Hola otra vez amor (Edward y Melanie)

El rubio y la chica de ojos claros se vieron separados nuevamente, no por pleitos esta vez, si no por... así decirlo "culpa de la gemela de Edward..." quien lo necesitaba, porque había caido nuevamente en las drogas, y no quería sufrir de nuevo el rechazo de sus padres. Ya que la tenían amenazada de que si se enteraban. Entonces le dijo que si podía llevarsela a Alemania unos meses, Edward accedió pues si hay algo que ame aun más que a Melanie es a su gemela.


Pero era tiempo de volver, los meses vacacionales habían termniado, Ed tenía que trabajar para una publicidad nueva de verano en la empresa de modelaje que trabajaba.

A penas volvió Edward, se mantuvo un tiempo en casa, como para asegurarse que sus padres no descubrirían lo que su hermana había hecho, cuando se percato que habían sido "burlados" de buena forma desesperada contacto con Mel, necesitaba verla, tocarla, oirla.

Entonces Edward, organizó una de sus "típicas" citas sorprendentes con Mel.

Esta vez escogió una cena en la playa, donde compro lo mejor y se aseguro que todo estuviese listo

cuando todo hubo estado listo todo, solo tuvo que sentarse a esperar el arribo de su amada

Spoiler:

Fue un verano bastante largo, habia estado en el trabajo tomado un curso en la universidad y ya. Estaba por empezar el ultimo semestre de mi carrera, el siguiente verano ya estaría graduada y en busca de trabajo, pero eso ya lo vería más tarde.

Extrañaba a Edward horrores, pocas veces se había sentido con la libertad de hablarle ya que estaban en horarios diferentes pero más que nada para no molestar a su hermana, sabía que no le agradaba aunque no sabía  muy bien porqué. Habían hablado tan frecuentemente como habían podido y como normalmente pasa se había ido acostumbrando a no tenerlo cerca momentaneamente.

Un día como cualquier otro, alguien llamó a su número y vio que la llamada era de Edward avisándole que había vuelto y que quería que se vieran. Se emocionó al oirlo y escucharlo citarla en la playa por la tarde-noche. Él siempre gustaba de sorprenderla y estaba segura que no faltaría esta vez, aunque se extrañó que no le avisara que regresaba o en todo caso que no llegara al departamento que compartían, pues en teoría ya vivían juntos desde hace varios meses, aunque esos varios la mitad él no había estado. Se arregló, tomó sus cosas y salio rumbo a la playa en su motoneta.

Spoiler:

Al llegar caminó hacia donde le mencionaron estaría Edward y lo vio ahí de pie al lado de la mesa que estaba dispuesta sólo para ellos dos sin nadie alrededor que pudiera molestarlos. Se acercó a él y se arrojó a sus brazos aferrándose a él. -Edward... te extrañé tanto... -dijo mientras lo abrazaba.

Al momento que los brazos ajenos, rodearon su espalda, el soltó el suspiro más largo de toda su vida, como si hubiera llegado a la meta después de haber corrido tanto, se sentía tan aliviado, completo, como hace meses no se sentía, tenían tanto que platicar y tan poco tiempo para conseguirlo.

Se separó de aquel abrazo, por que tenía que hacerlo, se acerco a la mesa y le dispuso su lugar a Melanie -toma asiento, por favor...- le sonrió y le dio un beso en la mejilla...

El ya sentado abrió una charola en la mesa y descubrió los mariscos -Como esta nuestro hijo?...- se refirió al pequeño perro que le había regalado
-¿quieres?...- con un cucharon tomo varios camarones y espero su respuesta.

Aquella mujer había madurado, unas arrugas se asomaban, pero eso le gustaba, sus ojos no habían cambiado y menos su mirada.

Le agradó verlo de nuevo ahí, sentirlo, oir su voz y sentir su aroma. Le hubiera gustado quedarse así por más tiempo pero solo unos momentos después se separó de ella. Quizá algo había cambiado, quizá muchas cosas habían cambiado, después de todo se había ido con su hermana lo cual no le reprochaba porque había sido por salud pero probablemente algo había pasado ya que ahora se comportaba un tanto frío con ella.

Se sentó donde le indicó con tan sólo un suave beso en la mejilla e inmediatamente abrió la charola descubriendo los mariscos. Todo se veía apetitoso pero no sabía qué tanta hambre sentía después de aquel recibimiento. -Está bien -sonrió- ha crecido bastante, ya no se ve tan cachorro pero me ha hecho compañia todos los días.

Asintió tomando su plato y acercándolo hacia la fuente donde Edward esperaba para servir -Gracias -lo puso de regreso frente a ella y entonces acercó el plato de él para que se sirviera -Cómo está tu hermana? Está todo bien? -preguntó comando uno de los cubiertos para intentar comer algo. No le había dicho que regresaba, simplemente había aparecido de la nada y la había citado ahí con ese trato que sentía un tanto lejano, sea lo que fuera le preocupaba.

Posiblemente se había portado frío, pero Edward consideraba, erroneamente tal vez que no podía desbordarse en amor,¿porque? Quería hacerlo de forma gradual, de algún modo desesperarla y hacerla que ella misma lo bese desesperadamente o haga cosas desesperadas.

Edward sonrió cuando le hablo del pequeño Toto - necesito verlo, de algún modo lo extrañaba. En Alemania, no había quien, me mordiece mis pantunflas...- rió y sirvio la comida, sin decir nada, contemplaba discretamente a mel, deseando en ese momento ser la brisa del viento que acariciaba su mejilla... pero tendría que esperar un poco más.... no quería verse desesperado.

-Ella esta mejor, aunque, se sigue metiendo pastillas.... ya no lo hace con las mismas cantidades exageradas...- se llevo el primer bocado a la boca - de algun modo me siento culpable que Jane, lo haga... - reconoció - creo que debí ser un buen hermano....- se entristeció

- te a gustado la comida?- a penas susurro

Sonreí al escuchar que extrañaba al cachorro y reí un poco por lo de morder las pantunflas -Lo he dejado cuando me voy a trabajar en una escuela, ya no hace eso -quería que fuera un perro educado, además me daba pena dejarlo gran parte del día sólo encerrado haciendo travesuras por la casa. Prácticamente era como un hijo que pasaba a dejar a la escuela temprano y regresaba en la tarde por él.

Comí un poco más bien removiendo la comida que en verdad saborearla. Me contó de su hermana -Tu no tienes la culpa, le estaas tendiendo la mano... tus papás lo saben? -yo tenía entendido que al irse no les había dicho nada pero no sabía si seguía de la misma manera- Porque no entra en algun programa de desintoxicación, necesita apoyo profesional -no sé porque se culpaba, él no podía cuidarla las 24 horas del día los 365 días del año, ella era adulta igual que él así que tomaba sus propias decisiones.

-Si, está rica -probé un bocado. Comenzaba a relajarme apenas pues estábamos hablando como normalmente lo hacíamos, probablemente estaba exagerando un poco con el asunto de su forma de tratarme.

Como que Toto ya no mordía las pantunflas?... Vamos!! si no muerde las pantunflas no es mi Toto adorado.

- ¿y que tal esta aprendiendo?...- pregunte aunque no me sentía comodo, más bien, sentía que le estaban robando la personalidad a mi perrito hermoso, bonito y desquisiante

- es mi culpa porque como buen hermano, nunca le dije o que estaba bien o mal, soy su hermano mayor, se supone tengo que hacer eso.... - le dije convencido de que no había hecho ben mi labor, todo esto era mi culpa no de la inocente Jane Ella apenas esta viviendo en el mundo de los adultos...- siempre defendía a mi hermana ya que la creía inocente aunque no lo fuera, llevamos una vida tortuosa desde los 5 años

me alegra que te haya gustado mi amor...- tome su mano acariciando el dorso de esta misma con mis pulgares y sintiendo su suavidad.

-acabemos pronto, voy a mostrarte algo...- sonreí

Seguimos disfrutando de la cena, todo estaba rico.

-Bien, obedece más, el perrito es todo ternura, a ver si te deja dormir en nuestra cama -desde que se había ido Toto y yo nos habíamos echo compañía y ahora en cuanto ibamos a dormir, se subiía a la cama y se acomodaba a mi lado.

-Oye... -lo tome de la mano y lo miré a los ojos- Tu eres un buen hermano, tu hermana y tu son de la misma edad, cada uno toma ss propias decisiones, anque se lo hubieras advertido no sabemos si te hubiera hecho caso. No te culpes amor -estreché su mano.

Terminamos de comer y tomé un poco de vino -Qué vamos a hacer? -pregunté pues sus sorpresas solían ser interesantes y hermosas -Me alegra que hayas vuelto, me hubiera gustado ir a recibirte al aeropuerto ¿Por que no me dijiste que ya estabas acá? -aun sentía un poco de duda de porqué no lo había hecho.

Me causo gracia cuando comento lo de Toto, y aunque en mi interior me estaba riendo, quise aparentar que estaba enojado -me voy a poner celoso de Toto...- una ligera sonrisa apareció sin que yo lo pudiera controlar (espero que ella no la haya visto, para que se crea que en verdad estoy enojado)

- Ya sé que somos de la misma edad, pero me siento con el rol de mayor y....- solté un suspiro debia rendirme y dejar de culparme por ella.

Decidí por el momento no responder a su pregunta, ya que me encantaba manejarme por medio de sorpresas.
No te llame, por que directamente fuimos a casa de nuestros padres apenas llegar, y bueno también quería sorprenderte...- me levante de la mesa dirigiendome a su lado en la silla y le tendí la mano me acompañas por favor?....- Nos esperaba un bote motorizado, algo que yo también había rentado, y tenía tambien su propio parachute, para hacer algo de deporte