You dont need 911 <Emma C. Rotchman>

Luego del rotundo éxito de nuestra obra de beneficencia la verdad estoy de un humor inmejorable, y con los siguientes exámenes un poco alejados creo que no hay nada que me impida pasar un buen domingo echando la flojera con Canela en mi habitación, pues ella ya sabe que cuando esta en mi cuarto debe estar tranquila, pues no quiero incomodar a mis brothers compañeros de cuarto y que ya no dejen que duerma bajo mi cama cuando estoy en casa. Me levanté temprano a pesar de eso pues me gusta aprovechar el día hasta si solo será de flojera viendo películas o series, además se que debo estudiar un poco para mis clases, no quiero bajar mi promedio que hasta ahora tengo.

Un rico desayuno muy llenador mientras miro la televisión en la sala con algunos de mis brothers y luego un baño, así pintaba mi domingo hasta que, al ver a Jacko lavando el Banana móvil desde mi ventana, me acorde de que durante el día que pasamos reconstruyendo la escuela para esos lindos niños le prometí a su hermana, Emma, que le enseñaría algo de primeros auxilios. Emma es una chica muy linda en su forma de ser y físicamente, es de esas personas que sientes que quieres cuidar y al ser hermana del buen Jacko creo que mas ganas dan de cuidarla. Recostado en mi cama saco el celular del pantalón deportivo que traigo puesto y le mando un mensaje.

Hola Emma! Soy Bent... Oye, ¿recuerdas que te dije que te enseñaría primeros auxilios y ese tipo de cosas que querías saber? Bueno... no se si tengas algo que hacer hoy pero yo tengo el día libre, podríamos vernos aquí en la casa Delta y te enseño lo que se. Eso si, tendrás que pagarme con rebanadas de pizza, de lo que sea pero que no tenga piña... ¿Qué dices?

Espero tranquilamente a que me conteste, para saber si me visto de forma menos fodonga o sigo así de flojo, pues ni modo que la reciba en pantalones deportivos y playera sin mangas.

Emma lo fulminó con la mirada, mantuvo sus ojos fijos en el otro par de ojos, era la guerra - ¡TIGRE! – gritó cuando el pequeño felino en una desafiante actitud en la que intentaba asentar su estatus de dueño y señor de  la habitación subió a la cama de Emma - ¡NO! MI CAMA NO – corrió hasta allí y lo tomó con ambas manos (era un avance, al principio lo tomaba con una mano), lo llevó a la puerta y lo dejó en el umbral de la misma – Mi cama no, gato malo – acto seguido le cerró la puerta en la cara. Tenía que ser dura con él por lo menos hasta que aprendiera a no subirse a su cama, ya había perdido las esperanzas de sacarlo de la habitación. Miró sus sábanas y suspiró, había que cambiarlas, de nuevo. Pero entonces en un repentino momento de iluminación decidió dejarlo todo como estaba y la noche pondría un juego de sabanas limpias,  solamente las cambiaría temprano en la mañana y en la noche, así lo otro quedaba con los pelos. Además no tenía ninguna limpia, tenía que esperar a que se secaran.

Se colocó los auriculares para no oír a Tigre quien se negaba a abandonar la puerta y a perder esa batalla. Retomó la lectura del libro que había dejado a medias cuando su teléfono vibró y encontró el mensaje de Bentley, sonrió al leerlo y rápidamente respondió:

¡Hola B! Perfecto… Pensé que lo habías olvidado, en veinte minutos estaré allí. XO

El irlandés le había caído bastante bien desde el momento en que lo conoció, además era el tipo de persona cuya bondad parecía colarse a través de todos sus poros, así que el plan no sólo era disfrutar de la compañía del delta sino también aprender algo productivo. Una ducha y dos peleas con Tigre después, llegaba a la casa delta, con una bolsa llena de cosas para preparar una pizza y la llaves de su coche en mano. Antes de entrar, como se hacía en delta sólo se entraba nada de timbres, volteó a ver el vocho celeste con cariño, Jacko era increíble. Una vez dentro saludó - ¡HOLA! – fue a la cocina para guardar las cosas mientras - ¡BEN! ESTOY EN LA COCINA – anunció comenzando a hacer un espacio en el reguero que había en la heladera para colocar sus cosas.

Mientras esperaba la respuesta a mi mensaje me fui a lavar los dientes pues era lo único que me faltaba para verme presentable en un domingo, si fuese lunes me rasuraría pero eso solo lo hago al principio de semana, de igual forma me gusta llevar un poco crecida la barba, me veo con menos cara de niño tonto y es lo que quiero. El mensaje me lo contesta mas rápido de lo que pensé, pues tal vez Emma estaba dormida u ocupada, pero no. Miro el mensaje y sonrío antes de regresar a mi cuarto a cambiarme por jeans, playera tipo polo y tenis.

Miro mi reloj y noto que me da tiempo perfectamente para ir al aula de materiales de la Facultad de Medicina para "pedir prestadas" varias cosas, como los dummies, para enseñarle bien a Emma, que si voy a hacer un favor lo hago bien y completo. Pido el favor a Gus de que me lleve y me traiga y no debo decirle muchos detalles para que ya estemos a medio camino. Esas es una de las mil cosas que me encantan de mis brothers, que rara vez hacen preguntas antes de ayudarte a cualquier locura. En cosa de 15 minutos estamos de vuelta en casa. Preparo en el patio el mini salón de clases y justo cuando iba a asomarme a ver si ya había llegado escucho un grito desde la cocina y sonrío.

Camino tranquilamente hacia ahí, encontrándome a la castaña haciéndose un lío contra el refrigerador, mientras que en la isla de la cocina están muchas cosas que a simple vista me parecen como para hacer pizza - ¿De verdad crees que podrás meter una sola cosa mas ahí? ayer hicimos la compra de la despensa quincenal - digo riendo divertido antes de acercarme y saludarla con un beso en la mejilla y una sonrisa ladeada - Hola Emma. A ver, veamos... tantos años jugando Tetris tienen que dar fruto... ¿qué piensas meter? - pregunto con curiosidad regresando a curiosear a la isla.

El refrigerador no estaban tan abarrotado de cosas realmente, el problema radicaba en que todo parecía haber si metido allí sin ton ni son, no había una distribución adecuada de cosas, no se consideraban las proporciones y la forma de aprovechar el espacio, era evidente que lo único que importaba era: que todo estuviera dentro. Estaba concentradísima en trazar un plan de acción, decidida a lograr que no solo sus cosas cupieran sino que además quedara espacio para más. Fue en eso que Bentley llegó a la cocina, logrando que la sigma diera un respingo, se llevó una mano a la boca soltando un suspiro violento - ¡Dios! Ben… me asustaste – dijo con una risa que denotaba alivio - ¡Hola! – saludó con emoción una vez que toda esa sensación de alerta se disipó.

Ladeó un poco la cabeza mirando hacia la nevera y levantó un hombro con soltura – Mmm… - apretó los labios en un mohín ladino – Sí, creo que podré con el reto – admitió, ya había estado pensando en como ordenar aquel lío. “Tetris, buena referencia” pensó – Los que no saben nada de tetris son ustedes – bromeó mientras comenzaba a reubicar cosas, volteó mirándolo ante su pregunta – Pues en un principio las verduras y el queso, el resto no es tan urgente – comentó al tiempo que lograba algo de espacio en la primer repisa del interior de la nevera. Chasqueó la lengua para luego sonreír triunfalmente – No será tan difícil – volteó a ver lo qué hacía Ben apoyándose contra el marco de la nevera brevemente – Ya hay lugar para mis cosas, así que podemos empezar si quieres o si no estás apurado, puedo ordenarles esto, así les queda algo de espacio – ofreció sonriendo, a pesar de saber que a la primera oleada de deltas atacando la nevera todo volvería a ser un desmadre, pero los adoraba y cuidarlos era algo nato para ella, incluso cuando pareciera imposible que ella tan diminuta cuidara a un montón de chicos con aspecto de vagos, pero era así, Jacko le había transmitido su amor a los deltas.

No entre tan sigiloso a la cocina con la intensión de asustar a la pobre Emma, creo que es mi naturaleza, pero al verdad verla brincar de esa forma me hizo reír demasiado - Lo siento Emma, me pondré un collar de campanita para avisar que vengo - digo divertido, antes de recibir su saludo tan emocionado que me pone ciertamente feliz.

La miro con los ojos entrecerrados y cruzando los brazos - ¿De verdad? Bueno eso lo quiero ver, claro que te ayudaré solo pasándote las cosas - digo poniendome entre el refrigerador y la isla - ¡Oye! Hablas con el campeón de Tetris del 2010 en el Instituto St Gerstone - digo tronandome los dedos entrelazando mis dedos y doblándolos hacia atrás - Lo que pasa es que yo no acomode eso, yo acomode la despensa de allá, o por lo menos lo intenté porque es difícil conservar el orden entre nosotros... ya sabes cómo somos los monos - digo divertido. Sigo curioseando las bolsas, sacando el queso y las verduras - De acuerdo, ya encontré eso pero... ¿para qué trajiste tantas cosas Emma? - pregunto frunciendo el ceño - ¿Haremos la pizza? - la miro con una ceja alzada y una sonrisa bastante emocionada.

- Bueno entonces te paso el queso y las verduras, y luego todo lo que quepa de lo que trajiste, pero no te preocupes por lo demás, eres una invitada de honor, aquí vienes a divertirte nada de ponerte a hacer quehaceres ¿ok? Además... ¿sabes cuanto durará ese orden? - digo con una sonrisa divertida, ella debe conocer aún mas como somos los monos en conjunto, no por nada es hermana del líder. Le paso las cosas y aún mas, solo falta lugar para los botes de salsa de tomate - Esto creo que no necesita refrigeración, lo dejamos en la despensa ¿no? - digo agitando ambos cartones de forma juguetona - ¿Querrás primero tus lecciones o primero hacemos la pizza? -

Al ver la expresión del rostro del delta no pudo más que sentirse un poco tonta por ser tan impresionable, hasta se sonrojó un tanto, sin embargo comenzó a reír con él pues era de esas personas que tienen la risa fácil – Es buena idea – dijo amable recuperando la compostura luego de aquel desliz. Entrecerró los ojos de la misma manera en que lo hacía él, llena de curiosidad preguntándose si realmente creía que ella no podría hacerlo, a pesar de ello no lo estaba tomando como un reto ni nada por el estilo – Suena a un buen plan – sonrió para luego sorprenderse por aquella nueva información acerca del estudiante de medicina  - ¿En serio? No sabía que existían torneos de Tetris – confesó sinceramente al tiempo que seguía moviendo cosas dentro de la nevera – pues felicidades señor campeón de tetris del 2010 – le sonrió sinceramente, ya que estaba seguro que era un título bien merecido.

Se encogió de hombros ante sus palabras entendiéndolo a la perfección, sabía que los monos eran todos peculiares, vagos para los ojos de mente estrecha, pero para personas como ella que tendían a ver más allá de las primeras impresiones y distaban de la superficialidad sabía a la perfección que así como le daban poca importancia al orden, resaltando constantemente por su estilo de vida caótico, los deltas eran por excelencia los chicos más fieles a sí mismo de la universidad. Asintió a su segunda pregunta – Claro… ¿Para qué comprar una si así se evita todo la diversión que implica el proceso de elaboración de una pizza? Además así aumentamos la ansiedad de comer y al final es más rica – comentó sin cambiar la expresión cortés de su rostro.

Tomó las cosas que le iba pasando para acomodarlas en el interior que ya tenía un aspecto más prolijo – Lo sé – respondió riendo, era consciente que probablemente con la aparición de un solo delta, incluido Ben, todo se iría por un caño, pero no le importaba, no lo hacía para quedar en la posteridad como la ordena nevera, lo hacía porque podía hacerlo. Le gustó la forma relajada en la que el delta le seguía la corriente, sin intentar convencerla de desistir de la tarea y sin mofarse de ella. Volteó a ver lo que tenía en las manos y asintió para expresar su acuerdo con él. Frunció el ceño pensando en que deberían hacer primero, apretó los labios  - Lecciones – musitó finalmente, después de todo para eso había ido hasta allí, cerró la puerta y lo siguió – Entonces ¿es mucho lo que tengo que aprender? – preguntó con curiosidad, descubriéndose levemente emocionada al respecto.

Sonrío aún mas cuando noto ese leve tono carmesí en las mejillas de Emma, desviando la mirada para que no se sienta mas apenada - Bueno prometo que cuando me acerque a ti iré marchando y aplaudiendo, porque ahora que lo pienso si me pongo una campanita pareceré gato y esos no me gustan - digo con gracia. Tal como le dije, dejo que ella acomode las cosas del refrigerador, solo mirando como lo hace y pasandole las cosas con curiosidad - No creo que hayan campeonatos de Tetris en el mundo pero... ¿qué mas podríamos hacer en un internado militar Emma? - digo riendo y alzandome de hombros con una sonrisa algo infantil al recordar esos momentos divertidos entre mis amigos - Gracias, gracias, pero... al parecer tú no eres nada mala eh - digo asomándome al contenido del refrigerador que en verdad luce mejor.

Sonrío al ver cómo se toma las cosas tan a la ligera, me agrada que sea así de alivianada, cómo no teniendo un hermano como Jacko que es así a pesar de siempre andar cargando con la responsabilidad de la fraternidad. Asiento aún con la sonrisa divertida y la ceja alzada - Tienes toda la razón, además así le podemos echar todo el queso que queramos, bueno todo el que no me termine en el transcurso de la preparación... pero no se porque creo que va a ser una pizza vegetariana - digo al mirar las verduras, pero me evito hacer gestos pues quién quita y al final me gusta.

- Bueno prometo conservar tu nuevo orden en la primera repisa lo mas que pueda - digo divertido, lo cual se que es una misión casi imposible. Asiento y voy con los cartones de puré de tomate a la alacena, dejándolos al lado de las latas de verduras... con nuestro extraño orden monesco - De acuerdo, lecciones serán - digo con una sonrisa ladeada, dejando mi mano sobre su espalda para conducirla hasta el patio de atrás donde dejé las cosas preparadas - Bueno depende principalmente de lo que quieras aprender. Lo fundamental es el RCCP y la maniobra de Heimlich, no se si quieras aprender a inmovilizar de forma general - digo mientras llegamos.

- Bueno... como podrás ver en esta mesa tenemos los dummies de adulto y bebe para la Maniobra de Heimlich y en el césped puse los del RCCP - digo señalandole los comunmente conocidos como "muñecos" o "maniquís" - Soy un profesor muy barco, así que dejaré que la alumna escoja el tema que quiera - digo recargando el trasero en la mesa, mirándola con los brazos cruzados pero una sonrisa de lado. Lo bueno es que hoy no salió mucho el sol, esta algo nublado.

Estos son los Dummies::

Emma no era una de esas personas que se hacían una imagen virtual de lo que se describía con palabras, pero por alguna razón en esta ocasión sí se imaginó a Bentley como él mismo se describía y no pudo evitar soltar una carcajada en respuesta a sus palabras, extendió la mano hasta tocar el antebrazo del delta sonriendo – No, no es necesario – aclaró por pura cortesía - ¿No te gustan los gatos? – preguntó con curiosidad para añadir rápidamente – A mi tampoco, ahora hay uno, Tigre, viviendo en nuestra habitación y vivimos en guerra – admitió recordando como a pesar de sus múltiples intentos fallaba estrepitosamente en tomarle afecto al felino. Frunció el ceño con curiosidad y algo de sorpresa al oír el tipo de internado al que había insistido - ¿Militar? ¡Vaya! De un cuartel a delta, déjame decirte que es un cambio monumental – bromeó sin dejar de acomodar las cosas. Ladeó la cabeza para mirarlo encogiéndose un poco de hombros – Gracias supongo… es sólo cuestión de paciencia – admitió restándole importancia al asunto. Sus palabras la desconcertaron un poco - ¿Pizza vegetariana? – preguntó al tiempo que comprendía que probablemente lo dijo así dadas todas las verduras que había traído la sigma, negó con la cabeza mientras aclaraba el asunto – No… Es de vegetales, la probé hace tiempo y es deliciosa, créeme va a gustar a pesar de que las verduras den otra impresión – le guiñó un ojo.

La promesa que le hacía, sabía muy bien que sería casi imposible mantenerla, pero era para Emma la intención lo que contaba y no pudo evitar sentirse algo halaga por esa pequeña molestia que Ben se tomaba por ella. Lo siguió hacia el exterior de la casa, no esperaba en absoluto encontrarse con lo que había allí. Lo miró todo con la sorpresa pintada en el rostro - ¡Wow! No te lo tomaste a la ligera – comentó emocionada, ella había imaginado que aprendería a limpiar heridas y hacer vendajes, pero eso era mucho mejor. Metió las manos en los bolsillos traseros de su pantalón mientras caminaba alrededor de la mesa observando los maniquíes que le resultaban un tanto tenebrosos con esas expresiones tan humanas y tan vacías. Levantó la vista hacia el delta – Gracias Ben… por tomarte todas estas molestias, realmente lo aprecio – comentó con sinceridad regalándole un sonrisa tímida. Lo pensó unos momentos, para luego hablar mientras se tronaba los dedos – Bien, me gustaría aprender a inmovilizar también, ya sabes por si algún día me encuentro con alguien con epilepsia, me impresionan muchos sus ataques – confesó sincera mientras el color volvía a teñir sus mejillas – Creo que Heimlich primero – decidió finalmente y luego lo miró con los ojos serios – Por favor, si hago algo mal no me tengas piedad -  anunció – quiero aprender a hacerlo bien o prefiero no hacerlo – era verdad, no era un juego de niños, así que lo mejor sería aprenderlo bien - ¿Listos? ¿Ya? – musitó con diversión y algo de emoción.

Río junto a ella porque seguro me imagino haciendo esas cosas al acércame a ella - De acuerdo entonces solo caminaré fuerte para no asustarte de nuevo, aunque la verdad tu salto fue gracioso - digo sonriendole de lado mirando y sintiendo esa caricia sutil. Niego de inmediato a aquello de los gatos - ¿En serio? Que aguante el tuyo Emma, yo no podría convivir con un gato en mi habitación... dejan sus pelos por todos lados, maúllan horrible cuando andan "amorosos" y no sabes cuando te atacarán... solo los soporto de bebes, hasta son algo lindos, pero una vez que dejan de ser pequeños no los quiero cerca - digo haciendo un gesto entre disgusto y asco. Río asintiendo y mirandola divertido - Si, después de años en un internado militar vine a parar con los monos... ¿irónico no? pero bueno la verdad me comportaba la mayoría del tiempo como mono en el internado, creo que fui el único en conocer todos los castigos - digo sonrojado mirándola con pena. Por una parte me tranquiliza que no vayamos a hacer una pizza vegetariana - Mmm... bueno creo que confiaré en tus gustos, debería expandir mis horizontes ¿no? Los vegetales y yo tenemos una relación de amor y odio, se que debo comerlos pero no lo hago como debería - digo con una sonrisa divertida.

Niego con una sonrisa medio arrogante - No, cuando prometo algo lo cumplo Emma, además quiero enseñarte muy bien, aunque espero que jamás necesites usar nada de esto - digo quitando esa arrogancia de mi sonrisa. La miro mientras ella observa todo el material, acercándome con ella con una sonrisa - No es nada, nada de molestias, además a lo mejor tú me haces un mayor favor al hacer que me gusten las verduras aunque sea en pizza - le guiño y asiento - Entonces te enseñare eso también, pero no tengo material para eso así que... ya vere si tenemos algo que sirva en el baño... ahora que lo pienso no tenemos botiquín aquí - digo negando con gracia, sonriendo al verla medio sonrojada, ese tono en las mejillas de las personas la verdad me gusta mucho - De hecho para la epilepsia solo debes ponerlos de lado y esperar a que pase la crisis, nada de meter cosas a la boca del enfermo, eso es peligroso - digo señalando con mi índice, como profesor regañón, pero no lo soy - Heimlich será y no te preocupes, te diré si lo haces mal  porque quiero que estés muy bien preparada en esto - le guiño y me acerco al dummie de la maniobra - Bueno empecemos con el adulto. Lo primero que debes hacer es asegurarte de que la persona se esta ahogando, aunque suene tondo debes preguntarle si se esta ahogando. Puede que no te conteste, que notes que no puede respirar o que se este agarrando el cuello o señalándolo, como sea debes tener la señal de que sí se esta ahogando la persona ¿ok? - sonrío pues se que eso es bobo, pero es el protocolo - ¿Que tan fuerte estas? - pregunto con una sonrisa divertida, porque el dummie adulto pesa algo.

Se encogió de hombros restándole importancia a sus palabras y guardó silencio pues consideró que él no vería interesantes los pormenores de su fatídica relación con la mascota oficial de la habitación 100, sin mencionar que a medida que más hablaba más se estremecía Emma pensando en su cama llena de partes de Tigre, pero pudo darse cuenta de que por primera vez en mucho tiempo se hallaba frente a alguien que parecía ser una de las pocas personas en toda California que no tenía ese ilógico amor inmensurable hacia los gatos, la expresión del rostro del delta no dejaba lugar a dudas, la sigma suspiró - ¿Qué puedo hacer? Es una de las pocas desventajas de compartir habitación – comentó sin mucha emoción, porque en realidad Tigre era un precio demasiado bajo por el que tenía que pagar para poder seguir en la 100, sus roomies eran las mejores y aguantaría más gatos con tal de seguir allí. Se pasó la lengua por los labios al escuchar la mención delos castigos, los cuales puestos en la misma oración que la palabra militar le daban mala espina a la castaña por lo que prefirió dejar correr el tema, no quería saber cosas que no podría manejar, porque se conocía, si le llegaba a parecer una injusticia algo de las historias de Ben su lado activista saldría a flote para tenerla despotricando por esos sistemas en menos de lo que canta un gallo.

No supo porque pero esa sonrisa le pareció tan fuera de lugar en el rostro del delta, aunque obvio todos teníamos lados ocultos, ladeó la cabeza suspirando, tenía toda la razón esperaba no usar los conocimientos que estaba por adquirir jamás – Es cierto – concedió – Pero prefiero poder estar lista si la situación lo requiere a quedarme con los brazos cruzados por ignorante – musitó más para sí misma que para él. Soltó una carcajada – las verduras están subestimadas, son ricas si uno sabe cómo prepararlas – ella jamás había sido una fanática de las mismas pero cuando una sale de la casa de sus padres, aprende cosas. Sintió un poco de decepción al oír que no podría aprender eso pero no dejó que le cambiara el humor además pronto esa leve sensación fue reemplazada por sorpresa y alarma - ¿Cómo no van a tener un botiquín? Le diré a Jacko – dijo frunciendo los labios, mira si pasaba algo y con ellos, siendo monos, era mil veces más probable que pasara algo. Ben no se andaba con rodeos lo que facilitaba que Emma no se perdiera en sus propias preocupaciones, la nota mental relacionada a la epilepsia fue fijada en su mente.  Acto seguido prestó toda la atención al delta, como si estuviera en una clase, de hecho lo estaba a su parecer. Frunció el ceño, no parecía muy lógico eso que decía pero por el tono en que lo hacía debía serlo – Preguntar antes y asegurarme que se está ahogando – musitó asintiendo con la cabeza. Frunció el ceño ante la pregunta, no estaba muy segura – Cargo las bolsas de las compras sola hasta la cocina – dijo con un tono de broma, para luego levantar un hombro dejando ver la incertidumbre que la embargaba – No sé, probemos… ¿Alzo el más pequeño primero y luego los más grandes? – preguntó sintiéndose algo apesumbrada por la apariencia de los dummies.

La verdad ni siquiera se porqué esa manía que le tengo a los gatos, no soy de los clásicos que tienen un trauma infantil porque un gato los atacó de pequeños, ni perdí alguno ni nada por el estilo, es simplemente que no les veo mucho el caso, no son animales con los que se pueda convivir al nivel que se puede con los perros, que son en general cariñosos y ávidos de complacer a sus dueños y pasar tiempo con ellos, se dejan querer - Bueno... pero supongo que las ventajas le ganan a las desventajas ¿no? - pregunto alzándome de brazos pues a mi me agrada vivir entre monos, será porque estoy acostumbrado a compartir habitación aunque sinceramente la idea de tener habitación propia suena bastante bien.

- Eso es muy cierto, mejor saber de mas que no saber absolutamente nada. El conocimiento es poder... en este caso poder para lograr el bien ajeno - digo asintiendo a lo que ella dice, tiene mucho mérito el que quiera aprender estas cosas sin tener realmente una obligación de hacerlo - ¿Sí? bueno tal vez pueda darles otra oportunidad - digo con una pequeña sonrisa entre apenada e infantil - Tranquila, tranquila, es solo una suposición mía, en realidad no se lo que tenemos en el cuarto de almacén en el sótano, supongo que debe haber uno si es una casa llena de monos, tranquila - digo sonriendole demasiado divertido, palmeando muy suave la espalda de Emma. Se que esa primera medida es de lo mas tonto pero bueno. Río a carcajadas y asiento, pues cargar las compras es un principio - No, empecemos por el adulto pero entonces hagamos un ajuste - digo mirando su cuerpo notando que si pongo el dummie en la orilla de la mesa quedaría a su altura y no tendría que cargarlo mientras hace la maniobra al mismo tiempo. Hago ese cambio llevando el dummie de adulto, sonriendole de lado - Listo, ahora está de tu altura y no deberás cargar nada. Segundo paso, lo ideal es no dañar mas a la persona, por lo que primero se intenta que el objeto extraño salga simplemente dando 3 golpes firmes entre los omoplatos de la persona, es decir aquí - digo señalando el sitio - Lo harás con el "talón" de la mano, dejando tu otra mano en el hombro de la persona para tener cierto apoyo - digo haciendo esos 3 golpes que suenan fuertes pero no lo son tanto - Ahora hazlo tú, pero ten cuidado de pegar con esa parte de la mano o te dañarás y no quiero eso - digo sonriendole y haciéndome a un lado.

Lo miró sonriendo tímidamente sonrojándose un tanto pues la respuesta de Ben respecto a las verduras le dio la impresión de que tal vez estaba presionando un poco más de lo que le correspondía. Se encogió de hombros mirándolo con disculpa en los ojos – Lo siento Bentley – soltó una risa suave apenada – no quise presionarte con lo de las verduras – se disculpó sin saber muy bien porqué, es que a veces podía ponerse intensa con las cosas que quería y terminaba arrastrando a todo el mundo a su lado del mundo con el único fin de hacerlos ver las cosas como ella lo hacía y la mayoría de las veces la gene accedía a sus peticiones porque ella, con sus modos pequeños, tenía una tendencia a coleccionar consentidores.

Una vez más estaba sobre reaccionando a algo pero no podía evitarlo cuando o de las sigmas o de los deltas se trataba era inevitable que sus instintos protectores se despertaran; con los monos eran más fácil que con las sigmas, quienes al ser mujeres de personalidades fuertes por lo general iban solas defendiéndose del mundo no requerían tanta protección extra sino más bien un hombro en quien apoyarse; pero con los deltas, con ellos, todo era distinto pues tener un hermano era lo que mejor conocía y sabía perfectamente las necesidades que tenían los chicos. El gesto de Ben resultó reconfortante y logró sonrojarla un poco más, no estaba acostumbrada a ello, menos en la casa delta dónde todos mantenían una distancia prudencial de ella – Gracias… Tienes razón tal vez estoy convirtiendo a una hormiga en un elefante – hizo un mohín que le otorgó un color tierno a su expresión – Tiendo a hacerlo, no puedo evitarlo – se encogió de hombros como quien dice “no puedo luchar contra ello”.

Lo observó con atención y curiosidad acomodar al dummie para dar inicio – Son como bastante reales ¿cierto? – preguntó mirando al maniquí con el ceño fruncido – Lo que intento decir es que en lo posible son lo más parecidos a los humanos – aclaró sabiendo de antemano que sus palabras tal vez no hayan estado del todo comprensibles. Asintió ante la explicación del cambio, aunque no estaba segura de que fuera lo mejor pero ¿quién era ella? Él era el experto en el asunto. Se tocó lo que Bentley denominó como el “talón” de la mano - ¿qué tan fuerte lo golpeo? – pregunto algo afligida ante la posibilidad de hacerle más daño con esa acción a la víctima en cuestión. Frunció más el ceño al verlo hacer la acción y lo miró sorprendida al oírlo decir que no tuviera cuidado – ¿Estoy por pegarle a alguien en la espalda y te preocupas por mi mano? – preguntó divertida en un intento de relajarse un poco. Suspiró mientras se ubicaba a lado de su “paciente” – Ok… Aquí vamos profe – anunció relamiéndose los labios con cierto nerviosismo. “En sus marcas… Listos… ya” pensó y con determinación repitió las acciones del delta, enfocándose en usar la parte correcta de la mano, uno… dos.. tres… le dolió un poco y la mano que estaba apoyada en el hombro estaba fuertemente tensada, lo cual de ser un caso realmente probablemente hubiera hecho algo de daño a la persona. Lo miró con la incertidumbre tallada en el rostro - ¿y bien? – preguntó levantando las cejas.

La miro con curiosidad en cuanto escucho que parece disculparse de algo, algo que segundos después me aclara, haciéndome reír bajo mientras niego con mi cabeza - No te preocupes, para nada me presionas, en serio. Además creo que debo considerar seriamente incluir las verduras de mejor forma en mi alimentación... no quiero perder mi condición física y terminar como Homero Simpson en unos años - digo riendo mas divertido, guiñándole para que se relaje.

Se que al ser la hermana de Jacko todos los monos debemos mantener... cierta distancia tanto física como afectiva con ella, pues es fácil adivinar que él nos castraría si no fuese así, pero ella me cae muy bien y no le veo nada malo a frecuentarla... o eso espero mas bien, igual... por le momento no es que quiera ir a decirle a Jacko que le estoy dando clases privadas de primeros auxilios a su hermana. Quito mi mano de forma suave y sutil de su espalda notando ese tono en sus mejillas - Bueno creo que solo es instinto protector y eso no tiene nada de malo. Parece que Jacko y tú comparten eso, aunque no me imagino a Jacko cuidándonos si nos enfermamos de gripa o algo así - digo riendo ahora divertido con la imagen de Jacko sentado al lado de la cama de algún mono poniéndole compresas para la fiebre o llevándole caldo de pollo... simplemente se me hace demasiado cómico e improbable, seguro el nos daría un zape, unas pastillas y una botella de agua y listo, que tampoco los monos somos en general mucho de dejarnos cuidar tanto.

Miro a los dummies y asiento - La verdad... en la luz del día no se ven tan horripilantes pero de noche... creo que fácilmente podrías imaginarlos moverse solos. Pero bueno el fin es que sean lo mas parecidos a nosotros y así saber que hacer en la vida real - digo palmeando la cabeza del dummie adulto. Me agrada mucho notar esa atención que parece ponerme a las indicaciones que le doy, eso augura un muy buen resultado y una persona mas que puede salvar vidas - Pégale como... un poco mas fuerte de como le pegarías a un bote de catsup que tiene ya muy poca y no quiere salir - digo tratando de explicarme lo mejor posible. Me alzo de hombros - Sin rescatista ambos están en peligro, así que de hecho primero estás tú - digo divertido pues eso es algo, aunque suene frío, cierto - Además simplemente no quiero que te lastimes en una práctica... digo... sería un muy mal profesor si eso pasa - digo rascando mi nuca de forma algo nerviosa, al igual que la sonrisa ladeada que hago. Asiento y la miro detenidamente, acercándome de nuevo cuando acaba - Bueno estuvo bien como primer vez pero... debes hacer los golpes un poco mas fuertes, piensa que la finalidad es que con ese golpe el propio cuerpo expulse el obstáculo respiratorio. Además haz los golpes menos seguidos que si no de verdad parece que lo estás golpeando - digo riendo y me acerco - Permiteme... - digo poniendo mi mano sobre la suya - Ponte flojita y nota la fuerza que hago - digo antes de hacer los golpes pero con su mano para que note la diferencia - ¿Ves? Ahora tú sola, y cuando lo hagas en un humano no temas de que le dolerá, créeme que es lo último que pasará en la mente del ahogado, lo que querrá es respirar -

Se encogió de hombros sonrojándose otro tanto ya que de todas las comparaciones que había recibido con su hermano, ninguna estaba vinculada al  instinto protector, como había dicho Bentley, por lo general Emma siempre era la protegida y Jackson el protector, así eran las cosas, por lo que cuando el delta dijo aquellas palabras se sintió bien ya que siempre había admirado esa tendencia de su hermano, quien a pesar de esa personalidad burlona que daba la impresión de que no le importaba nada y que era algo duro, poseía un gran corazón; y ella siempre quiso parecerse a él en ese aspecto, al parecer comenzaba a lograrlo. Soltó una risa llena de ternura – No yo tampoco lo creo – dijo entre risas, ciertamente era una escena poco probable, aunque no del todo imposible o tal vez sólo ella lo consideraba así, porque sí veía a Jacko cuidándola a ella o a Lili sentado al pie de la cama, pero se guardó ese comentario para no dañar la reputación de su hermano.

Ladeó un poco la cabeza – Sí, espero jamás cruzarme con alguno de noche entonces, me asustaría de muerte – bromeó a medias, pues sabía que sería terrorífico para ella teniendo en cuenta lo impresionable que era. Levantó un hombro en señal de incertidumbre – Tienes razón, después de todo uno no puede ponerse a practicar estas cosas con humanos – fijó la vista en el dummie con algo de melancolía en su interior, tan real y no era más que un muñeco, sintió pena por él ya que por alguna razón le seguía dando la impresión de que tendría que tener sentimientos, le pidió una disculpa mental por los golpes que le daría, no pudo evitarlo.  Trató de darle una magnitud a “un poco más fuerte de cómo le pegarías a un bote de cátsup” , miró a Ben con confusión en los ojos – Yo no les pegó, los sacudo hasta que salga algo – dijo repitiendo el gesto con las manos para que entendiera mejor de que hablaba y esa mímica le dio un ataque de risa breve, ya que se sintió algo estúpida haciéndolo.

Una vez recuperada de ese lapso de incoherencia, suspiró – No digas eso, no siempre es culpa del maestro, a veces hay alumnos pésimos que no pueden ser salvados  - comentó con una sonrisa aunque sabía que ella no era tan torpe y que podría sortear el ejercicio con facilidad. No lastimarse entonces.  Lo notaba algo nervioso pero no llegaba a comprender las razones por lo que se detuvo un instante – Oye no estés nervioso, no es como si esto fuera tan de vida o muerte, podemos seguir practicando más días hasta que me salga, no es necesario que aprenda hoy mismo – aclaró amablemente preguntándose si se encontraba frente al único mono perfeccionista de la historia de Ucla.  Una vez terminada su primera ronda de golpes lo observó con la interrogante en el rostro, lo observó acercarse y dejó que la guiará – Ok… Prestaré atención – musitó mientras dejaba que le mostrara la forma correcta. La repentina cercanía era algo nuevo pero no en una forma mala, de hecho se sentía cómoda ya que Ben le inspiraba confianza. Frunció el ceño ante la pregunta, asintió con la cabeza, había notado la diferencia, le faltaba intensidad a sus golpes y lo más probable es que se debiera a la falta de fuerza que tenía, tal vez tendría que considerar hacer algo de ejercicio para tener algo de fuerza lo que jamás era malo. De pronto cayó en la cuenta de que Ben seguía hablando – Si, no lo había considerado así – respondió pensativa pues él tenía razón, en la desesperación de conseguir aire dudaba que alguien se preocupara por un par de golpes – Aquí voy de nuevo – anunció y repitió el ejercicio de la misma forma que antes, pero con las correcciones del delta, golpes más intensos y más seguidos. Necesitaba aprender a hacerlo y sabía que podía lograrlo.

- Si, la verdad que creo que Jacko no se vería nada bien con uniforme de enfermera, con todo y el gorrito ese gracioso que usan... no tiene las piernas para lucirlo - digo riendo aún pues si Jacko supiera lo que estoy diciendo ya me imagino que tantos zapes me habría dado ya.

Asiento mirando con desconfianza el dummie mas cercano - Bueno que tampoco tendría nada de sentido que te encontraras a uno por la noche, no tendrías nada que hacer en la facultad de Medicina - digo alzandome de hombros con cierta sonrisa divertida - No, eso sería algo doloroso para el incauto que se preste a eso, a mi ya una vez me dieron compresiones y duele mucho - digo pasando inconscientemente mi mano sobre el pecho, recordando. Creo que al final de todo mi analogía con el famoso y clásico bote de salsa catsup no sirvió de mucho - Ehmmm... bueno entonces olvida eso, creí que todos hacíamos lo mismo con esos casos - digo riendo bajo y alzandome de hombros. Una risa corta sale de mi cuando escucho lo que dice, dejando mi nuca en paz - Bueno ojalá no seas de esos alumnos Emma - digo mirándola con gracia.

La miro con los ojos entrecerrados cuando me dice eso - Yo no estoy nervioso Emma, solo quiero que lo aprendas muy bien - digo con una sonrisa muy relajada. Parece que con la práctica directa se entiende mejor a veces, o por lo menos conmigo pasa así, la teoría siempre suele aburrirme y me cuesta un poco mas de trabajo de entender a que si lo ponen de una forma práctica o didáctica - Así que relajate - digo riendo bajo, mirandola cuando repite la acción por si sola. Ahora se ve muy diferente, con mas firmeza y decisión que antes - Muy bien Emma, así era. De igual forma sería bueno que practicaras con la cátsup que tengan en Sigma. Ahora... vamos a la maniobra como tal. Si con estos golpes que acabas de practicar no logras que lo que sea que obstruya la vía aérea de la persona salga... debes hacer la maniobra. Si es una persona consciente no debes hacer ningún ajuste a esta, si la persona pierde el estado de alerta debes recostarlo en el piso, o... si no alcanzas a rodear de forma adecuada su torso como ocurre con las personas con obesidad - digo recordando lo aprendido, tratando de ser lo mas claro posible - Lo primero es acomodarte tú. Con los pies abiertos digamos a la distancia de tus hombros, uno un poco mas adelante que el otro, por si al final la persona se desmaya puedas aguantar eso y no caigas junto con él o ella ¿ok? - digo imitando lo que digo, parándome con los pies separados y en línea con mis hombros, uno delante del otro - Luego pasas tus manos alrededor del torso del paciente, si eres diestra con la derecha formas un puño, dejando el pulgar afuera y apuntándolo hacia adelante... como el "like" del facebook - digo riendo por mi tonto ejemplo - Vas a intentar encontrar el punto medio entre el ombligo y el final del esternón y ahí es donde apuntarás con el pulgar. Con tu mano no dominante cubres el puño y haces un movimiento hacia adentro y arriba, rápido, firme y fuerte - digo haciendo todo lo que digo lento, haciéndolo con el dummie que puse en la orilla para ella, haciendo la maniobra 3 veces - Ahora tú - digo dándole el espacio.

No pudo evitar ponerse a la defensiva – No te rías del él – musitó, dándose cuenta de que había sobre reaccionado una vez más, lo dejó pasar no sin antes hacer una nota mental en la que se decía a sí misma que tenía que dejar de tomarse tan en serio las cosas que decían los deltas, después de todo eran eso, bromistas por excelencia. Siguió la línea de su mirada pero no consiguió hacer lo mismo con la línea de su pensamiento - ¿Qué haría alguien en la noche en la facultad? – preguntó y luego lo pensó mejor - ¿ustedes no hacen prácticas nocturnas como guardias? Es que yo siempre pensé que era así – comentó más para sí misma que para él, siempre había tenido fija esa idea, gracias a eso de que los estudiantes de medicina no tenían vida y eran unos zombies andantes, Ben no parecía ser de esos. Se sorprendió un poco al oír que él realmente había servido de víctima, paciente, como se prefiera - ¿A qué te refieres con compresiones? – preguntó una vez más, odiando sentirse tan ignorante pero es que siendo estudiante de literatura poco y nada comprendía de la jerga que utilizaban los miembros de aquella facultad al hablar.  Se sintió algo mal por no haber entendido su analogía, ya que pareció realmente intentar encontrar la mejor forma de ilustrarla, se encogió de hombros sonriendo amablemente – Mmm…. Puedo prometerte que daré mi mejor intento – sonrió ampliamente.

Al parecer era ella la que estaba dada vuelta, sacudió los brazos como hacían esos del teatro para soltarse, no se sentía tensa pero sí la obligaran a admitir la verdad, lo estaba un poco, pero no porque sintiera presión proveniente del delta sino porque ella misma se presionaba, era así en casi todo lo que hacía con algunas vagas excepciones. Sonrió al recibir la aprobación de su maestro, y no borró esa sonrisa mientras lo escuchaba a hablar, la sensación del deber cumplido era magnífica. Asintió a lo de practicar con el condimento y entonces una idea se le ocurrió, sin embargo esperó a que él terminara de hablar para exponerla. Pero tan pronto como el delta siguió la explicación a la castaña se le olvidó la idea ya que tuvo que prestar suma atención a sus palabras. Era mucho para procesar y deseó tener una libreta para anotarlo, pero como Bentley era Bentley supo que él no se molestaría si ella preguntaba veinticuatro veces la misma cosa. Abrió los pies como el indicaba y se preguntó si podría ser capaz de no caer con la persona, necesitaba tonificar sus brazos - ¡vaya! No cualquiera puede hacer esto – musitó con tono serio. Imitaba todo lo que decía, sonriendo ante sus referencias las cuales eran bastante creativas considerando que para estudiar lo que estudiaba él por lo general las personas eran más analíticas que creativas, y sin embargo también requerían una mente muy abierta.  

Se acomodó como él dijo y en el momento de llevar a cabo las acciones, se dio cuenta de que no había comprendido absolutamente nada, se le olvidaron todas las instrucciones, realmente era mala en esto. Suspiró afligida sonrojándose un poco – Lo siento Ben… No sé que hacer - y se preguntó si sería capaz de controlar sus nervios cuando estuviera sucediendo realmente – Vamos paso por paso desde aquí – pidió algo preocupada, realmente quería aprender – Separo los pies y hago lo del Facebook – lo hizo tal como él lo había explicado - ¿y ahora? – preguntó mirándolo.

Río con mas ganas al escucharla tan defensora del honor de Jacko, se ve algo tierna haciendo eso, pero después me calmo - No me río de él, solo de la imagen que me llego a la cabeza de él, es obvio que nunca en la vida se vestirá así, tranquila - digo mas relajado. Asiento mirando a Emma - Claro que las hacemos, de hecho son toda la noche y madrugada y son horriblemente pesadas. Pero las hacemos en clínicas privadas u hospitales, acá en la facultad solo son las clases y prácticas de clase, no las prácticas clínicas - digo solo como dato para que sepa que no tendría que encontrarme un dummie en la noche - Ah... a lo que se hace en el RCCP, la respiración boca a boca y ese asunto que parece fácil en las películas. Las compresiones son esa especie de "recargones" que se hace sobre el pecho ¿sabes a lo que me refiero? - pregunto con curiosidad pues eso es algo que le enseñare después - Bueno pues con eso basta Emma, tú tranquila - digo alzandome de hombros pues aunque quiero que aprenda bien, tampoco es para que se estrese, de verdad espero que jamás deba utilizarlo.

A veces me suelto a hablar como un verdadero perico y lo se, pero no me di cuenta de que lo hice en este momento de la explicación hasta que vi la cara de confusión de Emma - Pues podría decirse que no pero las cosas suelen ser mas de maña que de fuerza en realidad - digo con una pequeña sonrisa. Espero a que intente ella la maniobra pero cuando regresa esa mirada confundida acompañada por todo un gesto de lo mismo me río bajo acercándome un poco - Tranquila que se que soy como periquito a veces - digo divertido - Claro, paso a paso - susurro poniéndome a su lado pero dándole su espacio - Tienes que sentir el hueso del esternón, este que tenemos enmedio del pecho, justo donde termina es la zona importante. De ese punto al ombligo divides a la mitad la distancia y ahí pones el dedo de la mano del Like - digo esperando a que haga lo que le digo pues el dummie tiene ombligo y se siente el esternón.

Cuando notó la reacción del delta supo que se había extralimitado y se confundió un poco, jamás se había considerado una persona dramática, tal vez lo era, un poco. Soltó una risa al escuchar su explicación y luego bajó la mirada – Lo siento, no te estaba retando ni nada y sí…. – dejó la frase colgada, se sonrojó un poco debido a la traición que sintió al reproducir la imagen que Ben pintaba de su hermano – Es un tanto graciosa – soltó unas risas suaves, relajando por completo el breve momento de tensión.  Lo miró con atención mientras escuchaba la explicación, después de todo no había estado tan equivocada – Me imagino – murmuró – Debe ser horrible, es decir, uno está cansado y tiene que permanecer alerta – se encogió de hombros – Una vez que te acostumbras al ritmo de algo es más sencillo pero acostumbrarte debe ser difícil, aunque dicen que hay que repetir una actividad durante sesenta días para que se convierta en costumbre y ya luego es automático – comentó algo pensativa.

Todo el asunto de las compresiones se le antojó doloroso y sobre todo complejo, siempre le daba impresión el pecho de una persona, a pesar de los huesos que la protegían le parecía demasiado frágil para lo que contenía. Apretó los labios en una línea pensativa – Si… creo que eso lo dejaremos para otra clase – no sabía por qué razón pero de pronto comenzó a sentir algo abrumada por el asunto y comprendió de paso, que había elegido bien quedándose con sus libros no tenía la fuerza para hacer algo relacionado a la medicina. Estaba en desacuerdo con Bentley y como repentinamente se sentía muy cómoda en su presencia decidió no ocultarlo, después de todo con los amigos era con los únicos que se podía debatir abiertamente sin consecuencias, ya que todo se perdonaba, casi todo. Lo miró con el ceño fruncido mientras negaba un poco con la cabeza – No estoy en esto contigo, no puede ser algo de maña – expresó con firmeza – Es la vida de alguien – susurró, su tono era amable y suave, para nada hostil incluso cuando expresaba una contrariedad a la opinión del delta.

Agradecida era como estaba cuando se acercó para ralentizar la práctica, pues comenzaba a liarse y no tenía vergüenza de verse expuesta, después de todo no era un examen en el que no podía fallar. Se encogió de hombros – Solo un poco, pero es el verde delta lo que ayuda a causar esa expresión – bromeó guiñando un ojo. Volvió a centrar su atención en la explicación y ésta vez sí comprendió a la perfección – Ok – musitó mientras buscaba el hueso del esternón evocando la sensación que sentía al tocar el propio y luego hizo la cosa del Facebook,  funcionó al parecer y entonces… sintió hambre. Miró al delta, sintiéndose sumamente parecida a Jackson en ese instante - ¿Y si comemos? Ya me dio hambre, podemos seguir después – sugirió sonriendo ampliamente, deseando haber preparado todo con anterioridad – Claro si es que tienes tiempo, y creo…. Que mejor pedimos algo, ya haremos la pizza otro día… Realmente tengo hambre – abrió los ojos para darle importancia al asunto, realmente tenía hambre.

Con mirar su reacción noto que para nada esta enojada - No te preocupes Emma, sinceramente no suelo tomarme los regaños muy en serio. Es razonable que defiendas a Jacko de cualquier burla, es tu hermano a final de cuentas - digo alzandome de hombros, por completo tranquilo con esa forma en la que la Rochtman menor defendió al mayor. Suspiro de forma larga y algo cansada de solo recordar las prácticas clínicas - Pues la verdad si que son pesadas, o tal vez solo es que no me he acostumbrado aún pero por lo menos soy bueno en eso de dormir pocas horas y funcionar medianamente mejor que los demás, aunque me gusta dormir puedo sobrevivir haciéndolo solo 3 o 4 horas al día - digo alzando mi hombros, por algo escogí Medicina y no he renunciado - ¿Sesenta días seguidos? pues... creo que ya pase ese tiempo, ya puedo considerar una costumbre el levantarme temprano a hacer ejercicio y luego ir a la facultad ¿no? - digo con una pequeña sonrisa de lado - Pero 60 días seguidos de prácticas... eso no creo que nadie lo soporte -

- De acuerdo, por ahora con que aprendas a hacer la maniobra y no se, inmovilizar brazos, dedos y piernas es mas que suficiente, que también mucha información de golpe termina por no quedarse para nada comprendida - digo asintiendo mirando si tengo lo necesario para las inmovilizaciones y creo que sí. Suspiro y ruedo los ojos, pues creo que al final Emma malinterpreto a lo que yo me refería mencionando aquello de la maña vs la fuerza - No me refiero a que no me tome en serio esto Emma, soy estudiante de Medicina, la vida de los demás es en realidad lo único que no me tomo a juego. A lo que voy es que no necesitas tener músculos para poder hacer esta maniobra, solo es cosa de saber hacerlo con la maña suficiente para que tu masa muscular no sea factor decisivo - digo tratando de explicarme mejor.

La miro con los ojos entrecerrados y enseñando la lengua, sí un hombre de mi corpulencia comportándose como niño... irónico - Solo porque me encanta mi tono verdoso delta no te diré nada ni te tocará un ataque de cosquillas - digo divertido recomponiendo mi gesto a uno mas acorde a mi edad. La miro expectante pero justo cuando encuentra el punto perfecto para la maniobra me sale con ese gesto al parecer Rochtman de fábrica - De acuerdo, será mejor comer algo que si te desmayas Jackson me mata - digo con una sonrisa divertida, moviendo el dummie mas hacia dentro de la mesa para que no se caiga - De acuerdo, solo espero que nadie se coma lo que trajiste, ya sabes como somos - digo divertido pues algunos somos capaces de comernos a cucharadas la salsa para pizza solo por hambre. Le hago una seña con la cabeza para que me siga hasta la sala de estar. Ya ahí me desparramo (que lo mío no es sentarme muy rectamente) en el sofá grande, sacando el celular para marcar a la pizzeria - ¿De qué la quieres? - pregunto antes de escoger del cajoncito de la mesita de mi lado del sillón la propaganda de la pizzería predilecta de los Delta, pasándosela para que vea las combinaciones de sabores - La que sea que no tenga piña ni chorizo o frijoles - digo esperando a que contesten.

Sonrió ante sus palabras, ella tampoco era de esas personas que requerían varías horas de sueño, era más bien una madrugadora nata a fuerza de costumbre impuesta por sus padres y que ni siquiera los horarios vespertinos en la universidad consiguieron desarraigar de su ritmo de vida. Sin embargo tampoco se veía viviendo al cien por ciento con apenas tres o cuatro horas de sueño, seis era su mínimo, de lo contrario el dolor de cabeza la perseguía. Se relamió los labios mirándolo algo confusa – No lo había pensado, es verdad – murmuró en tono de voz baja – no creo que se pueda aguantar eso – confesó finalmente antes de sonreír por su despiste.

Estaba totalmente de acuerdo con él, la información necesitaba ser procesada, a veces no era tan compleja y bastaban unos escasos minutos en los que la mente se despeje para asimilar la nueva información pero en este caso, en el que tanto intelecto como el físico intervenían dudara que bastara un breve receso. Una vez más sintió que se había propasado, ¿desde cuando era tan intensa? Además Bentley no hacía nada para que ella le buscara pelea de esa manera, aunque siendo sincera no es que la buscara simplemente aparecía de la nada – Lo siento Ben… no sé que me pasa hoy – musitó sonrojándose una vez más, avergonzada por esa descabellada actitud que llevaba puesta todo el día – Entiendo tu punto, supongo que ando distraída y por ello no consigo entenderte del todo – se quedó algo pensativa pues estaba segura de que no era el caso sin embargo no era el momento de una evaluación introspectiva.

Soltó una risa por sus palabras – Los ataques de cosquillas deberían ser ilegales, al menos que lo haga yo – bromeó divertida. Se encogió de hombros ante la mención de su hermano y un desmayo – Tampoco estoy tan desesperada, aviso a tiempo – le comentó con tono alegre mientras ingresaba al interior de la casa delta.  Sonrió ampliamente – No pasa nada, ya puedo venir un día a comerles su comida a cambio de lo traje – bromeó mientras se acomodaba al lado contrario del sofá – Mmm… a ver – musitó, mientras leía la cartilla, conocía esa pizzería y era buena – Nada de eso me gusta tampoco, así que tranquilo ¿doble queso y papas fritas? – preguntó sonriendo, amaba las papas fritas no podía no pedirlas - ¿Hay refrescos o cervezas? O ¿tenemos que pedirlo también? – preguntó por las dudas, le había agarrado el gusto a beber cerveza con pizza, un poco más que un vaso pero no quería ser la única en beber alcohol así que un refresco no le vendría mal, le regresó la cartilla - ¿Dónde está el control de la tele? – preguntó buscándolo con la mirada en ese desmadre – o el del equipo de música en su defecto.

Asiento mirando como parece que medita un poco aquello de pasar tantos días con un "hábito" de prácticamente no dormir - Es humanamente imposible... ya con 3 veces a la semana es una verdadera joda, pero creo que incluso al ser Medico titulado y ejercer, la joda es mayor pero bueno, no podría estar en otra carrera - digo muy determinado, que es lo que cuenta.

Doy un suspiro hondo antes de hacer un ademán con la mano, quitando importancia al asunto pues yo no suelo tomarme demasiado a pecho las cosas, solo si son literal y directamente contra mi persona - No te preocupes... todos llegamos a tener días raros. Tal vez andas estresada por algo - digo mirándola como en un intento de hacer una pregunta muda sobre esto último - ¿Muchas tareas? Tal vez deberías tomarte un fin de semana de descanso... irte a algún lado con tus amigos, solo a relajarte y desconectar del mundo. Eso siempre sirve - digo por experiencia pues no por nada acepte aquello de salir con Mels y su jefe a acampar, se que será una válvula de escape a todo lo que traigo dentro.

- ¿Qué conveniente es eso para ti no Emma? eso es trampa, todos tenemos derecho a disfrutar de hacer sufrir a los demás a base de cosquillas - digo con una sonrisa divertida - Entonces da un buen grito antes de desmayarte para evitar que des directo en el piso - digo con gracia y algo de burla. Ya echado cual vaca sobre el sillón y esperando que atiendan sigo bromeando con ella - Te aconsejo venir días después del inicio de mes, la despensa estará llena aún - Me atienden y solo asiento a lo que ella dice mientras pido una pizza grande doble queso con pepperoni y una orden grande de papas fritas - Hay de los dos en el refrigerador, último cajón de la izquierda - digo tapando la bocina mientras me repiten la dirección de la casa - Listo, en 25 minutos llega la comida... según. El control remoto... ehmmm... - digo buscando y lo encuentro debajo de uno de los cojines - ¡Aquí! Ten... ve lo que quieras, menos cosas de niñas eh - digo alzando una ceja.

Se encogió de hombros, pues jamás pensó que sería del tipo de chicas que parecían estar estresadas todo el tiempo y odiaba la sola idea de convertirse en ello. Sonrió con ternura, ante los consejos de Ben, quien una vez más demostraba una actitud sabía, se relamió los labios – Es que creo que me cuesta retomar mis tiempos de antes – confesó sonrojándose un poco – luego del viaje pues aún ando acostumbrándome a los ritmos de California, la universidad y el trabajo, pero  tampoco es tan grave como andar estresada – entonces sonrió en un intento de relajar las cosas – debe ser el hambre, ya sabes, nos deja irritables a los Rochtman no poder comer – bromeó guiñando un ojo, en un gesto de complicidad.

Soltó un par de carcajadas ante su respuesta referente a las cosquillas – Es que ahí está el error – aclaró levantando un dedo, como si fuera la persona más experta en el tema – Tú piensas en hacer sufrir a la gente, para mi es sacarles una sonrisa – comentó divertida, sin poder creerse lo descarada que estaba siendo, pero como era broma no sintió culpa. La imagen de ella misma gritando para luego caer inconsciente le arrancó otras carcajadas – Eso es tan de Disney – arrugó la nariz – además uno no puede hacer mucho antes de desmayarse… Eso creo al menos, jamás me pasó – musitó encogiendo los hombros.

Lo miró hablar con la gente de la pizzería, y asintió ante sus indicaciones – Ya vuelvo – se dirigió a la cocina. Era increíble la familiaridad que tenía la casa delta para ella, aunque sabía que no era un privilegio exclusivo para ella, eso era lo que tenían los deltas, todo el mundo se sentía en casa en su casa. Tomó un par de cervezas y un refresco, por si Ben quería uno, volvió a la sala justo a tiempo para verlo cortar la llamada, dejó las bebidas en la mesa, tomó su botella y se la tendió, Sebastian había intentado enseñarle a abrirlas pero aún se tenía desconfianza - ¿Me la abres por favor? – preguntó con amabilidad tomando a cambio el control – Define cosas de niñas – dijo divertida iniciando el zapping en busca de algo interesante.

- ¡Cierto! Anduviste de viaje un tiempo ¿no? ¿A dónde te fuiste? Jacko solo una vez me mencionó, muy por la superficie eso, en realidad solo supe que andabas de viaje y ya - digo riendo y alzandome de hombros pues a veces no pongo atención a lo que me dicen, o mas bien solo pongo atención cuando de alguna forma las cosas me afectan directamente. Río y asiento pues ya mas de una vez he visto a Jacko con hambre y es un tirano. Ruedo los ojos con una pequeña sonrisa en los labios - Bueno que tampoco lo hago solo para hacer sufrir a los demás, a final de cuentas con las cosquillas ríes - Y cuando ríes no puedes pasártelo mal - A mi ya me paso una vez y si puedes avisar antes... sientes las piernas raras y un cosquilleo raro - digo recordando vagamente ese episodio del que no quiero acordarme mas.

Miro lo que trae de la cocina, sonriendo - Supongo que el jugo es para ti porque yo solo tomo jugo en el desayuno - digo con diversión. Hacemos cambio de cosas, control por cerveza - Claro - digo con gracia pues es muy común para mi acabarles abriendo las cervezas a las chicas - Cosas de moda, de romance, de chismes... creo que solo eso, porque los programas de comida la verdad me gustan aunque me abren el apetito de gran forma . Entonces fuera de lo que te dije podemos ver lo que sea en lo que llega la comida - digo regresandole su cerveza y abro la mía, subiendo los pies en la mesita de café.