Losing control // Breya

Los últimos días han sido demasiado intensos, realmente en mi cabeza hay un lío, no porque no tenga claro lo que siento, estoy segura de que estoy enamorada de Paris de que quiero estar a su lado, pero no puedo evitar pensar en el castaño y en lo que dijo. Yo solo creo que él no ha comprendido lo que quise decir y al escuchar que aun tiene esos sentimientos por mi, solo creo que lo mejor es que no lo haya entendido supongo que solo complicaría mas todo.

Por suerte Breya ha estado de acuerdo en tener una noche de chicas, haremos una mini pijamada en el sótano pero algo me dice que a pesar de que ambas seamos mujeres y jóvenes esta pijamada no será para nada como el propio concepto de dicha celebración lo dicta.

Por la tarde he salido con Paris, creo que la idea no ha sido su favorita, mantenernos alejados nunca lo es, pero ha accedido a comprarme un poco de alcohol para nuestra mini fiesta, en poco tiempo tendré mi identificación y ya no tendré la necesidad de pedirle a nadie que me compre nada. Eso me entusiasma. En mi cuarto busco mi pequeña cajita donde aun guardo un poco de hierba, ya tiene algún tiempo pues desde que volví con Paris solo no he fumado, pero la guardo por si acaso. Y creo que hoy compartiendo con mi amiga no debería causar demasiados problemas en caso de que me de un ataque de sinceridad como la última vez.

Tomo la cajita, y voy a la cocina donde he dejado las bolsas con las compras que he hecho en compañía de mi novio, solo se trata de comida chatarra, una botella de tequila, cerveza y creo que con eso nos bastara. Drogas y alcohol creo que eso garantiza que sea una noche divertida, el sótano es lo suficientemente cómodo para que no necesitemos mucho más. -Brey necesito un poco de ayuda para bajar esto. - grito desde la cocina esperando que ella aparezca desde algún sitio para ayudarme.

Este febrero si que estaba resultando atípico, y todo eso debía atribuírselo en primer lugar al inesperado incidente de mi hermano irlandés, Bentley que nos dejó a todos de los nervios, el odioso pero caritativo San Valentín de las Sigmas y Alfas, del cual había sido participe tras prácticamente ser "raptada" por una horda de monos disfrazados, y también a la creciente cantidad de tarea que nos encomendaban nuestros profesores (aún intentaba descifrar que sucedía en su cabeza que los hacía fijar proyectos a todos simulaneamente).
En fin, por todos estos motivos tanto física como mentalmente, muchas veces me encontraba lejana a mi hogar en la casa morada, aún así, procuraba mantenerme al tanto de lo que acontecía en la vida de mis amigos, en especial, de mi pelirroja preferida, Zoe. Sabía que algo no andaba bien, que sus jornadas actualmente estaban siendo bastante complejas, así que en parte aquella noche de "pijamada solo chicas" sería para ponernos al día de los últimos acontecimientos, y ya de paso comer chatarrería y quizá beber alguna que otra cosa.
Bajé al sótano a toda velocidad, cargando mi notebook, junto a los dos sacos de dormir que habíamos dejado listos en la mañana y una bolsa repleta de "todo los utensilios que pudiéramos necesitas"  entre ellos, vasos descartables, limones, para el tequila que compraría la morada y desde luego sal.

Dejé todo sobre uno de los sillones, lista para poner algo de música en la computadora, cuando escuché la voz de mi amiga. -¡Voy! -Respondí a toda voz, y subí hasta la cocina. -¡Oh por dios! Ya veo porque necesitabas un par de manos extras. - Menos mal que había dicho que solo compraría un "par de cosas". - Es por estas cosas que te adoro. -Le dije lanzándome sobre ella para darle un breve abrazo y luego tomar un par de las bolsas de compras. - Listo, si prendíamos estar sobrias esta noche creo que nos equivocamos. -Bromeé dando un par de pasos en dirección a la puerta para volver al marchar en dirección al sótano, no creía que en los planes de ninguna de las dos estuviera presente la sobriedad, definitivamente esa pijamada sería algo poco convencional.

Tener a Breya como amiga realmente era necesario en mi vida, ella solo aportaba todo eso que últimamente me hacía falta, así que sentir su abrazo sobre mi me hizo sonreír, sobretodo al escuchar su comentario sobre la sobriedad. -Un par de botellas para dos, probablemente amanezcamos sobrias. - definitivamente nuestro plan no era para nada ese. Primeramente estaba la diversión, pero claro que necesitábamos un desahogue y el alcohol era perfecto para solo olvidar todo lo demás.

Con cuidado ambas con un par de bolsas bajamos al sótano, era extraño solo estar nosotras dos, pues normalmente al bajar al sótano lo hacíamos en grupo para alguna actividad, pero me gustaba la sensación de calidez que nos daba. Al terminar de bajar las escaleras observe que mi amiga ya tenia todo listo. -Mira nada mas alguien estaba ya preparada. - digo al ver la bolsa con limones y sal. Deje las bolsas en el suelo, para solo sacar una de las frituras y ponerla en un plato para dejarme caer en el sillón. Y comenzar a picar. -¿Y entonces que hacemos primero?- leo un mensaje de Paris, que solo dice "Diviértanse. Recuerda que puedes visitarme mas tarde si quieres.". Y respondo con una carita feliz un te amo y un apagare mi celular. Y lo hago, mientras estiro la mano para que Brey suelte el suyo. -Nada de distracciones. - digo solo poniéndome de pie para dejarlo sobre uno de los muebles. Pues se perfectamente que al tenerlo en la mano solo estaré enviando mensajes a Paris es algo que solo no puedo dejar de hacer.

Dejé que una pequeña sonrisa "maliciosa" se formara en mi rostro al escuchar la ironía filtrada en su supuesta afirmación. -Exacto, apuesto que mañana estaremos frescas cual hermosas lechugas. -Bromeé, definitivamente no amaneceríamos sobrias, y era genial poder admitirlo directamente sin recibir miradas acusadoras o en cierto punto represora, porque definitivamente beber en paz es algo que no tiene precio, más aún si lo hacías con una amiga con la que parecías estar en sintonía. Mi sonrisa se amplió aún más, ese era uno de los puntos fuertes de nuestra amistad, nuestras coincidencias y ese respeto donde cualquiera de las dos podía ser como era o hacer lo que deseaba que ninguna juzgaría.

Bajamos hacia el sótano paso a paso, siendo cuidadosas para no dañar ninguno de los artículos que cargamos en las bolsas y también para llegar "sanas" y salvas hacia allí. Gracias al cielo nada extraño sucedió.
-Por supuesto, no creo que mi fuerza de voluntad sea capaz de soportar subir las escaleras una y otra vez en busca de estas necesidades básicas. -Señalé con mi diestra los limones y la sal, condimento indispensable para un buen tequila. -Además de comer... -Robé una fritura de las que acababa de colocar Zoe en uno de los platos. -Y de poner música de fondo para no sentirnos solas en este enorme lugar... -Tecleé en mi computadora hasta encontrar una carpeta que decía Coldplay y de repente una canción de ellos comenzó a sonar. -Deberíamos... -Me interrumpí al ver como la omega apagaba su celular y estiraba su mano en mi dirección para que la imitara y se lo entregara. Obviamente no me opuse. Le entregué el móvil despreocupadamente y finalmente concluí mi pensamiento. -Deberíamos ponernos al día, vamos, comienza a hablar... ¡Soy toda oídos!

Off: Mil disculpas por la demora!!!!

Una carcajada escapo de mis labios al escucharla, me encantaba ese sarcasmo con él que lográbamos comunicarnos y simplemente lográbamos tomar de la vida un poco de diversión aunque solo está nos pusiera obstáculos en el camino. -Como tomemos todo lo que hemos comprado creo que no podremos salir de aquí, al menos no caminando en un par de días. - pues ciertamente las escaleras eran el peor enemigo de las personas ebrias, y para como pretendíamos estar seguro tendríamos un fuerte problema con ellas.

Aplaudí un par de veces cuando ella menciono el plan a seguir, y al escuchar la canción que sono de fondo solo pude sonreír pues era justo una de mis favoritas. Al final con cero interrupciones podíamos comenzar nuestra noche de chicas.

Pero al escuchar que solo deberíamos ponernos al día, alargue mi brazo para alcanzar el tequila serví dos shots uno para cada una, pero no espere el limón, y solo di un largo y profundo trago sintiendo el ardor en mi garganta y frunciendo bastante el ceño. Luego solo suspire y sonreí a mi amiga. Y me aclare un poco la garganta... - Digamos que no es la mejor de mis semanas, ¿Recuerdas a Delsin? - en realidad mi pregunta era solo una manera de introducir mi historia, pues no se si recuerde el nombre, pero seguro que recuerda fue el causante de que terminara con Paris y bueno todos esos dramas que de los que le he hablado. -El vino hace un par de días y me dijo que me quiere. - digo soltando un pesado suspiro, pues es algo que en verdad me preocupa, aunque solo no debería. Claro que no debería Paris y yo estamos en el mejor momento y preocuparme por Delsin solo es estúpido.

Inevitablemente me uní a sus risas e inmediatamente nos imaginé tan ebrias que no podíamos desplazarnos, como una especie de zombies incapaces de mantenerse en pié y cuyo cuerpo era tan viscoso que al dar un paso para ascender las escaleras en vez de subir un escalón retrocedían  cinco. Sacudí mi cabeza golpeándome mentalmente y no dije nada, si comenzaba la noche con esos comentarios tan bizarros... ¡¿Que diría cuando estuviera completamente inmersa en el mar de alcohol?!

Sus aplausos me hicieron sonreír más de la cuenta y levanté mis brazos con mis puños unidos como exclamando mediante gestos  "¡Victoria!" que interrumpí únicamente para ejecutar mi plan.

Desde luego Zoe no se conformó con mi sugerencia de ponernos al día, ella sirvió un shot de tequila y ni siquiera necesitó de la ayuda de "los condimentos especiales" para beberlo, eso no indicó un buen augurio. Ok, la charla sería compleja. -Vamos Breya activa tu modo consejero. -Obligué a mis neuronas a ponerse en movimiento y a mis oídos abrirse para escuchar con atención. -Delsin... como para olvidarlo. - Tomé de un trago sin dudar, preparándome para la conversación. -No lo puedo cree... - Después de todo lo sucedido, el chico tenía el valor de confesarse otra vez, intenté recomponer mi sorpresa para volverme más mesurada y continuar escuchándola. -¿Y tu como te sientes con eso Zoe? Digo, es obvio que debe generar cosas en ti... pero, no veo motivo alguno por el que debas sentirte afligida, ni culpable... Cada uno quiere a quién quiere.

Escuchar a mi amiga me hace sonreír, y suspiro un poco, supongo que ahí es justamente donde radica mi problema, suspiro otro poco y agradezco en mi mente por tener esta chica porque realmente tengo que decir en voz alta lo que sigue y no hay nadie mas con quien desee hacerlo. -Me siento pésimo, creo que siento algo por él. - digo sintiendo como me quito un peso de encima. -Yo realmente estoy enamorada de Paris, lo quiero y me encanta, pero cuando tengo a Delsin cerca mi corazón se acelera y solo me es imposible controlarlo. - digo solo dejándome caer recargada sobre el sillón en el que estamos. -Por ahora supongo que no tendré mas problemas, le dije que no lo quiero cerca. - aunque eso de alguna manera me pone un poco triste, pues la amistad que íbamos formando en realidad me agradaba.

Me siento nuevamente recta, y vuelvo a servir en mi pequeño vaso, mostrandole la botella para saber si ella quiere mas. -Bueno ya dejemos ese tema, solo necesitaba decirlo en voz alta. ¡Cuéntame que tal todo contigo! Siento que hace siglos que no hablamos. - ahora si busco limón y un poco de sal pues ya pase un poco el trago amargo. Y solo pruebo el limón para beber el contenido de mi vaso, a este paso creo que en una hora como máximo no sabre nada de mi, pero con el peso que me he quitado de encima al decirle a Breya solo creo que voy a poder realmente disfrutar de esta noche.

Me contagié de sus suspiros y exhalé lentamente al igual que ella. Al parecer con mi pregunta había dado justo sobre el conflicto. -Oh, no... aquella situación era más complicada de lo que pensaba. -Zoe... -Le dije a mi amiga estirando mi diestra en dirección de una de sus manos para darle un ligero apretoncito reconfortante. -¿Tu crees que lo mejor sea no ver a Delsin? O sea si estás completamente segura de que tus emociones hacia a él son algo pasajero o menos intenso que lo que sientes por Paris, genial, aléjate de él, dolerá por supuesto, aunque los superaras... ¿Pero y si esos sentimientos son algo más? Estarías engañándote a ti misma al guardar distancia. -Mi experiencia respecto al amor y las relaciones era extremadamente limitada, pero algo que había logrado aprender por ahí era que  hay distintos tipos de amor, amores más constantes y otros más apasionados... También otros, afirman que puedes amar muchísimo a una persona pero si que hay veces donde ese "click" especial no ocurre. Ella debería aclarar su mente, conocer en verdad sus sentimientos y luego decidir, sin embargo... supuse que todo aquello se resolvería únicamente mediante el transcurso del tiempo. -Se fuerte... Sea como sea todo se arreglará -La alenté esbozando una cálida sonrisa, agradecida de que compartiera esos pensamientos conmigo, y expresamente, que confiara en mi.

Vi como movía la botella cerca mio y la agarro para recargar otra vez mi shot con aquella vigorizante bebida.
-Ok, está bien... dejemos que se pierda en los confines de tu mente. -Bromeé. -Emm... por aquí no ha sucedido nada interesante... fui raptada por unos monos que me llevaron a la fuerza a la feria de San Valentín, (aunque al menos pude ver a Bent) y... ¿Sabes? ¡Alguien desconocido me obsequió un bonsai! Lo llamé "Señor Miyagi"; finalmente me suspendieron de la biblioteca por un mes debido a un par de "situaciones" conflictivas... -La imagen de la discusión con Ania vino a mi mente, y también una de aquella madrugada donde me había topado con las fanáticas de "Cincuenta sobras de Gray" - ¡Al fin terminé mis tareas! ¡Soy libre! Y... ¡Ah! Lo olvidaba, quiero hacerme amiga de Patrick Regnault... Listo, esa es la actualización de mi vida. -Le mostré mis dientes en una sonrisa tan amplia que pareció una mueca y con de forma poco convencional tomé un poquito de sale con mi dedo índice, me la llevé a mi boca y vacié el shot de un solo trago otra vez.

Sonrei al escuchar a Breya me gustaba que ella solo escuchara y diera su pequeño consejo pero que también respetara cuando yo solo no quería hablar sobre algo, supongo que el solo hecho de que ella me escuche y trate de comprenderme es una de sus mejores cualidades, pues no juzga jamas, y solo me ayuda a olvidar las cosas que no tiene caso tener en la cabeza, solo alejar malos pensamientos para pasarlo bien, es algo así como nuestro pequeño código de convivencia.

-¿Qué no ha pasado nada? ¡Te secuestraron unos monos! ¡Alguien te regalo una planta! ¿Y te echaron de la biblioteca? ¿Un conflicto? ¿Qué conflicto? - suelto una pequeña carcajada al terminar con mis preguntas pues he terminado sonando como una loca paranoica, eso o mis primeros shots ya están afectando un poco mi cerebro. Aunque siendo realistas creo que mi cerebro ya esta bastante afectado eso solo me hace recordar a mi Orli, el solo prometió volver en un mes y es hora que solo no tengo noticias de él.

Hago una pequeña celebración con los brazos que expresa libertad al escucharla que ya no tiene mas trabajos que hacer. -yeii, podemos irnos de fiesta cuando sea. - y aunque podíamos estar entre multitudes, me agradaba bastante poder pasar un tiempo a solas con ella y disfrutar su agradable compañía.

-¿Patrick el Patrick nuestro Patrick? - siento como mi lengua se hace un poco de lío y rió por eso. -Parece interesante. Aunque no he hablado mucho con él. - digo en referencia a nuestro hermano omega porque lo cierto es que he estado tan metida en mis cosas que solo no pongo atención a todo lo demás. -Hay algo mas que no te he contado. Estas hablando con una cotizada modelo. - digo exagerando mi pequeña aventura.

Aquella era una de mis últimas entregas. Si bien el hecho de que entregara en una de las fraternidades habría hecho todo mucho más fácil si siguiera viviendo en casa rosa, aprovechaba que debía ir a la universidad para arreglar unas cosas para entregar aquel regalo. No había escuchado nada de la ubicación de la pequeña morada, así que suponía que se encontraría en la casa de su fraternidad. El viaje desde Malibu hasta la Universidad fue un poco más largo gracias a todo el tráfico, y no dejaba de darle miraditas furtivas al objeto dentro de la bolsa decorada de San Valentín. Nunca había visto algo como eso en mi vida, aunque si era lo que suponía era un regalo perfecto para una omega.

Luego de mucho tiempo finalmente aparcaba mi auto en el estacionamiento de la casa morada, alisando el borde de mi vestido blanco una vez que estuve en la puerta. Revise mi traje de ángel por completo antes de tocar, viendo que las alas y las flechas estuvieran en perfecto lugar y que ni una esquina de la bolsa de regalo estuviera maltratada. Saludé con una sonrisa a la persona que me dejó entrar, sin detenerme a mirarlo más que para preguntar por el paradero de Breya. Luego de dar un par de vueltas por la casa finalmente encontré a la castaña acompañada de otra chica. Me acerqué a ambas dando un par de saltitos y aparecí detrás de Breya susurrando a su oído —Bu —traté de asustarla, alejándome para que me viera y le tendí el regalo —Como sabes se acerca el día del amor y la amistad, oportunidad para demostrarle a todos tus seres queridos que los amas y es justo lo que Kitty quiso hacer —le sonreí ampliamente, sin esperar para empezar a alejarme del lugar —Que lo disfrutes

Regalito:

Me uní a las risas Zoe al escuchar la gran cantidad de exclamaciones y preguntas que formulada. Me encantaba su entusiasmo, de echo, me hacía sentir como si las cosas más simples de mi vida fueran importantes al hablarlas con ella. Quizá sea por ese espacio que teníamos para ser nosotras mismas cuando estábamos juntas, pero luego de charlar con ella siempre me sentía mejor, más liviana, aliviada.
-Sí, la anciana me suspendió al fin... ¿Recuerdas a Ania? ¿La chica que era mi mejor amiga de la adolescencia? No se si te conté acerca de ella, pero bueno nos reencontramos y obviamente discutimos, no fue mi culpa, pero la vieja se puso como loca y nos echo. Luego, otro día estaba en leyendo para una prueba de armonía a las cinco de la mañana, cuando unasAalphas se pusieron a armar alborotó por el libro "Cincuenta sombras de Gray -Puse los ojos en blanco, no comprendía que tanta revolución generaba ese libro, era más de lo mismo. Poco tenía que ver con la liberación femenina como muchas proclamaban. -¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¡Me hartaron! La bibliotecaria armó semejante revuelo y me dijo que siempre estaba causando problemas que por todo el mes siguiente no quería ver ni un cabello de mi. -Me encogí de hombros, en realidad yo no era la que elegía que las cosas más insólitas me sucedieran en la biblioteca. Observé la botella de tequila y deseé más, así que la tomé, regargué mi shot y se la ofrecí a la Omega.
Levanté los brazos y los moví en todas las direcciones imitando "su baile de libertad", e inmediatamente una gran sonrisa se plasmó en mi rostro. -Definitivamente debemos ir de fiesta. - No recordaba la última vez que habíamos salido a algún club juntas, sin embargo no me importó mucho, porque su compañía era fantástica tanto entre el bullicio de una fiesta, como en la tranquilidad de la casa Omega como ahora. Además luego de toda esa época de arduo estudio, era más que necesario ponernos al día y eso sería imposible en un pub por ejemplo.
-¡Patrick! ¡Ese Patrick! -Asentí con mi cabeza. -¡El Patrick de la habitación 505! -Sonreí maliciosamente al recordar como había entrado en su habitación de sorpresa para dejar aquel "papelito que anunciaba mi presencia allí". -Tampoco se mucho acerca de él, es una persona muy escurridiza... Pero no importa, contribuiré a hacer su juventud más emocionante y a salir de esa habitación donde apuesto que vive inmerso en sus computadoras. -Tomé el shot con mi mano diestra, lo alcé y dije con toda vehemencia. -¡Lo juro! -Otra medida de tequila que se perdió en los confines de mi estómago de un solo sorbo.
-¿Modelo? ¡Oh cielos, te guardaste lo mejor para el final desalmada! Quiero saberlo, todo con lujo de detalles. ¡Cuenta, cuenta, cuenta! -Apremié moviendo mis manos como en una especie de gesto ansioso, que me hizo parecer un tanto, hiperactiva, sí, definitivamente el alcohol ya empezaba a hacer estragos en mi.

Sorpresivamente nuestra conversación se vio interrumpida por la llegada de un ángel. ¿De un ángel? Froté mis ojos al ver los saltitos que dio en dirección a nosotras, y sino hubiese reconocido a aquella muchacha juro que habría pensado que estaba teniendo una alucinación.
Emily se acercó a mi oído y salí de mis pensamientos precipitadamente dando un respingo, acababa de asustarme con un simple "Bu", esa noche se estaba volviendo muy extraña. Tomé el regalo que me tendía y mientras escuchaba su pequeño discurso todo tomó sentido. -¡Muchas gracias! -Exclamé al verla subir por la escalera. Sin miramiento alguno abrí la bolsa de papel, después de leer la notita claro, y casi grité de júbilo. -¡¡¡ZOE!!! ¡¡¡Tenemos que probarlo!!!! -Aquella Hookah, de verdad era una belleza, hasta tenía cojines para sentarse. Cuando viera a Kitty sí que tendía que agradecerle.

Asiento cuando dice ese nombre, pues ya en el pasado me ha contado un par de cosas de ella, y solo no digo mas pues pongo atención a lo que dice, y luego escucho lo de las alphas y una carcajada solo sale de mi, pues aunque realmente para mi el libro y película no me agradan para nada pues me parece de mal gusto, y no precisamente por el tema del erotismo si no mas bien por la humillación y degradación hacia la mujer. Así que solo personas tan vanales que se dejan llevar por las modas armarían un revuelo como ese. Y no quiero ni pensar en la que mi amiga armo para callarlas. Una carcajada solo escapo cuando menciono lo de la bibliotecaria. -Tienes que aceptarlo eres demasiado conflictiva. - comento con sarcasmo. -Si no fuera porque soy la persona mas dulce del planeta seguro ya hubieras peleado conmigo también. - comento aun llena de ironía porque lo cierto es que seguro la mujer solo exagero, y bueno probablemente solo toco la mala suerte de que fueron dos veces demasiado seguidas. -La que pierde es ella, se aburrirá cuando su día deje de ser interesante gracias a tus peleas. -

Tome la botella en cuanto mi amiga me la ofreció y la deje de nuevo en nuestros pies bajo el sillón. Probablemente la próxima vez que hiciéramos algo juntas sería eso, pero por ahora estar aquí a solas simplemente era perfecto. -Agendado. - comente con una sonrisa para solo dar un sorbo al limón en mi mano y luego solo tomar el shot directo, mi garganta no lo agradecía en lo mas mínimo, pero si lo hacia mi cabeza que poco a poco iba sintiéndose mas libre y menos presionada.

Sonrió pues si mi amiga solo se ha propuesto sacar a ese joven de su monótona vida, estoy segura que lo hará y él solo agradecerá que ella haya entrado a su vida justo como lo hago yo. Yo solo no dudaba de su juramento, pues conociendo a la omega ella siempre cumplía cualquier cosa que se proponía lo que lo hacia todo perfecto.

-¡Ahora soy cotizada! - comento con un poco de euforia. -Pues sabes hay un fotógrafo muy importante que vive en la 503 y creo que funcionaron mis coqueteos y demás encantos . - digo solo bromeando un poco acerca de Paris. -Hace un tiempo por un pequeño problema tuve que ayudar a Paris con una sesión y al dueño de la revista para él que tomo las fotos le encante, así que pidió de nuevo a la modelo pelirroja. - digo exagerando un poco algunas poses que ahora si que me salen con naturalidad no como aquel día en el estudio que estaba insegura, nerviosa y rígida.

Creo que solo estoy completamente ebria pues veo a una chica ¿con alas? pero luego solo capto que es una de esas jóvenes que andan repartiendo regalos por doquier. Y solo sonrió cuando Breya menciona aquello. -¡Genial, si si si si si si si si! - menciono al ver de lo que se trata. -Está hermosa. - comento pues los colores y todo es solo genial.

No te preocupes

Me reí a toda voz. -Sí, soy una mala Omega... Deberías desterrarme, por conflictiva peleadora. -Musité aún entre risas, a decir verdad no me consideraba una persona conflictiva, pero si me agradaba defender mis derechos y no era justo que no pudiera hacerlo simplemente porque estaba en una biblioteca. Mi comodidad es más importante que guardar el respetuoso silencio lector. -¿Contigo? Imposible. -Agregué esbozando una gran sonrisa, era mi segundo semestre en UCLA y no recordaba ni si quiera un momento donde Zoe y yo hubiésemos intercambiado palabras de desacuerdo, era imposible pelear con ella.  Quizá era por el alma pacifista de nuestra fraternidad o simplemente porque eramos tan amigas que coincidíamos en lo importante de las cosas. -Exacto, esa señora se arrugará aún más por el aburrimiento de no contar con mi presencia.

Asentí de bueno humor, también guardaría ese plan en mi agenda mental, esperándolo con gran expectativa, aunque ahora disfrutaría del presente junto a mi amiga, con agrado y diversión.
La conversación tomó otros rumbos y no pude hacer más que sonreír nuevamente al escuchar su historia sobre el modelaje. -¡Wow! Tengo una mejor amiga famosa. -Exclamé uniéndome a su entusiasmo, mientras continuaba escuchando sus palabras. Mi expresión se tornó burlona al escuchar como mencionaba a Paris sutilmente y moví las cejas de arriba hacia abajo sistemáticamente pensando "funcionaron muy bien". -¡Zoe eso es fantástico! ¿Y tu como te sientes con todo eso, además de entusiasmada? ¿Que tal las cámaras? ¿Te agradan? -Le pregunté con mucho interés, nunca había imaginado a la pelirroja en esas circunstancias, pero ahora que lo pensaba ella parecía una modelo.
Fue graciosos ver una chica alada en un momento de "casi ebriedad" o mejor dicho, de ebriedad casi completa, más aún ver su obsequio, que había llegado como caído del cielo en el momento más adecuado. -¡Ahora podemos unirla a su hermana pipa morada! -Dije entre risas. -Mmm, si la usamos deberé subir las escaleras...  ¡Que sacrificio más grande! -Murmuré parándome de un brinco. -¿Vienes conmigo Miss Kavanagh?

-Así es. Guarda bien esas fotos nuestras que tienes que en el futuro valdrán millones. - comente riéndome y pensando por un segundo si mencionar esa otra preocupación que tenía pero solo deserte la idea, era algo que tenía que hablar solo con mi novio antes de armar un drama. Por suerte ella pregunto algo mas y solo alejo mi mente de esos malos pensamientos. -Lo odio.- comento soltando una carcajada, pues aunque todos me decían que en realidad no se me daba tan mal, yo solo no me sentía yo. -Me pongo nerviosa, no soy buena con las indicaciones, odio todo el maquillaje, los peinados idiotas y la ropa. Dios definitivamente no me siento yo. - digo solo dejándome llevar por el sentimiento pues aunque Paris lo sabe, frente a todo su equipo solo debo fingir que me agrada o que al menos lo disfruto. -Aunque la cámara en definitiva me ama. - otra carcajada sale de mis labios pues obviamente mis comentarios están llenos de sarcasmo.

Una sonrisa se apodera de mis labios al escuchar lo de la pipa morada, y mi entusiasmo es notorio, creo que me veo aun mas exagerada de lo normal, pues cuando tomo solo soy demasiado expresiva. -¡Vayamos pues!- digo imitando el brinco de mi amiga, pero solo siento como me mareo un poco por el sobresalto después de todo lo que he bebido, me le adelanto para caminar por la escalera caminando con la botella en mi mano y doy un pequeño trago directo, siento como arde mi garganta. Y le extiendo la botella a mi amiga por si quiere un poco, mientras intento subir con un poco dificultad solo intentando sostenerme del posa brazos pues esta un poco oscuro y mi equilibrio no es el mejor. -Tienes razón esto es difícil. - digo empujando la puerta del sótano y causando un poco de estruendo al hacerlo -Shhhh, vas a despertar a alguien. - digo a Breya en cuanto se acerca.

Asentí con suma seriedad. -La guardaré bajo llave, sobre todo a las del invierno pasado en la que saliste con "gorro" de esquimal moderno y traje de baño. -Musité entre risas, esas fotografías eran fantástica, mi amiga había salido súper tierna y linda, debía recordar enseñárselas a Paris. Escuché atentamente sus palabras y sonreí de forma comprensiva. Zoe era del tipo de personas que salia muy pero muy bien en las fotos, no importaba lo ridícula que fuera la situación o cuan de sorpresa ella salía preciosa. Defintivamente todo un ser fotogénico. Sin embargo intenté imaginarla rodeada de maquilladores, en un set con muchas personas mirándola usar vestidos raros y peinados estrafalarios y no pude. -Lo entiendo. Bueno, supongo que debes hacer lo que tienes ganas de hacer y listo. -Musité encogiéndome de hombros y riendo junto a ella. -Sí, definitivamente la cámara y el camarógrafo... -Le guiñé un ojo.  -¡Te aman!

Levanté uno de mis brazos (porque con el otro cargaba la pipa de agua) con júbilo cuando accedió a acompañarme hacia arriba. -¡Bien! - La seguí rumbo a las escaleras y comenzamos a subir. Rayos, sí que costaba cada escalón. Sentía mis piernas tan blandas como gelatina. Supuse que visto de afuera debíamos parecer dos zombies marchando en busca de cerebros, aunque en este caso íbamos en busca de diversión, mejor dicho, de drogas. ¡Hey! La diversión es para nosotras lo que significan los cerebros para los zombies, por tanto si diversión es sinónimo de drogas, cerebros equivale a... Lo olvidé. Mis pensamientos cambiaron de canal volviendo a la realidad. Tenía la botella de tequila en mi mano, bebí un trago de ella y sin querer me golpee el pié izquierdo con un escalón, me atraganté, tragué el liquido de golpe y prácticamente grité. -¡Que alguien derribe estas escaleras malignas! ¡Ay! Lo siento. -Me reí cubriendo mi boca con la mano. -Creo que estoy ebria.

-¡Quémalas!- comente recordando esas fotografías, en realidad toda la situación en general había sumamente ridícula, así que de verdad como recuerdo son lindas, pero solo entre nosotras nadie mas. Escuchar a Breya hablar con tal seguridad del amor que la cámara y el fotógrafo sentían por mi, me hizo sonreír y sentirme mejor con esa inseguridad que ronda por mi mente. Creo que solo debo dejar de pensar estupideces y relajarme pues mi novio me ama y lo ha demostrado una y otra vez.

Una carcajada que trate de contener salio de mi garganta al escucharla pelear con las escaleras, pero teníamos que guardar la compostura, nuestros hermanos debían estar dormidos ya, al menos la mayoría y nosotras haciendo escándalo por toda la fraternidad. Vaya líder habían elegido, una desastrosa, poco organizada y que solo andaba armando líos por ahí a media noche.

-¿Crees? - mi voz lleva un poco de sarcasmo, pero realmente los tonos ya no son algo que domino luego de esos shots. -No se... ¿a donde íbamos? - pregunto como si de una niña perdida se tratara. Pero realmente no recuerdo para que subimos, si estábamos tan cómodas sentadas abajo.

En mi cabeza las ideas iban volviéndose cada vez más desordenadas, desde que mencioné las fotografías vacacionales hasta encontrarnos en las escaleras, todo pensamiento intermedió se borró como si no lo hubiese dicho. Mis ojos veían los escalones por los cuales íbamos subiendo, pero todo se percibía de una manera extraña, como si el suelo no fuera firme, y las escaleras estuvieran echas de fango, sin embargo al sentir como mi pié chocaba ella, volví a la realidad parcialmente. El piso es duro y era de noche, debíamos ser silenciosas, porque ¡Claro los demás duerme! Demonios... cada vez que bebo me vuelvo una completa idiota. -Sí, lo creo. -Respondí encogiéndome de hombros de echo creo que a cada minuto que pasaba el sueño se unía al alcohol en mi sangre y mi mal estado de raciocinio empeoraba. -Íbamos a la cocina. -Miré la pipa que tenía en mi mano, con el ceño fruncido. -Pero no recuerdo... ¿Cómo se supone que se arma esto? -No tenía idea de como era, había que limpiar sus piezas y luego... y luego... ¡Aún llevaba la botella de Tequila en mi mano! La Omega podría tener sed y yo cargaba con una bebida que ni siquiera le había ofrecido de vuelta.-¿Más tequila? -Extendí aquella botella en dirección a Zoe esbozando una gran sonrisa y mandando mis dudas acerca del armado de la hookah a los confines más oscuros de mi cerebro.

Luego de escuchar que íbamos a la cocina tomo camino hacia la izquierda y comienzo a dar pasos dándome cuenta que solo me eh equivocado y una carcajada sale de mis labios. -Diablos era para el otro lado. ¿Porque no me dices? - si bien es verdad que es un pequeño regaño no suena para nada así, creo que suena mas bien como un pequeño chiste pues inmediatamente después vuelvo a soltar una carcajada seguido de un sonoro - Shhhh - intentando solo controlar un poco mi risa.

Y luego solo escuche como no recordaba como se armaba la hookah, y yo pues realmente no tenía idea, si bien he usado mas de una... armarla es otra cosa totalmente distinta.

Y su voz y la palabra tequila resonaron, extendí mi mano cuando ella lo ofreció, y di un pequeño trago, no demasiado largo pues sentí como pico en mi garganta e hice ese pequeño sonido tratando de hablar el ardor que sentí. -La cocina está muy lejos. - digo quejándome, pues solo siento que hemos caminado demasiado, incluso la sed viene en aumento y no tengo idea a que se deba, creo que hasta estoy sudando un poco.

Al terminar de subir la escalera llegamos al pasillo y nos dirigimos hacia derecha pero no llegamos a la cocina. ¿Por qué demonios no estabamos en la cocina si acababamos de girar a la derecha en dirección a donde se suponía que debía estar la cocina, pero sin embargo la cocina  no parecía estar allí, por qué? Quizá habíamos girado a la izquierda en vez de a la derecha o de lo contrario ella podría nunca haber estado de lado diestro del pasillo... quizá me había equivocado y estaba del lado izquierdo. -No lo sé... estoy confundida. -Exclamé agarrándome mi pobre y liada cabeza. Inesperadamente las carcajadas de mi amiga, borraron esa sensación de mi mente dándome un pequeño vestigio de lucidez que duró apenas una milésima de segundos. -Mi sistema de orientación no anda, cuando estoy alcoholizada. -Dije riendo a carcajadas -Ay lo siento, lo siento. Shhhhhh... -Me esforcé por contener mi risa como ella lo estaba haciendo y le pasé la botella de tequila. Mientras Zoe bebía, mi mirada se posó especulativamente, otra vez en aquella hookah, no tenía ni la más mínima idea de como se armaba. Le dejé junto a la pared con resignación, estaba cansada de cargarla, más aún teniendo en cuenta que la cocina no estaba allí. ¿Sería una habitación que desaparece como la sala multipropósitos de Harry Potter? -Demonios... estoy tan ebria. Y la cocina en verdad está lejos... Deberíamos rendirnos y hacer otra cosa

-Creo que nuestra bebida estaba adulterada, y eso que no compre la que estaba mas barata. - eso o quizás la bebimos demasiado pronto, sin siquiera comer nada, si probablemente sea eso, pero creo recordar que si comí, en realidad no estoy segura. Pero al no encontrar la cocina Breya comenta que deberíamos rendirnos. Y yo solo no tengo idea de para que íbamos allí. Quizás debería preguntarle a Paris, meto la mano en el bolsillo de mi pantalón pero mi celular no esta. -Me han robado. Esto no puede pasar en omega no hay ladrones. ¿Y si un ladrón se metió en la casa? ¿Nos pueden robar la cocina? - no estoy realmente segura de lo que estoy diciendo pero es algo que podría suceder.

Sigo tentando cada una de mis bolsas y mi celular solo no aparece. -¿Si hay un ladrón no deberíamos escondernos? O llamar a la policía... Llamemos al 999. - comento con un poco de nervios pues no tengo idea de que se deba hacer. -¿Y la hookah te la robaron? - digo al notar que no esta en sus manos... esto se esta poniendo serio y me siento un poco nerviosa y temerosa.

Sí, quizá se equivocaron y le agregaron más cosas además del alcohol. -Bromee aunque una parte de mi se detuvo a considerar la situación. Quizá era cierto, tal vez alguien había adulterado nuestra bebida al hacerla, no conscientemente claro. Pero todos nos podemos equivocar, quizá alguien con un mal día confundió la formula de preparación del tequila con las de otras bebidas y terminó realizando una mezcla "explosiva" de ingredientes, que derivó en una inminente ebriedad para nosotras. Ahora que lo pensaba, el beberlo este sabía un tanto raro... Me encogí de hombros pensando que todo en este mundo era posible, hasta que las nerviosas palabras de Zoe me sacaron de mi pequeña reflexión. -¿¿¿Que te han que??? Ay, no, no puede haber un ladrón en la casa Omega... ¿O sí? -Observé a la pelirroja con los ojos abiertos de par en par. -¡Claro! Un ladrón podría robar la cocina... pero tendría que ser uno verdaderamente grande. A no ser que sean varios -Mis ojos se abrieron aún más ante la idea de imaginar a varios desconocidos merodeando por nuestro hogar. -Espera, no creo que el 911 nos crea si les decimos que robaron nuestra cocina, tal vez deberíamos encontrarlos o... ¿Tenderles una trampa? -¿Que haríamos si en verdad habían ladrones? Esta noche si que estaba volviéndose un tanto extraña, parecíamos drogadas pero no lo estábamos, quizá tantas horas de fumar nos habían afectado de forma definitiva -No, la hookah la dejé hace un rato, en el pasillo, era muy pesada y no recuerdo como armarla... -Murmuré entre risas olvidándome por completo de los ladrones. -¡Deberíamos ir a buscar algo más para beber! Recuerdo que hace un tiempo alguien escondió unas botellas de licor de chocolate en la cocina...

¿Ladrón? Ya no sabía de que me hablaba mi amiga, ¿porque habría un ladrón en la fraternidad? Breya quizás ya estaría un poco pasada de copas, si eso podría ser... aunque claro no lo parecía. Estaba tan completa como yo, así que no seguro era una confesión, si eso o el hecho de que ahora mi mente estaba lejos, y yo no estaba poniendo demasiada atención probablemente le estaría contando algo que paso en el pasado? ... siempre cabía esa posibilidad. -¿Trampa? ¿Hay ratones o algo? -/B] pregunto un poco extrañada mientras rasco un poco mis ojos, pues arden un poquito por el sueño que extrañamente ha comenzado a invadirme.

Botellas de licor de chocolate... eso teníamos que encontrarlo. [b] -Una búsqueda del tesoro. - creo que me estoy volviendo un poco loca, quizás solo era el cansancio acumulado ademas de la aparente borrachera que tenía encima la razón por la cual simplemente no razonaba bien. Entramos en la cocina y luego de revolver todo las encontramos, mi amiga la levantaba como si de un trofeo se tratara, salimos directo a los sillones de la sala de estar y deje que sirviera mi vaso, en cuanto termine de darle el primer trago me deje caer en el sillón, dejando el vaso a mi lado y solo sentí como fui acomodándome poco a poco, el sillón era mas cómodo de lo que recuerdo, pero en algún punto solo no recuerdo nada, mis ojos se sienten pesados y solo dejo de luchar contra mis parpados y quedo destendida sobre el sillón profundamente dormida.