I’ll turn away everything I’ve ever knew , Just to spend one more day being lost with you ll Lucbella

¿Tanto tiempo había pasado? Ni siqueira me había dado cuenta de lo rápido que transcurrían los días cuando ya el curso había acabado, mi primer año de maestría se había ido en un abrir y cerrar de ojos. Nisiquiera tantas noches de desvelo haciando trabajos habían logrado que odiará ese ciclo escolar, y quizá había una razón del porqué era así. Esos últimos meses los había pasado en compañía de la persona que menos esperaba pero al mismo tiempo con la que más deseaba estar. Era el destino. Nos habíamos encontrado para después perdernos el uno al otro y una vez más, en el mismo lugar, bajo circunstancias similares nos volvíamos a encontrar. Sí, era seguro que si estos meses se habían esfumado cómo agua entre los dedos era justo por la persona que ahora caminaba a mi lado. Y no podía estar más contento por eso.

Las vacaciones arribaron demasiado pronto y cuando menos lo espere ya estabamos arriba de un avión camino a un pequeño Lago cerca de Washington. Estaba seguro que ese viaje sería increible porque lo pasaríamos en la cabaña con nuestros mejores amigos, las noches se volverían una fiesta entera. Y las mañanas seguramente sería una competencia para ver quién se despertaba primero, competencia en la que yo seguramente quedaría en último lugar. El vuelo fue corto y tranquilo, sin embargo la cámara en mi cuello lo hacía parecer más largo de lo normal y eso era porqué había tomado fácilmente 50 fotos de un simple viaje, fotos de las nubes, de la vista de la tierra, de nosotros en los asientos. Fotos de absolutamente todo.

El carrito shuttle del aeropuerto se ofrecio a llevar nuestras cosas hacia nuestra cabaña y cuando nos ofrecieron a subir miré a Isa con una sonrisa traviesa, de esas que se asomaban cuando una nueva aventura se aparecía en mi mente.- Nosotros sabremos llegar. -Dije cómo si fuera la persona más ubicada en el mundo y alzando las cejitas con travesura mientras nos dejaban en la entrada del bosque de aquel lugar, dijeron que si seguíamos el mapa sería bastante fácil dar con nuestra respectiva cabaña. No tenían idea de nada.- No creo que esto este muy díficil. -Dije a Bella, ya solos en aquel enorme lugar, mientras giraba el mapa una y otra vez intentando encontrarle los pies y la cabeza pero por más que lo giraba todo me parecía igual. Esta sería una aventura, sin dudarlo.

Era obvio que a veces no me daba cuenta de nada, y quizás así era mejor. Pero este estado de ignorancia era tan bueno, tan hermoso y sí me daba cuenta lo cerca que estaba del castaño. No era tan estúpida. Y después de ese día de abuelitos donde termine hablando de más para ambos estaba más que claro, estábamos en una relación sin nombre pero relación al fin y al cabo. Y una mucho más comprometida, leal y divertida de lo que sería si tuviera la etiqueta de la cual no nos preocupábamos. Porque no había nadie más como él, y yo no quería que lo hubiera. Por él me estaba enfrentando a todos mis miedos, porque pasaba por encima de ellos como si no existieran, tan solo con el hecho de que el estuviera haciendo caritas. Y ahora, salíamos como una pareja normal de vacaciones con nuestros amigos, a un lago cerca de Washington. Luca me había dicho el nombre del Lago, las chicas de la fraternidad incluso me lo habían mostrado en el mapa; pero mi cabeza estaba en otro lado. Quizás en el hecho que dejaba varios días solito a mi Ringo. Lo sé, Savannah, compañera de fraternidad y hermana de Luca se había ofrecido a cuidarlo y confiaba en ella; pero era demasiado una madre regalona como para que la separación no me fuera extraña. Pero la preocupación se fue rápidamente de mi cabeza cuando el breve vuelo llego a destino y Luca toma mi mano para salir del avión.  Le sonreí de vuelta y la idea de días de relajo y diversión.

Yo llevaba un bolso y una gran cartera de mano como únicos equipajes. Había visto gente (Alphas en su mayoría) con millones de de maletas pero yo no requería tantas cosas, solo lo necesario para sobrevivir a ese viaje en el Lago. Era verano y suponía pasaría mas de la mitad del día junto al agua en taje de baño, ¿qué tanto espacio ocupaba ello? ¿No habían fiestas de gala? Luca no me dijo nada de eso, estaba segura de eso. Ni mis amigas, nah de seguro no había nada de eso. Estaba en mi locura habitual cuando Luca dice que nosotros podemos encontrar el camino y nos embarcamos (con mi bolso y cartera de mano incluida) en el bosque  de la mano. Ok, no nos esperen hasta el final del viaje para encontrarnos. Porque si ya era fácil distraerme y encontrar cosas que hacer cuando tenía al castaño al lado, más fácil todavía era que nos perdiéramos si debían dejarnos solo  ubicándonos en el mundo. Pero era más divertido perderse sola con Luca, así que no hice ningún comentario y a paso firme me adentre entre los árboles. Escuché que Luca decía que no debía ser muy difícil, y solté una risa.- Depende… ¿para gente normal o para nosotros? – dije bromeando, nosotros nos reconocíamos despistados, de hecho nos encantaba ser así.- De seguro no esperan que lleguemos hasta mañana… gente de poca fe- dije  entrelazando los dedos de mi mano con los de la de él. – Aunque si nos tardamos empezaré a creer que me quieres secuestrar… y solo es cosa de decirlo- le guiñe un ojo y le bese en la mejilla antes de seguir el camino, mientras su maleta a rueditas chocaba con las piedras.

Necesitaba que alguien me explicará en que momento se me había ocurrido irme con Isa a buscar el camino hacia la cabaña, ahora que lo pensaba con más detenimiento una cosa era aventurarse a lo desconocido y otra muy distinta es perderte en medio de un bosque sin saber qué pudiera suceder. Pero ya lo hecho hecho estaba, y en realidad no me arrepentía. Estaba seguro que no había mejor manera de comenzar aquel viaje que con una locura similar a lo que estabamos por vivir, iba a ser muy divertido y pasará lo que pasará estabamos juntos así que no había de que preocuparse. O eso creía creer. Tomé suavemente su mano mientras escuchaba sus palabras lo cual me hizo reir mucho, era cierto que nosotros no podíamos unirnos al gruo de las demás personas, eramos distraídos y algo torpes, sobretodo yo. -Lo único que espero es que cuando lleguemos haya mucha comida. -Aseguré, podía dormir en el suelo si me lo pedían y muchas cosas más pero que no me quitarán la comida. Terminé de pelearme con el mapa, no porqué le fuera ganando, sino todo lo contrario. Era mejor rendirse.

Yo creo que nos tocará seguir nuestros instintos. -Dije con una sonrsa de oreja a oreja super seguro de mis palabras mientras comenzaba a caminar hacia dentro de los árboles buscando un camino para poder pasar entre ellos sin lastimarnos, cosa que sonaba muy dificl de creer tratandose de nosotros. Sonreí cuando hizo aquel comentario sobre el secuestro y encogí los hombros- Bueno es bueno saber que no te molesta eso, porqué si pienso dejarte raptada por un rato. -Mordí mi labio inferior al ver cómo ella guiñaba el ojo, podía no querer coquetear y sin embargo caía a sus pies cómo un bobo. Cuando se trataba de Bella era demasiado fácil que terminará actuando aún más torpe de lo norma, lo bueno es que se había acostumbrado a eso.- Tenemos suerte que hace un lindo día. -No me imaginaba una lluvia echando a perder nuestra aventura, seguí el paso con tranquilidad mientras miraba hacia todos lados, no había rastros de cabaña, giré el cuerpo para mirar a la escocesa.- ¿Quieres que te ayude con tus cosas? -Tener una maleta a ruedas en ese lugar no era precisamente lo más cómodo.

Estaba completamente atrapada por ese castaño de pelo enredado y risa contagiosa. Me podía decir que fuéramos al Polo Norte en traje de baño y yo aceptaría sin dudarlo ningún segundo. Y claro, ahora estaba perdida (no importa si recién habíamos entrado, ya estábamos perdidos) en un bosque jamás en nuestras vidas habíamos visto y mucho menos conocíamos, pero poco nos importaba, aquella cercanía que siempre teníamos, aquellas manos entrelazadas eran la única tranquilidad que necesitábamos. Ni siquiera se nos ocurría usar el gps del celular, entre que se nos habían olvidado completamente y que nos daba igual, porque la aventura era más importante que llegar en tiempo record, por más que nos agradara mucho la gente de la cabaña. Ni siquiera nos importaba que nos tocara la peor cama , porque eran detalles que pasaban a segundo plano cuando estábamos con alguien que queríamos, y yo no solo estaba con mis grandes amigos Kelsey y Wyatt, y nuevos amigos como Layla y otros, sino con quien viajaría a la Luna, mi Luca.- Podríamos cazar algo ya que estamos aquí y…- dije y apenas lo dije me imagine una bonita ave o un hermoso conejo salido de película Disney y nosotros con sangre en las manos haciéndome asustar y negar con la cabeza.- no… No cacemos nada por favor- dije con un puchero. Estar lejos de Ringo me hacía andar más sensible frente a los animales.

Luca dijo que debíamos seguir nuestros instintos y me hizo sonreír de inmediato.- pues me parece, últimamente me ha ido bien así- dije y sabía en mi mente claramente porque decía eso, el era mi movimiento instintivo por excelencia, y me estaba yendo a la perfección, solo unos cuantos moretones y ahora una raspadura en la pierna por una planta que no vi al caminar, tan distraída yo. Pero dice eso de que me iba a raptar un rato y no sabía como me daban ganas de no llegar nunca a la cabaña y quedarme perdida con el castaño encantador. Lo miré alzando una ceja divertida y suelto mi maletita cayendo esta al piso lleno de hojas y sin previo aviso poniendo las manos en su pecho para empujarlo hacia atrás hasta llegar a un árbol donde suavemente su espalda impactó, dejando un suave beso en sus labios y mirarlo traviesa.- ¿Raptarme un ratito como este por ejemplo?- dije divertida y de la nada volviendo donde estaba mi maleta y tomarla ara seguir caminando, hasta escuchar el comentario del clima.- Pues sí… aunque me gusta esto de perderme en el bosque, no importa si hay lluvia- le dije animada, mire alrededor y no entendía donde estábamos, y como nos habíamos alejado tanto en tan poco tiempo, porque solo parecían haber pasado segundos. Tanto que pensaba que quizás ese día no llegaríamos, inocente gente que nos había permitido entrar entre los árboles. Le deje llevar mi maleta un rato, aunque yo la tomaría porque no estaba tan pesada y era bueno ir distribuyendo el peso.- Gracias prince Charming, has estado viendo mucho la serie últimamente, te pondré un garfio si - lo molesto mientras tomo la mano que tiene sobre la manilla de la maleta, perder el contacto con él me resultaba imposible, así como sacarle los ojos de encima.

Me había distraido por un momento, ok. Quizá eso sonaba muy mal viniendo de mí que vivía distraido todo el tiempo, pero la realidad era que estaba concentrando toda mi atención en intentar el camino que debíamos seguir. Me gustaba la aventura y el doble si estaba a lado de Bella. Podía contar las muchas ocasiones en las que habíamos terminado cualquier clase de locuras que adoptabamos con el nombre "aventura" para encontrarle una justificiación lógica. Era una de las cosas que más me gustaba de nosotros, poder ser los chicos tranquilos en una tarde que lo único que quieren es descansar a pasar a ser los chicos aventureros que se dejan llevar por cualquier reto. Definitivamente podría hacer esto toda mi vida. Y ese pensamiento desde hace mucho tiempo había dejado de inflingir temor o nerviosismo. Estaba seguro de lo que quería. Con o sin etiqueta la respuesta se reducía en aquella ojiazul que movía su maleta con llantitas de un lado para otr, haciendola chocar con als pruebas y asustandose ante la idea de cazar animales.- ¿Crees que podemos cazar algo? Te apuesto que a los tres segundos ya nos habremos lastimado solos. -Bromeé con una sonrisa, primero nos raspabamos o enterrabamos algo, antes de llegar a un animal. Sin contar que con ver su cara sabía en lo que pensaba.- No hagas esos pucheros, Latour. -Advertí amenazante, sus pucheros practicamente causaban el mismo efecto que cuando yo le hacía caritas. Siempre una guerra divertida entre los dos.

¿Siguiendo a tus instintos? -Volví a preguntar ahora agachandome ligeramente para ver si alguien antes había pisado el lugar, no era un boy scout precisamente pero suponía que no se necesitaba mucha lógica para saber que si alguien había pisado ahi entonces sería bueno seguir sus huellas. Después de unos segundos logré ver las pisadas de una persona y me puse de pie emocionado- ¡Encontré el cami..-Y choqué contra el arbol, mi espalda sentía lo rasposo de la madera pero eso no era nada comparado a las manos de Bella en mi pecho y sus labios contra los míos. Un beso corto, tierno, sorpresivo y que me había hecho perderme en el tiempo y elespacio.- ¿Perdernos, camino, qué? -Tardé unos cuantos segundos en reaccionar hasta que lo hicé mirandola con aquella cara de inocente. Me iba a matar. Tomé su maleta estavez mientras caminabamos y yo buscada el mejor momento para vengar aquella invasión sorpresiva. Reí cuando comenzó a hablar de la serie y mordí mi labio con diversión.- ¿Prince Charming y Garfio? También puedo hacer de Peter Pan. -Dije usando el acento británico que había aprendido con el tiempo que estuve estudiando en Inglaterra. Volví a sonreir hasta que noté que no estabamos solos, un pequeño conejo blanco se asomaba entre los arbustos corriendo con velocidad.- ¡Hey alto! - Corrí tras él cuidando de no lastimarme y aunque sentí la cortada de una rama en mi rodilla logré alcanzarnos.- ¿Nos llevarías a Wonderland? -Pregunté al conejo con una sonrisa de oreja a oreja, y aprovechando aquel momento de distracción logré girarme para esta vez ser yo quien dejará a Bella contra el tronco de un arbol, suavemente y sin prisa.- ¿Te perdiste? -Rocé sus labios con los míos. Venganza, dulce venganza.

Negué con la cabeza dándole la razón. Era obvio que antes nos mataríamos que cazar algo, y era bueno estar al tanto de que éramos torpes, a la hora que no nos diéramos cuenta de ello estaríamos muertos. Pero al menos muertos juntos. Reí levantando una ceja cuando me decía que no podía hace pucheros. Que descaro de su parte, porque el lograba todo, todo cuando hacía caritas tiernas y graciosas. – No sería justo que solo tu pudieras… yo aprendí del mejor- le dije riendo mientras llevaba el mi carrito después de aquel breve beso, además que debía hacerlo porque ahí iba la tablet que nos permitiría ver series. Y al parecer, nuestro amor por las series se manifestaba también en nuestras conversaciones, sobre todo porque adoraba que imitara el acento británico, que le salía bastante bien para ser americano. -Dont bloody start, babe…- le dije con voz seria y el acento mas británico que podía salir de mi ya británico ser. Pero de la nada me adivino la mente hablando de Wonderland cuando salió detrás de un conejito y ni siquiera me di cuenta que paso a rasparse porque su cara de niño tras su perrito era más hermoso aun y se llevaba toda mi atención, hasta que le habla al conejito blanco.

Y que alguien me diera una bofetada porque me debía ver muy estúpida. Pero muy feliz, teniendo claro que podía no salir de ese bosque y seria feliz.

No podía ser más amplia mi sonrisa, demasiado embobada por el castaño, y no era para menos porque después de un segundo Luca se había movido con rapidez para vengase y tenerme contra uno de los troncos tan cerca de mí, encantándome con su respuesta a lo que había hecho tan solo minutos atrás. Éramos como dos niños que les gustaba jugar a robar besos, a debilitar al otro, a demostrarnos cuanto nos conocíamos en cada ámbito de la vida, porque no sea solo que supiera acariciar mi estomago para doblegar mi voluntad, sino sabía exactamente que decir para derretirme, todo de la manera más natural del mundo. Y ahora rozaba mis labios y era mi juego favorito. No, mentira, hasta eso de dibuja sobe sus dibujos me encantaba. Rodee levemente su cuello acariciándolo con las yemas de mis dedos mientras el seguía muy cerca.- Me acaban de encontrar…- le dije guiñando un ojo y apenas tocando su boca con la mía. - ¿Sabes? No malinterpretes lo que diré…- dije con una sonrisa en mi rostro.- Porque yo jamás he estado en algo así… pero antes me dije cuando estuviera sería porque es una química completa, y lo es…- dije apurándome al hablar porque obviamente salía del corazón a la boca, sin pasar por la mente primero.- Me gusta cuando hablamos, cuando dormimos, cuando casi caemos en la cárcel…- solté en una risa dándole un beso en la mejilla.- Y cuando sacas fotos, y que quieras ser un buen abogado, y que seas tan buena persona…- le digo porque quizás no le decía tan seguido que como el era con el resto me encantaba.- Y bueno.. el punto de esto es que a pesar de que adoro todo eso… eso no quita que te veas malditamente sexy cuando estas tan cerca mío…- dije con una risa dejando un beso en su cuello, breve y suave. Es que era verdad, yo jamás querría una relación que fuera solo atracción física, pero pasaba con Luca que cada aspecto de nosotros era intenso y tenerlo tan cerca y a solas me nacía decírselo.

Por un momento creí que mi acento británico iba a ser el mejor del mundo pero sin duda en el momento que ella abrió la boca me di cuenta cuan equivocado estaba, su acento hizo estragos en mi haciendome estremecer sobretodo en el momento que utilizó la palabra "bloody",ella sabía que me encantaba esa palabra en practicamente cualquier frase y ahora lo usaba para tenerme ahi a sus pies. Mordí mi labio con diversión y la miré con complicidad, ambos podríamos seguir hablando en británico con el simple hecho de hacer enloquecer al otro, ese siempre era nuestro juego. Quién comenzaba, quién seguía, quien ganaba y quién perdía. Y a veces todo a la vez. Si no hubiera sido por aquel conejo que salto de la nada estaba seguro que ya hacia mucho rato la hubiera cargado en brazos y unido mis labios con los suyos, Isa ejercía esa manía en mi de querer hacer las cosas más locas e impulsivas, por el simple hecho de que sabía ella las seguiría sin dudarlo. Un par de locos, por todo y por nada, por el uno y por el otro, así eramos.

Jugué suavemente con sus labios mientras mantenía la sonrisa en el rostro, eramos unos locos en medio de un bosque sin destino alguno pero ¿Qué importaba? De verdad podía aquel conejo abrir un portal hacia otro mundo y yo saltaría, no había nada que perder mientras lo hicieramos juntos. Sentí cómo rozaba sus manos en mi cuello y aquella sonrisa que combinaba con esos ojos azules que tanto me gustaban. Escuché sus palabras y cada imagen parecía pasar por mi mente una tras otra, cómo si cada una de ellas se hubiera quedado atesorada en mí. Reí en el momento que sentí el beso en mi cuello, no podía decir esas palabras y luego besar mi cuello, me derretía, me encantaba, me perdía.- ¿Te digo algo? A mi me encanta cuando dibujas cualquier cosa, incluso si son dibujos por dibujos. -Rocé mi nariz suavemente con la de ella arrugandola traviesamente.- Y me gusta que me despiertes y cuides que duerma bien, me encanta que nos llenemos de comida chatarra y que me sigas en mis locuras y yo seguirte en las tuyas. -Acaricié suavemente su rostro mientras mi dedo índice rozaba así su mejilla bajando por las venas de su cuello hacia su hombro.- Me encanta saber que no necesitamos nada, más que nuestra compañía. -Y ahi supe que ya había hablado demasiado pero ella me provocaba a hacerlo, sin contar que de porsi cuando abría la boca era muy difícil hacerme callar.- ¿Demasiado sexy? Así tipo si hago esto ¿Qué pasa? -Pregunte mientras inocentemente colaba mi mano bajo su blusa acariciando así su vientre con la llema de los dedos soltando unas risas traviesas sobre la vena de su cuello, siempre así, siempre iguales.

No sabía como podíamos hablar tanto rato de nuestras cientos de series y divertirnos sin confundirnos entre tanta cosa que funcionaba para nuestras metáforas diarias. Porque todo podía ser un juego, desde los más inocentes como seguir un conejito para ir a Wonderland, hasta los más seductores donde lo amenazaba con vestirlo de Captain Hook para que se viera sexy y el le daba con el vestido rojo con la pistola en la liga. Estábamos locos y disfrutábamos de esa locura conjunta porque estar cuerdos parecía demasiado aburrido.  Quizás ese era nuestro mayor escondite del resto del mundo, todas esas palabras, bromas, caricias y besos que solo nosotros sabíamos, que solo nosotros estábamos seguros como funcionarían y que causaban en el otro. Éramos de por sí una pareja- sí, una pareja, aunque nos e dijera en voz alta, todos nos conocían así, yo nos conocía así- bastante sociable y que no temía de tener amigos en común, de que yo conociera a sus amigos y compañeros de casa y el fuera básicamente el hombre de la casa Sigma ya que Brooke y Meghan lo tenían como otro compañero de cuarto. Sí, no rehuíamos ni eramos demasiado absorbentes, pero me encantaba que tuviéramos algo que pudiéramos llamar nuestro, que nadie más entendía porque solo los que sentían lo que sentíamos Luca y yo podíamos llegar a comprender.

Y tenerlo allí, tan cerca mío,  era otra faceta de eso que era solo de nosotros, que no quería compartir con nadie, aunque el juicio de nadie me habría hecho cambiar de opinión. Soltaba las cosas en los momentos más inadecuados, pero por ello, por hacerlo sin pensar es que el castaño sabía que eran de verdad. Sus labios quemaban sobre los míos, porque adoraba el juego pero mis ganas de besarlo eran demasiado fuertes, tal como lo habían sido esa tarde febrero en el parque cuando por fin pude sentirlos de nuevo junto a mí. Y sus palabras,… o sus palabras, me llevaban al cielo de una sola vez. Los dibujos que ya parecían obra conjunta de ambos por como los íbamos modificando. Y dormir, esa loca manía que me pego porque en sus brazos era horriblemente complicado despertar a tiempo, siempre quedándome atrapada entre besos y caricias. Sus manos recorrían mi rostro mi cuello y el temblor interno, aquel deseo por más se comenzaba poco a poco a hacer presente, aunque esa necesidad de siempre tener algún contacto con él. Me gustaba que también, al igual que yo, hablara sin pensar, del corazón a las palabras sin intermediarios.- me encantas, Luca… todo de esto me encanta…- le solté.

Y cuando pensé todo era muy increíble, el lo mejora, torturándome…. Encantándome. Y claro que era demasiado sexy, ¿Qué otra palabra se podía usar para lo que hacía el castaño? Ah si, también existían las palabras aprovechador y tramposo, pero sexy era mucho mejor. Sentía la yema de sus dedos y sentía de pronto más calor, menos aire, aquel temblor y si le sumábamos sus labios en mi cuello estaba muriendo ahí mismo soltando suspiros disfrutando de la  situación. Mordí mi labio y traté de concentrarme.- Pues pasa que no saldrás tan pronto de este bosque…- le dije traviesamente usando mi mano   para que me mirara, y ahí no aguante de darle un beso intenso mientras que mi lengua buscaba la de él y mis manos recorrían su cabello desordenando esos rulos que tanto me gustaban del castaño. Podíamos estar perdidos en el bosque, pero Lucas Nicholas Crawford me estaba buscando y me acababa de encontrar.