ALTO AHÍ!!!//Kendall D.Thomson

~28 de febrero~

Después de lo bien que se habían portado muy bien conmigo ayudándome con aquel dibujo que tenía que hacer sobre el cuerpo humano. A pesar de la gran vergüenza que pasé. Por que seamos sinceros, tenía que estar más roja que un pimiento. Así que cuando estuvo calificado y todo eso decidí dárselo como regalo. Quizá y no lo querían, pero en su momento habían dicho que les gustaba y me pareció buen plan dárselo. Al final, yo ya no lo necesitaba para nada de las clases así que incluso si querían tenerlo metido en un armario tampoco es que fuera a enfadar ni nada parecido, vaya. Esperaba que no se sintieran obligados a colgarlo si no lo querían. Pero esa idea vino a mi mente demasiado tarde. Cuando ya estaba cruzando las puertas de la fraternidad y no era momento de echarme atrás.

No me sorprendió que hubiera algo de desorden por allí. Pero al entrar en la cocina había un skate en el suelo y terminé estampándose contra la mesa de la cocina. Con tan mala suerte que un vaso cayó al suelo y se rompió. Solté un suspiro apenada por lo que acababa de pasar. Pero aun más cuando un chico entró con un bate de baseball en la mano y me llamó ladrona. -¿Que? Yo no soy ninguna ladrona.- Le dije sorprendida. No lo conocía más que de vista. Pero alguna vez nos habíamos cruzado antes en la casa. ¿Por que me llamaba ladrona? No lo entendía. -Venía a traer una cosa y me tropecé con el skate que estaba ahí en medio.- Le expliqué. No creía que fuera a darme con el bate, pero aun así el hecho de que lo tuviera en alto apuntando hacia mi no me daba mucha confianza de todos modos. -Soy Kendall...ya nos hemos visto alguna vez por aquí.- Seguía sin entender por que ni siquiera le sonaba.

-Bueno, eso igualmente no me hace una ladrona. Estamos en una universidad. Somos muchos como para conocernos entre todos.- Aun se me había raro que no me reconociera o que mi nombre no le sonara de nada. Pero de todos modos estaba intentando apelar a su lógica. ¿A caso tenía pinta de ladrona? No sé, creo que me faltaba el pasamontañas y todo eso. Creo, de hecho, que si fuera una ladrona habría tenido más cuidado de no hacer ningún ruido, vamos al menos eso creo yo. Un ladrón no suele ser tan torpe.

-¿Que estás haciendo?- Abrí los ojos de par en par cuando vi como llamaba a la policía por su teléfono. Ni loca quería pasar la noche en un calabozo ni nada parecido. Solté un suspiro y como pude, entre el rollo y todo eso, me las arreglé para sacar el carnet de estudiante de mi bolso y se lo mostré. -¿Ves?- Y si hubiera tenido algo que me acreditara como amiga de algunos monos lo habría enseñado, pero no tenía ninguna foto en mi móvil y seguro que si me dedicaba a sacar el dibujo pensaría que intentaba sacar un arma o algo así. Realmente parecía estar un poco fuera de si el chico. Ni siquiera podía recordar su nombre ahora mismo. -No he robado nada.- Repetí. Habría cogido el teléfono y se lo habría explicado yo misma al oficial. Pero lo cierto es que hacer algo así me parecía un poco irrespetuoso. Por que lógicamente él no me iba a dar el teléfono y tendría que quitárselo.

El chico me estaba poniendo bastante nerviosa. Y eso que yo tengo paciencia de sobra. Pero estaba llamando a la policía acusándome de ladrona. Yo no quería terminar detenida, pasando la noche en una celda de comisaría ni nada parecido. Ni siquiera recordaba su nombre y eso no me gustaba nada. A veces soy muy despistada, pero ahora mismo eso estaba siendo realmente malo para mi.

Suspiré un poco sin saber que más decirle para que me creyera. Por que lo del carnet de la universidad no había funcionado. Al final entró en razón pero la policía ya estaba en camino. Me sorprendió un poco que me mandase ir a su cuarto. Pero era la única idea para evitar que no me detuvieran. Sobre todo siendo por algo que yo no había hecho. Así que lo seguí a su dormitorio escaleras arriba y me quedé allí dentro esperando a que él volviera después de hablar con la policía. Y la tonta de mi aun no recordaba como se llamaba el chico. Pero seguro que le conocía de antes.

No tardó mucho en volver y venía solo. Así que había conseguido convencer a la policía de que la ladrona se había ido o algo parecido. -No pasa nada...esta bien.- Dejé ir un suspiro. Supongo que sin reconocerme no era tan raro que se sintiera confuso e incómodo por que yo entrase en la casa Delta sin llamar. Pero ya me había acostumbrado a eso por que conocía a todos o casi todos los chicos. -Bueno...tú ya sabes como me llamo. Pero yo aun no sé tu nombre.- Dije sonriendo un poco con timidez. Teniendo en cuenta lo que había pasado no quería acabar a mal con él solo por un malentendido. Simplemente no me gustaba estar a mal con nadie y ya.

-Tranquilo...supongo que si no me reconoces no es tan raro que pensaras eso.- Era un poco de paranoico en mi opinión. Pero yo no voy a juzgarlo ni nada. Cada uno es como es. Supongo que no soy tan llamativa como para que me recuerde. En cierto modo hasta hace unos meses no hacía más que tener un bajo perfil, sentaba en el césped de la universidad dibujando o en un pupitre en la parte de atrás de la clase. -Si, Kendall.-Confirmé sonriendo un poco con timidez, como siempre. -Fran, si ahora lo recuerdo.- Respondí rápido. imaginaba que era Francisco, pero bueno solo había escuchado que lo llamaban Fran. Creo recordar que nunca nos habían presentado realmente. Así que fue más bien cosa de conocernos de vista y poco más. Aun así no tanto como para que pensara que era una ladrona.

-Eres amigo de Bentley...No me acordaba de eso tampoco. Soy muy despistada, lo siento.- Admití. -Es muy buen chico. Siempre me lleva de fiesta.- Bromeé un poco. Por que él siempre me convencía para salir. Bueno...sinceramente me gustaba salir de fiesta con él. Aunque el alcohol no me hacía precisamente mucho bien, todavía no estaba acostumbrada a las borracheras que me pillaba cuando salía con los monos o con mis hermanas Sigma. -Vale, me parece bien. Acepto eso.- Se me hacía un poco raro ir a comer con él por que aun no nos conocíamos demasiado. Pero era un buen momento para que eso cambiase. -Casi se me olvida. ¿Sabes si Jackson o Andrei están por la casa?- Por un rato había olvidado el dibujo. -Es que hace un tiempo me ayudaron con un dibujo para clases y la profesora ya nos lo devolvió. Así que quería dárselo a ellos.- Comenté. -También se lo puedo dejar en su cuarto si me dices donde está. - Esto de entrar a cuartos donde dormían chicos se me hacía algo incómodo. Solo lo había hecho en mi casa, pero eran mis hermanos y eso no contaba mucho como chico chico. Pero como no estaban dentro pues era distinto.

-Gracias.- Supongo. Quiero decir, ya sé que no parezco una ladrona. Aunque bien pensado, ¿quien lo parece? ¿Alguien que va de negro, a hurtadillas y con una palanca en la mano? No sé. Ahora ya no importa, eso seguro. Así que prefiero no pensar más en ello, ya está todo solucionado y no hace falta hablar más del tema. Espero que no hablando más de ello Fran se de por aludido y tampoco hable más. -Si, es muy buen chico.- Comento sonriendo un poco de nuevo, aunque siempre con timidez. Antes, como estaba un poco alterada con el tema de que creyera que era una ladrona mi timidez no estaba tan presente. Pero el resto del tiempo no puedo evitarlo. Es parte de mi, supongo. Por mucho que me resulte molesta la mayor parte del tiempo.

Me dijo que ninguno de los dos monos estaban en la casa. Arrugué un poco los labios por que al final había pasado por todo eso del altercado con Fran para nada. Bueno, lo había conocido. Pero a fin de cuentas no había podido cumplir mi objetivo. Aunque la idea que me dio el chico Delta no me pareció para nada mala. Se me hizo extraño que no supiera cuales eran sus cuartos, pero no pensé mucho en ello. -Si, haré eso. Genial.- Comenté mientras sacaba una hoja de mi bolsa y un bolígrafo para anotar que el dibujo era para ellos y poner mi firma, aunque dudaba que alguien más los hubiera dibujado pero aun así. Dejé el tuvo del dibujo y la nota donde me dijo Fran.

-Ya estoy lista. Podemos ir a donde quieras.- Yo me dejaría llevar. Conocía muchos sitios para comer en la ciudad, pero no tenía idea de que tipo de comida le gustaba a él. Así que no me importaba dejarlo elegir.