre John — Siempre pensé que me veía como un amiga más. Pensaba que si lo besaba o le daba a entender que me gustaba, se alejaría de mí — hizo una pequeña mueca y volvió a recordar la fiesta de June y su “casi” beso. No se atrevió a ver a su hermano cuando escuchó su tono de voz molesto y volvió a encogerse de hombros cuando empezó a preguntar cosas que, los dos sabíamos, no tenían respuesta. — No sé… solo sé que no quería solo sexo — soltó una risa amarga. — No volveré a caer, no soy tan idiota — le dijo bastante segura y ladeo una sincera sonrisa al escuchar el nombre de John — Me gusta y mucho… solo que aún es una incógnita si yo le gusto a él. — soltó una pequeña risa, la cual se apagó cuando terminó aquella frase. Se atrevió a mirar a su hermano y sacudió la cabeza en una negativa. — John no me haría nada malo… él no… — sonrió nuevamente como tonta y volvió a bajar la mirada, sonrojada.

Circe lo sabía y el tema de su hermano lo confirmó. El tema de su huida a Grecia iba a ser la peor parte de aquel día. Se movió nerviosamente — Últimamente me he sentido cansada, aunque duermo bien… se me olvidan las cosas y bueno, no estoy al cien en mis clases — soltó un suspiro y se negó a ver a su hermano — Quiero creer que es por tantas cosas que tengo en la cabeza y que solo necesito despejarme un poco… aunque una revisión médica no me vendría mal — comentó en un tono que quería decir: “No te preocupes, no es nada”. Además, Circe tenía que aceptar que ese tema lo quería dejar en manos de su padre, aunque no creía que fuera conveniente decirle eso a su hermano.