Phillip E. Cavanaugh ▲ ID

Un cachondo mental. No se sabe por qué, pero Lip rebosa de alegría. Nunca lo verás llorar, nunca. Lo podrás ver serio, pero en algún lugar público nunca lo verás derramar una lágrima. Positivo, positivo hasta el punto que dan ganas de ahogarlo en la piscina para que deje de ver las cosas buenas de todo. Es uno de esos amigos que aunque estés en el peor de tus momentos, te sacarán una sonrisa. Una sonrisa se mantendrá en su rostro las 24 horas de día, no importa lo que pase, el daño que le hagan o lo mal que puedan ir las cosas, Lip siempre levantará la cabeza y seguirá hacia delante, buscando la mínima cosa positiva a la que aferrarse y seguir. Lip es de esa clase de personas que, por mucho que aparente ser una diva, pensará antes en poder ayudar a sus amigos ante un problema que ayudarse a sí mismo. Su comportamiento e incluso movimientos físicos son a menudo algo femeninos y agraciados. Es el alma de la fiesta, si tienes un mal día, estas deprimido y no sabes que hacer, coge el teléfono y queda con Lip. Nunca le dirá que no a una fiesta, aunque la fiesta sea en un asilo de ancianos donde todos están oyendo la radio.  

Le gusta saber que todos sus familiares y amigos están bien, y cuando responden que no les pasa nada, sea una verdad. Se preocupa más por ellos que por sí mismo en la mayoría de las veces. Es leal, cuando él dice un "Te lo prometo" es un "te lo prometo" no un "puede que lo haga, pero te digo te lo prometo para que me sigas teniendo confianza". Le podrás confiar lo que sea ya que sabrás que aunque le torturen nunca lo dirá. Un hombre de palabra. Y si, si hay algo en Lip es que cae en algunos de los clichés que las películas americanas marcan para los homosexuales. No le gusta llamarlo "noche de chicas", pero sigue prefiriendo pasar una noche rodeada de tías quejándose de tíos que en casa de algún chico intentando jugar a algún juego en alguna de las consolas.

Lip ya no es el niño de 8 años que lloraba cada vez que alguien le llamaba "cuatro gafas", pero tampoco es el adolescente de 17 que le buscaba bronca en los recreos solo para hacer acto de presencia y mantener lejos a todos aquellos que se querían acercar a él con intención de hacerle daño. Cuesta creerlo, ¿Verdad? Que el chico que conoces en estos momentos en algún momento de su vida haya sido violento o que se hubiese quedado callado cuando alguien le ofendía.

Si hay algo que podemos destacar en Lip, es que nunca se quedará callado cuando cree que merece la pena levantar la voz por ese "algo".  Defender una idea, a un amigo u a un familiar, va por encima de todas las cosas. No es que al rubio le guste buscar pelea, tan solo es que defiende sus ideales sin importar si las palabras hieren o no. Sincero, sincero a rabiar. Pocas veces ha soltado una "mentira piadosa", ya que es fiel creyente de que la verdad, duela o no, es necesaria. Así pues, si alguna vez quieres la opinión de Lip sobre algo, debes estar seguro de que estás preparado para cualquier clase de respuesta u opinión. Es un chico que no se da por vencido a la hora de luchar por alguien o algo que ha conseguido un lugar en su corazón y un digno defensor de los más débiles. No se quedará callado ante una injusticia, el chico hablará, gritará, pataleará hasta que se llegue al final del asunto.

Abiertamente homosexual y orgulloso de serlo. No se avergüenza de serlo, va con la cabeza bien alta por ello. Es muy paciente, no se le enfada con facilidad, él es mas de aguantar y aguantar los insultos y los golpes, prefiere hacer esto antes que levantar la mano, aunque no durará en levantarla si es por alguien que quiere y aprecia. Para él, la gente borde, no es ningún problema. Tiene mucha confianza en si mismo, así que los insultos no le suelen afectar. Lip no tiene apariencia de chico violento y es que en el fondo, tampoco lo es, pero sabe defenderse y pegar, así que si buscas ser su enemigo, deberías tener en cuenta que esa cara de niño bueno y pequeño, no es la que le mostrará a alguien que daña sus ideales. A pesar de esto, si hay que aclarar algo, es que Lip no se meterá en algo de lo que no sabe o donde no tiene argumentos para defenderse. Es más inteligente que eso. Es bastante ambicioso, pero mantiene la cabeza sobre los hombros. Una cosa que destaca en Lip es su buen uso de las palabras y los argumentos, su manera de ver las cosas es muy distinta a la que tiene todo el mundo. Es un revolucionario, no sería raro encontrárselo un día subido a un tejado con un megáfono proclamando una huelga de hambre hasta que no se acepte el matrimonio homosexual en todos los estados de USA.

¿En temas de amor? Cambia completamente. Atento,cariñoso, protector... No cree en las medias naranjas, tiene claro que el es una naranja entera y que puede vivir perfectamente solo, sin necesitar a nadie, pero suele buscar a aquella naranja que le acompañe en su camino. No es celoso, controlador ni manipulador, aunque a todos nos saltan chispas de vez en cuando. Cree fielmente que la base de una relación está en la confianza del uno en el otro.

Lip desde pequeño, fue un chico distinto. Lip era uno de los chicos con el corazón más puro y más frágil que podría haber visto nunca. Habría sido incapaz de haber hecho algo mal o de haber roto alguna regla, pero Lip, de por sí, rompía las reglas. Venía de una familia simple, su padre era profesor de matemáticas y su madre era secretaria del jefe de una empresa. No se podía quejar de dinero, pero de vez en cuando tenían que apretar las cuentas para llegar a fin de mes. Lip creció como un niño cualquiera, con juguetes, amigos… pero algo no iba bien en él y sus padres lo sabían. No es que algo no fuese bien en él realmente, si no que sus padres nunca aceptarías que ese comportamiento, estaba bien. Él no quería un coche como regalo en navidad, él quería una muñeca bebé al que poder vestir y cuidar. Sus padres no le dieron importancia, tan solo era una época, ellos tan solo debían seguir regalándole coches y se le pasaría.

Lip, se adaptó a lo que sus padres le daban y siguió la corriente a todo el mundo, al fin y al cabo, todos sus amigos tenían coches, así que el mismo se hizo a la idea de que tan solo debía jugar con estos, complacer a sus padres, portarse bien y seguro que algún día le regalarían la muñeca. Pero aun así, le parecían mucho más interesantes y divertidos los juguetes de las chicas. Debido a esto, en el colegio dejó de tener amigos para tener amigas, con las cuales jugaba al té y a papas y mamas. Con el paso del tiempo esto dejó de ser normal y cuando entraron en secundaria, los otros chicos se empezaron a meter con él, llegando a puntos bastantes extremos, como mandarle a urgencias con la nariz rota a causa de un empujón que acabó peor de lo que quería que se acabase. Nunca jugó al deporte y aunque eso tampoco debe significar nada –ya que muchos chicos de su clase tampoco jugaban a nada-, para sus padres fue todo un drama. Y quizás sí, se sintieron gratificados cuando su hijo dejó de pedir aquella muñeca en navidad, pero si Lip dejó de hacerlo era porque ya era lo suficientemente mayor para pedir muñecas y para pedir coches. Él ya no tenía edad para eso.

Su padre se lo decía una y otra vez “sé un hombre y defiéndete.” Pero Lip era demasiado buena persona como para ponerse a su nivel y llegar a las manos. Surgieron los rumores por todo el instituto sobre la orientación sexual de Lip, pero la persona más confusa, desde luego, era Lip. Sabía perfectamente que a él no le atraía el cuerpo femenino y que prefería el masculino, pero en su mente, ese pensamiento estaba bloqueado. Bloqueado por su padre, por las burlas, por su madre, por la sociedad. Por todo. Aquellos besos que se dio de pequeño con un niño de su colegio debían desaparecer. Fue entonces cuando apareció un chico que lo cambió todo. Era el chico nuevo, atractivo, italiano y con apariencia frágil. Fue el centro de atención de todas las chicas, pero el, nada más llegar, el primer día anunció que a él no le gustaban las chicas y que quien tuviese algún problema con eso, podría ir a decírselo en persona.

La fortaleza de aquel chico le abrió los ojos ¿Por qué él podía y Lip no? A pesar de la admiración que tenía ante este chico, no se acercó a hablarle, principalmente por miedo, pero fue este quien se acercó a hablar con él, debido a que había visto como todo el mundo se metía con Lip. Y ahí, todo cambió. Él dio la vuelta a su mundo, le animó a ser sincero, primero consigo mismo y después con todo el mundo.

Fue así, como 2 meses después les confesó a sus padres lo que ellos se temían. Su hijo era homosexual. Su reacción no fue buena, fue realmente mala, hasta el punto de que lo mandaron al psicólogo en un intento de “corregir” ese fallo, pero ningún psicólogo aceptó coger ese caso, ya que la homosexualidad no es una enfermedad. Con el paso de los días, el instituto fue enterándose de la confirmación de que Lip era homosexual y esto causó bastante revuelo entre los que defendían que debían de parar los abusos y los que seguían abusando de él, ya que tenían el mismo pensamiento que los padres de Lip. Era más complicado de lo normal, ya que mientras que en muchos estados de Estados Unidos empezaba a haber un cambio en cuanto a la homosexualidad, Lip vivía en uno de esos estados donde a día de hoy, todavía hay problemas en cuanto a la idea de aceptar o no el matrimonio homosexual.

Lip acabó explotando, dejó de ser buena persona, dejó de ser débil, dejó de resistir. Se defendió, por primera vez alzó la voz, pero la voz no fue suficiente. La violencia tuvo que combatirla con violencia. Se apuntó a Boxeo, lo cual hizo feliz a su padre ya que pensó que el boxeo era suficientemente masculino y que las sesiones con el psicólogo funcionaban, pero tan solo se estaba preparando. Las vacaciones de veranos se las pasó entrenando y en su último año de secundaria, pasó de ser el chico al que abusaban para ser el chico que pegaba. Les devolvió cada uno de los golpes y se metió en bastanteas peleas. Los profesores no hicieron nada porque sabían que un pequeño escarmiento no les vendría mal a aquellos que habían hecho sufrir a Lip durante 5 años. Las llamadas de atención se hicieron cada vez más comunes hasta que Lip fue expulsado del instituto.  

Sus padres, aprovechando esto y que era su último año y que ya tenía 18, mandaron a su hijo a Los Angeles, a vivir con su tía. En California encontró lo que en su antiguo Estado no encontró, aceptación. Entró en la carrera de Derecho en UCLA cuando tenía 20 y empezó a trabajar por la noche en un local de un amigo de su madre.  Y así, es como su vida cambió por completo, volviéndose el chico que es hoy. Dejó atrás su pasado de niño bueno y su pasado de niño malo, quedando tan solo en la combinación que es hoy, Phillip.

Si el chico estuviese en una fraternidad, quizás fuese Delta, pero si hay algo que el chico odia son las ataduras y las etiquetas, le resulta más cómodo no tener que verse obligado a llevarse bien con todos los chicos de la fraternidad o tener problemas con la "fraternidad enemiga", así que en busca de libertad y disfrute, se mantiene lejos. Al fin y al cabo si ha entrado a la universidad es para sacarse una carrera.

Mascota: Ninguna.
Pertenencia más preciada: Ninguna, en realidad no se aferra a nada material.
Mayor miedo Volver a estar en un estado de debilidad, sin poder defenderse. Volver a ser vulnerable.
Pareja: Nadie
Canción que te describe: Take me to church.
Otras cosas:

✖ Sufre de insomnio.
✖ Si hay algo que le habría encantado tener era un hermano, ya fuese menor o mayor. Tener un modelo a seguir o ser el modelo a seguir de alguien.
✖ La relación que hay entre él y sus padres es prácticamente escasa.
✘Oh, el alcohol, su amado alcohol. Tú dale una cerveza, un Whisky o una copa de Vino y le tendrás a tus pies.
✖Se supone que debe de llevar gafas, pero en ese sentido, hace lo que quiere.
✖ Sabe hacerle un puente a un coche, casi mejor que no le preguntes donde aprendió y como.