I give you all of me || Sebastian +18

—Agárrate fuerte—anuncié y tomé el manubrio de la motocicleta para al estar listos, arrancar de uno solo. Sentí la brisa golpear en instantes mi rostro, que gracias a la abertura del casco, sentía el aire fresco chocar con la punta de mi nariz. Sonreí debajo de la protección y sentí el calor de sus brazos refugiarse en mi abdomen, giré un poco el rostro para verlo, tomando camino hasta nuestro próximo destino. Frené lentamente en cada semáforo, riendo un poco porque poco a poco iba acelerando más, el sol estaba ocultándose detrás de las nubes y creando un cielo color naranja-amarillento.

Acerqué mi mano hasta tomar la suya y sonreí, tirando un poco para que se acercase a mí y así, poder tener su rostro cerca. Miré de reojo el cielo estrellado que pintaba nuestro alrededor, fascinada por las luces tenues que estaban instaladas en la cubierta, acaricié su dorso y fui subiendo mi otra mano por su brazo hasta rodearle el cuello—Una cosa, no, mejor dos—incliné un poco mi cabeza hacia atrás, apreciando más los destellos en el firmamento. Apoyé mi espalda en la baranda que existía detrás de mí y sonreí, no podía borrar aquel gesto de mi rostro, ni un segundo. Fruncí el ceño y apoyé mi frente en la de él, un escalofrío me recorrió la espalda al sentir el contacto del aire salado rozar mis piernas desnudas por los shorts que llevaba, estremeciéndome completamente.—La primera—lo había dejado de tocar, manteniendo al menos cinco centímetros de distancia en nuestros cuerpos—¿Qué cocinaremos?—comencé a reír por el suspenso que le había brindado a una pregunta tan simple.—Y la segunda…—entrecerré los ojos, haciendo la que lo meditaba mucho, toqué mi mentón con mi dedo índice y caminé para pasar por su lado—Vamos—tomé su mano y lo llevé hacia los interiores del yate, nuestro destino sería la cocina, que a suerte mía, los que trabajaban entendían que podía manejármelas sola.

Habíamos quedado en que nos juntaríamos con Ally pero como le gustaba manejar su motocicleta me terminó pasando a buscar por lo que eso era algo que me causaba gracia aunque al menos así no gastaría gasolina en mi auto que ya quedaba poca y no le había llenado el tanque todavía, fui al punto en el que me esperaría por lo que al llegar de primera la observé, instantáneamente me acerque a ella saludándola con un beso en los labios y me subí en la moto, me avisó de algo que no me dio tiempo a reaccionar mas que abrazándola por como habíamos salido, eso era algo que me causaba gracia, la velocidad, siempre lo había adorado, mas todavía con el paisaje que miré.

Actual...

Miraba como era su yate y eso era algo que me había dejado sorprendido, no estaba acostumbrado a ver tantos lujos por mas que mi padre ganara mucha plata, aun así eso no me interesaba, dejé de observar todo para mirarla a ella, sonriendo -Estás tan bonita.- dije mientras mis ojos seguían clavados en los de ella, escuché sus palabras -Decime.- expresé esperando a que me dijera pero no hablaba nada, la abracé al sentir su frente en la mía aun a la espera -¿Si?.- susurré sonriendo hasta que se alejó, soltó lo que tenía para decir por lo que no pude evitar reír un poco -¿Y la segunda es?.- dije sin responder a su pregunta, repitió "La segunda" ella y sentí como me tiraba de la mano asintiendo ante su pedido. Nos metimos dentro del yate y nos dirigíamos hacia donde estaban todos los utensilios, una cocina, la heladera, tenía todo ahí -Vaya, veo que te das el lujo de todo.- comenté sonriendo mientras veía las cosas que había, bien limpio y demás, si yo tuviese un yate lo único que habría en el serían latas y botellas de cervezas "Debo de ponerme en orden sino pensará que soy un vago" me dije interiormente -Hagamos algo, déjame que te cocine ¿Te parece?.- le pregunté al tiempo en que me apoyaba en la mesada al lado de la cocina cruzando mis brazos -No te preocupes no soy un desastre cocinando.- comenté por las dudas. Me acerqué a ella -Lo que si... necesitaré ayuda.- le avisé agarrándola de la mano y atrayéndola hacia mi para besarle los labios, al cabo de unos segundos retrocedí esperando su respuesta.

-Me doy el lujo de tener lo que quiero, además que lo consigo con mis propias manos-si el comentario le molestaba, sentía que me daría igual, pues era la verdad.-Y tú, eres algo que quiero-Me acerqué a la nevera con intensiones de ir sacando algunos ingredientes frescos, pero detuve mi tarea en cuanto lo escuché hablar, girando sobre mis talones para prestarle más atención. Elevé una ceja y sin fallos comencé a reír-Me parece, ¿pero cómo me cocinaras?-bromeé un poco con el contexto de sus palabraa, apoyé una mano a cada lado de la mayolica encerrandolo y le brinde un beso en la mejilla.-Como me quemes el barco, te mato-le guiñe el ojo y voltee para ir en busca de algunas cosas dentro del estante atrás de nosotros. Sonreí sobre el beso, acoplando mis manos al grosor de sus brazos y apretando un poco antes de separarnos-Vale, capitán-le sonreí con complicidad y volví a pegar nuestros labios, tomando una frutilla del tazón que tenía en la nevera por detrás. Tomé distancia y se la metí a la boca, antes de salir hacia la sala de estar por el equipo de música que había.-Puedes ir comenzando-alcé la voz y busqué el Ipod para conectar las canciones a los altos parlantes, busqué alguna lista entre la música y le di a reproducir, a un volumen moderado.

Ordené algunas cosas sobre la mesa de centro y me aseguré que la cubierta siguiera iluminada. Caminé de regreso a la cocina meciendo mi cabeza con la voz de Bruno Mars resonando por toda la nave. Vi como se movía por la cocina y me detuve en el marco de la entrada, entrecerrando los ojos con curiosidad por saber que preparariamos.-¿Qué debo hacer?- pregunté y a continuación tomé una fresa del tazón que había olvidado guardar bien. Mastiqué la fruta mirando que hacía, que trataba de preparar y queriendo saber en que podría ayudarle-Oh every time I close my eyes-canté un poco y seguí tarareando el coro-Aún no me dices que prepararás-piqué su mejilla una vez que estuve cerca a él y de reojo vi que cortaba algunas verduras.

Asentí ante esa explicación, levanté mis manos y hombros -Me parece bien, te haces valer por ti misma, yo igual, lo que tengo, aun si no es mucho, lo conseguí gracias al esfuerzo.- comenté de manera normal, sin sonreír, siempre me gustaba sonreír pero había casos en los que se habla donde no se hace eso, reí ante esa pregunta -Ya me entiendes.- se me habían ocurrido muchas cosas para decirle pero podía quedar mal por lo que preferí callarme, negué ante eso riéndo yendo a la alacena para buscar condimentos esperando que los tuviese ahí, ya tenía todo preparado hasta que escucho las canciones de Bruno Mars sonar y abrí mis ojos "No conozco ese tema" me dije a mi mismo mienitras escuchaba como Ally me hablaba -Debes besarme cada vez que yo me de vuelta a verte, no hace falta que me ayudes en la cocina, es una obsesión mía el hecho de cocinar sin que lo hagan. - comenté buscando una sartén y un recipiente para poner unos huevos, escuché su pregunta y me di vuelta mirándola, me señalé a mi mismo con ambas manos -Comerás... Omelet.- así se pronunciaba aunque escrito podía verse como Omelette, era una de las comidas de Francia por lo que la aprendí a cocinar bien de todas maneras. -Ahora me verás en mi máximo esplendor, cocinar.- dije sonriendo y dándome vuelta.

Terminé de cortar el acompañamiento de verduras para la comida y corté un poco de queso cremoso en trozos que encontré en la nevera, al parecer a Ally no le gustaba que le faltasen algunas cosas y eso era mejor para mi, podía ponerla mas ingredientes comencé con los huevos, los rompí poniéndolos en un recipiente, un poco de sal e instantáneamente los batí, con un tenedor ya que era mas fácil hacerlo a mano en vez de con batidoras o demás, siempre me gustaba lo simple, nada de máquinas o cosas para complicarse, cuchillo y tenedor era mas que suficiente. Lo dejé a un lado una vez listo a los huevos batidos y puse la sartén en la cocina prendiéndo la misma, con un poco de aceite, una vez ya caliente volteé los huevos en la sartén, -Permiso.- le dije abriendo la heladera buscando un poco de leche y poniendo un poco , como si fuese una cucharada en la sartén -Esto le da el toque esponjoso a la tortilla.- le comentaba a Ally mientras cocinaba, puse el queso en el Omelet para que se derritiera y así no era huevo solo. -¿Alguna vez comiste esto?, yo hace mucho que no pruebo esto y la última vez que lo hice fue en mi adolescencia cuando estaba allá, en Francia.- relataba un poco de mi historia sonriendo, le di media vuelta a la tortilla, esperé un minuto mas o menos ya que no tomaba mucho tiempo, era algo simple, rápido y rico. -Voalá.- puse la comida en un plato dando vuelta la sartén en el mismo así no se caía nada, puse el acompañamiento de la verdura en el plato con un poco del queso saliéndose, eso lo hacía ver mas rico todavía.

Me mordí la lengua al escucharlo en ese tono tan mandatario, con la sugerencia de unos besos de por medio, me reí un poco y le di espacio para que se moviese, levantando las manos como si estuviese siendo incapaz de hacer algo.-Vale...-no estaba muy convencida de lo que decía, pero sin más dejé de pensarlo mucho. Rápidamente el menú que haría llamó mi atención por completo, produciendo que mi estómago se sintiese vacío y estuviese con ansias por comer.-Hou là là!-me expresé y volví a tomar otra frutilla, mordiendola mientras prestaba atención a sus movimientos. Quería ayudar, hacer algo o si quiera prenderle la hornilla, pero estaba tan metido en la receta, el batir e incorporar los ingredientes que encontraba a su paso, que preferí aguardar a un lado de mi tazón de frutas y seguir cantando un poco. Las pistas pasaban, canción por canción se reproducía y si media el tiempo de cada una, estaba sumando casi media hora o menos, quizás, escuchaba actualmente a Adele llenarme con su voz tan profundizada en el sentimentalismo de Set fire to the rain. Me mordí el labio una vez que se acerco, quedándome con las ganas de besarlo como había dicho, pero tan solo me hice a un lado y me llevé la última fresa a la boca.

Le lancé una mirada atenta a sus manos que cuidadosas vertían la leche en la mezcla dentro de la sartén, el aroma del queso comenzaba a salir disparada a mis fosas nasales y cerré los ojos ante el hambre que comenzaba a gobernarme.-Si, cada que iba a visitar a mis abuelos, me servían eso-me subí al mesón de la alacena y le sonreí inocentemente. Nunca le comentaba a nadie sobre la vida familiar, no a muchos y pocos sabían la procedencia de varios integrantes de mi familia.-Entonces, ¿le cocinabas a todas tus citas un Omelete?-alcé ambas cejas y me apoyé en la barra con mi mano derecha. Balancee ambos pies en el aire, jugando un poco con un mechón rubio que caía por mi rostro y seguí en mi ritual con la música-Me ha agarrado un hambre, apresurate-di un salto en mi lugar y acaricie mi abdomen sobre la tela de la blusa, a la espera de la comida.

Aplaudí un tanto infantil una vez que vi el plato lleno en la tortilla y las verduras-La presentación excelente, toca comprobar el sabor-entrecerré los ojos, gracias a la corta distancia en la que estaba, estiré mis piernas para amarrarlas a su cintura y jalarlo hasta tenerlo cerca de mi. Le quité el plato de las manos, tomé un par de cubiertos que estaban dentro de un cristal en forma ovalada y con el tenedor corté un poco del omelette-No te he visto probarlo a medida que lo preparabas, tú serás el primero-le saqué la lengua y esperé a que tomase el trozo de comida del tenedor. Busqué con mi mirada en los estantes, algo con que pasar la cena, sin embargo alcohol jamás teníamos en la cubierta, siempre en el almacén inferior. Lo separé lo suficiente para bajarme, tomar dos vasos largos y sacar de la nevera una caja con jugo de naranja-Está prohibido el alcohol-arrugué la nariz y antes de servir me acerqué a su oído-Me debes besos, que ni uno te he dado mientras te convertias en chef.

Mientras yo hacia una de las mejores cosas que sabia hacer ella acompañaba estas acciones junto con su precioso canto, escuchar su voz al cantar era algo que me aliviaba bastante, es como esa melodia que me relaja, de por si su voz al hablar provocaba eso pero la sensación se veia intensificada al escucharla de esa manera, era algo que a mi no me salia muy bien, si , puedo cantar pero no tan bien como ella - Deja esas frutillas mujer sino no tendrás hambre por mas que lo digas - le decia sin mirarla pero sonriendo. Se sentó a mi lado para comentarme lo de sus abuelos y eso era algo que me intrigaba mucho, no sus abuelos sino su historia -¿Los visitabas seguidos? - pregunté sin pensar si me estaba metiendo ya en su vida o no, solo asi era como podía conocer a las personas que me interesaban.

Negué ante esa pregunta y después de esperar a que esté lista la comida me acerqué a ella sonriendo - Claro que no, es mas, es la primera vez que cocino para alguien- reí al decirlo, una de mis partes que no me daban confianza era el hecho de reirme al contar las cosas ya que podía parecer que eran falsas pero eran de verdad, esta vez era una de esas, es la primera chica s la que le cocino algo y peor el hecho de que sea ella a quien yo le haga ya que mas nervios me provoca y mas probabilidades de que salga de cualquier manera menos como lo tengo bien planeado en mi mente. Ya sale mujer - comenté sonriendo.

Una vez ya todo listo, le servi el plato pero sus piernas me jalaron, una pequeña risa se escapó ante ese movimiento y al escuchar su comentario sonrei - No está envenenado asi que no te preocupes - comenté sonriendo al tiempo en que llevaba la comida  a mi boca e hice un gesto con mi cara saboreando la comida y demostrando que si estaba rico, alargamos la distancia entre ambos asi ella se iba a buscar lo que sonaban como vasos, agarré mi pecho como si me doliese -Ay no puedes hacerme esto mujer,  le das jugo de naranja a alguien que toma cerveza como agua - dije para luego echarme a reír. Me acerqué a ella sintiendo cada palabra que salia de esos lindos labios y sin responder a su pedido mi boca se juntó con la de ella dándole asi un beso mientras la agarraba de la cintura para mejor comodidad, dejando que mis dientes mordiesen el labio inferior de ella y luego alejándome - Ahora ve a comer y me hago yo el mio - le pedi amablemente sonriendo mientras juntaba mi nariz con la de ella rozandole hacia los costados. Empecé a prepararme el mio y al cabo de unos cinco minutos ya estaba listo por el hehco de tener los ingredientes a mano por lo que se habia hecho mas fácil - ¿Que tal está?- pregunté al tiempo en el que yo comia el mio despacio.

Comencé a reír, literalmente me imaginé la situación en otro contexto y no me frené al soltar carcajadas con tenerlo tan cerca.—Un día no te hará daño, ya tendré como embriagarte luego—susurré en un tono provocativo y a continuación seguí riéndome de su expresión, percibí que se movía, pero mientras tenía los ojos cerrados de la sonrisa que llevaba, no me fijé muy bien cuando me acercó a él. Casi suelto los vasos ante la intensidad de mis ganas por probar más que un beso y mantuve la calma de mi respiración una vez que sentí como tiraba de mi labio, sonreí, antes de que se pudiese escapar le robe un pico y dejé el jugo sobre la alacena en la que comíamos. Serví para los dos y comencé a cortar con el lado del tenedor para dar el primer bocado—Por cierto,  je te remerci—no lo había escuchado hablar en francés, pero tenía unas ansias por sacárselo, así tuviera que usar la fuerza.

Saboree la tortilla, exageré un poco al deslizarme apoyada en el mesón—Está delicioso, supongo que me llevé al mejor novio—sonreí extasiada en los distintos gustos que iba sintiendo, acompañé con las verduras que tenía en el plato y tragué, para tomar un poco de jugo y limpiar con una servilleta que tenía a la mano.—Entonces, soy la primera a quien le cocinas. ¿Qué otras cosas no has hecho con nadie?—no sé si entendí yo misma mal mi pregunta, pero abrí mis ojos y bajé la mirada a mi comida, para continuar comiendo. Recordé que me había preguntado por los abuelos, fruncí el ceño recordando esas temporadas e inconscientemente se me fue el apetito—Los veía hasta que falleció y el abuelo se mudó a Lyon, pero no quiso visitas por un buen tiempo y se enfocó en el negocio—expliqué, hice a un lado el plato y tomé el vaso entre mis manos, recordando los rasgos de aquel viejo que estaría en este instante recién despertándose—¿Qué más sabe preparar, señor chef?—crucé mis brazos en la alacena y lo miré con curiosidad, mientras veía como comía.

Acabé mi bebida y escuché atenta la canción que se reproducía actualmente, era Ed con su última canción, apenas empezaba—When your legs don't work like they used to before—canté en lo bajo y fui por la caja de jugo que había dejado en una de las esquinas, sirviéndome un poco más—¿Quieres terminar de comer en la sala?—giré para preguntarle mientras veía la puerta de la cocina.

Negué ante eso -Pero es que, amor, eso para mi es como dejarme sin respiración.- dije ese apodo sintiéndome raro pero a la vez tímido, eso es lo que suelen decirse las parejas pero para mi era raro decirlo con el sentimiento en mi corazón, usualmente solía decir " Querida " o demás adjetivos sin querer a la chica que se lo decía, pero esta vez iba tan en serio que me dejaba sorprendido a mi mismo, tenía muchas maneras de describir mis pensamientos y sensaciones con respecto a ella aunque terminaba sonriendo tontamente sin escupir ni una palabra -Avec plaisir. - dije "De nada" en mi idioma -Pouvez-vous parler français?.- pregunté en un tono que junto a este bello idioma sonaba romántico, tenía que sentirme agradecido por haber nacido en el país del amor con la lengua mas romántica existente.

Asentí agradeciendo ante su afirmación -Gracias corazón, al menos se que te gusta.- comenté sonriendo mientras comía apoyado en la mesada, esta situación era algo que me agradaba, estábamos compartiendo tiempo juntos, de manera tranquila sin estar con la presión de que nos vean o algo por el estilo, solo estábamos ella y yo. "¿Me preguntó eso en serio?" dije en mi mente, sin saber que responder -Pues para serte sincero...- decidí responder obviando algunos detalles -Nunca fui de picnic con una chica ahora que lo pienso. ¿Quieres que salgamos algún día a la playa?.- le invité a salir de la nada, "Sebas cálmate hombre no apures las cosas" me reté a mi mismo mientras miraba a otro lado ya que eso me daba tímidez, si me viese cualquiera de mis amigos no me reconocerían ya que nunca había demostrado un poco de vergüenza con ellos cerca, no tenía motivos para sentirme de esta manera por alguien, pero siempre hay una primera vez para todo. -Yo ya hacía años que no probaba esto, ni siquiera hecho por mi.- no pude evitar recordar toda mi infancia y adolescencia dolorosa desde aquél momento con mi madre, hermana y padre, pero no era momento de ponerme así por lo que saqué esas ideas de mi cabeza para seguir disfrutando de la compañia de ella.  -Deberías de invitarme mas seguido y lo averiguarás, tengo pensado hacerte muchas comidas.- corté con el tenedor un poco de la comida y la comí, tragué y volví a hablar -Si deseas claro.Que rico me salio.- reí al decir eso -Disculpa, son mis aires de grandeza que tengo aunque no debería de demostrarlos sino me dirían que soy un mono agrandado.- .

-No, ya termino.- ensarté el tenedor en el último pedazo del omelet y lo llevé a la boca para tragarlo, dejé el plato junto con los cubiertos ahí en el lavabo para lavarlos luego -Yo cociné, yo lavo.- levanté un poco el tono de voz al ver como se iba esperando que me escuchase, tomé un poco del jugo ya que me estaba atragantando y froté mis manos entre si, me dirigí hacia la sala por detrás de ella, esa música estaba linda, pero había algo que quería mostrarle -¿Puedo cambiar la música?. Quiero mostrarte lo de Argentina, es algo movido y se que en aquél lugar no hemos tenido muchas oportunidades de escuchar bien estas canciones.- dije sin mas, -Permiso.- dije al conectar mediante Bluetooth mi celular hacia el equipo de música, poniendo algo de un hombre llamado Rodrigo, un tema llamado Ocho cuarenta. Mientras la canción empezaba despacio me acerqué hacia ella agarrándole ambas manos, al escuchar como empezaba la parte movida -Seguime.- le dije entrelazando mis dedos con los de ella, moviendo mi cintura junto con los pies, era probable que ella no entendería la letra de la canción, pero solo había que seguir el ritmo, me alejé un poco de ella sin soltar su mano, la acerqué de nuevo hacia mi, la hice girar sobre su propio eje y así era como estábamos bailando cuarteto.

—Je parle un peu—me deleité a mí misma. Había perdido la costumbre de hablar francés porque el tiempo que ha recurrido desde mi última visita, ha sido largo y no reforcé mucho, sin embargo, sabía lo básico y algunas que otras frases.—Perdí la práctica, dejé a un lado mis raíces—pasé de dar más detalles y la sorpresa me arrancó una sonrisa en un instante. Imaginé el momento que proponía, me gustaba pasar tiempo con él, me gustaba él, estaba enamorada y no podría negarme.—Si no te es molestia llevarme en bikini, claro—sonreí presumiendo y anteponiendo que no sólo él estaría mirándome, al menos no en un lugar público—Pero la idea es genial—le lancé un beso y comencé a dirigirme hacia la sala de estar. Asentí ante su mandato con respecto al servicio, no me preocupaba por ello y él tampoco lo haría en unas horas, pues el servicio llegaba a primera horas del día sólo para mantener el yate en buen estado y entonces, se le habría podido olvidar.

Giré al sentir sus pasos detrás de mí, habiendo ya escuchado sus palabras—Creo yo, no es por nada en contra de nadie, pero el ego a veces hace bien—junté mis manos e incliné un poco mi cabeza hacia un lado, viéndolo desde esa manera.—Pero tengo que aclarar, que mientras estemos los dos solos, seamos como somos—caminé hasta la entrada de la cubierta, donde se veía el jacuzzi a una distancia prudente. Giré a verlo nuevamente, asentí dándole permiso a su pedido y esperé a que hiciese lo que tenía que hacer, sin entender muy bien el qué era. Una melodía suave no tardó en llenar la nave, fruncí el ceño pues no conocía la canción y menos comprendía lo que quería decir la letra. Español. Me sobresalté un poco al sentir el contacto en mis manos, pasé a acoplar mis dedos a los suyos y sonreí un tanto emocionada, empezó a moverse sincronizado a esa voz masculina, retrocedí cuando ello hizo aún unidos por nuestras manos y en la cercanía, al finalizar la vuelta le robé un beso. Comenzaba a adaptarme a este nuevo tipo de baile, que no se me complicaba por los dotes que tenía en el momento de aprender alguna danza—¿Qué es esto?—pregunté curiosa, siguiendo el movimiento de caderas.

El ambiente se apoderó de mí, haciendo que mis pies se movilizasen solos, la canción no concluía y sólo estábamos ambos bailando, tarareaba un poco mientras me iba separando. Comencé a reír alegre—Grandes pasos mi vida—no era una burla, me había encantado bailar.—Supongo que me toca a mí—le lancé un guiño y fui hasta el reproductor, conectando esta vez mi Ipod y yendo directamente hasta Thinking Out Loud, de Ed Sheeran, nuevamente escuchando el intro que tenía la canción. Me acerqué hasta él, tomé sus manos y las posicioné sobre mi cintura, enrede mis brazos alrededor de su cuello y escuchaba a voz del pelirrojo cantar, mientras nos movía lentamente.— Maybe just the touch of a hand—me separé un poco y bajé mis manos hasta tocar las suyas—Well, I fall in love with you every single day.

Entrecerré los ojos sonriendo al escucharle hablar ese idioma -Avez-vous aimé la nourriture?- pregunté sonriendo abriendo un poco mi boca de costado, cada vez que pasaba un hecho que me emocionaba yo terminaba demostrándolo con una sonrisa como esa, así sabía si me gustaba o no lo que pasaba y este era uno de esos momentos. Negué ante esa idea -No importa, el que se acerque se las verá conmigo.- digo levantando mi guardia como diciendo " Le voy a pegar " y eché a reírme, recurrir a la violencia era lo último que hacía, no me gustaba. -Siempre tengo ideas geniales.- comenté mientras tomaba un poco del jugo sintiendo un sabor dulce en mi boca, se sentía raro no tomar cerveza por una vez en el día, la observaba al mismo tiempo en el que ella hablaba de una manera tonta, inclinando mi cabeza y sonriendo, pero me habló del ego así que pude volver en si -Es cierto y mas conmigo, que me conociste con este ego.- asentí varias veces ante eso, tenía razón, mientras estuviésemos nosotros solos podíamos ser como éramos sin ocultar nada, pero allá fuera teníamos que, si era posible, evitar respirar uno cerca del otro, esa limitación era algo que me mataba cada vez que la veía en UCLA.

Después de haber puesto la música y enseñarle a bailar me reía, estábamos... compartiendo tiempo de pareja, se me hacía raro ese término pero me agradaba y mucho. -Tengo una gran acompañante.- le decía mientras nos íbamos moviendo, girando, demás. -Se llama Cuarteto.- cerré mis manos frente a mi mentón y las abrí al mismo tiempo en que las estiraba para decir esa palabra. -Gracias cariño.- agradecí al tiempo en que la veía alejarse hacia el reproductor. Sonreí ante esa canción que había puesto, la conocía y encima era una gran canción. Se acercó hasta mi, hizo que la abrazara por la cintura, "¿Como es que ella me hacía sentir el hombre mas completo y feliz del mundo con solo mirarle o hablarle?" esa pregunta y mas se pasaban por mi mente mientras nuestros cuerpos se dejaban llevar por el ritmo lento de la canción -Que bella eres Ally.- acerqué mi rostro al de ella para darle un pequeño beso en sus labios y volví a enderezarme -Te quiero.- se me terminó escapando esa palabra.

—La comida estuvo perfecta, basta de preguntarme por ella—le di un suave empujón con mi cintura, girando a su alrededor y pasando una de mis manos por su pecho, que subía y bajaba, acariciando a la vez este. Escuchaba la melodía que desprendían los alta voces dentro del yate, en la profundidad de cada pasillo se reproducía la misma pista, di unos pasos hacia adelante, haciéndole retroceder por inercia y estábamos fuera, donde el jacuzzi empezaba, nos moví de lado a lado, al compás de la canción, sonreí deslizando nuevamente ambas manos, esta vez quedando una en su hombro y la otra se dispuso a buscar la suya, para tener una perfecta pose para un baile de salón, pero no seguí la típica coreografía. Estaba extasiada por la voz del inglés, sonreía en cada nota y en cada caricia que iba dejando sobre el brazo de mi compañero, a la vez que sentía una necesidad insaciable de abrazarle. Di un giro más, quedando de pie frente suyo y sonreí ante el contacto de su boca, quise más, pero se terminó alejando—Me lo repite constantemente, caballero—negué, dejé que mi cabeza cayese sobre su hombro, descansando en este.— Take me into your loving arms—seguí cantando entre susurros.

Ante la respuesta que dio, sin pedirla, me paralicé. Congelada, separé un poco mi cuerpo del de él, tragué fuerte, tenía que aceptarlo, en algún momento se volvería a repetir la oportunidad. Aún con su mano unida a la mía, retrocedí y nuevamente estábamos bajo el techo de la pequeña sala de estar, la música no cesaba, pero tampoco llenaba de bullicio el lugar. Me mordisquee un poco el labio inferior, antes de empinarme un poco para llegar hasta su oído, tal y como si fuese un secreto—Te quiero—demasiado, lo hacía y ya lo había aceptado, pero tragarme el hecho, era un proceso largo. Sentí una removida entre mis entrañas, se me sacudió el pecho y sonreí, tiré de su camiseta con la mano que estaba dispuesta en su hombro y lo acerqué a mí—Te quiero demasiado—susurre un poco antes de unir nuestros labios en un solo beso, recorrí sus labios de arriba hacia abajo con los míos, alzando mis brazos para enredarlos alrededor de su cuello. No impedí que su lengua accediese a la mía, sentí mis mejilla de pronto arder, un retorcijón en el centro de mi pecho y mi cuerpo, sin autorización, se pegó al suyo, dando un paso hacia atrás otra vez y aun manteniendo el contacto entre nuestras bocas.

Podia decir que al menos entendia bien el francés, eso era algo que ya lo tendría muy en cuenta para un futuro - Esta bien es que estaba nervioso - comenté sonriendo al tiempo en que sentia su empujón por lo que me reí un poco. Siguiendo sus pasos de bailes, una forma tan común de bailar pero que ella lo hacia ver muy elegante, era cierto le vivía diciendo eso - Y te lo seguiré diciendo hasta que te canses de oírlo- dije sonriendo al tiempo en que miraba hacia arriba mientras ella apoyaba su cabeza en mi hombro. Podía ver el jacuzzi ahi por lo que varias ideas se me habian pasado en la mente pero no podía decirselas. Al parecer la habia dejado congelada el hecho de que dijiese esas palabras pero era algo que no podía evitar,  al ser una persona que todo lo que pensaba lo decia era simplemente difícil de no hacerlo aunque el hecho de que tardara me asustaba un poco, quizás no era el momento "vamos por favor" me decia a mi mismo mientras nos volvíamos hacia dentro del yate, senti su cercanía en mi oído y ese susurro hizo que por toda mi columna recorriese un escalofrío, en mi cara tenia una leve sonrisa.

Me tironeó de la remera acercándome a ella y otra vez escuchar esas palabras - Te quiero tanto Ally - dije rápido antes de sentir sus labios sobre los mios en un beso que ambos deseábamos, mi lengua jugando con la de ella, sintiendo cada parte de su cavidad bucal al tiempo en que nos íbamos moviendo del sitio,  abri mis ojos para ver en que parte estábamos y mi espalda iba a chocar contra la pared por lo que gire dejando que ella estuviese apoyada su espalda en la pared, cada vez los besos se intensificaban mas y mas, aumentando asi el calor de ambos cuerpos, deje de besar sus labios para continuar en su cuello, cortos besos y pequeñas mordidas leves daba en el, mis manos bajaban por cada centímetro de los costados de su cuerpo hasta llegar al short que tenia, las pasé por detrás de su espalda y metidas en su remera para sentir su piel con la yema de mis dedos subiendo un poco mas hasta llegar a la mitad de su columna. Mi boca continuaba besando esta vez su otro lado del cuello y volvió en su boca para sentir de nuevo esos labios, suspirando, mordiendo su labio inferior, tirando un poco de el para luego sonreír - Ally - dije en uno de los suspiros.

Recorrí con mis manos espacios de sus hombros, acariciando de vez en cuando sus omoplatos y rozando de vez en cuando la parte que siempre me señalaba como cosquilluda. Dejé que el músculo en el interior de mi boca llegase a tocar la suya a medida que nos acercabamos a la pared, sin darme cuenta acabé contra esta e hice que sus labios acabasen bajo la sumisión de los míos, no obtuve mucho beneficio de esto cuando él recorría con sus labios los puntos más sensibles de mi cuello. Un choque eléctrico con cada beso que dejaba y sus mordidas, no hacían más que intensificar el calor sobre mis mofletes, cerré los ojos para disfrutar del éxtasis que sus caricias en mi espalda baja, dejaba. Hizo que mi pelvis chocara con su cintura al sentir la mordida sobre mi labio, sonreí antes de abrir los ojos y realizar un análisis rápido a nuestra situación, me guardé la respuesta a su llamado y comencé a caminar, empujando su cuerpo en cada paso. Observé hacia un lado y teníamos un sillón a nuestro costado, acerqué mi boca a la suya, acariciandola con mis labios, en besos de un tiempo corto, giré nuestros cuerpos, quedando el mío frente al mueble, pasé mis manos alrededor de su cuello otra vez y me fui inclinando hacia atrás, flexionando mi rodilla sobre el alcolchado del sillón. Aún con nuestras bocas en contacto, jale de su cuello, acabando sentada en el mueble y con él a mi altura.

No dejé que sus manos se separacen de mi cuerpo por mucho, tomé su rostro entre mis manos y uní ambas frentes, tomando fuerzas y algo de aire por el esfuerzo, cuando estuve preparada sonreí y entrelacé mis manos en la parte trasera de su cabeza, haciendo que volvieramos a conectar con nuestros besos. Me incliné hacia atrás nuevamente, llevando aún su cuerpo con el mío, me fui echando sobre el cojín y lo tuve encima mío, detuve la mezcla de nuestros labios para mirarlo a los ojos, cuando me di cuenta que abrió los suyos bajé mi mirada hasta una de sus manos, tomando esta con una de las mías y dirigiendola a mi espalda, antes de llegar a la tela del bra. Subí mis ojos desde su pecho hasta su boca, finalizando el recorrido en los propios, asentí sólo para que estuviese seguro si quería tomar más terreno, acaricié su rostro con mi otra mano y le robé un beso, la música seguía sonando, pero mi atención no salía más que de ambos, no distinguía ni que sonaba. "Esclava de tu alma y atada a tu cuerpo, así quiero estar" sentía mi abdomen subir y bajar gracias a la velocidad en la que iba mi pulso con sentir la yema de sus dedos cerca de mi cuerpo, retomé el capricho de apropiarme de sus labios y fui besándolo con un poco más de lentitud, esta vez pasee mi lengua por la suya, tratando de entrelazarla y sintiendo sacudidas en el centro de mi pecho con el grado que aumentaba el ambiente que nos rodeaba, produciendo que ambos cuerpos quisieran más.

Nos acercamos hasta donde estaba el sofá sin soltar mis labios de los suyos ni mis manos en su cintura sintiendo el contacto de su piel, luego llevando mis manos hasta su rostro intercalando entre besos cortos y besos duraderos, nuestra respiración comenzaba a agitarse en ese intercambio de saliva junto a las caricias que provocaban un estremecimiento por todo mi cuerpo, una sensación que comenzaba a agradarme al tratarse de esta situación, se sentó quitando así mis labios de los suyos, dándonos un momento para poder mirarnos el uno a otro, con deseo, con esas ansias de querer más besos, mas caricias, puse mi mano en el respaldar del sillón para así evitar caerme sobre ella manteniendo así una corta distancia, dirigió mi mano hasta detrás de su espalda, asentí junto con ella pero de nuevo ahí estábamos, besándonos, sentía mi lengua jugueteando en ritual de fuego, como si estuviésemos compitiendo por ver quien era mas rápido, mas profundo. Me alejé un poco para respirar, dándole tiempo a ella para que hiciese lo mismo pero no duró mucho, otra vez nuestros labios se juntaron, un beso lento y profundo, íbamos cambiando el ritmo del beso aunque volví a separarme, comencé a besar su mejilla, bajando hasta su cuello, dando pequeñas mordidas en el mismo, seguí descendiendo hasta su pecho, depositando así cortos besos donde su escote dejaba ver su piel, seguí bajando hasta llegar a su vientre, levanté su remera despacio a medida que mis besos se frenaban en su cintura y de ahí volvía a subir, recorriendo cada parte de la misma a medida que subiendo esa prenda que lo sentía como una molestia ya.

Me senté en el sillón, una pierna flexionada de costado y la otra con el pie apoyado en el suelo, agarré sus piernas, acomodándolas para que así queden a ambos lados de mi cuerpo, llevé ambas manos a su espalda para así levantarla y quedando sentada sobre mi pierna flexionada, terminé de levantar su remera, ejerciendo la fuerza hacia arriba para retirar la prenda de su cuerpo, observando así su torso, cada parte de su pecho, mis manos se depositaron en sus caderas para abrazarle bien mientras que volvía acariciar su espalda esta vez haciendo un poco mas de presión así su cuerpo estaba pegado al mio al tiempo en que me encorvaba para besar cada parte de ella, su cuello, el hombro de un lado, bajando por su pecho sin retirar todavía su brasier, quería besar cada parte de su cuerpo, sintiendo así un mar de sensaciones y esperando que ella también lo sintiese, la deseaba, el simple hecho de estar asi me hacía querer mas de sus besos, esa acción que se había convertido en mi droga, mi éxtasis, me enderecé para proseguir besando sus labios, ahí se encontraba otra vez ese deseo de seguir con los mismos, ya nuestra respiración estaba agitada...

Trataba de respirar y ralentizar nuestros choques corporales, sentía sus manos con firmeza agarrando mi cintura, sonreí en cuanto sentí nuevamente recorrer con su boca mi cuello, mi espalda se enderezo al sentirlo pasar sus labios sobre la parte superior del escote y me mordí el labio para no soltar su nombre en un alarido. Tragué fuertemente cuando tocó entre besos mi abdomen, me estremecí hundiendome en el sillón, produciendose cosquillas donde me hace falta tenerlo cerca. A pesar de la distancia que nos dejó, no pude si quiera regularizar mi pulso, estaba muy acalorada de repente y tenía una necesidad de seguir probando sus labios, era el grado al que estábamos, lo quería y si era así, definitivamente lo deseaba. Aguardé mirando su figura sobre mi y cerré los ojos para concentrarme, estaba más que ansiosa, no se lo podía decir aún, pero mi cuerpo reaccionaba y con ello, solo obtenía respuesta. Casi chillo al sentir sus manos estar sobre mis piernas y tomar control para posicionarlas a ambos lados de él, fue cuando se inclinó y pasó ambas manos bajo mi espalda. Sonreí cuando lo tuve cerca, rozando sus labios con rapidez, antes de estirar mis brazos hacia arriba para que se le hiciese más fácil quitarme la blusa, apoyé ambas manos en cada hombro y rocé con la yema de mis dedos su piel, sentía un poco de brisa entrar por la puerta de la cubierta y me enderecé sentada sobre su pierna. Flexioné mi cuello hacia atrás para darle mayor accesibilidad a este, sentía nuestros pechos subir y bajar sincronizados gracias a la cercanía que teníamos.

Me sentía un poco fastidiada con esa posición, pero no tenía como darle a conocer ello, después de todo, estaba sumergida en el deseo que generaba con los roces y besos que repartía por todo mi pecho. Tomé el control de su boca una vez que lo tenía frente a frente, mordí y tiré de su labio inferior, empujando con mi cuerpo el suyo y así quedase sobre el posa brazos del mueble, apoyé una de mis manos en la tela y la otra la bajé recorriemdo su pecho y abdomen sobre la tela, paseé la punta de mi lengua por sus labios y volví a introducirla para juguetear con la suya. Me levanté un poco, sintiendo como su boca buscaba la mía, sonreí y volví a quedar pegada a su cuerpo. La mano quedó sobre el final de su camiseta y comencé a levantarla, metiendo mi mano bajo esta y toqueteando su abdomen marcado, subí esta vez la misma dejando la prenda en ese doblez y bajando la otra para que cumpliese con lo mismo que hice hace segundos. Comencé a repartir besos por su mentón, bajando lentamente por su cuello, mientras subía la tela en su pecho, me hice hacia atrás y tiré de la camiseta para que se viniese conmigo, así pudiendo tener espacio para subirla por completo, pasandola por su cabeza. Tuve tiempo para recuperar el aliento, aún tenía un poco de inconformidad por el lugar reducido que nos daba el sillón-Ya te dije que te quiero-volví a besarlo, con mayor profundidad y empujando hacia atrás, esta vez dejando que mis manos descansasen sobre sus bíceps.

Me levanté un poco extasiada, tiré de su mano, girando para verlo y lo lleve en cada paso conmigo, guiandome por el recuerdo borroso en éstas  circunstancias, de donde se encontraba mi habitación sobre la nave. Lo miraba a los ojos, teniendolo muy cerca, a medida que avanzabamos, al menos yo retrocediendo, le robaba algunos besos y recorría con mi otra mano sus brazos-Te adoro y, te deseo-sentí arder mis mejillas, chocando de repente con la puerta fría de mi recámara.

Recorría cada parte de su pecho con los besos que daba desde el cuello hasta el hombro mientras mi otra mano acariciaba toda su otra parte, acercando mi cuerpo al de ella sintiendo así el contacto de su mano metiéndose dentro de mi remera haciendo que cada caricia que daba me estremeciera sonriendo al tiempo en que yo seguía en lo mío, me hice para atrás al sentir su cuerpo acomodándose sobre el propio, al quedarme recostado levanté mis brazos dándole total libertad de que acariciara lo que quisiese, mi mirada no se quitaba de su rostro ni de sus labios, solo deseo besarles pero todo iba aumentando, las ansias, el querer sentir con mayor proximidad cada parte de ella. Elevé un poco mi cabeza y espalda para retirar con mayor facilidad mi prenda dejando mi torso desnudo, los besos en mi cuello me volvían loco, podía decir que era algo que me fascinaba haciendo que sintiera todo escalofríos en mi espalda al tiempo en que mis manos acariciaban toda su espalda, volvimos a besarnos, mi lengua apoderándose de la de ella ,sintiendo su cavidad bucal, las yemas de mis dedos seguían sintiendo su piel queriendo hacer algo mas pero me vi interrumpido al ver como se levantaba y me tiraba de la mano para ir hacia algún lado, veía el rostro de ella al observarla retrocediendo, me acordé de lo que había dicho antes en el momento de besarle -Y sigue diciéndolo que me encanta escucharlo.- dije rápidamente para volver a darle besos cortos correspondiendo los que ella me daba.

Podía mirar como me llevaba hacia una puerta que según mi lógica eso daría a la habitación por lo que sonreí de costado sin dar mucha opción de que se note ya que nuestros labios volvían a juntarse, se dio la espalda con la puerta por lo que quedó apoyada en ella, la agarré desde las piernas para levantarla y así que enrede las mismas en mi cintura, continué besándola con intensidad, cada respiro , cada suspiro que salía al alejar mis labios de sus labios para volver a juntarlos en otro tan deseado beso, le agarré con una mano pasándola por su cintura para aferrarla mejor a mi y abrir la puerta con mi otra mano libre donde se encontraba la pieza, caminaba despacio mientras la seguía cargando, me acerqué a la cama, me incliné para adelante así dejandola con cuidado por encima de la misma, esta vez con el uso de mis manos agarré su brasier y lo desenganché, por delante pasé las mismas para retirar poco a poco agarrando las tiras del bra, besando de nuevo desde su cuello esta vez bajando por su pecho a medida que iba retirando su ropa interior, comencé a acariciar sus senos a medida que mas besos prologandos e intensos nos dábamos -Te quiero mia...- un susurro se me escapó entre tantos besos.

Le brindaba besos alrededor de su boca y regresaba para acariciar sus labios—Te—entre besos comencé a hablar—Quiero—sonreí cuando sentí sus manos nuevamente ocuparse de recorrer mi cuerpo, como si paseasen por este y buscaban más, apoyé ambas manos en su rostro para intensificar el beso, acercando más nuestros cuerpos. Siento de pronto que mis pies ya no tocan más el suelo, enrollo y amarro mis piernas alrededor de su cintura, apoyando mis brazos sobre sus hombros y tomando su labio inferior tirando un poco de este, haciendo lo mismo con el inferior. Siento como va retrocediendo, con algo de miedo aprieto el agarre y me mantengo sostenida a medida que voy acariciando sus hombros y rostro. Comencé a sentir el acolchado de la cama bajo mi piel, aún con el calor de su brazo alrededor de mi cintura y mantengo un agarre desde su cuello con mis brazos. Cuando sus manos se pasaron a esta, solo para retirar la pieza de la ropa interior, arquee mi espalda para que lo hiciera con mayor rapidez y menos dificultad, el broche se liberó, haciendo que sintiese un poco de calor en mi rostro. Era algo íntimo, nos refugiábamos en la clandestinidad y compartíamos los mejores momentos, en especial este, que parecía ser un gran paso. Tragué lentamente cuando sentí sus labios tocar mi piel otra vez, estremeciéndome por completo sobre la cama.

Cuando dejé de sentir la tela cálida sobre mis senos, cerré mis ojos para sentir su tacto, acompañado de sus besos y así provocar que no solo me concentre en esa parte de mi cuerpo, pronto comenzaría a sentir sacudidas en mis entrañas, produciendo mil sensaciones. Abrí mis ojos lentamente, sintiendo su masaje sobre mis pechos y mordisquee su labio inferior, llevé mis manos hasta su torso, bajando y estirando mi cuerpo hacia atrás para que estemos más arriba. Agarré el inicio de su pantalón, distraída por las caricias, logré llegar hasta el botón y la cremallera.—Y yo te quiero mío, por siempre—sabía que decía, arriesgaba lo que sentía porque podía ser correspondida. Subí una de mis manos hasta tomar su mentón y brindarle un solo beso casto, tomo una de sus manos, y así bajase hasta los botones de los shorts que tenía y yo, aún mantenía la cintura de su pantalón cogido. Comencé a retirar el primer botón, con un poco de timidez por tener mis manos casi sobre el bulto que existía bajo la tela. Regreso mi mano, partiendo desde ahí con la yema de mi dedo una caricia hasta estar viendo su pecho, me aseguro de no perder el contacto visual y vuelvo hasta los pantalones, ambas manos sobre él y voy deslizándolo para ir quitándoselo, con el permiso de él, necesito de su ayuda. Escucho de fondo aún las canciones, pero no puedo quitarme de encima sus ojos, estoy cautivaba. Tomo su rostro otra vez entre mis manos y comienzo a besarlo, con algo más de tranquilidad.

"Por siempre" escuché esas palabras que interiormente me habían dejado congelado interrumpiendo todas mis sensaciones aunque mis acciones seguían siendo las mismas, "¿Realmente soy de esa clase de tipo?" me preguntaba, si, sentía muchas cosas por Ally, pero estaba en esa duda con respecto al tiempo, ninguna de mis relaciones anteriores habían durado ni siquiera 3 meses, sentí su beso y eso fue lo que terminó de ayudarme a decidir, no se si soy esa clase de tipo, pero nunca me alejaré de Ally, mis sentimientos por ella eran sinceros, fuertes, incluso estábamos haciendo esto que era algo grande, un importante momento entre ambos -Por siempre y para siempre nena.- dije seguro de lo que decía con una sonrisa dando otro beso al tiempo en que sus manos jugaban con los botones de mi pantalón, solo ella y por ella vivía ahora. Le ayudé a bajar mi pantalón dejando ver el boxer negro que por dentro tenía el miembro que ya estaba siendo apretado por la prenda, no lo sacaría yo, esto debía de ser un juego también, la miré levantando mis cejas y guiñando un ojo sonriendo como diciendo " Hazlo " pero antes de que se moviese me acerqué a su short, agachándome, abriendo sus piernas y empecé a dar besos en los costados de sus piernas al tiempo que mis manos desabrochaban su ropa, una vez hecho eso interrumpí mis besos, retirando poco a poco el short dejando ver así su ropa interior, su feminidad casi, esta vez di cortos besos por encima de ella a medida que terminaba de retirar el short, abriendo un poco de nuevo sus piernas para mayor comodidad.

Sentía unas cosquillas en el estómago mientras que mi miembro cada vez se ponía mas duro al verla así, de esta manera, tan hermosa, tan perfecta y única, tan sumergida hacia mi persona que era algo irresistible, agarré a Ally de la cintura levantándola, cortando todas caricias, giré para sentarme en la cama, la acomodé en mi falda con las piernas abiertas, acercando su cuerpo al mio para sentir la proximidad de mi virilidad en su entrepierna, comencé a besar sus senos, mis manos pasaban a acariciar toda su espalda, cintura, intercambiando cada sección de caricias, hasta sus piernas, para aumentar mas la intensidad de los besos, sintiendo así un calor que se acumulaba en mi cuerpo, levanté mi rostro luego para besarle los labios y me incliné para atrás cayendo así de espalda en la cama con ella encima, comencé a acariciar sus nalgas, dando una palmada en la misma, despacio para ver que reacción tenía en ella, apretando su cuerpo en el mio para que volviese a sentir lo mismo, moviendo mi cintura, ya mi miembro se sentia apretado.

Contemplé su figura, sentía electricidad recorriendo cada parte de mi cuerpo en respuesta a todo lo que me estaba haciendo, convertí mis ojos en una forma de traspasar su alma y refugiarme en su interior, no me quería separar o que la proximidad se extinguiese entre ambos, sonreí como pude en medio de esta laguna lujuriosa cuando lo escuché hablar. A ambos nos quedaba una pieza de tela sobre nuestros cuerpos y que pronto desaparecerían, iba a llevar ambas manos hacia su cadera, pero me vi interrumpida cuando pasó a regar besos sobre mis muslos, apreté mis dientes guardando su nombre en mi interior, no quería dejarme llevar tan rápido. En cuanto sentí que mi parte más íntima era rozada abrí los ojos inmediatamente, mantuve mis manos apoyadas en sus hombros cuando ya no me encontraba sobre la cama y sentía su masculinidad muy cerca mío, me hundí en él para que disfrutara al igual que yo de nuestra cercanía. Bajé la mirada hasta donde repartía besos, hice humo la vergüenza con él, quería que explorase a su capricho cada parte de mi. Respiraba con la boca entre abierta, sintiendo el movimiento debajo mío y me exalté un poco cuando recibí la nalgada. Me incliné pegada a él, sonriendo muy cerca de su boca y giré, dejándolo sobre mi, llevé ambas manos a su bóxer, con una comencé a tirar del elástico y la otra, recorrer su cadera, pasando a apretar la nalga que corresponde.

Sentía su miembro erecto y lo veía apretado dentro de la pieza de vestir, deslice uno de mis dedos dentro de la prenda, rozando su piel y sintiendo la vellosidad del alrededor. Con ayuda de ambas, voy bajando su ropa interior, liberándolo por fin, mi cintura por inercia parece querer reaccionar y mi espalda se arquea casi rozando nuestras partes íntimas. Llevé mis besos a su cuello, deslizando la punta de mi lengua lentamente y recorriendo pocos centímetros de este, con mis pies retiré por fin la tela, enrede mis dedos entre sus cabellos, tirando un poco de este para que me mirase una vez más. Comencé a besarle con más fuerza, transmitiendo o tratando de hacerlo con toda la ola de pasión que se me venía encima, deslice mis manos por su espalda, sintiendo como mis uñas desgarraban su piel con delicadeza, sentía presión en mi abdomen y de vez en cuando, su virilidad rozaba la tela que tenía encima, lo único que se interponía entre ambos. Si nos alejábamos para recuperar un poco el aliento, el siguiente beso aumentaba su grado de deseo, lo necesitaba y sentía como él a mi, quería entregarme a él de todas las formas, podía sentir que lo quería, mi alma lo llamaba y empezaba a desencadenarse algo sin freno , no quité ni un segundo mis manos de su cuerpo, estas picaban con ansias por sentir su piel a esta temperatura. Llevé una mano hasta sus glúteos desnudos, volviendo a darle el apretón de hace un rato, sintiendo esta vez su piel.-Sebastian-mi boca suelta sin autorización, como si fuese una súplica, me removí inquieta, aún así, seguí besándolo.

Cada movimiento que ella realizaba era algo que sumaba a este éxtasis que sentía, este momento de lujuria ante el hecho de tenerla de esta manera, sintiendo su entrepierna cercana a mi miembro, sus besos que me volvían loco, ese tirón de cabello me encantó, no pude evitar sonreír  ante esa acción por lo que más fuerte la enredé entre mis brazos, pero quería hacer más que esto, mucho más, todo se vio intensificado al pronunciar mi nombre. Comencé a besar su cuello, deslizando hasta sus hombros, acariciando cada parte de su piel que al tocarla mas me prendía, apreté ambas nalgas a medida que los besos se intensificaban. Me levanté agarrando su cuerpo desde su cintura sujetándola fuerte para llevarla contra la pared, dejándola colgada de mi, entrelazando sus dedos con los míos para ponerlas a la altura de su cabeza en ambos costados, mi cintura se movía sola dejando que mi miembro se depositara en su entrepierna para así hacerle desear más, el juego previo era un juego de completo placer, giré y la llevé hacia la cama, la apoyé ahí dándome la espalda, observando así su parte trasera, me agaché para correr un poco su ropa interior para así jugar con mi lengua en su feminidad, subiendo, bajando, cambiando el ritmo con el que hacía ese movimiento, despacio la moví hacia un costado dándola vuelta, me levanté poniéndome a su altura, comencé a besar sus labios, mis manos iban bajando desde su hombro hasta su vientre a medida que mis besos iban descendiendo también a la misma altura, pasando por sus senos, besando cada centímetro de su cuerpo, acariciando su piel. Siguiendo por el mismo recorrido llegue hasta su cintura por lo que se encontraba su ropa interior, mordí su prenda a medida que con mis dedos iba ayudando a retirarla, estirando así sus piernas. Separé despacio sus piernas, subiendo desde sus rodillas con mas besos todavía hasta llegar a su feminidad, corrí hacia fuera sus muslos dando así más espacio, empecé a besar delicadamente esa parte pero no duró mucho que comencé a hacer uso de mi lengua, acercando mi boca a su vagina, mi lengua se descontrolaba jugando con su clitoris a medida que mi dedo índice y del medio se iban metiendo lentamente en su feminidad, jugando así al meterlos y sacarlos con cuidado, alejé un poco mi boca para cambiar aire pero volví a realizar lo mismo mientras subía mi otra mano para acariciar sus senos.

Fuego, las llamas producían que en mis entrañas, todo se descompusiese, quemando a su paso el deseo lo que quisiese. Me encontré debajo de una nube hecha para esparcir sobre mi cuerpo los besos más deliciosos, sintiendo el roce de aquel par de labios como un par de plumas deslizándose por cada centímetro de mi piel. El éxtasis, estaba queriendo a por él, mi cuerpo lo necesitaba y de alguna manera, Sebastian conseguía atraer con más fuerza aquello que no me dejaba en paz. Sellé mis ojos y llevé mis manos hasta sus hombros, rasguñando toda su espalda por la rudeza que estaba comenzando a tomar, haciendo que mis piernas flaquearan aún sobre la cama. Abrí mis ojos de golpe y los fijé sobre los de él, mirando de reojo hacia su parte inferior, sonreí como pude por lo que estaba provocando, sintiéndome impotente por no poder moverme como quisiese ante la posición que habíamos tomado. Dejé que varios suspiros escapasen por mi boca, perdiendo aire a la vez que comenzaba a sentir sacudidas desde el centro de mi vientre y haciendo que todo en mí, vibrase. Nuevamente con el acolchado debajo de mí, pensé que podría descansar de esta laguna tan profunda que era la lujuria, apenas y pude soltar un gemido cuando sentí como es que iba perdiendo aire otra vez, quería ser partícipe de sus deseos, pero si así él lo quería, podría oponerme a mis impulsos. Al menos por un rato.

Tiré de sus labios cuando me estuvo besando nuevamente, repasando con mi lengua el contorno de su boca. Quebré mi espalda al sentir el besuqueo hasta la parte más sensible de mi cuerpo, tomé entre mis manos la tela del edredón y apreté, incrustando mis uñas en esta para contener el desarrollo del éxtasis que se iniciaba. Lo había visto y conocido de una forma tan cariñosa, tan caballeroso y atento conmigo, que dentro de mi cabeza, no cabía si quiera el desenfrenado juego que estaba ocasionando en lo más recóndito de mi cuerpo. En un solo movimiento levanté mi pelvis para conseguir sentir más de cerca su órgano bucal, hice presión sobre mis párpados y gimotee con fuerza. Atrapé su cabeza con mis manos y lo levanté rápidamente, haciendo que quedase con su rostro a la altura del mío, abrí mis ojos y comencé a besarlo de una manera intensa, pasando mis manos por toda su espalda y dejando caricias sobre su rostro—Te quiero—me giré con fuerza para derribar su cuerpo, obteniendo el mando de la situación actual. Repasé sus ojos, rozando su nariz con la mía, con mi mano derecha viajé en busca de su izquierda, al conseguir tenerla, entrelacé mis dedos y volví a repartir besos por su cuello. La cercanía entre nuestras partes genitales comenzaban a incitarme, provocando que no solo fuera un pensamiento, me levanté un poco, quedando sentaba debajo de su miembro. Con la fuerza suficiente en mis rodillas me levanté, antes de tocar fondo y caer al abismo de la rendición, apreté con cariño su mano y dejé que se introdujese dentro de mí. Incliné mi cuello hacia atrás y mordí con intensidad mi labio inferior, comenzando a sentir mis espacios removiéndose y dejándole el paso libre a él, me incliné hacia adelanté apoyando mis manos sobre su abdomen formado y trabajado, dejé un beso casto sobre sus labios y comencé con el ritual, ejerciendo un movimiento suave junto a mis caderas.